Partida Rol por web

-Adam, - dijo Linda con la preocupación por el estado de la adolescente reflejado en el rostro, -si quieres voy yo con Kurt. Para usar una linterna no hace falta mucho más, y seguro que tú eres más útil dirigiendo al grupo.

Linda había aprovechado que Sandy se había dirigido a Adam para tener unas palabras en privado con el ayudante del sheriff para interceptarlo y proponerle aquello. Desde que habían encontrado la sangre, Linda se había quedado en silencio, asustada, como quien ve un accidente y no puede reaccionar adecuadamente para ayudar. Aunque su piel era de un tono oscuro, había palidecido por culpa del frío y las circunstancias en las que se encontraban. Linda creyó que la chica que habían encontrado estaba muerta, pero afortunadamente solo estaba ligeramente herida y sufriendo una hipotermia, por lo que suspiró aliviada y volvió a reaccionar poco a poco.

Asintió, viendo la oportunidad perfecta. Linda le conocía bien.

—No te ofendas Townsend, pero si, prefiero que me acompañe ella. —Y así no estaría en peligro, y no estaría sin él. Si la pasaba algo por haberse ido... No se lo perdonaría nunca.

Adam empezó a sentir el frío en el cuerpo. No se quiso ni imaginar cómo debía de sentirse Laurie, entre el dolor y la temperatura. Dio unos pasos hasta que una mano cogió la suya. Al girarse, se sorprendió de ver a Sandy de aquel modo. Se la quedó mirando un instante, en silencio.

- Claro. -dijo finalmente, con una sonrisa sincera.-  Claro que sí. Y añado una manta al plan. -le acarició al cara.- Nos vemos enseguida.

Le guiñó un ojo antes de girarse. Esta vez fue Linda quien le detuvo. Miró intermitentemente a Kurt y a su prometida, con los brazos en jarra e intentando no tiritar.

- Tengo que ir igualmente a dar parte. Linda, ven con nosotros si eso te hará sentir más tranquila. -comenzó a caminar y aprovechó para darle un puñetazo en el hombro a Kurt.- Y usted se jode, Williams. No estamos de excursión, no te toca elegir compañero de asiento en el autobús. Vámonos antes de que la pobre chica pille una hipotermia.

A Charlie le parecía que estábamos perdiendo demasiado tiempo. En realidad, no creía que importara demasiado por dónde ir, mientras continuasen explorando la zona. Las huellas podían llevar a algo o no, y aunque por el momento, les habían permitido encontrar a Laurie, eso no significaba que no pudiesen haberse desviado del camino y estar en otro lado, sin nada que les permitiese llegar hasta ellos, ya fuese porque se hubieran borrado o porque se les pasara, sobre todo en aquella oscuridad y con el frío que cada vez era mayor.

-Bueno, lo importante es que sigamos, así que venga, en marcha -comenté, mirando a Sandy y a Adam, y alegrándose de que al menos, todo se hubiera arreglado entre ellos.

Charlie abrazó a su amiga y acercó su rostro, de manera que las mejillas de ambas se tocaran, incluso con toda la ropa que llevaran.

-¿Ves cómo todo se iba a arreglar? Eres una pesimista redomada. Venga, sigamos buscando. Cuanto antes terminemos aquí, antes podremos retirarnos al calor de casa... errr.... y algo de eso que sueles fumarte también cuando estás nerviosa.

Por último, se volvió hacia Linda.

-Linda, ellos serán más rápidos sin nosotras y cuantas más linternas haya para alumbrar, mejor. Así que quizás convenga que te quedes. Deja que los músculos hagan su trabajo y nosotros descubramos las cosas -le dijo, guiñándole un ojo.

Que Adam mirase a Sandy de aquella manera hizo que se le cortase la respiración a la joven. Se lo estaba pensando y eso no era bueno, nada bueno. Cuando respondió y sonrió a Sandy esta no pudo evitar devolverle la sonrisa y la caricia en el rostro fue lo que terminó de calmar el montón de dudas que albergaba en su interior. - Me parece buena idea lo de la manta. Vuelve pronto. - Se despidió en un susurro final una renovada Sandy.

- Mejor daos prisa por ti, Adam. - Dijo Sandy cuando vio como marchaban y escuchó las palabras del agente. - O serás tu quien acabe con hipotermia y no me gustaría tener que visitarte en el hospital.

Lo cierto era que a Sandy le parecía mejor idea que se quedase Adam con ellos, a fin de cuentas era el líder de la batida y quien dirigía a todos. Pero sin chaqueta no duraría mucho con aquel frío y si al menos Sandy llevase puesta una de Kurt en lugar de Linda, podrían meterse los dos bajo la chaqueta. Pero no era el caso y Adam solo recuperaría su prenda cuando los servicios de emergencia se encargasen de Laurie.

En ese momento Sandy sintió el abrazo de Charlie y se abrazó a ella. - Lo sé... esa estúpida nerd siempre tiene que fastidiarlo todo... - Dijo refiriéndose a sí misma tal y como era en el instituto. - Y la porrera no funciona con Adam y yo... - Simplemente tenía miedo porque realmente no se había enfrentado a una relación nunca sin estar colocada antes y la adolescente nerd del instituto y la porrera que habitaban en ella, no se lo ponían fácil.

- Pero sí, sigamos. La noche no es eterna y no me gustaría ir al trabajo sin dormir nada. - Ese maldito jefe nuevo le haría la mañana imposible de darse cuenta de eso. En cuanto al tema de Linda, Sandy no se metió. A fin de cuentas no se quedaban ellas dos solas. Habían más voluntarios y dos agentes de apoyo... pero sin líder, no sabía si los demás seguirían el camino lógico o si solo Charlie y ella continuarían el rastro de huellas...

Linda dudó unos instantes si debía ir con Kurt y Adam o quedarse allí con los demás. Finalmente Charlie le ayudó a decidirse, si Adam iba igualmente no había necesidad de que fuera ella también.

-No, ve tú entonces. - Respondió mirando a Kurt aunque se dirigía a Adam. -Un par de ojos más en la batida es más necesario que acompañaros si entre los dos podéis llevarla sana y salva.

Finalmente Kurt se encargó de cargar con la muchacha hallada en la nieve y llevarla de vuelta mientras Adam le alumbraba el camino. Para el fornido exjugador de fútbol el peso de aquella adolescente apenas era nada, en ocasiones, en su taller cargaba con neumáticos que pesaban más kilos que la pequeña y delgada muchacha. Sin embargo, sabía que llevarla durante una distancia tan larga a través de la gruesa capa de nieve sería agotador. Por lo que no estaba de más contar con los nada despreciables hombros de Adam. No obstante se sintió extraño al separarse de Linda. Los ojos de ella le miraban con preocupación, como rogándole que no tardara mucho en regresar de vuelta.

El grupo volvió hasta el punto donde se habían separado de su grupo de batida siguiendo el rastro de Laurie y el que ellos mismos habían dejado en la nieve. Una vez allí se separaron, Adam y Kurt se llevaron a Laurie de vuelta al lugar de donde habían partido los equipos de búsqueda mientras que las chicas se quedaban en aquel lugar para continuar la búsqueda. La nieve mostraba dos tipos de rastros claramente distinguibles: el que había dejado Laurie que cruzaba en diagonal la línea recta de la batida, y el del resto del equipo de búsqueda, que siguiendo las instrucciones de Adam habían seguido avanzando. De hecho podían ver en la lejanía el resplandor de las linternas moviéndose de un lado a otro.

-Bueno... - Linda soltó una columna de vaho por la boca tras suspirar profundamente mientras veía como Kurt y Adam se marchaban con Laurie. Miró en la dirección de la que venían las huellas de la adolescente.

-Ya sé que Adam ha dicho que sigamos la batida pero... - Meneó la cabeza hacía las distantes linternas. -Parece que se apañan bien sin nosotras y podría haber otro chaval herido que se haya quedado por el camino... Quizá no estaría mal ir a echar un vistazo, ¿qué opináis?

A Sandy le molestó, por así decirlo, que Adam y Kurt se marchasen llevándose a Laurie. Eran los dos hombres a quienes realmente conocía y confiaba en ellos en caso de que les ocurriese algo a ellas. Podían haberle dejado la chica a otros voluntarios y haber seguido con ellas.

O quizás lo que realmente le molestaba era separarse de Adam ahora que parecía que todo iba mejor.

Fuese como fuese, ya daba igual. Sus caminos se habían separado y había que seguir buscando. - Supongo que te refieres al camino de pisadas de la chica. Yo también creo que deberíamos seguir la huellas de Lauri para ver de donde venía. Nos llevarán al grupo y al origen de su herida. - Le dijo a las chicas. A fin de cuentas, eso era parte de la batida, continuar el rastro que había quedado claro en la nieve.

- Yo no voy a quedarme aquí parada pasando frío ni esperando a que alguno de los demás reaccione. - Añadió refiriéndose al resto de voluntarios y los dos agentes que estaban allí, bastante perdidos sin un líder que les guiase y no veía que los dos agentes de la ley tuviesen mucha sangre en las venas, más bien horchata y bien fría por la temperatura que hacía allí en aquel momento.

- Vamos. - Dijo Sandy decidida. - Sigamos esas pisadas.

Y alumbró con la linterna el camino por el cual había pasado Lauri y donde solo estaban sus huellas. Estaba segura de que al final del mismo encontraría al resto de chavales, fumados y bebidos sin preocuparse de lo que le había pasado a su amiga.

Kurt y Adam caminaron de vuelta siguiendo el rastro de huellas de nieve que ellos mismos y su grupo de batida habían dejado anteriormente. Tras andar varios kilómetros y subir un par de empinadas pendientes, Kurt empezó a sentir que la pequeña y menuda Laurie aumentaba su peso a cada metro que recorrían. Kurt dejó de sentir frío, y empezó a sudar como si fuera el puñetero julio. Laurie gemía despacito cuando tropezaban con algún desnivel, su herida no había dejado de sangrar y Kurt sentía algo viscoso y caliente atravesando su ropa y colándose hasta su piel. Pero lo más preocupante seguía siendo la hipotermia, Laurie no había dejado de temblar aún a pesar de llevar el abrigo de Adam además del suyo propio.

Finalmente llegaron a una zona donde los árboles empezaban a escasear y a distanciarse unos de otros, la oscuridad de la noche era más clara allí y a lo lejos podían ver las luces rojas y azules de los coches de policía. Cuando aparecieron en el lindero del bosque Ralf Goodman fue corriendo a su encuentro, al ver a la muchacha se le cambió el rostro.

-¡Townsend, tenéis que llevarla vosotros! - Les soltó de golpe, señalando hacía el lugar donde Adam había dejado el coche. Ralf hablaba de manera atropellada por las prisas. -La ambulancia se ha tenido que llevar a otro de los chavales que ha encontrado el grupo del sheriff Seabert. Joder, Adam, ese crío estaba hecho mierda. - Adam se fijó en que Ralf estaba pálido, y que al ver a Laurie parecía haberse tranquilizado ligeramente, como si ella no estuviera tan mal como el otro.

-Mira, - dijo Ralf, - he pensado que... el hospital está muy lejos y parece que ella está al borde de la hipotermia. Llevadla a la consulta del Doctor Stuart. Le avisaré mientras váis de camino.

El doctor Stuart era el médico del pueblo y llevaba más de veinte años dedicándose a velar por la salud de los habitantes de Birchmont desde la consulta que tenía en su propia casa. En su juventud había sido un importante cirujano en Boston, pero las malas lenguas decían que una experiencia cercana a la muerte le había hecho replantearse toda su vida y le condujo a convertirse en el médico rural que era ahora. Todo Birchmont le consideraban un hombre afable y amistoso, además de un médico excelente, por lo que era despetado por todos y considerado un pilar de la comunidad. A pesar de ello siempre habían existido las habladurías sobre por qué no se había casado en todos esos años, a pesar de que no le habían faltado las ofertas durante sus primeros años.

Adam empezaba a tiritar algo más de la cuenta, incluso con sus intentos de mover el cuerpo para entrar en calor. Aunque tenían un rumbo fijo, apuntaba con la linterna hacia los lados de tanto en cuanto, por si veía algo que se les pudiera haber escapado a la ida. Sólo paraba de alumbrar en aquellos momentos en los que Kurt necesitaba una mano para superar algún obstáculo.

- Gracias por el cable que estás echando, en serio. -Le dijo, intentando no castañetear los dientes.- Oye, cuando lleguemos al punto de control, avisaré por radio para que alguien acompañe a Linda y así podéis marcharos a casa, ¿te parece?. -le miró con complicidad.- Creo que ya os hemos jodido bastante la fiesta, y aun tendréis que recogerlo todo.

En cuanto salieron de la línea de árboles y vieron las luces, Adam no pudo evitar pensar en recuperar un poco el calor antes de seguir con la batida, pues supuso que la ambulancia estaría esperando. Pero en lugar del vehículo se encontró con Ralf, quien parecía haber visto un fantasma. Rápidamente se vio bombardeado por la información que éste le daba.

- Hey hey, espera. -dijo cogiendo a Ralf del brazo antes de que se fuera.- ¿Cómo que estaba hecho mierda? ¿Qué le ha pasado?

Caminó a toda prisa hacia su coche, sin parar de prestar atención a lo que Ralf pudiera decir, y abrió la puerta trasera para ayudar a Kurt a meter a Laurie.

La visión de Kurt y Adam alejándose con Laurie, le produjo una extraña sensación a Charlie, un sentimiento de pena que no pudo evitar ni tampoco comprendía de dónde ni por qué aparecía. Era como si estuviese viéndolos por última vez. No era la primera vez que experimentaba aquella sensación, pero la ocasión no era como cualquier otra y de repente, estar en mitad de la nada, sola con Sandy y Linda y lejos de todos los demás... fue como si de repente se quedase sin nada.

¿Sería miedo?

Charlie se giró para ver las linternas moviéndose, allá a lo lejos, y el oyó a su espalda, la voz de Linda, que opinaba lo mismo que Sandy... y también que ella.

-La verdad es que entiendo que se lleven a Laurie, pero me parece que habría sido más sensato que uno de los dos se quedase con nosotras; Adam, concretamente. Pero ya que estamos solas, estoy con vosotras -les dije, volviéndome hacia ellas -. Ya hay bastante gente siguiendo el camino normal, y sin embargo, nadie se ha preocupado de mirar por ese otro lado. ¡Podrían estar por allí y nadie se daría cuenta! Así que adelante, vayamos nosotras.

Cogí la mano de Sandy y la de Linda, y tiré de ellas para regresar de nuevo al camino que había dejado Laurie. Quizás solo perdiésemos el tiempo y anduviésemos durante un tramo para no encontrar nada, pero seguir a los demás para hacer lo mismo que ellos, no tenía mucho más sentido. 

-Y si querían que fuésemos con los demás, que se hubiera quedado alguno con nosotras. ¡Hombres! ¡Siempre dando órdenes pero nunca ejemplo!

El paseo por el bosque nevado, cargado con una persona —por poco que pesara—, resultó más difícil de lo esperado. Por suerte, y aunque a él se le hizo una eternidad, en seguida vieron las características luces de los coches patrulla, el ruido de gente hablando, los polis poniendo orden y, en definitiva, su destino más inmediato. Sirvió para calmar los ánimos, e incluso se atrevió a sonreír a Adam, como si no tuviera un nudo en la garganta y solo pensara en Linda.

—No te preocupes tío. Soy de aquí de toda la vida, y sé lo que es esto. En Birchmont nos cuidamos, aunque sea a unos payasos. —Suspiró—. Parece que da igual la generación, siempre hay algún capullo que va de malote —dijo en referencia a Troy, por el que ambos compartían un odio fraguado en el tiempo.

Cualquier atisbo de buen rollo que pudiera haber surgido desapareció en seguida. La tensión regresó de golpe en cuanto escuchó a Ralf. ¿Otro más, y peor que Laurie? Allí había pasado algo chungo, no había sido un simple juego que había salido mal. Puede que a alguno de los chavales se le hubiera ido la pinza y hubiera tenido bronca con otro, al que había dejado para el arrastre, y luego encima había apuñalado a quien se intentara meter. O puede que hubiera algún pirado por allí; de esos había bastantes cada Navidad, como si el pueblo atrajera a toda clase de subnormales después de la masacre de unos años atrás. Tuvo un escalofrío. Tenéis suerte, de haber sido él, os habría cortado en cachitos. Tal vez no era Erik Stark, pero era peligroso igual.

—Lo siento, tengo que buscar a Linda —se disculpó en cuanto dejó a la chica en el asiento trasero del coche. Y seguido echó a correr de nuevo, vuelta con la batida. Debía encontrarla.

Sandy sonrió a Charlie tras sus palabras y se agarró a su mano caminando con ella. Sin saberlo, su amiga le había cargado de positivismo a pesar de que añoraba la presencia de Adam y de Kurt. Sobre todo la presencia del primero. La verdad era que Sandy siempre pensó que Kurt sería su amor platónico de toda la vida. En el instituto estaba colada por él, como casi todas las chicas. Solo que a la nerd no le hacía ni caso. Al menos no se solía meter con ella, aunque si se riese de las gracias de las Wells.

- Yo iré delante. Kurt no me lo perdonaría si a Linda le pasase algo. - Dijo en un ataque de valor. Quizás se le pegó algo durante el tiempo que llevó puesta la chaqueta de ayudante del sheriff de Adam aquella mañana y se sentía imparable a pesar del parón al ver al bulto que resultó ser Laurie tirada sobre la nieve.

La linterna de Sandy alumbraba las huellas de la chica, solo que esta vez siguiendo los pasos a la inversa, buscando su origen. De vez en cuando alumbraba hacia los lados y hacia los árboles. - Como les encuentre y estén colocados y haciendo el payaso, se van a enterar... - Dijo algo mosqueada. - Su estupidez casi me cuesta... lo que sea que tenga con Adam.

Ni ella misma lo sabía en aquel momento. Solo sabía que le gustaba, que se habían besado y que sintió celos cuando le puso la chaqueta a Laurie por encima. Pero miraba a a Kurt y sabía que seguía babeando por él, igual que en el instituto... eran distintos. Kurt era todo físico para ella y Adam... Adam era especial. Siempre lo fue.

Adam cogió a Laurie por las piernas y se metió reculando en la zona trasera del coche hasta que pudieron dejarla tumbada sobre los asientos. El coche iba a ponerse perdido de sangre, pero Adam ya tenía en mente coger una manta para tapar a la pobre chica, y quizás así evitaría también dejar el asiento como una peli de Tarantino. Pero antes siquiera de poder salir del coche, vio como Kurt salía disparado.

- ¡Espera! -gritó mientras abría la otra puerta para poder salir.

Adam salió disparado hacia Kurt, mostrando que seguía siendo rápido como en sus buenos tiempos. No era el momento de tomar decisiones a la desesperada, y menos sabiendo que había problemas serios.

- ¡Kurt! - dijo cuando estuvo cerca.- No hace falta que vayas, y menos solo. Podemos avisar por radio para que un sheriff la acompañe. Vamos a decírselo a Ralf, puedes esperarla en tu coche mientras yo llevo a Laure, ¿de acuerdo?

¿De acuerdo? No.

—Lo siento tío, tengo que estar con ella. No te preocupes, sé seguir mis propias huellas, no me perderé. Entiéndelo, si la pasa algo... —Negó. Mejor no pensar en ello, pero era inevitable—. Lleva a la cría, yo me encargo de lo demás. —Le puso una mano en el hombro, le sonrió, y luego se desembarazó para seguir su camino de vuelta al bosque y su chica.

Ralf miró al ayudante del sheriff con una cara que éste jamás olvidaría. Era una mezcla de terror, desagrado y lástima, pero mezclada de forma embarullada como una obra expresionista. Ralf tragó saliva y miró a su joven jefe preguntándole con la mirada si de verdad quería saberlo. Suspiró, porque no necesitaba la respuesta en su boca para saber que así era.

-Te... tenía media cara destrozada. No sé que coño ha podido hacerse eso... Parecía como si se hubiera caído de cabeza por un desfiladero lleno de rocas afiladas. Su ojo... - Ralf tuvo que contener su propio estómago para no vomitar ante el recuerdo que le vino a la cabeza.

Ralf les dejó solos para atender una de las llamadas de los grupos de búsqueda que, por lo que pudo escuchar Adam, mencionaban el código para indicar que todo estaba en orden por aquella zona. Aún así Ralf debía responder e ir tomando nota de todo cuanto acontecía y dirigir a ese grupo hacía su siguiente cuadrante de búsqueda. Un trabajo estresante y poco reconocido cuando se realizaba una batida de esas características, pero igualmente necesario.

Adam y Kurt metieron a Laurie en el coche patrulla y en cuanto lo hicieron Kurt se disculpó y echó a correr de vuelta al bosque. Temía que a Linda pudiera pasarle algo, aún a pesar de que estaba acompañada de Charlie, Sandy y unos cuantos miembros más del grupo de búsqueda que incluían a un agente armado y entrenado. Pero las palabras de Ralf le habían hecho preocuparse y quería estar con ella de inmediato. Adam trató de detenerle y le salió al paso para convencerlo de no ir, pero sabía perfectamente que una vez que Kurt tomaba una meta a la que llegar no se le podía parar. Joder, si ni siquiera los defensas de los equipos contrarios lograban pararlo en el instituto, y eso que eran mastodontes con más potencia que la locomotora de un ferry de mercancías.

Adam tampoco disponía de tiempo para intentar convencer a Kurt de algo que ya había decidido, y mientras tanto Laurie se desangraba en el asiento trasero de su coche con la hipotermia empeorando notablemente. El interior del coche de Adam era mejor que estar tendido sobre la fría niebla, y sin duda más cómodo que los brazos de Kurt, pero con aquel gélido frío hasta que Adam no encendiera la calefacción y pasara un buen rato, aquello estaría helado como un témpano.

Adam arrancó el coche al tiempo que Kurt cruzaba el lindero del bosque a toda velocidad. Un copo cayó tímidamente sobre el parabrisas del coche patrulla. Comenzó a nevar.

-Kurt se piensa que soy una princesa desvalida. - Se quejó Linda cuando Sandy comentó que iría delante por si a ella le pasaba algo. Linda venía de un barrio de La Habana donde los tipos como Kurt eran el almuerzo de los pandilleros y los traficantes de droga. Y Linda había sobrevivido en ese mundo.

-No entiendo porqué creéis que los necesitamos, y menos a Kurt. ¡Ni que fuera un superhéroe! Si yo hubiera ido a este instituto vuestro le hubiera partido un brazo por engreído. -Dijo amenazante, Charlie sabía que el humor de Linda solía ser así, pero también sabía que tenía genio como para enfrentarse a Kurt si fuera necesario. Aunque evidentemente la peor parada iba a ser ella, una cosa es que Linda fuera brava y dura de pelar y otra bien distinta el creer que los músculos de Kurt estaban ahí de adorno.

Pero Linda estaba simplemente bromeando para alejar la sensación de frío de sus cabezas y hacer más llevadera aquella interminable búsqueda. Realmente amaba a Kurt, y nunca pensaría en partirle un brazo en serio. Lo habían podido comprobar cuando al hacerse el pequeño rasguño en el dedo con las espinas de la rama del árbol había corrido preocupada a ver si estaba bien.

Cuando Sandy se quejó de que aquella situación inesperada le había arruinado el plan con Adam y a punto había estado de arruinar también su relación con el, Linda sonrió y miró de manera cómplice a Charlie.

-Tranquila, cariño. Adam está coladito por ti.

Las tres chicas podrían haber alcanzado al grupo de la batida en unos pocos minutos, las linternas todavía eran visibles y si les gritaban algo les podrían escuchar con facilidad y se detendrían a esperarlas, pero decidieron seguir las pisadas que cortaban el impoluto manto de nieve como una fea cicatriz. No entendían por qué Adam había insistido en continuar la batida como si aquel rastro que se desviaba de su camino no estuviera allí. Tal vez fuera parte del protocolo de búsqueda, pero a ellas les pareció más inteligente y adecuado continuar por el rastro de huellas que Laurie había dejado de manera apresurada en la nieve alejándose del lugar donde quiera que había estado con sus amigos, y movida por algo que le había llevado a huir hacía el terrorífico frío, herida y agotada, hasta caer prácticamente inconsciente por culpa de la hipotermia que empezaba a hacer mella en ella.

Mientras caminaban, pudieron ver como un grueso copo de nieve flotaba de manera perezosa delante de ellas, deslizándose por entre las copas de los pinos y yéndose a posar unos metros más allá de donde se encontraban. No fue el único, un poco más tarde vieron como uno se posaba en el enredado y salvaje pelo de Linda. Había comenzado a nevar de nuevo.

Quizás fuese porque nos resistíamos a seguir las órdenes de los demás, sobre todo de Adam, que había adoptado el papel de "macho alfa" sin contemplaciones, pero también con Kurt en el caso de Linda, porque por mucho que ella le hubiese quitado hierro, el caso era que la conocía lo suficientemente bien como para saber que le irritaba que le dijesen lo que tenía que hacer, al igual que a Sandy y a mí.

Las tres éramos de armas tomar y ellos actuaban como si fuésemos tres tiernas damiselas en peligro. Argggg.

Claro que por otro lado, podían tener razón y gracias a nuestro particular sentido del orgullo, tan desarrollado como el sentido arácnido de Peter Parker, haberla simplemente cagado al ir por otro lado, y eso fue exactamente lo que empecé a pensar cuando vi que caían copos de nieve y que iban siendo cada vez más numerosos y grandes.

-Oh, oh. Me parece que la cosa se está poniendo mal. Si esto sigue así, tendremos que volvernos y regresar, pero no solo con los otros, sino del todo -comenté, quitándole algo de nieve del cabello de Linda. 

Miré hacia atrás y todavía podía verse bien el camino que habíamos seguido, pero era importante que no quedase completamente cubierto o de lo contrario, la siguiente partida de búsqueda saldría para buscarnos a nosotras, por no decir que cualquiera oía las voces de Adam o Kurt.

-Quizás podamos seguir un poco más, no sé.