Partida Rol por web

Zoe empieza a estornudar y mover la cabeza de un lado a otro, los oleres le desconciertan, hay mucho olor a humano,a fregasuelos, ese nauseabundo olor a perro mojado...

Alfred movió la cola mientras miraba de un lado a otro del pasillo. Entrecerró los ojillos a la vez que movía sus bigotes -camaradas, creo que sé por donde hay que ir...

Había dos caminos a elegir y Marfelina encontró el correcto, al igual que Alfred al parecer...

De la derecha os llega olor de gaticos, pero ¡atención! que también de perretes.

El suelo ha sido fregado con una mezcla de lejía y fregasuelos de pino, os pica la nariz y eso os hace estornudar ligeramente.

A la izquierda huele a humanos, a los humanos que acaban de salir del despacho precisamente.

Al intentar rastrear algo, un horrible olor quemó mi hociquillo, seguramente alguna clase de sustancia que los humanos utilizan para limpiar. Empecé a estornudar enseguida-¡MEOWCHÚS! ¡MIAUCHÚS!-Seguidamente me tiré al suelo tapandome la nariz con mis patas delanteras y dando vueltas como una croqueta por el suelo, aun molesto por el olor y maullando repetidamente quejádome.

Olisqueó por el aire, moviendo un poco la nariz y os bigotes - hmmm- comenzó a mirar hacia la derecha- es por la derecha, allí hay gatos - y con una cara de pocos amigos acabó añadiendo- y esos sucios perros, también hay de ellos... que tortura mas cruel. 

- Si...- añado a las palabras de Alfred- Será una tortura entrar ahí con ese tufo canino a caca y babas, pero hagamoslo rápido ahora que se han ido los humanos. - voy para la derecha.- Y esta vez controlad al cachorro - miro a Guts mal. - !Vamos! Hay que abrir esa puerta.

Tal y como Marfelina había olisqueado, la derecha era el camino correcto, salvo por el hecho de que también se iban a encontrar con esos animales que sólo servían para ladrar, comer y cag... hacer sus necesidades. Iba a tener que lavarse mucho para quitarse ese olor, pero ahora tenía que olvidarse de ello y salvar a Rayas.

Como vio que Guts estaba armando de nuevo algo de jaleo y no quería que Zoe se echara todo el peso encima, se acercó al pequeño y lindo gatito y le dijo No te preocupes por el olor, más de una vez he tenido que enfrentarme a olores peores y aquí sigo, al final se te acaban olvidando. -puso cara de que decía la verdad, pero en realidad no todos eran tan fáciles de olvidar- Si no piensas en el olor, al final te acostumbrarás a él, te lo digo yo que he pasado muchos años en la calle. Le mostró una pequeña sonrisa y esperó a que Guts reaccionara.

Cuanto Marfelina se acercó, me quedé quieto escuchando sus palabras pues me pillo por sorpresa, no esperaba que nadie me dijese nada.

-Am...oh...vaya....vale...

Me puse de pie de un salto y miré a mi alrededor nervioso y amenazante para asustar el olor. Desués de eso, poco a poco fue desapareciendo, aunque puede que el contener la respiración ayudase un poco y me dirigí hacia la puerta indicada.

-Puede que...-y salte encima de Ginebra intentando cobre dos patas llegar al pomo para ver si llegaba hasta el.

Bufé con furía cuando aquel cachorro me salta encima para alcanzar a abrir este artefacto de humanos. Aquello me había pillado desprevenida y seguro que me estaba manchando con sus patas sucias y pordioseras. Tendría que acicalarme después. Que hubiera usado su familia postiza para hacer esto.

Despues de estornudar lamo mi patita y me limpio la cara con ella, miro a mi mujer y a mi hijo y sonrio, veo la cara de Ginebra y aunque sea buena la idea de Guts es logico el mal estar de la gata,perdona Ginebra,ya sabes que de cachorro se tiene mas corazón que cabeza,perdona a Guts.

Estando sobre Ginebra, un buen punto de apoyo como pensé, no me fue difícil girar el pomo de la puerta para abrirla

Entonces escuché como Zoe decía mi nombre y pensando que me estaba animando o tal vez haciendo un cumplido por abrir la puerta le sonreí y de otro salto bajé de mi plataforma.

-Gracias, gracias, gracias....-Y luego en un tono bastante más bajito, hablando para mi añadí-de algo tiene que servir ser un animal tan odioso como nosotros...a ver si aquí acaba alguien con mi miserable vida.

Miré mal a Zoe por sus palabras, mientras no paré de bujar en todo momento, irritada mientras aquel cachorro me usaba para llegar a abrir la puerta. Finalmente lo cosiguie y echo una mirada en el interior.

Me llegan algunas palabras de Gutz. Dichas en discreción, pero no tanta.
- ¿Que acabas de decir, cachorro? ¿Te escuché renegar de tu especie? ¿No serás tu !el gatico faldero!? - interrogo.
 

El gatico pequeño consigue girar el pomo y abrir la puerta, que quede entreabierta. El olor a perrete se hace más fuerte cuando sale aquel hedor por la rendija, que os pone los pelos de punta. Allí debía haber muchos perretes, por suerte no os han visto u olido aún.