Partida Rol por web

       " Muy bien practiquemos chico "    

       Dijo Lerna con la voz mas grave y segura que pudo para parecer intimidatoria al ver a Assuan le pedía que practicaran juntos mientras que tomaba posición de pelea tomando con las dos manos la espada de madera

Iniciativa:1d20+ DES(modificador) + bonus rango (+1 para los caballeros de bronce)

Pero tenia entendido que era 1d20 y no 2d10 ( al final no se en que se quedó, si uno u otro)

Ataque puño

Assaun busco atizar con un puñetazo a Lerna, pero no pudo superar su defensa.

         " Creo chico que debemos practicar el combate con la espada pero si prefieres combatir desarmado te haré los honores "   

         Entonces la chica se defiende y aprovecha el impulso del golpe de Assuan para agarrar le el brazo para ejecutar un lanzamiento para hacer le una llave contra el suelo      

Con el nerviosismo del momento le había golpeado con el puño en lugar de con la espada, el hombretón habrá pensado que soy idiota. Fallo e intenta agarrarme para derribarme, intento escabullirme para que no me coja pero no lo consigo.

Me hace una presa y me derriba al suelo. No es momento para florituras. Desenvaino la espada, espero a que él coja también armas y me lanzo a intentar acertarle pero vuelvo a fallar. Me desespero.

      Cuando Assuan desenvaina la espada y espera que Lerna coja también armas ella reacciona y se cubre con ella, intentar acertarle un ataque en contragolpe pero falla y pacientemente trata de no desesperar azuzando le para desesperar lo:

      " Eres hábil chico pero no lo suficiente ... sin embargo has podido evitar el segundo ataque .. no tendrás la misma suerte en adelante! "  

Vuestras familias buscaban lo mejor para vosotros. La necesidad del Imperio de reforzarse con más militares, obligo a muchas a enviar a sus hijos en busca de un futuro mejor. El deterioro general en todas las regiones se iba haciendo palpable con el paso de los meses tras la notificación de la enfermedad del emperador. El estado busca nuevas formas de combatir ante la inmersa ferocidad de los barbaros, e incluso pequeñas rebeliones en puntos concretos del interior.

Ya hace 6 meses que os acogieron para el entrenamiento en el seno militar. Pero vuestra vida ha sido diferente de la de un recluta normal. Durante el trayecto hacia Esparta, el mejor lugar para formarse, vuestro grupo fue asaltado por un grupo de plebeyos rebeldes. Mataron a bastantes compañeros vuestros así los centuriones que os protegían. Los sobrevivientes os convertisteis en esclavos bajo el mando de Malcus Aurelius, un patricio adinerado que veía su economía peligrar por culpa del deterioro militar y el haber perdido trabajadores de sus minas por culpa de los reclutamientos. Buscando nuevas vías de negocio, ahora se ha enfocado en la venta de esclavos, y la captura para sus minas. Aprovecha grupos de recelamiento para capturar jóvenes.

Durante 5 meses habéis estado en sus minas de hierro en el norte de Grecia bajo palos, latigazos y otras formas de tortura en un trabajo físico de muchas horas. Sin duda fue un tiempo duro, que os fortaleció mucho el cuerpo, como si hubierais estado en el cuerpo militar. En el último mes, la mina dejo de ser útil por unas leyes comerciales y los esclavos fueron vendidos a diferentes compradores.

Vosotros viajáis con unos mercaderes que os usan para cualquier tipo de menester como criados, aunque el trato casi era peor que al de un perro. Vuestros dueños son un hombre barbudo de mediana edad llamado Claudios Otelus, y su hijo de 19 años, de nombre Albero Otelus. Vais de camino a Esparta para vender pieles, dado que son cazadores. Os encontráis atados de manos y unidos por una cuerda en vuestras cinturas. Lucius que va delante caminando, su cuerda de manos va atada a la parte trasera del carro. En su parte trasera hay un buen puñado de pieles junto a un arco, dos espadas (gladius) y 10 flechas. Los dos van delante sentados controlando al burro que tira. Veis que os vais a adentrar en un bosque y la cuerda, ya muy vieja, empieza a ceder. Con un tirón fuerte os podríais soltar y aprovechar el terreno para huir.

Llevais varios dias de entrenamiento y empezais a notar como cada vez es mas duro. Ya empezais a hacer carreras de hasta 10km por la montaña, maniobras militares, así como entrenamiento de espadas y tiros con arco. Tambien habeis interactuado con todos los habitantes del campamento, habiendo buen ambiente. Hoy Euclideus os ha reunido a los 4 para poneros una prueba:

Dentro del grupo pareceis los mejores preparados. Para encomendaros una primera mision, os encargareis de ir a buscar comida. Podeis cazar truchas, osos, cabras, cualquier animal que penseis que sea comestible, así como recolectar frutos. Podeis ir a la tienda de armamento para que os den material para ello.

Yo jamas iba a culpar a mi familia por lo que ha sucedido. Mi padre si hubiera sabido a lo que me enfrentaria, dudo mucho de que me hubiera convencido de unirme a la armada. Al inicio todo iba a ser normal, entrenar para convertirme en un soldado, servir al Imperio, sobrevivir ante este mundo cruel... Pero nada es como lo planeaba, y fuimos capturados por esclavistas. "Malditos..." Es lo que he estado pensando cada dia del cual sobrevivia en este infierno de trato que nos brindaban esos enfermos. 

Cada dia era peor al anterior. La vida en una mina era horrible, soportando todo tipo de golpes y maltratos intentando mantener la esperanza de que no sera para siempre, y que en algun momento lograre escapar de este lugar y hacerles pagar por esto. ¿La venganza seria lo correcto, cierto? Tendria que serlo. Me he ganado incluso un poco el odio de los tipos estos, debido a que siempre les respondia de mala manera, desafiandolos... Cosa que me hizo ganar mucho sufrimiento. Pero ya no importaba, nuestros dueños ahora eran otros, y lastimosamente, no hay mucha diferencia entre la basura que controlaba las minas. "Todos esos malditos son iguales..." Siempre murmuraba en mi interior, frustrado por todo esto. 

Pero la esperanza, no se habia perdido. Pude notar algo peculiar en las cuerdas, y es que estaban ya algo gastadas... "No puede haber otro momento mas, es hora". Pense rapidamente para ver a mi acompañante de sufrimiento, Cain. -Es ahora, o nunca. -Le dije, intentando que notara las cuerdas. ¿Nos liberaremos y huiremos? ¿O tomaremos sus cosas? Deshacernos de ellos seria extremo, pero el quitarles sus cosas... Lo pensare bien. Pero ahora, solo necesito intentar no llamar mucho la atencion, y con fuerza, aunque debido a mi estado no siento encontrarme con mucha fuerza, ¡Mas lo intentare cueste lo que cueste!

Tras unos días nos reúnen para demostrar nuestra valía. [i]Debo hacer valerme dentro del grupo, el combate contra el hombretón no fue una maravilla así que debo mejorar[/b].

Asiento a las palabras de Euclideus y me acerco a la tienda de armamento. Sopeso mis opciones, sin lugar a dudas un arco o arma a distancia sería mejor, pero no es mi fuerte. Así que escojo una espada, cojo esta.

Después me retiro hacia afuera de la tienda y espero que el resto de compañeros cojan armas antes de salir fuera del campamento.

Para mi comunidad, los esclavos eran algo normal y cotidiano. Hasta algo bueno podria decirse, pero desde ese aciago dia, mi perspectiva cambio. Fui recluido con alguno de los sobrevivientes, que ibamos a reclutarnos, a jornadas inhumanas de trabajo en las minas. Eso, sumado a los crueles castigos fueron forjando nuestros cuerpos, aunque culpa del agotamiento y la mala alimentación no lo notaramos.

Por algun motivo, todavia siendo "utiles" en la mina, nos vendieron a otro amo. Las nuevas condiciones no eran tan brutales y aunque no era una mejoria, empezamos a recuperarnos. El trabajo en las minas, habia incrementado nuestra resistencia, ahora al estar junto a otros esclavos de vida menos "brutales", eso se ponia patente.

El nuevo amo y su vastago llevaron a 10 de nosotros con ellos, en una carreta, retenidos tan solo con una vieja cuerda. Dejandonos atras, junto a la mercancia nos dejaron sin cuidado. Pronto pudimos divizar un bosque, y en mi mente se instalo, la loca idea de recuperar mi preciada libertad. El echo de no ser el unico que empezaba a mostrar esfuerzos en romper la soga, me hacia pensar que la idea no era tan descabellada.

Agarre con fuerza los extremos de la soga que me rodeaban y tire, poniendo mi vida en el empeño. No seria recluido nunca mas...

El entrenamiento habia ido en aumento, y por suerte nos habian destacado a aquellos que mejor rendiamos otorgandonos una mision, aunque rapidamente comprendimos que nuestra mision era abastecer al campamento de viveres.
No me gustaba la idea, pero sabia que el ejercito era asi, debiamos pasar algunas pruebas para que nos tomaran en serio.

Tengo entendido que Alisse es muy buena con la pesca, al menos tiene excelente dominio del pilum. Yo por mi parte podria conseguir algunas piezas medianas con el arco y flecha. Aunque creo que si nos organizamos y alguien tiene experiencia podriamos ir en busqueda de un Jabali como para alimentar todo el campamento, aunque no debemos de fiarnos ya que he visto personas perder miembros luchando con esas criaturas.
Luego me encamino hacia la armeria para pedir algunas cosillas que podriamos usar, a saber:

- Cuerdas

- Arco y flechas.

- Gladius y Pilum.

- cestos de madera para utilizar en la recoleccion pero tambien utiles para confeccionar trampas sencillas.
-Odres para agua.
 

Cain logra desartarse con facilidad de un nudo poco resistente de manos y cintura. La cuerda ya vieja y roída no puso resistencia. Aprovechando el ritmo lento del carro, libera a Lucius de sus ataduras.
Vuestros dueños van divagando sobre las presas a cazar mientras enfrente tenéis la ocasión de coger armas. La posibilidad de venganza se pone a mano en un ataque sorpresa o escapar de forma sutil. Entráis en los inicios del bosque.