Partida Rol por web

Oh sí, salgamos fuera. Este viejo cazador de brujas no desea molestar al bueno de Karl. Le acompaño al exterior.

El hombre enfundó la espada y salió al exterior, una vez fuera busco un buen lugar sin demasiada gente, y desenfundó de nuevo su arma. Una espada corriente, pero decorado con símbolos sigmaritas. Frunció ligeramente el ceño al ver como el mercenario disponía su capa. Aquello era extraño y tuvo un mal presentimiento, pero pronto se animó al ver el creciente público que se reunía para el espectáculo, sin duda alguna atracción del Wursfest.

Caundo el señor Schiller lo desee podremos empezar. No crea que por mucho hablar vaya a vencer. Mis habilidades son conocidas por todos.

Realizando un primer acercamiento lanzo una estocada rápida y bien medida, no con la intención de acertarle, sino más bien de medir su reacción y sus capacidades. La espada vuela hacia el rápidamente y se retare con la misma velocidad para volver a cerrar la guardia y no dejar espacios abiertos que el contrincante pueda emplear. Hay que ver cómo te apañas... Poco a poco, no creas que esto va a ser rápido. Pienso mientras no le quito ojo y calibro las distancias. El ataque no le alcanza por poco pero tampoco pasa nada, estamos calibrando, tan solo eso, midiendo y probándonos. Veamos cómo reacciona este viejo pirata... Me preparo para su contrataque con una guardia baja.

Oh vaya, ¿es esto realmente necesario? ¡Es tiempo de celebración y fiesta, no de pelea y sangre! ¡Celebremos nuestro encuentro con cerveza y no con espadas! Le digo a herr Schiller mientras acompaño al grupo al exterior a ver el combate, no sin antes coger una nueva jarra de cerveza por supuesto.

La guardia baja es eficaz contra el ataque del cazabrujas, pues basta un simple movimiento horizontal para desviar el acero de Harwitt.

Bien defendido -comenta Harwitt.

Asiento ante el comentario del tipo que más bien parece un pirata a un cazador de brujas. Antes si quiera de que acabe de pronunciar la frase, mi siguiente estocada vuela hacia él, y rápidamente la desvía a un lado, sin aparente dificultad. Ha sido un movimiento realizado con precisión y exactitud, sin ningún esfuerzo, ha interpuesto su acero rápidamente, en un movimiento tan entrenado que ha sido tan natural como rascarse la oreja. Eso empieza a decirme más cosas sobre el tipo al que me enfrento en esta extraña prueba. Las cosas se van a poner difíciles preveo.

En el grupo veo que mis compañeros asisten preocupados a la contienda. Normal, yo también empiezo a estarlo. Pienso para mí sin mostrar mis sentimientos. El bueno de Pieter intenta detener el lance sin mayores resultados, mientras Eric parece estar afinando su laúd. ¿Se va a poner acaso a cantar en este momento? Bueno quizás eso distraiga a este perro viejo que tengo enfrente.

En un extraño movimiento el mercenario ataca de punta con gran riesgo para el cazabrujas que la desvía con rapidez instintiva. El choque de aceros resuena en el pueblo y más gente se anima a verlo. El cazabrujas desciende su arma pero apenas si roza al mercenario.

Esta vez decido aplicar toda la artillería disponible. Con gran ánimo me muevo rápidamente y lanzo dos veloces tajos. El primero lo empleo para darme impulso, y el segundo lo realizo dando un giro sobre mí mismo, de forma que mi capa revolotea al realizar la vuelta de 360 grados, impidiendo visión al experto Cazador de Brujas. Los dos tajos parecen repercutir en el hombre, que se retira unos pasos, herido. El primero de los golpes no parece hacerle mucho efecto, aunque le desestabiliza y le hace perder pie por un momento. Es en verdad el segundo de los golpes el que realmente acusa el veterano. El tajo en redondo ha ido a parar a su cabeza, descubierta y sin protección alguna, con una precisión exacta.

Tras el giro, el cual me ha dejado bastante expuesto a su contraataque, retomo mi posición, rezando por qué tan arriesgada maniobra haya funcionado y no le deje ejercer ninguna represalia.

Tan certeros ataques no eran esperados, y si bien consiguió parar el primero su intento por esquivar el segundo y más letal ataque fracasó, evitándole el casco parte del daño, pero a costa de caer al suelo de forma torpe y humillante, y es que ya no estaba el pobre cazabrujas para tanta acción. Mucho había pasado de aquella cacería en la que dio muerte a aquella banda de sectarios. Rodó instintivamente por el suelo pero sólo consiguió chocarse con la pared del Dragón Danzante.

Es suficiente -zanjó Schiller- les contrataré.

Un digno adversario señor. Le digo teniéndole la mano al guarda espaldas llamado Manfred, en voz alta para que los que se encuentran cerca lo oigan y no sienta resentimientos ante el desenlace del encuentro. Mientras le ayudo a levantarse recojo su espada caída y se la tiendo amablemente. Un combate intenso, y bien jugado he de añadir.

Luego volviendo a envainar mi acero me dirijo hacia el tal Heinz. Muy amable caballero, no lo defraudaremos. Comento con una leve inclinación de la cabeza en señal de respeto.

-¡Ese es el Ulrich que yo conozco, el cabrón más duro a este lado del Reik!-

dice Carlo aplaudiendo ante el espectáculo que había montado su compañero. El pobre lugareño había quedado bastante humillado por el extranjero y parecía que el señor Schiller se había convencido de que eran auténticos guerreros. A Vicci le bastaba, él y sus compañeros garantizarían la seguridad y la diversión en el pueblo.

- Ya le dije que eramos una buena inversión. En cuanto escuche una de las canciones de Erick deseará que hubiéramos llegado antes.-

le comenta a Schiller.

Jajajajja, menudo peligro está hecho nuestro Ulrich, por poco lo mata.

Me alegro de que el combate haya terminado sin heridas que lamentar y que se haya decidido a contratarnos. ¡Brindemos para celebrarlo! digo levantando la jarra y dándole después un buen trago a su contenido. Estamos enteramente a su servicio herr Schiller, no lo lamentara, se lo aseguro. ¿Cuándo quiere que comencemos? Lo digo porque hemos realizado una gran caminata hasta aquí y nos gustaría poder descansar un poco y comer algo antes de ponernos a su entera disposición comento con tono despreocupado, pero con un hambre de mil demonios y el estomago a punto de escaparse de mi cuerpo por su cuenta para poder llenarse de algo.

 Atiendo al combate mientras giro las clavijas de mi Laúd, desde luego es un buen comienzo, ya están todos mirándonos. Sonrío y sigo con mi tarea, tocando de vez en cuando un acorde para comprobar la afinación.

Al terminar aplaudo con mis compañeros. Grandes guerreros hay aquí, de eso no hay duda. Y si puede que quede ojiplático con mis versos, la comida de nuestro pequeño amigo hará que su paladar los acompañe en una ¡explosión de felicidad!

Gracias

Con ayuda de su adversario se levantó del suelo, y el antiguo cazador de brujas le puso paternal una mano en el hombro, envainó al espada y le estrecho la mano.

Un brazo joven y adiestrado.

Se limpió el polvo de la ropa, resultado de su caida al suelo y posterior maniobra  para evitar estocadas, y se recompuso el casco, adornado con el martillo del Emperador. Una vez aparentemente limpió caminó hacia el Dragón Danzante.

Si alguien me necesita...

El maestro salchichero se acercó a los aventureros mientras los curiosos comenzaban a dispersarse, en ese momento en una de las carpas actuaba un tragafuegos, que sólo los afortunados invitados, aquellos que habían desembolsado el coste de la entrada, podrían disfrutar.

Empezarán mañana por la mañana. Necesito trabajadores hoy mismo -un criado le trajó un papel que miró y arrojó al suelo- pero no me gusta pagar medios días. Sólo jornadas completas. Se levantarán temprano, se asearán como si de nobles se tratase pues con ellos se van a codear, después se pondrán ese uniforme -señaló uno de los criados- y empezarán a trabajar.

 ¡Que uniforme tan colorido! Exclamo al verlo, dará juego a mis actuaciones desde luego. 

¿Tenemos algún encargo en concreto? ¿ Quiere que actúe en algún sitio o puedo hacer lo que me plazca para sus invitados?

Luego me quedo mirando la fila de gente que entra a la actuación en la carpa, puede que muchos se queden sin ver nada allí... pues tendrán algo fuera. Sonrío al pensar en que canción puedo entonar ahora mismo para la gente que no entre en tan selecto lugar. O esperaré a que decidamos que hacer.

Tomo asientiendo el uniforme. La verdad es que mucha gracia no me hace vestirme de pavo real, pero bueno, si es lo que se requiere... Mientras no nos descuenten del sueldo el uniforme... que puede puede ser. Perfecto entonces caballero. Digo al rey de la salchica mientras se va y continua con sus quehaceres. Cuando se ha ido me vuelvo a mis compañeros y les digo: Entonces... ¿Reservamos habitacion y luego vamos a dar una vuelta para echar un ojo de como funciona todo este lugar?

Es curioso, es la primera vez que me piden que me ponga uniforme, y más si tengo que andar en la cocina entre grasas y aceite. Pero bueno, si el patrón lo ordena… Mañana nos tendrá usted aquí a primera hora, listos, dispuestos y limpios jajajajajajaja le respondo alegremente a herr Schiller con una reverencia.

Una vez el hombre vuelve a sus asuntos me vuelvo hacia mis camaradas a mi no me importaría dar un paseo y conocer el pueblo, pero antes me gustaría conocer su gastronomía. Ha sido una larga caminata y mi estomago demanda comida, ¿por qué no nos sentamos tranquilamente a compartir mesa?

¿Qué? ¿Así tenemos que ir vestidos? nadie nos tomará en serio, maldita sea. Bueno, todo sea por el oro.

- A sus órdenes, señor Schiller.-

contesta Carlo.

Luego se dirige a sus compañeros, que ya iban planeando qué hacer en el villorrio.

- Ambos tenéis razón, primero tomemos unas habitaciones y luego catemos la pitanza del lugar. Ansío tomarme un par de buenos tragos y conocer a qué tipo de gente podemos encontrar por aquí. Nunca se sabe cuando se puede hacer un buen negocio.-

les dice.