Partida Rol por web

-¡Vamos! ¡ese de allí que es está durmiendo!- Toco con alegría y mirando de reojillo a mis compañeros marcharse.

Tened cuidado... es un matador...

Al son de la música popular Erick trató de convencer al público de que se animara a participar en el espectáculo. Pero sólo consiguió con media docena de personas, las cuales tampoco tenían mucho ritmo, ni estilo. Además muchos estaban atentos al griterío del matador, o a los gritos que intercambiaban dos grupos de hombres, en un idioma que la mayoría no entendían. Pero que nada bueno presagiaba.

La situación me desconcertaba bastante. ¿Estaba Carlo persiguiendo a un huevero? Era francamente extraño, pero no había tiempo que perder. Joder tío, que se yo... mátalo o lo que sea, pero tenemos que volar y cumplir en encargo de Heinz. Un tío lo ha estado insultando y calumniando, o eso espero, sobre todo el imperio salchichero que tiene montado. !Un enano tío!, necesito tu ayuda para reducirlo y capturarlo. ¿Puedes echarme un cable? Mis palabras son solo un siseo a espaldas de mi compañero, y con un gesto deliberado descubro parte de la ballesta que tengo ya preparada bajo mi capa. Esto va en serio tío, un follón grande, y si esperamos más se nos escapa.

Canto y uso una salchicha con apuntador, mientras sigo el ritmo con los pieza, y cuando hay que aplaudir salto con los pies a la vez.

-¡Vamos Jotuun que no se diga!-animo al enano, que me devuelve la mirada atravesada como si fuera de la nobleza o la hubiera conocido...- ¡Venga gordito!

.....

Hacia el norte van a ir

La caballeria rauda va

Todos vamos a animar

VA, VA, VA (PALMAS)

Gloria tendrá el primero

Verguenza tendrá el último

Todos tendremos que animar

TEN, TEN, TEN (PALMAS)

.....

Venga venga, vamos tío. Ese enano no aguantará mucho más gritando, a este paso a Heinz ya le puede haber dado una apoplejía múltiple... Corro a toda velocidad con la ballesta oculta por la capa y guio a Carlo hasta el lugar donde estaba el enano difamando contra nuestro grannnn y honrradoooo jefe.

Una vez cerca me aseguro de que sigue por ahí, y le comento a mi compañero mercenario. Sugiero una pinza, uno por un lado y otro por el otro, a buena distancia cada uno, así uno de los dos le podrá meter más ballestazos hasta que llegue a distancia de carga contra el otro de nosotros. ¿Comprendes? Uno a cada lado y el enano en el medio. ¿Qué te parece? Me aseguro con un ligero movimiento que mi daga y mi espada pueden salir fácilmente de su vaina, pues que esta se quede atascada puede ser la última cosa que la pase a un guerrero.

El público no estaba muy entregado, sólo un par de personas. Pero nadie podía culparles, los músicos también estaban holgazaneando, e influían en el público. Tenían la certeza de que iban a tocar toda la noche, y no querían cansarse.

Carlo y yo nos separamos uno para cara lado y espero a que se haya colocado. Con el silbido que solo él conoce le aviso de que está donde debería estar. Cuando estamos preparados me subo rápidamente a unos barriles y afianzo bien los pies. La capa sobre mi y la ballesta asomando un poco entre todo ello.

El enano en lo que debería ser el puto de mira y.... !!ZIUUgggg!! El virote a la mierda perdido en las profundidades del cosmos y del bosque. !!PERO QUE PUTA MIERDA LA MADRE QUE PARIO AL BARRIL CON PATAS!! Pienso para mi mismo al ver como la flecha se va a tomar por culo. Como siempre en el combate, nunca sale nada como lo tenías previsto. Seguro que el tuerto de mi compañero tiene mejor puntería que yo, debería retirarme y hacerme panadero…

Ese salchichero come estiércol y abona sus salchichas con la que sale. Schiller es un adorador de piedras y se tatúa ovejas en su culo. Recoge las...

En ese momento el virote pasó cerca del enano, o al menos lo bastante cerca para que lo viera, y rápidamente empezó a correr hacia el bosque.

¡Matadlo! ¡Matadlo! -gritaba Schiller.

A la vez un grupo de personas se enzarzaron a puñetazos cerca de los fogones, volcando uno de los barriles de cerveza por el suelo, un ámbar espumoso brotó del mismo y encharcó el suelo.

¡Vosotros dos! -gritó el patrón a los mercenarios- ¡Detened esa pelea!

Mierda... que cabrón, esta me la paga... Le pego un fuerte silbido a Carlo que se encuentra en el otro punto y cuando atraigo su atención le indico por gesto que voy a ir tras él !!FIIuuuuuIIIuuu!! . La ballesta volvió a quedar colgada a la espalda, y sustituyó al escudo que rápidamente pasó a mi mano izquierda, ocupando la derecha la espada, que produjo un silbante sonido al salir de su vaina. Shhhiiiinnnnnngggg.

Y así, espada y escudo en mano, me lancé a lo que tenía claro que iba a ser una emboscada en toda regla. ¿Que si no haría un enano matador en medio de la nada dando gritos e incitando a la pelea? Algo se tramaba, pero pensaba cumplir las órdenes del patrón, ¿Cuáles? Eso había que escogerlo, y mi cuerpo ya me pedía acción desde hacía unos días.

Nadie escuchaba a la pobre orquesta y, a excepción de Erick, habían dejado de tocar. Medio pueblo estaba presenciando la pelea. Varios tileanos se estaban liando a puñetazos, y cuando uno de ellos sacó una daga aparecieron los otros mercenarios de Schiller, con las espadas en mano y las vainas pestas. Dispuestos a partir algunas costillas si no cesaban la pelea.

Pieter percibió cómo tres hombres y una chica saltaban el muro del pueblo y entraban en la Excelentísima salchichería de Heinz Schiller.