Partida Rol por web

Sanctae insidias

Nativitatis VII

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15/03/2015, 19:21
Director

- Para ir por orden, lo primero que tendrías que escoger es la raza (aunque la imagen daba a entender que eras humana). Sexo también está escogido, así que quedarían cosas como la edad, el nombre y poco mas, vamos lo primerísimo del personaje.

Así mismo en tu caso he pensado que vamos a escoger antes la clase de personaje que con los demás, ya que esta afectará sensiblemente a tu historia. Hay mas clases lanzadoras de conjuros arcanos, pero por no hacer que te pierdas demasiado, ya que son mas complejas y hablamos ya de las clases mas complicadas al principio te diría que escogieses entre hechicera o maga.

Te recuerdo las diferencias:

Hechicera: poseen el poder mágico de forma innata que corre por todo su ser. Por lo tanto son capaces de lanzar numerosas veces los conjuros que conocen y no necesitan prepararlos antes. Como contrapartida el conocimiento de magia que poseen es mas limitado.

Maga: acceden a la magia arcana a través del estudio y es la forma tradicional de acercamiento a la magia arcana. Aunque su poder mágico es inferior lo compensan gracias a que pueden conocer muchísimos conjuros. Así mismo tienen que prepararlos después de descansar.

Ambas clases poseen ventajas y desventajas, pero en conjunto son igual de poderosas.

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15/03/2015, 19:40
Dreya
Sólo para el director

Nombre: Dreya
Genero: Femenino
Raza: Huamana
Edad: 25 años
Clase: Hechicera

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15/03/2015, 19:41
Director

Vale, ahora tienes que repartir los atributos.

Empiezas con todos a 8 y tienes 33 puntos para repartir.

Hasta 15 cada punto en atributo te costará 1. 16 y 17 cuestan 2 y 18 cuesta 3.

Para una hechicera el atributo mas importante es el carisma, es el atributo que influencia todas sus capacidades mágicas. Todo lo demás puedes repartirlo mas libremente. También la media humana es un 10 para que lo tengas en cuenta.

También recuerda que, si quieres, tienes el derecho a una tirada por cada atributo, puedes escoger que atributos tirar y cuales no tirar. Con 1-3 pierdes un punto, con 4-6 ganas un punto. Si haces la tirada pon en el motivo de la tirada el atributo.

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15/03/2015, 20:54
Dreya

Fuerza: 10
Destreza: 16
Constitucion: 14
Inteligencia: 12
Sabiduria: 11
Carisma: 16

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16/03/2015, 13:35
Dreya

Línea sanguínea: Elemental de fuego

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20/03/2015, 12:12
Director

ARGLUNA

La ciudad estrella de las marcas argénteas llamada "La gema del norte" ya que emulaba a la antigua Myth Drannor (una ciudad élfica caída en desgracia y destruida por hordas demoníacas). Es uno de los pocos baluartes de civilización entre la salvajidad de las tierras del norte.

La ciudad es famosa por sus músicos, zapateros, escultores y mamposteros, así como mágicos cuyo número es mayor que en cualquier otra ciudad del norte salvo Aguas Profundas.

Argluna tiene un conservatorio de música, una gran biblioteca, parques, residencias palaciegas y templos y capillas de numerosas deidades votadas al bien, tanto humanas, como élficas, enanas y de cualquier raza.

Aunque su edificio mas famoso es la Universidad de Argluna, una escuela de magia formada por varias universidades que antes eran edificios separados.

Las escuelas que la integran son La Escuela de la Dama (instruye a hechiceros y bardos), la Escuela de Taumaturgia de Miresk (para magos) y la Escuela de Focuchlan (para bardos).

La ciudad posee un ejército de élite y enorme prestigio de medio millar de componentes llamado Los Caballeros de Plata. Son ayudados por mágicos de la Universidad siempre que es necesario.

El Palacio de Dama Alustriel está guardado por la Guardía Sortílega, la élite de magos leales a la ciudad que deciden consagrar su vida a la protección de su señora.

 

Lady Alustriel Mano de Plata es la regente de Argluna, una poderosa maga, Elegida de Mystra (la diosa de la magia) y una de las Siete hermanas (llevas escuchando heroicidades de estas mujeres desde que naciste).

Es conocida por la devoción que siente por la gente de la ciudad, incluso a pesar del enorme poder que tiene ni una sola sombra tacha su reputación.

Es muy cercana al pueblo, con numerosas apariciones en público y la posibilidad de visitarla en su palacio de forma relativamente sencilla, siendo sus propios ciudadanos los que en su devoción hacia ella, buscan protegerla de cualquier posible daño e intentan limitar esto. De todos modos todo el mundo sabe que ella detesta la burocracia, aunque tenga que ceder de vez en cuando.

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21/03/2015, 14:20
Director

Infancia (hasta los 10 años)

- Naciste en el 1349, el año de la Brida. En una gran granja a pocas millas de Argluna.

- Eras la novena hija de tus padres (los Buenafuente), tenías otras dos hermanas y seis hermanos, algunos de tus hermanos mas mayores y una de tus hermanas ya habían sido casadas con hijos de otras granjas cercanos e incluso ya tenían hijos, varios de tu misma edad. En la misma casona que se ampliaba según iba creciendo la necesidad vivían varias generaciones de la familia.

- La vida era sencilla, un rezo a Chauntea (la diosa de la agricultura) para agradecer la prosperidad de la que gozaba la familia y duras horas de trabajo cuidando animales, huertos y todas aquellas pequeñas cosas necesarias para llevar una granja hacia delante.

- A diferencia que el resto de tu familia, de piel clara, tu naciste con la piel mas tostada, con gran facilidad para ponerte morena en cuanto los primeros rayos de sol del verano tostaban tu piel.

- De vez en cuando ocurrían cosas extrañas, se encendían pequeños fuegos de la nada y se apagaban igual de rápido, al igual que pequeños estallidos de sonido o de luz. Siempre ocurrían cuando sentías una fuerte emoción, pero si alguien logró relacionar esto no te dijo nada. Ya que nunca habían hecho daño a nadie la familia asumió que se trataba de algún espíritu travieso y hacían el gesto contra el mal agüero cuando ocurrían.

Notas de juego

No he puesto nombres y lo he dejado todo muy abierto. Puedes añadir cualquier cosa a lo que ya hay.

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07/04/2015, 11:35
Dreya

Ser un renacuajo siempre es divertido sobre todo viviendo en el campo, donde siempre podía encontrar nuevas aventuras. Aunque la mayoría de las veces era más bien aburrido. Siendo pequeña no tenía muchas obligaciones, pues su estatura y juventud no le permitían hacer mucho, pero a medida que crecía eso cambiaba y las responsabilidades iban en aumento. Al ser la más pequeña de la familia no era difícil escapar de la atención del resto, sobre todo de los mayores.

Era una vida tranquila y sencilla, en su mayor parte muy monótona, solo rota cuando llegaban las fiestas de la cosecha, evento del que todo el mundo disfrutaba. El resto del año estaba salpicado por alguna que otra visita de otro tipo de personas, pero eran fugaces y la mayoría de las veces no comprendía ni media de lo que decían, a no ser que contasen buenas historias, que aumentaban sus ganas de conocer cosas nuevas. Por eso su labor preferida era el pastoreo, bueno, más bien ayudar a uno de sus hermanos mayores a cuidar del rebaño durante el tiempo que se quedaban en los prados de pasto. Y todo porque había un bosque cercano a donde podía escaparse para explorar y del que siempre volvía con alguna cosa nueva que había descubierto para enseñarla al hermano de turno. En especial le encantaba una pequeña poza no muy lejos de las lindes del bosque, de la que más de una vez había vuelto completamente empapada.

Era una niña con mucha vitalidad y ganas de descubrir el mundo que le rodeaba. Por eso disfrutaba al máximo de las pocas ocasiones en las que le permitían acompañar a su padre al mercado de la ciudad. Aquel era un lugar lleno de cosas diferentes y nuevas. No es que le gustara desobedecer, pero es que no podía perderse nada de nada.

Aunque esas pequeñas escapadas suyas le pasarían factura. Había razones por las que siempre le decían que no se adentrase sola en el bosque, pero no entendía porque se lo decían, pues solo había bolas de pelo adorables como conejitos y ardillas. Ah… pero el bosque escondía peligros, sobre todo para una niña pequeña. Era una presa fácil para cualquier depredador, en aquella ocasión y sin que se diese cuenta fue acechada por un lobo que intento hacer de ella su comida, por fortuna logro escapar sana y salva gracias a la aparición del fuego entre ella y el animal. No pensó mucho en ello, y echo a correr, saliendo del bosque de vuelta con su hermano. No lo sabía, pero había despertado su poder y ella siendo una cría estaba en la creencia de que la había salvado un espíritu bueno y que se había quedado con ella pues cosas extrañas se siguieron sucediendo a lo largo de los años. Para ella era estupendo tener un amigo así, aunque no pudiera verle ni oírle por mucho que lo llamara.

Notas de juego

Yo tampoco lo he puesto, que me da mucha pereza pensar en tantos XD ya si eso los pienso en otro momento

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09/04/2015, 21:55
Director

Adolescencia (hasta los 16 años):

- Ocurrió todo muy deprisa, un día te levantaste con un fuerte dolor de tripa: tu primer sangrado. Mientras contemplabas la sangre algo se despertó dentro de ti y sentiste calor, demasiado calor, tenías que sacar ese calor fuera o te consumiría. Cuando pensaste eso una sensación de éxtasis se adueñó de ti. Cuando volviste en ti gran parte del caserón había ardido en llamas, afortunadamente todos tuvieron tiempo de escapar. Sentías ese calor en tu interior, habías sido tu.

- Afortunadamente para ti la proximidad de Argluna hacía que la gente tuviese un conocimiento mayor de magia, el justo por lo menos para no quemarte por bruja. Sentías el disgusto de tus padres, e incluso sus discusiones por la noche, pero mandaron un correo a la ciudad y en menos de una decana llegó al pueblo Darion.

Este extraño hombre de media edad conversó con tus padres y luego contigo, descubriste lo que eras y tenía muchos nombres: hechicera, espontánea, instintiva. Poseías la magia en la sangre.

 

 

 

 

 

 

- No tuviste gran elección y te fuiste con Darion, solo tenías 11 años. Este era a ratos taciturno, a ratos expansivo y solar, como tu poseía la magia en la sangre, aunque de un tipo muy diferente, dijo que aprenderías tu sola a usar los poderes.

- Llegaste a Argluna, donde la mismísima dama Alustriel te recibió en su palacio. Con una acogedora sonrisa te dijo que llegarías a ser alguien grande, que el Arte, la magia, fluiría por ti y te acompañaría siempre y que tendrías un lugar en la ciudad. Acto seguido te alojaron en una de las escuelas de magia como novicia.

- A lo largo de esos años "estudiaste" magia, o no, ya que tu magia fluía naturalmente hacia ti y no necesitabas estudiar, a diferencia de los aprendices de magos. No tenías obligación alguna y la escuela pagaba tus gastos de alojamiento y comida. Darion de vez en cuando iba a visitarte, prometiéndote todas las veces llevarte en alguno de sus viajes.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Desde los 11 años hasta los 16 lo he dejado mucho mas abierto.

Así mismo es muy posible que Alustriel te impresionase de alguna forma, es una mujer no solo bondadosa, sino poseedora de un poder casi divino y reverenciada en la ciudad. Esta aura de poder y bondad son casi perceptibles.

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16/04/2015, 20:23
Dreya

Estaba en la edad en la que pronto empezaría a sangrar cada mes. Eso le había explicado su madre, además de otras tantas cosas relacionadas con aquel asunto. Pero no podía imaginar ni por un momento lo que ocurriría ese día.

Primero había sentido ese dolor de estómago, bueno un poco más abajo del estómago, como si fuera un retortijón, lo siguiente fue sentir un hilo de un espeso liquido bajaba por el interior de uno de sus muslos y ahí fue donde todo se descontrolo. De repente hacía mucho calor, y la temperatura no hacía más que subir y a ella le costaba más respirar. Solo podía pensar en todo ese calor, en lo mucho que quería que parase y que hiciese algo más de frio. Tanto lo deseaba que de manera inconsciente toda aquella temperatura acumulada fue como si obedeciese a una orden y en vez de abrasarla a ella, comenzó a hacerlo con las paredes de la casa al tiempo que ella perdía el conocimiento.

Cuando despertó, ya sin esa sensación asfixiante de calor, pudo ver que el caserón había ardido en gran parte, y que por suerte nadie había salido herido, solo algo aturdidos. A la mente le vinieron todas las veces que pequeños fuegos y otras cosas habían ocurrido cuando estaba ella presente y comprendió en ese momento que ella era la que los había causado y no un espíritu como había creído todo ese tiempo. Ella había provocado aquello y no supo que hacer o pensar.

Esos días los paso bastante recluida, podía sentir las miradas desaprobación y los cuchicheos de los demás cuando creían que no les escuchaba. No había sido a propósito y no era mala, así que no entendía porque aquellas miradas.

Todo cambio el día que Darion llego a la granja, por lo que entendió sus padres mandaron una carta a la ciudad exponiendo su problema. No tardo en hablar con ella y explicarle lo que había pasado y en lo que eso la convertía. Muchas dudas se le agolparon en la mente, entre ellas y la más principal, era porque ella sola de toda su familia, y si eran en realidad sus padres y hermanos. Cuando formulo la pregunta, el hombre no fue muy esclarecedor y la duda siguió allí.

Pronto partieron hacia la ciudad, no le quedaba más remedio que ir, no le habían dado opción a elegir, pero tampoco fue tan duro, en cuanto le vio el lado positivo. Esto es, sitios nuevos que conocer y explorar, aprender cosas nuevas, en este caso magia. Durante el camino, las preguntas salían de su boquita a patadas, cuando decidió que el silencio incomodo no le gustaba en absoluto. Y cuando no, el camino ofrecía distracciones suficientes para una niña de su edad. En general fue un pequeño viaje sin eventualidades.

A pesar de que había estado con anterioridad en la ciudad en muy contadas ocasiones, no dejaba de sorprenderle sus calles llenas de gentes y comercios. Pero más impresionante fue el palacio, donde no hizo más que corretear tras Darion a cada poco por quedarse embobada mirándolo todo. Nunca había estado en un sitio como aquel y no quería perderse nada. Pero cuando llegaron ante la dama Alustriel… se cohibió un poco, podía ver que era una persona de gran poder, y eso intimidaba, pero pronto se relajó y mostro una tímida sonrisa cuando vio el afable rostro de la mujer.

Al poco ya estaba instalada en una habitación en una de las escuelas. No tenía ni idea de por dónde empezar, Darion le había dicho que tendría que aprender ella sola, pero no era tan fácil, pues no tenía ni idea de cómo funcionaba su magia. Las clases ayudaron bastante, pero no siempre podía controlarse, y alguna que otra llamarada hacia acto de presencia en el momento menos oportuno y es que a pesar de que iba aprendiendo a concentrarse en una sola cosa, a veces resultaba realmente duro cuando hacia un día esplendido afuera y solo podía pensar en salir fuera y disfrutar del bullicio de las calles. Descubrió sin embargo, que no necesitaba de libros para usar la magia, pero tampoco es que tuviera mucho más que hacer en aquellos días. Darion había partido a lugares lejanos y eso no le parecía justo, ella también quería ir de aventuras.

Con el paso de los años, fue haciendo amistades y conociendo la ciudad, así como aprendiendo a controlar cada vez más sus poderes, y a pesar de que no necesitaba estudiar, muchas veces no encontraba otra distracción que la  de los libros pero las veces que decía no perder el tiempo delante de ellos, los ocupaba en otras cosas para su gusto, menos aburridas. Otras veces su rutina se rompía por la visita de Darion, al que por mucho que se lo pidiese, no la llevaba con él en sus viajes, “algún día, algún día” le decía todas las veces, y ella se enfurruñaba porque parecía que ese día no llegaría nunca.

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20/04/2015, 21:40
Director

Juventud y edad adulta (hasta los 25 años y actualidad):

- Durante los siguientes 3 años tus poderes empezaron a desarrollarse de verdad. Podías controlar el fuego en todo su potencial, jamás te dañaba y tu piel podía adquirir un tono incandescente hasta abrasar todo aquello que tocaba. Después de la primera vergonzosa vez que ocurrió eso incluso te dieron ropajes ignífugos.

- Los magos empezaron a dejarte de lado, siendo solo los bardos y los otros hechiceros aquellos que se acercaban a ti. Lamentablemente casi todos ellos eran espíritus libres que iban y venían, permaneciendo como mucho unos meses antes de marcharse. Cada vez la soledad formaba mayor parte de tu vida.

- La edad adulta en la academia se consideraban los 21 años. Ese día se consideraba que todo el potencial del mago/hechicero empezaba a vislumbrarse y también debían decidir que hacer con sus estudios y a que se dedicarían. Ese día Darion finalmente aceptó llevarte de viaje, ese mismo día.

- Fue ne el viaje cuando tus poderes se desarrollaron, os enfrentasteis a multitud de situaciones mágicas, combatisteis con trasgos, orcos y demás alimañas. Cambiaste botas tres veces debido a la costumbre de Darion de caminar. Poco a poco os dirigisteis al sur, a la Costa de la Espada.

- En el viaje finalmente comprendiste el tipo de magia que Darion utilizaba y lo descubriste en el peor momento. Habíais llegado a la magnífica Aguas Profundas buscando una "reliquia", aunque Darion no te había dicho de que se trataba. Lamentablemente os encontrasteis en medio de la guerra contra los drow, ante la supremacia de los drow contra vuestra magia Darion invocó su mayor conjuro y ambos entrasteis en estasis temporal saliendo de la corriente espacio-tiempo.

Notas de juego

Tanto física como mentalmente tendrás 22 años. Esos 3 años transcurren en una no existencia atemporal.

 

Durante el tiempo que pasas atrapada en la magia estuviste "soñando". Sueños de una vida entera, de un instante, infinitas posibilidades y ramificaciones del destino. Nada que la mente pueda abarcar, comprender o recordar.

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24/04/2015, 19:00
Dreya

Su magia cada vez era más potente, los hechizos le duraban mucho más y ya no le solían estallar en la cara como al principio de su educación. Aunque… había algo que le encantaba de su poder, y era que podía hacer que su piel se tornara tan roja y tan caliente que quemase todo aquello que tocaba… Emm… más bien se cogió apego a ese hechizo cuando le dieron ropas que pudieran aguantar al fuego, pues en la primera ocasión se quedó tal cual vino al mundo delante de mucha gente. Fue realmente vergonzoso y tardo varios días en querer salir de su cuarto.

Además de eso, había una clase que le encantaba con mucha diferencia, y era la del uso de dagas. Aprender a usar armas fue sin duda divertido y era casi como un baile los duelos de entrenamiento, además de aprender el juego de pies, como defenderse, esquivar y contraatacar, cosas a las que tenía que estar muy atenta, también se le añadía la dificultad del usarlas combinándolas con algún hechizo, lo que hacía el uso algo más complicado debido a que tenía que tener parte de su atención en el que le hechizo no se le fuera de las manos y la otra parte en su adversario.

Pero por desgracia al mismo tiempo que ella crecía en poder y destreza, parecía que el aburrimiento crecía exponencialmente. Poco tardo en entender en aquellos días de la rivalidad entre magos y hechiceros. Algo que le parecía completamente absurdo y que solo era motivo de la envidia de aquellos que no poseían El Arte de forma natural. Que compañeros y amigos le diesen largas poco a poco la frustraba y la enfurecía. Ni que tuviera ella la culpa de aquello. En momentos como esos, buscaba siempre la manera de calmar el ánimo para no provocar accidentes. Solía recurrir a tres cosas, meditación, entrenamiento con las dagas o sencillamente, pasear por las calles de Argluna, que para aquel entonces se conocía tan bien que casi podía recorrer la ciudad de un extremo a otro con los ojos cerrados. Otras veces, las más pocas, se acordaba de que nadie más en su familia tenía magia y eso la intrigaba, así que se iba a la biblioteca en busca de libros que le aclarasen todas sus dudas. Descubrió que en algún momento de la línea sanguínea de su familia, hubo un antepasado que no era precisamente humano y que en algunas generaciones esa característica heredada se manifestaba en forma de magia.

Eran días muy lentos, muy aburridos y muy tediosos. Necesitaba un cambio rápidamente antes de que todo aquello la superase.

Fue el día de su 21 cumpleaños el que le trajo un nuevo giro a su aburrida vida en la escuela, Darion había vuelto otra vez y le había dicho que se iba con el de viaje. No podía haber mejor regalo que aquellas palabras por la que llevaba años esperando. Así que ni corta ni perezosa se lanzó al cuello del hombre para abrazarle con fuerza mientras no dejaba de dar pequeños saltitos y repetir una y otra vez la palabra gracias y “que bien”. Recogió todo lo necesario tan rápido que Darion podría jurar que había usado algún tipo de hechizo. La chica rezumaba alegría por todos sus poros, casi podían verse pequeños brillitos a su alrededor, mientras caminaban hacia las puertas de la ciudad, hay quien aseguraba que no estaba caminando, si no dando alegres brincos. ¡SE IBA DE AVENTURAS!

Fue un año increíble a pesar de algunas desventajas, como la de no poder darse un buen baño siempre, pues muchas noches las pasaban a la intemperie, pero el resto de cosas positivas empañaban las negativas. Había notado que su magia era incluso más intensa que cuando estaba en la academia, los hechizos se creaban con gran rapidez y eran el doble de potentes que antes. Los combates durante el camino… para que negarlo, la primera vez había pasado miedo, no era lo mismo un combate real a uno de entrenamiento, en los segundos había unos límites y no eran nunca a muerte, no como en los primeros, donde por norma general matas o te matan y no era plan de dejarse la vida en manos de algunos de esos seres a los que se enfrentaban. Por otra parte su mentor, por llamarlo de alguna manera (desde que lo conoció, lo había considerado como ese tío guay que todo infante adora tener) le enseño a usar una pequeña ballesta para usarla sobre todo cuando necesitasen cazar, así como aprender a usar las dagas para otras cosas fuera de los combates (eran una maravilla para limpiar el pescado o desollar el animal que hubiesen cazado). Pero si había algo que cualquiera que conociese a Darion sabía, era que le gustaba caminar, no era que a ella eso le molestase esa faceta, aunque a lo mejor un carro o ir a caballo hubiera sido más rápido, que eso de tener que reponer tres veces sus botas… eso no tenía gracia, también es verdad que ir andando salía mucho más rentable que llevar equinos con ellos, todo hay que reconocerlo.

Había algo sin embargo que siempre le rondaba la mente y de lo que Darion no le contaba apenas nada, y era que clase de hechicero era él. Aunque eso tardaría poco en cambiar. Habían llegado a la ciudad de Aguas Profundas, según Darion, en busca de una reliquia, pero no le conto mucho más. Ella se encogió de hombros y no le dio mayor importancia, supuso que no sería algo tan importante. Lo que no esperaban encontrarse era con una guerra. Combates contra trasgos, bandidos y otras criaturas, era una cosa, pero una guerra… eso no entraba dentro de los planes de nadie. Fue entonces cuando supo que clase de hechicero era Darion… o no, no lo tenía muy claro. Había entrado en un sueño muy profundo en el que las imágenes se iban sucediendo, cosas que fueron, que eran y que podían ser. Imágenes de una vida sin magia, de otra con familiares con ella, todas las cosas que podían haber hecho si hubiera tomado una decisión distinta en ciertos momentos de la vida. Pero no era más que un sueño del que apenas recordaría nada.