Partida Rol por web

Aun no estabamos a salvo del todo.

La mayor parte de los chicos tenian armas en la mano y no sabían usarlas. Afortunadamente con el Arpón y el escudo pude mantener a salvo a los mas atemorizados. Sin embargo, mientras aun goteaba la punta de mi lanza, un par de rebeldes se montaron en el carro y querían llevárselo.

Al parecer, sin esas armas no llegaríamos a Esparta.

Aestus estuvo rápido y con una flecha intentó dar a uno de los del carro. Por mi parte, ya no habiendo tanto peligro, lancé la lanza apuntando al otro rebelde. Tire con fuerza mientras apuntaba con mi único ojo, fijo, en ese hombre. Lo sentía por él, pero nadie amenazaba a los míos, y ahora... estos chicos son los mio.

Aestus aprovecho el arco del rebelde caído para lanzar una flecha que se clavó en la espalda de uno de los rebeldes a traves del respaldo de madera. Alisse tampoco se quedó quieta, viendo como el carro aun podía alejarse más. Rapida de reaccion, con su lanza en mano la lanzo hacia el otro clavandose por la nuca. El carro sin nadie que lo controlara se desvio hasta la cuneta. El caballo se paró a comer algun hierbajo al no recibir mas ordenes y no notar tibadas las tiras de las riendas.

Euclideus os felicito por haber acabado con ellos: Bien hecho chicos. Ahora podremos tener reserva de armas. Mira hacia Aestus y le dice: Traete ese arco tambien. Lo aprovecharemos. Alguien se tendrá que hacer cargo de llevar el carro de las armas y el vuestro. Yo me encargaré de este primero. Habla girado hacia atrás.

       En el asalto Lerna ataca con su espada al tipo que le hirió el brazo mientras que le grita entre adolorida e intimidante
 

        " Rinde te o muere honorable!      Muy bien peleado señores!!   Yo podría conducir si me permiten algo para detener mi sangrado"  

-Bien!- Grite entusiasmada mientras abrazaba de alegría a Aestus.

 Habíamos  acabado con ellos pero lamentablemente Lerna había sufrido una herida. Sonreí, no por verla dolorida, si no porque afortunadamente ese era mi cometido: cuida de los heridos.

-Ya voy, Lerna... Creo que tengo algunas vendas. Yo te curare  lo mejor que pueda, tranquila, digo acercándome a ella y sopesando la herida del brazo.
 

La contienda acabó casi nada más comenzar, algunos caídos entre los centuriones quienes se habían afanado en protegernos.

Pensaba que venía preparado pero sin lugar a dudas he visto que hay varios por delante mio, debo trabajar muy duro para mejorar – me digo a mi mismo. Acto seguido descuelgo las armas que había cogido y las dejo en el carro junto con el escudo.

Veo que la muchacha se poner a dar abrazos a Aestus, qué confianzas se toma. Después se acerca al hombretón a curarle y me acerco yo también muchas gracias, me ha pillado aun un poco mareado del viaje y no he sido de mucha utilidad, me habéis salvado, y me subo al carro.

           " Muchas gracias amiga ... te agradezco tu ayuda, pero que te parece si me revisas y me ayudas mientras que revisamos allá tras esos arboles desde donde nos dispararon los arqueros,... para ver si encontramos por allí algo de utilidad antes de partir de aquí "    

           Respondió Lerna con voz grave y poco hosca mientras que saltaba del carro y caminaba lentamente hacia la dirección que había indicado con la esperanza de que con ese pretexto la sanadora pudiese revisarla en privado, para evitar que tan rápido sus secreto se hiciese público, exponiendo la a que algún rumor de su presencia mas adelante atraiga a los hombres de su padre o hermano hasta donde se encontraba    

-Claro, compañero!. Dije valorando la situación. Por un momento me esperaba que hubiera mas allí tras los arbustos, así que recogí el escudo y otra lanza perdida del suelo como precaución.

A mi lado llevaba una bolsa con enseres y curas que recogí del carro en el que íbamos. Los demás, mientras tanto, recogian las armas de los caídos y se preparaban para empezar de nuevo el camino.

        " Muchas gracias Alisse!.   Espero que seas siquiera tan buena curando como combatiendo, porque entonces no deben preocuparme mis heridas "  - Dice Lerna en voz alta dando un palmada en la espalda a la guerrera a quien le debió parece mas fuerte antes de avanzar con ella tras los arbustos en la búsqueda de armas, provisiones o alguna pista o información acerca del grupo que los había asaltado.    

       " Alisse creo que debo confesarte un secreto que te pido guardes por favor, no sin antes explicarte la causa del mismo, pero debes prometer por aquello que sea mas valioso para ti que guardaras mi secreto hasta que decida hacerlo público o que sea descubierto "   

      Comenzó por decir Lerna a Alisse apenas estuvieron a solas ... mientras que buscaban cosas de valor en el lugar y las recopilaban, aun sin darle tanta importancia a su herida, al final se puso frente a ella para mirara a los ojos con su mirada penetrante antes de descubrir su capucha para mostrar un lindo rostro blanco y rubio con un cabello relativamente corto y recién cortado:

       "No me llamo Brian como dije ...sino Lerna, soy Lerna Brianne, la hija de un líder galo que ha escapado de su casa para no ser casada con el líder de otra tribu para convertirme en su mujer, porque fui educada para ser guerrera y eso quiero ser, quiero luchar para mantener la paz y la justicia dentro y fuera del imperio romano pero como te has de imagina una mujer de mi tamaño unida al ejercito es sumamente llamativa, de manera que si mi padre o mi hermano escucharan los rumores seguramente darían conmigo y tratarían de regresar me con ellos, además de que antes de ti no había visto a otra mujer guerrera así que temía no ser fácilmente aceptada "    

Me sorprendió el ímpetu y algarabía de Alisse. Habíamos acabado con la vida de casi diez personas, ni siquiera sabíamos porque ni que defendiamos. Había matado a otros muchas veces, en el coliseo y en alta mar, pero nunca eso me sacaria ese sabor amargo. Me dirijo hacia el carro de las provisiones y le digo a Euclideo mientras Lerna y Alisse se alejaban en busca de los dos que habían escapado.
Yo puedo proteger este carro si otro lo maneja, sino veré de llevarlo

Buscamos materiales y a los otros dos rebeldes, pero desistimos de encontrarlos tras dar un par de vueltas.

Me acerco a Briann para curar su brazo, y es entonces cuando me cuenta su secreto.

Mientras vendo su herida y pongo algunas hierbas dentro, la miro con el ojo abierto.- Vaya... ¿así que eres una chica? Perdona que sea tan sincera pero como eres tan grande pensé... pensé que eras un chico... con voz rara, pero un hombre.- digo mirándola los pechos, aunque no veía mucha prominencia de ellos

-Bueno... no te preocupes, yo te guardare el secreto si quieres, pero... en algún momento se sabrá. - Miré al cielo como buscando una salida- Las duchas, por ejemplo. Como no te bañes en el rio de Noche...

Terminé el vendaje y lo miré satisfecha de mi trabajo. - Listo, prueba a moverlo.!- dije alegremente. - No era muy profundo, pero si no te golpeas de nuevo no sangrara de nuevo. Volvamos con el resto

        " Muchas gracias linda ... tampoco es que haya mentido, simplemente les deje creer que era hombre y actué como tal, pero ahora te confeso esto porque me ibas a curar la herida y porque estas cosas se evidencian mas entre mujeres ... por otro lado lo moveré lentamente y trataré de ser de mayor utilidad para la próxima ... me ha impactado la forma en que has derrotado y matado a tantos tipos sin que te afecte ... me parece obvio que has contado antes con entrenamiento militar ...así que trataré de aprender de ti todo lo posible amiga y por mi parte trataré de cubrirte si alguno por aquí trata de sobrepasarte contigo, te parece bien el trato? "   

        Dijo la chica a Alisse con una sonrisa jovial antes practicar mover el brazo y de ponerse de vueltas la capucha para cubrir su cabeza

Alisse aplico unos unguentos para desinfectar la herida en el brazo mientras la vendaba luego. Con la esperanza de encontrar algunas armas, no veis nada de ellas. Lerna rebusca entre los arbustos, pero no ve nada. Alisse encuentra un par de hierbas curativas: unas hojas llamadas plantago de un arbusto pequeño. De los enemigos ya no hay rastro.

Lerna tras recibir el ataque del enemigo intentó devolverle un golpe, pero este ya habia escapado corriendo huyendo ante ser minoría bosque a traves, en direccion contraria a sus enemigos. Uno de los chicos del primer carró lo abatio con una flecha, cogiendo algo de valor. Luego se alejo con Alisse para darle unos primeros auxilios.

Mientras Aestus se hizo cargo del carro de armas, Lerna, ya curado, junto a Alisse volvieron del bosque. Euclideus se volvio a girar y alzo la voz nuevamente: Nos ponemos en marcha. Debemos llegar a Esparta antes del anochecer.

Aun faltaba por ver quien se hacia cargo de vuestro carro para llevar las riendas del caballo.

       Tras recibir curaciones por parte de Alisse y portando un vendaje en el brazo Brian(Lerna) encapuchada de nuevo regresa junto con Alisse para levantar el brazo para decir en voz alta y lo mas intimidatoria y en el latín mas claro posible para ella mientras que busca las riendas del carro:

       " Me siento mucho mejor tras las curaciones de Alisse, es una joya que no solo combate bien, sino que puede curarnos también, así que todos tengan cuidado de meterse con ella porque se la verán también conmigo, a pesar de tener este vendaje yo puedo conducir el carro si nadie mas se anima, aunque no son mi especialidad los carros, si tengo experiencia montando, supongo que será similar y nos servirá para terminar de llegar a Esparta para nuestro entrenamiento "    

Partiamos por fin despues de la batalla a Esparta cuando comenzaron a debatir quien llevaba o no el carro. ¿En serio perder tanto tiempo por algo superfluo?En fin..

-Una herida, otra tuerta y el tercero protege el carro.-despues me dirigi al joven con aspecto egipcio.- Por tus ropas diria que perteneces a la zona de Egipto y los tuyos son conocidos por sus carros de combate. Mejor Conduce tu Assuan-le ofreci al muchacho las riendas.

No quería tener que coger el carro porque me recuerda a las largas sesiones que pasábamos a caballo en el entrenamiento pero ante el ofrecimiento tengo que aceptar, debo destacar.

Asiento con la cabeza, claro, trae aquí, con la mano derecha cojo la rienda y luego lo agarro también con la izquierda. Está un poco más tirante de lo que se suele hacer en mi tierra pero es aceptable, los caballos parecen de otra raza y quizá el carruaje no responda igual a los movimientos, me giro hacia mis compañeros, agarraos que partimos, así que suavemente tiro de las riendas para avanzar, ¡Arre!.

         " No tengo ningún inconveniente que cojas el carro chico, hazlo de una vez para que partamos a Esparta para ponernos a trabajar ... pero a quien demonios te refieres tu chico con eso de ' ... una herida y una tuerta amigo? "    

         Después de un tiempo entre soldados sabía que era tan importante mantener la disciplina como el respeto entre ellos y si sabía que no debía andar buscando pleitos, tampoco podía permitirse que alguien les hiciera menos frente a los demás por lo que se se puso retadora frente a frente con Aioras mientras que decía con voz grave, segura pero intimidatoria controlada