Partida Rol por web

Una parte de la historia de nuestro pueblo está entrando en la cabeza de su nueva compañera. La gema, de gran poder suelta amarras de la cabeza del tal Kahlianty y toma contacto con su nueva anfitriona.

Su madre siempre había mostrado fascinación por esa clase de chucherías, pero él no lo tenia tan claro. "No creo que lo que nuestro pueblo necesite sea anclarse más al pasado. Ahora recibiría consejos de gente sabia, pero de otra época, de muertos. ¿Y si esta gema le hace caer en los mismos errores que sus predecesores?..."

Además el antiguo portador era, o eso creia Camthalion, su hermano. ¿Descubriría momentos en los que su hermano estuvo enfadado con ella o le mintió?, ¿sus fantasías "intimas"?, ¿la opinión que tenia él de algunas personas que ella conozca personalmente?

Una parte de su ser le decía que contemplara el espectáculo, que era grandioso. Otra parte le afirmaba que esta elfa estaba cometiendo un error, que aquello no era del todo sano para su mente. Que estaba asumiendo una carga muy pesada por una de esas tradiciones obsoletas.

Cerro su percepción mágica, que lo que ocurriera fuera un asunto entre la gema y ella. Se limito a contemplarla, asegurándose de que estuviera sana y a salvo.

Una sonrisa le inunda cuando se da cuenta de que los futuros usuarios de la gema le verían a él tal y como ella le perciba cuando abra los ojos. ¡Que locura!

Pasa el tiempo componiendo un poema con sus reflexiones, la mejor forma de ordenar los pensamientos y sentimientos. Le queda algo asi:

Memorias y deseos, accesos de alegría,

Los vuelven eternos, pero son imágenes frías

Deformes siluetas de seres imposibles,

Desgranan las facetas de los incorregibles

Te vi en algún punto, flotando en el antaño,

Como hablas matas, se insertan balas (flechas) de estaño

Veo tus ojos en mi agonía, cuando la noche se hace día,

A través de tus parpados se ve la verdadera vida

La belleza de lo efímero es mi guía.

Durante un día entero tiene numerosas alucinaciones, a menudo hablando en élfico con personas inexistentes y reviviendo fragmentos de la vida de otros elfos mientras lucha para lograr controlar el tel'kiira.

A estas alucinaciones se intercalan breves momentos de lucidez durante los cuales llora desconsoladamente, aunque parece mas consciente de sus alrededores y apelando a los poderes de la gema lanza un conjuro que evita que cualquier sonido de vuestro campamento se extienda por las montañas repletas de seres peligrosos.

Así mismo lanza otro hechizo que reconoces, una sutil alarma mental que avisará cuando cualquier ser hostil se acerque para que no seáis cogidos por sorpresa.

Por lo demás logras hablar poco con ella a lo largo de ese día, sus momentos de lucidez van y vienen tan rápido que te cuesta saber cuando lo son, o cuando es otro elfo el que habla a través de ella. En varias ocasiones y con un porte muy distinto cada vez, el de un imperioso elfo, el de un gélido estudioso del arte, o el de una dulce hija perdida te dice que le gusta el poema que recitas varias veces mientras lo compones.

Cuando cae la noche cae en una ensoñación febril que imaginas teñida por la enorme multitud de recuerdos que debe de transmitirle la gema. Tu también cedes a la ensoñación, sin demasiadas preocupaciones por vuestra seguridad debido a que la alarma sigue activa y que tu también necesitas descansar después de un día caminando y luego la tensión de tener que salvar su vida y cuidarla, unido a la incertidumbre de saber lo peligrosas que son estas tierras y que seguramente el día siguiente sea un día igual de duro que el de hoy o más.

Y cuando te despiertas te la encuentras pegada a ti, parece que respira con tranquilidad y ves que ya no se agita en sueños, cuando te mueves ella también se despierta y te mira con sus ojos límpidos, ya no están nublados por las múltiples visiones de la gema, aunque rojos por las numerosas lágrimas derramadas y aunque parece cansada, te da la impresión de que es dueña de si misma de nuevo.

Gracias por cuidar de mi en esta hora tan sombría para mi familia, soy Llharandhäe Alastrarra, primogénita de la casa y tengo una deuda contigo.

Camthalion tira de la manta para asegurarse de que les cubre bien a ambos. Aun faltan unas horas para amanecer y el frío y la humedad de la noche gobiernan el bosque. -No me debes nada, solo hice lo correcto. ¿Te encuentras bien? no puede evitar mirar a su frente. ¿Que se siente con tantas vidas ahí dentro?¿Con quien hablo ahora? la culpabilidad cae sobre él cuando los tres cuerpos acuden a su mente, posiblemente eso le este afectando más.

Pronto saldrá el sol, le dice con tono solemne.

Oh, perdona mis modales, yo soy Camthalion, del la estirpe de Luínwë por parte de madre, y de la tribu de bardos de "los susurrantes a las estrellas" por mi padre.

Que logres ver Siempre Unidos Camthalion.

Se levanta y recoge sus ropas tendidas en una rama y ya secas y empieza a vestirse dándote la espalda. Cuando se da la vuelta ya vestida notas que no tiene la gema en la frente, ha desaparecido.

Mis defensas están a punto de caer y deberíamos aprovechar el alba para movernos y evitar encuentros de trasgos o cosas peores...- Ves como solo hablar de los grandes trasgos de esta forma le cuesta como si tuviese un nudo en la garganta.

Hay un pueblo humano llamado Khelb a pocas horas de marcha, allí podremos descansar.

Cuando termina de decir esto ambos escucháis el ruido distante de unos cascos contra el terreno que se acercan al trote.

Ella se pone en una rígida tensión y extrae su estoque.

Camthalion se acerca corriendo a la mochila para sacar su espada, aunque de momento la mantendrá en su funda. Que alguien venga a caballo no es una amenaza per se, ni los bandidos ni los orcos van a caballo. Pero posiblemente esta joven este siendo perseguida "esta hora tan sombría para mi familia".

No dejara que le hagan daño. se pone a su lado, listo para desenfundar si hay problemas.

Como bien has deducido no son bandidos ni ningún tipo de enemigo, sino los propios Caballeros de Plata en su misión de patrullar la calzada, estos se acercan sin percatarse de vuestra presencia, pero cuando ven el terreno removido, la sangre y los cadáveres de trasgos el que parece ser el sargento de la patrulla ordena el alto.

¡Aquí ha pasado algo, desmontad, mirad en los alrededores, ha habido una batalla y puede haber heridos, Clirk, acompaña a Mantis, usa tu magia sanadora si encuentras a alguien, Darrek, Barrigo, estableced un perímetro de alarma mágica, podría haber mas enemigos acechando y el Capitán Amarilio nos colgará de las orejas en las murallas si dejamos pasar algo por alto. Selenyae te ayudaré a amontonar esos cadáveres y usarás tu fuego mágico para calcinarlos.

Es entonces mientras bajan de los caballos obedeciendo con presteza las órdenes y abriéndose en abanico que uno de ellos, un semielfo con una flecha encordada en el arco os ve y dice -Sargento Gato, creo que hemos encontrado a los supervivientes- mientras se acerca a vosotros baja el arco y os sonríe tranquilizadoramente y dice -no os preocupeis somos Caball... ¡que Shar me ciegue, eres Camthalion!

Ves como varios caballeros se ocupan cada uno de la labor encomendada por el sargento, que se acerca a vosotros debido a la llamada del semielfo. Es un humano embutido en una reluciente armadura completa que se acerca a paso rápido y sientes cierta familiaridad ante él, aunque estás seguro de no haberle visto en tu vida.

Llharandhäe parece tensa y nerviosa, aunque parece que ha reconocido a los caballeros porque envaina su estoque. Aún así les mira de reojo, especialmente al semielfo y luego se acerca a ti mientras dice en un élfico susurrado -parece que les conoces, pero... ¿quienes son?

-Mi hermano es oficial en la guardia de plata, Amarilïo para más señas. le susurra a la elfa, soltando la espada de nuevo junto a la mochila y volviendose hacia el semielfo.

-Ese soy yo, le sonrie. Perdona mis modales pero no recuerdo tu nombre, aunque mis poderes mágicos me dicen que es Darrek, Barrigo o Selenyae. ¿Puede ser?

-Se vuelve a la elfa: El peligro ha pasado, amiga mia, si la guardia de plata está a nuestro lado. (Dice amiga en vez de su nombre, por si ella necesita inventarse otro por el incognito) La mejor fuerza armada de la ciudad de Argluna.

El que habéis visto que llaman sargento termina de acercarse y aún mas vuelves a sentir cierta familiaridad con él al verle. Es un joven con una cuidada barba negra y ojos azules, de complexión robusta que llega haciendo rechinar su armadura. En el torso de la armadura lleva el tabardo con la luna cruzada por una espada vertical, símbolo de los caballeros de plata de Argluna.

Mientras tanto el semielfo te contesta -si, yo soy Mantis. - coge una vara de su cinto y dice -con esta pensaba establecer una alarma mágica para que no nos pillasen por sorpresa mientras investigábamos lo ocurrido. Pero si habéis tenido algo que ver entonces podréis contárselo al sargento Gato. Pero estoy siendo descortés, ¿necesitáis sanación?

Mira a la Llharandhäe y dice -ella parece herida y hemos traído un sacerdote de Lathânder. Iré a buscarlo mientras habláis con el sargento.

Con un gesto de la cabeza se da la vuelta y sale corriendo en búsqueda del que crees que es el tal Clirk, cruzándose con el sargento.

Este llega con un leve jadeo debido al moverse tan rápido con la pesada armadura y os saluda con una inclinación de cabeza -vos sois Camthalion, el hermano de Amarilïo, ¿verdad?- te mira de arriba a abajo y asiente, confirmándose sus propias palabras y continúa -si, como dos gotas de agua, una dorada y la otra plateada, no cabe duda.

Después de decir eso mira unos segundos a los alrededores, esa misma mirada la has visto en tu hermano muchas veces, la mirada de cuando busca cualquier tipo de peligro acechando antes de poder relajarse del todo y luego vuelve a miraros y dice:

¿Qué ha ocurrido aquí por todos los dioses? ¿Habéis sido atacados? No he visto ningún cuerpo que no perteneciese a los grandes trasgos.

Ves como Llharandhäe se coloca un poco detrás tuyo con la cabeza baja, el rostro casi oculto por su cabello dorado. No sabes si es por timidez o por no querer revivir lo ocurrido o por cualquier otro motivo, el caso es que no parece muy dispuesta a hablar después de tus últimas palabras.

Me temo que si que hubo víctimas mortales, camina dirección a los cuerpos. Esos trasgos estaban atacando a estos pobres viajeros. Llegamos* demasiado tarde para salvarlos. Es una pena que ocurran estas cosas, espero que hayan tenido un buen viaje a la isla eterna.

Te mira de reojo y parece que durante unos instantes aletea una sonrisa de agradecimiento pero luego mira al sargento y busca hablar en común con un fuerte acento élfico y cuidado. Evidentemente no habla común a menudo, te preguntas de donde vendrá, conoces varias naciones élficas, aunque la única que evita el contacto con los humanos tanto como para que le cueste hablar el común es Evereska, situada bastante al sur en el valle formado por altas montañas que la rodean y protegida por poderosas barreras mágicas.

Aquellos tel'quessir merecieren a rito funerario deberoso. Lat suya de muerte est una tragedia y dast suyas almas deben de alcanzar Arvandor, mas lo tempo abalanzare sobre nos. ¿Vos conocere tel'quessir rituali? Nois debiamo amarrar nei Sundarbarelin. Lost enan necesitare informatio.

En su voz hay una cierta urgencia cuando dice lo último que no le pasa desapercibido a ninguno de vosotros, incluso desesperación.

El capitán tarda unos instantes en descifrar el arcaico común entremezclado con los vocablos elfos, cuando finalmente lo logra dice -¡Selenyae mueve tu flaco trasero hasta aquí! ¡Maldición, que Cyric se consuma! En seguida.

Una queja femenina se eleva y pronto se ve a una elfa lunar de aspecto desgarbado y que no lleva armadura, a diferencia de los demás, correr hacia vosotros. Junto a ella veis volver al semielfo que viene con un hombre de porte imperioso con una armadura similar a la del sargento, pero jalonada con el símbolo del sol naciente. Solo la elfa se acerca mientras que los otros dos se mantienen a una respetuosa distancia esperando órdenes.

Cuando la elfa llega dice -¿Que tripa se te ha roto sargento Barreno? Estaba rastreando los restos de una magia muy interes...

Se interrumpe al veros y entrecierra los ojos con sospecha, aunque no dice nada. Pero tu casi te pierdes eso debido a la conmoción, Tomás Barreno era uno de tus amigos humanos de la infancia, con los que jugabas cuando tenías solo dos decanas de vida. Este debe de ser uno de sus descendientes sin duda, aunque no estás seguro de cuantas generaciones pueden haber pasado, finalmente descubres porque te resultaba familiar y reconoces alguno de sus rasgos como propios de la familia de Tomás.

Este se gira hacia la elfa y dice -te necesitamos para que ejecutes el rito fúnebre para tres elfos nobles.- mira a Llharandhäe como pidiendo confirmación y prosigue cuando esta asiente, solo tu que la has visto en su dolor reconoces que la impavidez, casi indiferencia que muestra ahora es una fina máscara -quedas al mando de la patrulla. Mantis y yo llevaremos a estos dos viajeros a Khelb para asegurar su seguridad. De allí seguro que encontrarán la forma de viajar con rapidez a Sundabar.

Ve al hombre imponente junto al semielfo y le dice -la elfa está herida, si desea curación sánala.

Os mira casi con disculpa y dice -buscaría llevaros hasta Sundabar pero está fuera del territorio de Argluna y nuestro deber nos impide algo salir sin una orden directa del consejo o Dama Alustriel.

Vaya, será un honor viajar con tan grata compañía. Sonríe. No tiene muy claro que ha pasado, como de repente su nueva amiga se ha hecho con dos escoltas y todo parece adecuarse a proseguir su viaje con rapidez. De cualquier modo, para él le daba lo mismo ir en una dirección que otra así que espera que sea un viaje interesante y divertido. La guardia de plata no solo era una poderosa escolta, también le traía sensación de calidez y recuerdos familiares. Por su hermano y por las guerras con los orcos, que si bien fueron horribles también tuvieron sus momentos de compañerismo y de lucha codo con codo.  

Le brillan los ojos al hablar: ¿Barreno? ¿No tendrías un pariente llamado Tomás, quizá un abuelo? Regentaba una tienda de herramientas en la calle alta, que heredo de su padre, se caso con una mujer rubia y tuvieron un hijo llamado Castor.

El sargento te mira un poco sorprendido de que conozcas a su familia y dice -si, Tomás era mi señor abuelo. Murió de vejez pocos días después del solsticio de invierno, que Selûne acoja su alma. Mientras que Castor es mi tío, yo soy hijo de Batan, el hermano pequeño.

Parece un poco confundido al darte la información así, como si intentase ver el mundo como tu lo ves y no lo lograse. Te fijas mejor en él, a lo largo de los años has logrado calcular mas o menos la edad de los humanos, que a diferencia de los elfos van cambiando perceptiblemente con ella y calculas que debe haber sobrepasado desde hace poco la veintena. Debe ser alguien prometedor si ya es un sargento.

¿Co... conocisteis a mi abuelo?

Mientras el sargento habla contigo ves como el hombre que has identificado como un clérigo de Lathander se acerca a Llharandhäe y le pide permiso para lanzar un conjuro de sanación sobre ella. Esta te mira de reojo pero al ver la familiaridad con que ellos te han tratado asiente y en seguida el clérigo se pone manos a la obra. Coge su símbolo del sol naciente y expresa un rezo a Lathander que tiene como resultado un leve brillo en sus manos. Cuando toca a Llharandhäe sientes como esta da un pequeño respingo de sorpresa y cierta rigidez en sus movimientos debida a sus heridas desaparecen acto seguido. Ves como da las gracias en común al humano, como si le resultase increible que este de verdad le haya curado. Entonces la elfa te mira y sientes una voz en tu cabeza hablar en perfecto élfico y con el tono musical de Llharandhäe -siento haberte involucrado en esto tel'quessir, disculpa mi falta de cortesía tanto por mis actos como por entrar en tu mente, podré explicarte todo mejor que con las palabras gracias a la gema, si así lo deseas. Pero has de saber que viajo hacia Sundabar para evitar un gran peligro, drows.

Camthalion  sonríe mientras habla y recuerda. Por supuesto, fuimos muy amigos, luchábamos codo con codo en las batallas que imaginábamos en la plaza del mercado. No dejes de darle saludos de mi parte a tu tío Castor, hace muchísimo que no le veo. Guardo muy buen recuerdo de la hospitalidad que tu familia me ha brindado siempre.

Tenéis todo mi apoyo, mi señora. Yo solo soy un errante que quiere apartarse de su doloroso pasado. Si puedo unirme a una causa contra los drow, al menos mi vagar ya no parecerá una huida sino un avance. Así que sería todo un honor unirme a vuestro viaje.  Lo que piensa es cierto, aunque su verdadero motivo es la curiosidad que le inspira esta historia. No la piedra y la saga familiar, sino la chica que hereda responsabilidades muy graves demasiado pronto, pero las asume.

El sargento te mira de esa forma a la que ya te has acostumbrado, esa maravilla con la que los humanos miran a los elfos cuando recuerdan sus largas vidas, casi ves la imagen mental que debe de tener y como se imagina las cosas que tienes que haber vivido.

Pero es un hombre disciplinado y tarda poco en volver a la realidad.

Eh... por supuesto, le saludaré de vuestra parte cuando vuelva a la ciudad.

Cuando ve que Llharandhäe ya está curada dice -parece que vuestro cometido es algo importante, a juzgar por sus palabras. Os podemos llevar hasta un pueblo cercano, el límite del territorio de Argluna con rapidez, pero no podemos ir mas allá. Dudo que el capi... vuestro hermano nos eche una reprimenda por ayudaros, pero seguramente lo haga por retrasarnos. Aún así podremos ahorraros por lo menos un día de viaje.

Ves que no parece demasiado preocupado por la eventualidad de un castigo.

Empieza a recoger sus cosas para volver al camino y escuchas mas de sus palabras en la cabeza, esas mismas palabras llevan consigo una sensación de curiosidad que se abre camino a través del dolor y un cierto bloqueo mental que presientes -¿has vivido en una ciudad humana?

Se introduce entre el follaje durante apenas un minuto para ponerse el camisote de mallas que ha cogido al cadáver del elfo y cuando vuelve ves como este se ajusta mágicamente a su cuerpo, aunque pronto desaparece cuando lo cubre con una túnica y el peto de cuero. Te maravillas de que el camisote pase totalmente desapercibido, si no supieses que lo lleva puesto creerías que no está llevando ninguna armadura. En apenas unos minutos ya ha recogido todas sus escasas pertenencias.

El elfo piensa “en voz alta”. Nací en una ciudad multiracial, y crecí en ella. Mi madre prefería que no me relacionara con gente no elfica, no por elitismo sino para protegerme. El abuelo del muchacho Tomas Barreno fue mi mejor amigo hasta que dejo la pandilla, porque se hacía mayor, poco tiempo después un buen amigo, Castor, me presento a su padre ¡y era Tomas!

Toda mi vida ha transcurrido en ARGLUNA, nunca fui más lejos que el bosque alto. Esta es la primera vez que me lanzo al mundo.

Con calma va abriendo sus recuerdos, visualizándolos, quizá así ella pueda verlos. Evoca tiempos de inocencia de guerras por callejones y terrazas. Correteos por la ciudad, las fiestas y el mercado, los festivales. Le muestra a Tomas, a Castor y ahora al sargento que tiene delante. Le enseña también a los semiorcos, el carnicero y todos los que habitaban el mismo edificio, su curiosidad por saber de ellos y lo que observó.

Llharandhäe agradece con un gesto educado de la cabeza la sanación recibida y después en su arcaico común dice que se va a cambiar. Se interna en la espesura con la reluciente armadura en las manos.

Gato mira a la elfa marcharse y después vuelve a mirarte a ti y dice: parece que vuestro cometido es algo importante, a juzgar por sus palabras. Os podemos llevar hasta un pueblo cercano, el límite del territorio de Argluna con rapidez, pero no podemos ir mas allá. Dudo que el capi... vuestro hermano nos eche una reprimenda por ayudaros, pero seguramente lo haga por retrasarnos. Aún así podremos ahorraros por lo menos un día de viaje.

Camthalion charla animadamente con el joven Barrreno. Las anécdotas que intercambian le recuerdan una época feliz e inocente.

Mantis observa con curiosidad a la elfa mientras se marcha, fijándose en la armadura y después te mira a ti. A diferencia de otros semielfos no parece tan intimidado por estar con un elfo.

[Camthalion] Muchas gracias, sois muy amables ayudándonos, sera un honor disfrutar de vuestra compañia en este primer trayecto

[Gato] es cierto que vos estuvisteis en la gran ofensiva orca? yo aún no había nacido pero dicen que fue una batalla increible.

Gato te mira como si prácticamente fueses una leyenda con vida, una leyenda que conoce a sus familiares y antepasados.

Llharandhäe habla a través de la telepatía -¿y como es Argluna? Nunca he salido de Evereska, demasiado peligroso alejarse del Pueblo y la civilización, eso decían los mayores- sientes una nota de amargura con cierta ironía.

Clirk se aleja dejándoos mientras dice que va a investigar con Selenyae lo ocurrido para ver si puede ser de ayuda.

Camthalion contempla el bosque y se despide de asa pequeña zona donde habían ocurrido tantos encuentros, unos tristes y otros alegres.
Tras recoger sus cosas espera a que los demás esten preparados para partir

[Camthalion] Telepaticamente: Creo que lo peligroso es encerrarse en un refugio, es mejor saber como es el mundo, por muy cruel y triste que sea a veces. Argluna es una ciudad multiracial, que crece gracias al comercio y donde diferentes culturas y razas coexistimos lo mejor posible

Camthalion se concentra visualizando imagenes de la ciudad, experiencias vividas ¿Podria verlas o solo oia los pensamientos?

[Llharandhäe] te transmite -solo los tel'quessir que nunca han visitado Siempre Unidos opinan eso. Seguro que tu también puedes sentirlo, al oeste, nuestro último refugio. Coincido en que hay demasiada preocupación en Eternôska pero...

[Gato] suelta una orden con su vozarrón -¡bien! Nos vamos. Quedan bastantes millas por recorrer y después tendremos que volver a la ciudad. Clirk, Selenyae, cuando termineis volved a reportar a la ciudad.

[Mantis] dirigido a Llharandhäe- si lo deseais tel'quessir venid conmigo. Parece que el sargento Gato quiere seguir hablando con Camthalion.
[Camthalion] acude junto al caballo del sargento gato, Dejara que su gilgero se pose en su hombro para que descanse el viaje, Su ayuda como vigia no ha tenido precio. Curiosamente el roce en su piel y su cabello no le resulta extraño o intrusivo, es como si el mismo se rozara el pelo.
[Camthalion] Telepaticamente: nunca he estado en siempre unidos. Mi hermana murió en esa ciudad durante la Era de los Trastornos. No quiero criticar nuestas costumbres y cultura. Simplemente opino que hay que saber "que se cuece" en el mundo. 

Quiza esos refugios esten bien para mantener nuestra esencia pero me da pena que no hayais visto tantas otras cosas.
[Camthalion] Tras reflexionar estas palabras retoma la conversación con gato recordando alguna anecdota más sobre sus familiares y las oleadas de orcos.

[Llharandhäe] quizá si...

[Director] La frase se corta a la mitad, parece que el hechizo ha terminado. Ambos montáis y aunque Llharandhäe, te lanza una mirada significativa, como si fueses un espécimen raro que no conoce y quiere estudiar no pronuncia palabra.
Durante la hora siguiente cabalgais y los poderosos sementales de guerra recorren el camino que os hubiese llevado horas recorrer. No solo eso sino que tu sabes que estos caballos tienen encantamientos para viajar de forma mas rápida y segura.
Unido al conocimiento que tienen los dos caballeros del territorio el viaje procede con extrema rapidez. Gato se dedica a hablar contigo al principio, pero cuanto mas os alejais de Argluna se va sumiendo en el mutismo mientras vigila los alrededores.
El viento arrecia contra tu cara y el camino de montaña prosigue serpenteante, impidiendo ver nada mas alla de unos 50 o 100 metros. Así que te sorprendes cuando tras una curva ves un pequeño poblado fortificado situado en medio del valle, con las casas parcialmente excavadas en el suelo y las paredes de piedra.
 

[Camthalion] contempla el lugar, es una impresionante frontera fortificada. La piedra es el material dominante, sin lugar a dudas.
[Camthalion] ¿Como se llama este lugar?
[Camthalion] El viento y el fresco de la montaña le despejan, encuentra el lugar estimulante; así lo siente mientras entran en la plaza fortificada.

[Gato] desmonta al llegar a la entrada. El caballo resuella, ha tenido que realizar un gran esfuerzo y sus ojiares se mueven con su respiración agitada.
 

[Gato] Se llama Khelb, es el último sitio civilizado antes del paso de Argluna, pero no te esperes la misma civilización que en la ciudad, la gente de aquí tiene que ser dura.
[Gato] desmonta antes de que lo haga Mantis, que la sigue y se acerca.

[Mantis] sargento, he pensado que el viejo Cabris podría ayudarles. Dicen que posee poderes raros... podría tener algún conjuro de teletransporte.

[Gato] se rasca la barba pensativo y asiente.
[Gato] nosotros tenemos que volver, pero lo que dice Mantis es cierto. Preguntad por Cabris, no es un hombre agradable pero es el líder de un círculo druídico que combate en estas montañas contra osgos, orcos e incluso dragones. Seguro que si lográis convencerle puede hacer que vuestro viaje sea mas rápido.
[Camthalion] Aún asi os estamos sin lugar a dudas agradecidos
[Camthalion] no solo por el viaje sino por la compañia
[Camthalion] sonrie a gato
[Camthalion] y se despide de todos
[Camthalion] cerrando filas con Llharandhäe

[Llharandhäe] hace una inclinación de cabeza y dice con su común -grasie per aiuta.
[Llharandhäe] te sigue y dice en perfecto élfico -que han dicho? ¿De encontrar a alguien, verdad?
[Llharandhäe] Llharandhäe cambia su nickname a Gato
[Gato] que encontreis agua en vuestro camino y vuestras pisadas sean sobre verde hierba.
[Gato] hace un gesto y tanto el como Mantis vuelven a montar.
[Gato] cuando vea a tu hermano le diré que te he visto. Seguro que estará contento de saber que has llegado sano y salvo hasta aquí
[Gato] hia!
[Gato] da la vuelta con el caballo y lo espolea para volver de donde ha llegado.
[Camthalion] Si, parece ser que hay un hombre llamado Cabris, lider de un circulo druidico que lucha contra los males de estas montañas y que podria ayudarnos en el viaje
[Camthalion] Alza la mano y la agita despidiendose
[Camthalion] ¿como lo ves? ¿confiamos en ese druida o avanzamos por nuestra cuenta?

[Llharandhäe] los druidas son de los pocos humanos aceptados en Eternôska, creo que podemos confiar en uno.
[Camthalion] Entonces habra que averiguar donde está
[Camthalion] busca con la mirada a la persona mas cercana
[Camthalion] en un pueblo como este los forasteros son novedad
[Camthalion] asi que espera que haya varios pares de ojos sobre ellos
 

Khelb es un pueblo fronterizo y situado en un sitio peligroso, nada mas acercaros a la puerta del muro defensivo y la empalizada anterior veis una docena de guardias con arcos y balletas. No os impiden el paso aunque sientes sus miradas penetrantes mientras cruzáis la puerta.

El pueblo es pequeño, apenas una docena de casas a cada lado de la calzada, todas ellas excavadas parcialmente en el suelo o paredes de piedra del valle parecen mas estaciones defensivas que hogares.

En el centro del pueblo se encuentra una plaza con la única posada del pueblo y donde varios carromatos de mercaderes están parados.

No encontráis mucha gente por las calles, la mayor parte de ellos son guardias curtidos o lugareños que llevan carretas de minería y picos, algunas llenas de carbón y otros minerales, otras vacías. En general parece un sitio muy tranquilo, solo animado por los bulliciosos guardias de caravana y los propios mercaderes que en la plaza han extendido en mantas bienes de primera necesidad, agujas, telas, ollas y en general cosas que se necesitan en el pueblo, además de vinos, libros y otros bienes considerados de lujo.

Excepto los guardias nadie mas os presta excesiva atención, aunque es un pueblo pequeño Khelb recibe numerosas visitas de comerciantes entre Argluna y Sundabar y dos elfos no llaman demasiado la atención.

Camthalion se acerca a un par de los puestos, en el de los libros ojea los títulos, en el de vinos pregunta por los precios, algo para beber y entrar en calor en las noches que les esperan a la intemperie durante su viaje. A ambos tenderos pregunta si conocen la forma de contactar con Cabris o alguien de su círculo druídico.