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Sangrientas Navidades 4: Los regalos de Santa

Ilusión navideña

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18/02/2021, 18:11
Jonathan Seabert

Troy y Halle se enzarzaron en una discusión en la que se echaron en cara trapos viejos de hacía demasiado tiempo. Aquella situación incómoda provocó que tanto Jim como Charlie decidieran hacer mutis por el foro y salir del lugar cuanto antes. Troy y Halle aún se dirigieron algunas cuantas palabras más antes de marcharse enfadados, cada uno por su lado.

Jim se encontraba ya lejos de todo aquello. En la parte de fuera del centro comercial, encendiéndose un canuto para aliviar la ansiedad que le había provocado el recuerdo de los viejos tiempos del instituto y todo lo que había pasado en la fatídica noche de diez años atrás.

-Vaya, vaya. ¿Qué tenemos aquí? - Dijo una voz con un retintín tan particular que solo podía ser de un agente de la ley. -Espero que tengas receta para eso, amigo, porque huele desde el otro lado de la calle.

En efecto. No solo era un agente de la ley, sino que era el maldito sheriff Seabert. Antes era buen tipo, incluso hacía la vista gorda si te pillaba con algún canuto. Pero en los últimos tiempos se había vuelto un cabrón a ese respecto.

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18/02/2021, 18:20
Director

Troy y Halle se enzarzaron en una discusión en la que se echaron en cara trapos viejos de hacía demasiado tiempo. Aquella situación incómoda provocó que tanto Jim como Charlie decidieran hacer mutis por el foro y salir del lugar cuanto antes. Troy y Halle aún se dirigieron algunas cuantas palabras más antes de marcharse enfadados, cada uno por su lado.

Troy ni siquiera se paró a escuchar la respuesta de Halle, que tal y como esperaba, no iba a cerrar el asunto sin tener ella la última palabra. Algo que a Troy se la sudaba soberanamente. Aunque no podía negar que estaba enfadado como un demonio. Pegó un grito para llamar a Sid, a la que no veía por ningún lado. A pesar de que había muchas tiendas cerradas, aquel sitio era condenadamente grande y Sid podía estar en cualquier lado.

Notas de juego

Es hora de que subas la amenaza... :) Haz una tirada de cognición.

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18/02/2021, 18:22
Director

Troy y Halle se enzarzaron en una discusión en la que se echaron en cara trapos viejos de hacía demasiado tiempo. Aquella situación incómoda provocó que tanto Jim como Charlie decidieran hacer mutis por el foro y salir del lugar cuanto antes. Troy y Halle aún se dirigieron algunas cuantas palabras más antes de marcharse enfadados, cada uno por su lado.

Charlie se alejó lo más rápido que pudo mientras escuchaba las voces de ambos echándose cosas en cara. Ella necesitaba coger algo más de dulces para aliviar la ansiedad que le había provocado el recuerdo de los viejos tiempos del instituto y todo lo que había pasado en la fatídica noche de diez años atrás, por lo que se dirigió a una de las tiendas.

-Vaya. - Dijo una voz a su lado mientras esperaba en la cola. - Eso tiene buena pinta. ¿Lleva chocolate?

La voz pertenecía a una niña de unos nueve años que estaba comiendo un bollito de canela. A pesar de su edad tenía pinta de ser una chica bastante espabilada. Tenía el pelo rubio, los ojos claros y la nariz llena de pecas, pero en su mirada relucía la clase de inteligencia y picardía que solo los más avispados poseían.

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18/02/2021, 18:29
Sean Morrison

Troy y Halle se enzarzaron en una discusión en la que se echaron en cara trapos viejos de hacía demasiado tiempo. Aquella situación incómoda provocó que tanto Jim como Charlie decidieran hacer mutis por el foro y salir del lugar cuanto antes. Troy y Halle aún se dirigieron algunas cuantas palabras más antes de marcharse enfadados, cada uno por su lado.

Había cosas que no cambiaban por muchos años que pasaran. Y es que Troy seguía siendo el mismo de siempre. Capaz de ponerle histérica con tan solo unas palabras. Halle besó a su marido y se fue con él del lugar, buscando un restaurante donde comer y decidida a terminar con las compras.

-Menudo gilipollas ese Troy. - Dijo Sean tras el beso. -Lo siento mucho, cariño. No me esperaba que te fueran a reconocer. Teníamos que haber pasado de largo y ya está. - Se lamentó.

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18/02/2021, 18:44
Charlie Peyton Crookshanks
Sólo para el director

Los reencuentros nunca resultaban especialmente buenos, porque el pasado podía volver de manera caprichosa, haciendo que tanto lo bueno como lo malo, se intensificase, aunque las frustraciones y los rencores, solían tener demasiada fuerza. No, ella no había ido allí para eso.

Además, notó, aliviada y al mismo tiempo, resignada, como nadie notaba su desaparición.

Así que volvió a concentrarse de nuevo en lo que de verdad había venido a buscar: dulces, grasa, comida basura, cualquier cosa que le ayudase a sentarse en el sofá y ver la televisión sin pensar en el mañana, porque no sentía que hubiese uno ni que le importase demasiado lo que fuera de ella.

Cuando hubo cogido lo que me interesaba, y mientras esperaba para pagar, una voz llamó su atención. Era joven, pero de aspecto inteligente. En otros tiempos, se habría alegrado de encontrarse con una joven tan despierta, pero en aquellos momentos, solo le resultó curioso.

-Pues sí. Está relleno de chocolate negro y tiene por fuera trozos de nueces. Estas magdalenas son mis favoritas. ¿Tú que llevas?

Charlie se fijó en que estaba comiéndose un bollo de canela y dio su aprobación a la elección.

-Bueno, eso tampoco está mal, pero te recomiendo aquellos otros. Además de canela, tienen un toque salado que los hace deliciosos.

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19/02/2021, 00:03
Halle Morrison

Gracias al calmante que llevaba en el cuerpo, Halle aguantó bien la situación, mejor que Troy que salió más escaldado de lo que esperaba. No sabía como se atrevía a acusarla de nada cuando él la dejó tirada y sin despedirse. Supe que Mercy casi se quita la vida por ese estúpido, pero al menos el psiquiatra del lugar, Ted Bundy, logró hacerla progresar. No fue culpa de Hellen ni de Halle que ella decidiese mentirlas y ser una falsa con ellas y menos aún de darla la espalda cuando era ella la cabecilla del grupo y quien las había mentido durante años.

Además, había algo que nadie más sabía, solo Halle y era lo que más le llegaba a pesar. Hellen estaba enamorada de ella y dio su vida por salvar a la mulata del hacha de Santa. Si aún vivía era gracias a ella, no a Mercy y menos aún al capullo de Troy.

Hallen miró a su marido. - No te preocupes, tesoro. Ya te dije que no quería que me reconocieran porque me imaginaba una escenita así. Troy siempre llevaba la razón en todo pero no hacía nada por los demás. Ahí tienes a Mercy, me culpa a Hellen y a mí de que se quedase sola. Ella eligió mentirnos, ser una falsa y perder el culo por él y Troy se largó sin decirla adios, pero las malas las demás. Pero bueno, así han visto el marido más educado y maravilloso que tengo. Por no decir sexy y atractivo. En fin... - Suspiró la mujer resignada. - Mejor ahora, sin los niños delante que con Steven presente. Ya sabes como se pone cuando nota hostilidad hacia nosotros.

Y es que era autista, pero no idiota y habían situaciones que no podíamos controlar si se nos iban de las manos. - Tenemos que mirar la rutina de la tarde de Steven para poder adaptarla al paseo por el centro comercial. Si no, sabes que entrará en histeria. Había una tienda de instrumentos musicales cuando yo era joven... espero que aún exista y tengan un órgano o un piano para que Steven toque un rato... sino, tendremos que comprarle un teclado de esos pequeños para que haga su rutina.

Y eso era lo peor de tener un hijo autista. Todo iba con horarios estrictos de los cuales a penas te podías salir. Las comidas, las cenas, meriendas, paseos, jugar a un videojuego, tocar el piano, leer, ver la tele, la hora del baño. Todo estaba perfectamente estructurado y teníamos que hacernos a ello. Los padres de Hallen ya sabían como era aquello, aún así habían contratado a un enfermera local para que atendiese a Steven durante unas horas al día y se encargase de ayudar a los Harrison con el chico.

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19/02/2021, 11:06
Jim Thompson

Joder. Aquél tipo se había vuelto un capullo desde hacía unos años, poco después de lo sucedido con el imitador de Stark; otra consecuencia indeseada de aquél fatídico día, que aún dejaba perlas como aquella en la historia de Birchmont. Eran tantas las vidas truncadas, una y otra vez, que resultaba extraño que no se hubieran vuelto todos locos ya, o que no se hubieran suicidado, como en el caso de Sandy. Tal vez yo siga el mismo camino, tenemos algo en común. Jim miró el canuto, al que acababa de dar una buena calada, antes de dirigir su atención al Sheriff y suspìrar.

Hola a ti también, Jonathan —saludó al agente de la ley; no era la primera vez que se veían ni, por supuesto, sería la última. Se conocían desde el instituto, aunque no podía decirse que fueran amigos, y desde entonces habían sido varias las ocasiones en las que habían coincidido, siempre en la misma situación—. ¿Qué tal te va? Ya sabes que tengo ansiedad, estrés post-traumático y esas mierdas. Ahora no es buen momento, ¿sabes? Han vuelto algunos, tío. Troy, Halle (una de las amigas de las Wells) y seguro que algún otro idiota también está por aquí. No pueden evitarlo, este pueblo es un imán, nadie escapa del todo, al final te atrae de nuevo. Es como una maldición. Tirar el instituto no la romperá. —Con los últimos comentarios parecía haberse perdido en sus pensamientos, simplemente expresados en voz alta. En seguida recobró la atención—. ¿Me dejas irme? No molesto a nadie, me meto en casa y nos olvidamos. De esto —levantó el cigarro—, y de todo —abarcó su alrededor con una mano—. Las Navidades son un asco.

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22/02/2021, 14:20
Troy Jacobson
Sólo para el director

Si Troy se hubiese mordido la lengua de forma literal, se la habría cortado. Decidió no abrir la boca ante el último comentario de Halle y dedicarle unos cuantos insultos en la intimidad de su pensamiento. Con un poco de suerte, ella y el pobre desgraciado de su marido no se dejarían ver mucho por el pueblo y Troy podría moverse con algo de tranquilidad, sabiendo que no tendría que verle la cara. A quien sí intentaba ver era a Sid. Sería una niña, pero estaba claro por su mala leche que era hija suya, así que Troy tenía una extraña confianza en su capacidad para cuidarse solita, y más en un ambiente como el de Birchmont. Sólo había habido un auténtico peligro en aquel agujero de Minnesota, y le había tocado vivirlo a él hacía años. Intentando quitarse las imágenes de la cabeza, volvió a llamar a su hija.

- ¡Sid! ¿Has encontrado algo?

- Tiradas (1)

Notas de juego

Perdón por la tardanza, la vida ha querido ponerse de por medio de improviso. Eh, pero ahí va ese 1 de rigor, como no podía ser de otro modo XDDD

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24/02/2021, 19:20
Director

-¡Muchas gracias! - Contestó la niña verdaderamente agradecida con la recomendación que Charlie le había hecho, dirigiéndose a coger unos pocos de los que Chalrie le había dicho.

La cola para pagar siguió avanzando mientras Charlie recordaba el sabor delicioso de los bollos de canela con un toque salado. Recordó también los de chocolate y los que tenían un toque de limón, aquellos recubiertos con capas de fondant y los que llevaban ralladura de almendra por encima. También los había de queso, de ganache y de mil sabores deliciosos y fantásticos que hicieron que la boca se le volviera agua mientras esperaba a pagar. Por fin llegó su turno.

-Treinta con cincuenta. - Dijo el tendero. Una cifra muy desorbitada para las magdalenas que llevaba encima. Era como si el hombre hubiera leído sus deseos y decidiera cobrarlos sin darle a cambio los dulces. -Su hija ha cogido unos cuantos de canela y de esos salados. - Explicó el tendero cuando Charlie protestó por el precio. La niña ya no estaba en la tienda, y no había ni rastro de ella. La gente de la cola la miraba expectante.

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24/02/2021, 19:32
Sidney Jacobson

Troy vio a Sid andando por el pasillo del centro comercial. La llamó un par de veces pero no le hizo caso. Finalmente la sujetó del hombro y la trajo hacía él para darse cuenta de que la chiquilla no era su hija, sino otra niña similar que llevaba el mismo abrigo que Sid, o al menos uno de un color parecido, tampoco es que Troy recordara exactamente cómo era el abrigo. La chiquilla se asustó y empezó a gritar para llamar a su padre, por lo que Troy tomó la dirección contraria tratando de localizar a su hija de una vez.

Tuvo que llamar a Sid varias veces antes de que esta apareciera saliendo de una de las tiendas, una pastelería, cargando con una bolsa llena de pasteles y bollitos. Tenía una cantidad suficiente para provocarle un subidón de azúcar considerable.

-Hola Troy. ¿Un bollito de canela? - Dijo alzando la bolsa. -Estos salados están muy buenos.

Sid tenía por costumbre llamarle Troy. Rara vez le decía "papá", "papi" o cualquier sustantivo similar que hiciera referencia al parentesco que había entre ellos. Al menos cuando se dirigía a él. No era que Sid se sintiera incómoda con que Troy fuera su padre ni nada parecido, sino que simplemente aquellas maneras de dirigirse a un padre le parecían una cursilada de tomo y lomo.

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24/02/2021, 19:47
Jonathan Seabert

-¿Troy? - Dijo Jonathan alzando una ceja. -Pensaba que ese estaba muerto.

El sheriff miró a Jim con severidad, denotando que su excusa no le estaba sirviendo de mucho. Aunque algo le decía a Jim que aquello solo era pose, que Jonathan terminaría cediendo y dejándole marchar. Jim a veces tenía esa facilidad para libarse de las multas y de los problemas que su vicio le había ido creando a lo largo de los años.

-Estrés post-traumático... Ya tenías de eso en el instituto antes de... - Jonathan, que estaba a punto de mostrar una sonrisa se quedó congelado. -Bueno, oye, al menos no fumes en la puñetera puerta.

Jonathan se despidió de Jim dejándole marchar. La última frase del fumeta hizo que el sheriff se girara una última vez antes de meterse en el centro comercial.

-Ya te digo.

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24/02/2021, 19:55
Sean Morrison

-Tienes razón. Mejor ahora que no están los niños presentes. Pero, ¿sabes una cosa? Ellos se lo pierden, porque yo sí que tengo la mujer más maravillosa del mundo. - Dijo Sean estrechando fuertemente a su esposa y colocándole un beso en la frente y otro en los labios. 

Sean y Halle se dirigieron a la zona de restauración del centro comercial. Allí había varios lugares de comida rápida y algún que otro buen restaurante que a Sean le pareció apropiado para comer. Se decantó por un italiano finalmente, tras haberse mostrado dubitativo entre ese y un brasileño que desprendía un rico olor a carne asada. 

-ágüele bien, pero ya sabes que esas especias acaban haciéndome daño. Bueno, el plan para esta tarde. ¿Qué tienes pensado? - Preguntó mientras esperaba a que el camarero les tomara nota. 

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24/02/2021, 21:35
Charlie Peyton Crookshanks
Sólo para el director

La niña me había parecido muy agradable pero cuando en la caja me dijo lo que me costaba todo, descubrí que había sido todo un engaño con muy mala leche.

-Ella no es mi hija. Acabo de conocerla y ni siquiera sé cómo se llama -le repliqué malhumorada -. Y no voy a pagar por lo que no me corresponde. Así que si quiere llamar a la policía ya puede hacerlo.

Enfadada, dejé todo lo que había cogido y me crucé de brazos. Podía llamar a quien quisiera, porque yo no iba a pagar lo que no me correspondía. Aceptaba no poder llevarme mis magdalenas, pero no regalar mi dinero.

El malhumor no me permitió darme cuenta de algo que ya era evidente en todas las facetas de mi vida. Era una auténtica perdedora. Solo así se explicaba que hasta me dejase engañar por una niña. Nadie me respetaba ni tampoco le importaba lo que fuese de mí.

La vida... era una mierda.

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25/02/2021, 15:32
Troy Jacobson
Sólo para el director

- ¡Sid!

Por fin la localizó por un pasillo. Maldita niña, podría al menos responder cuando la llamaba. Fue hasta ella a grandes zancadas.

- Sid, ¿estás sorda o que te...?

Pero al tomarla del hombro y girarla, se dio cuenta de porqué no le respondía. En cuanto la desconocida niña se puso a gritar, Troy alzó instintivamente las manos y, sin esperar siquiera para dar explicaciones, se largó por donde había venido. Sólo le faltaba eso, que le acusaran de a saber qué con una menor. Finalmente la encontró, esta vez a la de verdad, cargada como si pensara prepararse para hibernar. Troy observó a su hija, o a lo poco que veía de ella tras la enorme bolsa. 

- ¿No se te ha ido un poco de las manos? -dijo mientras tomaba un bollito y lo probaba. La chica no mentía, estaban genial- ¿Has visto algo que quieras de regalo? Antes de acabar de comprar, me gustaría... -hizo una pausa, incapaz de resistirse a darle otro bocado al bollo.- Joder, sí que están buenos, sí. Decía que me gustaría intentar alcanzar a un amigo del instituto con el que me he cruzado. Salgamos un momento y ahora volvemos.

Pensó entonces, al recordar a Jim y aquellos tiempos pasados, que Sid tendrá que asistir al Highbrook cuando vuelvan las clases. Se la imaginó en un entorno parecido al que él vivió, con todos los círculos sociales tóxicos, todos los grupitos en constante conflicto. Y por si fuera poco, los padres del resto de niñatos serían antiguos compañeros suyos. Menudo panorama... Por desgracia, pensar en el instituto era pensar en el baile. Tenía que centrarse en otra cosa.

- Oye, por si no lo encontramos, ¿me ayudarás a buscar su número, tú que sabes más de internet que yo? Se llama Jim Thompson. -se acabó el bollito- Me gusta tu chaqueta, por cierto.

No quería reconocerlo, pero la idea de haberla perdido por el centro comercial habría puesto a Troy de los nervios. A partir de ese momento intentaría prestar más atención, lo cual le resultó toda una ironía al darse cuenta que había olvidado hacer una lista de la compra. Tendrían que improvisar, pero antes quería salir por si pillaba a Jim antes de que volviera a casa.

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25/02/2021, 17:58
Sidney Jacobson

Sid puso los ojos en blanco ante la petición de su padre para ayudarle a buscar la dirección o el teléfono de Jim, que era algo que hacía siempre que su padre le pedía ayuda para alguna cosa de las que él no tenía ni idea relacionada con la tecnología, ya que ella ya había nacido con todo eso y avanzaba diez pasos por delante de Troy.

-Búscale en Facebook. - Dijo la niña encogiéndose de hombros. -Esta bieeeen... te ayudaré. He visto algo de ropa que me gusta, pero podemos volver por la tarde.

La niña se llevó a la boca otro bollo de canela, era difícil precisar cuántos habría comido ya hasta ese momento. Sid parecía manejarse perfectamente sola en todos los ámbitos de la vida, y estar en un centro comercial no era nada complicado para ella. Ajena a las preocupaciones de su padre, soltó una carcajada cuando le dijo que le gustaba su chaqueta.

-Claro, me la compraste tú.

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25/02/2021, 18:03
Jonathan Seabert

Sid y Troy se encaminaron hacia la salida del centro comercial por la que Troy creía que se había podido ir Jim desde el lugar en el que se habían encontrado momentos antes. Conociendo a su viejo amigo, lo más probable era que se hubiera escurrido por una de las puertas laterales que daban al parking menos concurrido que las otras calles principales para enchufarse un canuto y fumar con algo de disimulo.

Cuando cruzaban la puerta vieron de frente a un oficial de la oficina del sheriff, vestido con aquel uniforme marrón y la estrella dorada en el pecho. Era un tipo alto, fuerte, rubio y de una edad similar a la de Troy. No lo reconoció de inmediato, porque la alegría de la que hacía gala en su juventud había dado paso a un rostro marcado por los acontecimientos más duros de la vida. Algo que parecía intrínseco a aquella generación que había vivido los horrores del baile de Navidad de hacia diez años.

-Vaya. No me lo podía creer, pero parece que es cierto. El hijo pródigo a vuelto. - Él sí le reconoció de inmediato. Le clavó una de esas miradas propias de los polis, en las cuales te estudian de arriba a abajo y ya juzgan si eres un peligro o si solo te van a joder un rato a ver si rascan alguna multa.

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26/02/2021, 16:29
Troy Jacobson
Sólo para el director

Troy se quedó mirando a Sid con el ceño fruncido cuando esta le contestó de malas maneras sobre buscar a Jim, sin entender qué le costaba echarle un cable con el asunto. Por suerte, parecieron llegar a un acuerdo inmediatamente.

- En cuanto veamos si Jim se ha esfumado o no, vamos a por esa ropa que dices.

Se llevó un cigarro a la boca mientras daba un giro hacia una salida lateral. No quiso mirar a su alrededor más de la cuenta, por si se topaba con alguna otra cara poco amistosa. Con la de Halle había tenido suficiente. Por desgracia para él, en cuanto puso un pié en el parking se cruzó con uno de los agentes de la oficina del sheriff. Era joven, sin duda no estaba cuando él aun llamaba la atención de la autoridad local, así que no le prestó más atención de la necesaria. En cuanto le habló, sin embargo, Troy se fijó bien en él. Aquel tono de voz y el pelo rubio... Finalmente reconoció a Jonathan y recordó todos los líos y peleas que tuvieron juntos.

- Joder, no te puedes tirar un pedo en este pueblo sin que lo huelan todos. Veo que ciertas cosas no han cambiado... También veo que ahora le regalan la placa al primero que pasa. -Se fijó bien en la insignia de Jonathan.- Espera, ¿eres EL sheriff? ¿EL sheriff? Joder, ya lo he visto todo... -la situación le resultaba absurdamente cómica, pero intentó no pasarse con las risas.- En fin, "agente", tenemos prisa. No habrás visto salir a Jim Thompson, ¿verdad? El muy cabrón ha desaparecido antes de que pudiera despedirme de él.

Y casi como si Jonathan no estuviera, alzó la cabeza y comenzó a otear por el parking, por si detectaba alguna nube de humo que delatara la posición de Jim

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26/02/2021, 17:58
Jonathan Seabert

-Lo tienes allí fumando. - Dijo con mala cara el sheriff, suponiendo para qué quería reencontrarse con Jim. - Ya le he advertido. Saldré en cinco minutos, si estáis allí fumando os llevo a los dos al calabozo. Advertidos estáis. - Alzó un dedo amenazante para señalar a Troy. - No te voy a quitar el ojo de encima, Jacobson.

Seabert se internó en el centro comercial sin evitar golpear con el hombro a Troy al cruzarse con él. No le importó que Sid estuviera presente, aunque tampoco parecía haberse dado cuenta de ello. Pero Troy no tenía mucho tiempo que perder si quería encontrar a Jim, al que vio alejándose del centro comercial por el parking.

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26/02/2021, 18:04
Jonathan Seabert

El pastelero se plantó en sus trece, discutiendo con Charlie y asegurando que la había visto hablar con la niña y cómo le había indicado que bollos debía coger. Todo hacia indicar que se iba a producir una enorme discusión entre el tendero y ella, e incluso éste amenazó con llamar a la seguridad. Pero entonces entro en la tienda Jonathan Seabert, el sheriff de Birchmont, y viejo conocido de Charlie, y calmó las cosas.

-Señor, yo respondo por esta mujer. - Dijo colocando una mano sobre el hombro de Charlie. -Si ella le dice que no conocía a la niña, es que no la conocía. Es una persona honrada. Si quiere podemos poner una denuncia, ¿le parece?

El pastelero pareció calmarse tras las palabras del sheriff, aunque todavía no se resignaba a dejar de tomar a Charlie por una ladrona. Jonathan le ofreció la posibilidad de ir a comisaría para interponer una denuncia, y ante aquella perspectiva el hombre decidió dejarlo correr y cobró a Charlie solo lo que ella había cogido.

-Me alegro de verte, Charlie. ¿Qué tal estás?

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26/02/2021, 20:33
Charlie Peyton Crookshanks
Sólo para el director

Aquel pastelero era simplemente idiota. No tenía ánimos ni fuerzas para pelearme y sin embargo, allí estaba haciéndolo, dispuesta a llegar a donde fuera o al menos, a meterme la mano en el bolsillo y lanzarle el dinero a la cara para intentar sacarle un ojo. Si eso era lo que me estaba cobrando, al menos que fuese suyo.

Lo último que me esperaba era la llegada de aquella voz conocida, que me produjo una gran felicidad volver a ver... y también una enorme vergüenza.

-¿Jonathan? ¡Q-qué sorpresa! Yo... 

En ese momento, empecé a alisarme la ropa muy nerviosa, y me limpie también los restos de chocolate que tenía en las comisuras de la boca.

-Eh... b-bien, b-bien. Comprando... ya sabes, cosas. T-tú estás muy bien.  Tal y como te recordaba. N-no como yo, ya puedes verlo. Está claro que ahora parezco un tonel andante -le dije, encogiéndome de hombros.

Todos decía eso de mí y lo peor es que era completamente cierto.

-Bueno, será mejor que no hablemos de mí. ¿Qué tal estás tú? No sabía que todavía seguías por aquí. Bueno, la verdad es que no he seguido la pista de nadie desde... no sé, todo lo que pasó.