Si....jejejeje... Pero al menos venderemos caro nuestro pellejo. Miraba a todos lados buscando sombras que se movieran e inspeccionando el terreno con mi escudo por delante y la espada tras el, esperando, olfateando el lugar, sabiendo que estaban por ahí cerca. Vamos pequeño amigo, en el cielo podrás comer todo lo que quieras. Así que vamos a buscar nuestro pasamorte... Caminaba con mucho cuidado, echado hacia delante, pues sabia que podia haber trampas. Con mucho cuidado, cada paso era un paso asegurado. Tan solo queria ver algo que cortar y segar, y que se defendiera, pero no mucho.
Motivo: Percepción
Tirada: 1d100
Dificultad: 31-
Resultado: 77 (Fracaso)
El área en el interior de los muros estaba plagada de matorrales que alcanzaban casi un metro de altura, la falta de acondicionamiento era evidente. El edificio central del patio estaba construido con la misma roca negra que los exteriores. Los pisos superiores hacía mucho tiempo que se habían caído, pero la planta baja estaba todavía en pie. Había puertas en diversos puntos alrededor del edificio.
Todos: Normalmente las tiradas de Percepción las hago yo, pues la considero una habilidad pasiva..
Erick y Pieter: Haced tiradas de Percepción.
hummmm....
Motivo: percepcion
Tirada: 1d100
Dificultad: 31-
Resultado: 80 (Fracaso)
Motivo: Percepcion
Tirada: 1d100
Dificultad: 36-
Resultado: 11 (Exito)
Todas las puertas eran de madera...pero la puerta doble de la esquina sureste era nueva. No más de unos pocos años de antigüedad, comparada con las arcaicas puertas de los otros accesos...
Camino hasta la puerta de madera de reciente construcción y cuando estoy frente a ella les digo a los compañeros: ¿Que me decís? ¿La de la suerte?. Siempre en voz baja y entre susurros. Junto a la puerta miro hacia arriba. ¿Se podrá subir? Nah... Complicado, a demás lo de los monos no es lo mío... Apoyado en la pared miro la puerta y la palpo pasando la mano suavemente. ¿Cómo te abres pequeña..? ¿Alguna idea?
Yo me encuentro en el borde exterior del recinto mirando hacia afuera sólo con la cabezita y me giro mientras hablo en susurros pero altos, que al final es como si hablar normal.
-¡La que sea!, a saber cuantos enemigos hay ahí fuera- lanzo miradas hacia el exterior.
- Esa mismo, ahí adentro estaremos resguardados de los virotazos de los tipos que anden fuera y si hay algún ocupante podremos darle matarile, somos cuatro y le cojeremos por sorpresa-.
o eso espera Vicci, vamos. Para él la idea era buena, entrar ahí, cepillarse a todo bicho viviente e intentar localizar al tirador o tiradores que los habían hostigado desde el exterior.
-Cuando queráis-
dijo sujetando con firmeza su espada.
por mí adentro!!
La puerta se abrió, suave y sin ruidos. Ni siquiera estaba cerrada. Daba a una gran sala. Una gran estancia que había servido para el señor de la fortaleza y sus hombres. Había un mesa ocupando el centro, con una pila de piedras sustituyendo a una pata rota y tres sillas para tan descomunal mesa. Había dos chimeneas, la del lado oeste estaba llena de telarañas, pero la del lado este estaba limpia y había restos de madera carbonizada, aunque humedecida.
Minipost. Es que esta aventura no estaba pensada para Comunidad Umbría, es de rol en mesa.
Todos: Estáis en el sureste del edificio, hay una puerta en la esquina noreste que da al exterior, y dos puertas al oeste (vuestra izquierda) que parecen dar a dos habitaciones distintas, las dos están rotas y entreabiertas.
Callo al escuchar la pregunta de herr Waldemar, pues algo me decía que mi respuesta de una rendición o de un intento de negociación no iba a ser bien recibida. Y aunque hubiese tenido valor para decirlo, no hubiese tenido pulmones, pues aun resollaba por la carrera.
Con paso lento y entre jadeos me interno en la torre el último de la fila, ya que de haber algo dentro esa era la posición más segura de la linea. Nada más entrar y tras comprobar que no había nada de peligro hice lo que toda persona en su sano juicio haría en una situación así: me escondí debajo de la mesa con las manos a la cabeza a la espera de que todo pasara.
Una vez entran abandono mi posición defensiva y entro con paso rápido y la espada aun desenvainada. Miro hacia ambos lados de la estancia. Una vez corroboro que no hay peligro inmediato cierro la puerta y cojo una silla del centro con la intención de apuntalarla contra la puerta por donde hemos entrado. Mientras colodo la silla aprovecho para mirar si hay algún cerrojo o algo por dentro.
-Esto los detendrá un rato-confirmo, satisfecho con mi idea.
-¡Serás mari..!¡Sal de ahí ahora mismo!-
le gritó el mercenario tileano al halfling.¡Habrase visto tanta cobardía junta!. Menos mal que el juglar se estaba portando como es debido, espada en mano y listo para rajar a quien se pusiera en medio.
Vicci inspeccionó el lugar. Parecía que ahí había habido gente no hacía demasiado tiempo y por las sillas que había en torno a la mesa podía tratarse de solo tres enemigos. Nada a lo que no pudieran hacer frente. Ahora tocaba asegurar el interior y cerciorarse de que no había nadie en esas habitaciones.
Carlo se acercó corriendo a la puerta de la primera de ellas mientras le señaló a Waldemar la otra. Ellos se entendían bien, la experiencia y los combates vividos hacían que el tileano se fiara a ojos cerrados de su camarada.
De una patada, abrió el despojo de puerta que le impedía el paso.
feliz navidad a todos chavales!
Asentí mientras comentaba para mis adentros: Adelante vamos allá. Corrí hacia la puerta tras ver las indicaciones de mi compañero Carlo, pues había que asegurar que no dejábamos atrás nada que nos pudiera atacar por la espalda. Cuando llegue a ella, generosamente le dediqué tres patadas en el punto donde podría estar una cerradura en aquella desvencijada puerta. Tras la tercera patada, emplee el hombro en empujarla finalmente hacia fuera la puerta. Vamos perra...
¡No pienso salir de aquí! grito desde debajo de la mesa con los ojos cerrados y voz aflautada e histérica ¡no al menos hasta que sea más seguro que pasear por el palacio imperial de Altdorf!
El grupo no tenía cohesión Erick se rezagaba en sus actos y decisiones, con una prudencia muy mal vista entre los de profesión guerrera mientras el cocinero demostraba a todos que la única carne que el acuchilaría sería la que no le devolvería el golpe. Mientras tanto Carlo y Waldemar abrieron una puerta cada uno.
La de Carlo daba a una descuidada, más bien abandonada cocina, toda la sala estaba cubierta por una telaraña gigante que se movía constantemente, y a través de la cual se filtraban sonidos animales. Había algo entre aquella densa pelusa blanca.
Waldemar dio con una sala muy distinta, limpia, de reciente uso y en cuya pared había un perchero con tres capas: dos negras y una grisácea. Había dos puertas más en la habitación, una daba al exterior y la que estaba frente a él conectaba con otra habitación.
Mientras el resto del grupo examinaba la habitación yo me coloque en posición fetal bajo la mesa, temblando como un flan y chupándome el pulgar derecho como si fuera un bebe, incapaz de hacer cualquier otra cosa que no fuese gimotear.
Mierda, nada bueno puede salir de aquí.
Vicci descargó su espada contra la telaraña rajándola de arriba a abajo y se echó rápidamente para atrás. Quería observar qué es lo que había ahí dentro. Quiza una enorme araña que había tejido la tela en cuestión o quizá otro inmundo ser de los bosques.
Con su ojo bueno intentó discernir qué había ahí
- ¡Pieter, maldito holgazán, busca una antorcha y dale fuego!-
le gritó al Halfling. Si la cosa era realmente horrenda, podían tirar la antorcha para prenderle fuego y cerrar la puerta hasta que se consumiera.
echo un vistazo
El tajo hizo que la telaraña se quebrara con suma facilidad, aunque se quedó adherida al filo de la espada. Al hacerlo algo cayó sobre la cabeza y el cuerpo de Carlo. Los huesos de un perro hace mucho tiempo muerto. También le cayó encima una araña del tamaño de su puño, que el mercenario apartó con facilidad.
Carlo: -10 a Empatía hasta que te limpies (como debe ser, no me vengas con un "me quito los restos" XD).