Partida Rol por web

Feijud sigue nadando con todas sus fuerzas.

Raymond agradecia de verdad las atenciones de "El Raquitico", pues como él decia su viejo y él habían llegado a navegar juntos. Y siempre que tenía que reparar sus barcos, procuraba venir a verle para que se llevase él la comisión.
No obstante no le gustó nada escuchar lo de "empezar de cero". Aunque fuese cierto. Pero por las tetas de Besmara, después de todo lo que tuvo que pasar para poder conseguir un barco propio, el haberlo perdido (por una mujer) y apenas haber podido llegar hasta aquí...Le hacía hervir la sangre. Sus antiguos hombres lo iban a pagar caro, muy caro cuando les pillara.

No obstante, y pese a sus quejas, podía notar que a Hake le preocupaba algo.

Agradezco tus palabras viejo. Pero ambos sabemos que eres más que un "simple" armador. Si fuera así mi familía hace tiempo que habría dejado de venir.
De todas formas, cuentamé qué es lo que tienes en mente. No voy a enfadarme, y mucho menos contigo. Ya sabes que tendré que venir a reparar mi barco cuando se lo arranque de las manos muertas de los bastardos que me lo arrebataron.
Además, eres como de la familía.
¿Qué es lo que tienes para mi?

Raymond cogió su copa de vino y le dio un buen sorbo.

Hake se aclara la garganta antes de comentar:

-Quizás sea un poco precipitado... No sé... En fin. ¿Has visto la embarcación que fondea ahí fuera? El Grindylow Embrujado. Creo que harías bien probando suerte con esa tripulación. Son gente joven, sin apenas experiencia, pero con los arrestos suficientes como para haberse apropiado de un barco del mismísimo Barnabus Harrigan. Sí, sí, como lo oyes. 

El Raquítico bebe un buen trago de vino, eructa poniéndose una mano en la boca y luego prosigue:

-El tema es que tienes que decidirte de manera precipitada porque van a zarpar pronto... En cuestión de horas como mucho, si no me equivoco.

-Para salir a mar abierto con garantías, ahora mismo el capitán y sus oficiales están saboteando un maldito buque de guerra chelaxiano que ha tenido a bien calar junto al cabo que trae a la ensenada. Pueden regresar en cualquier momento. Si quieres, intercedo por ti ante ellos. No creo que pongan problema alguno en que te enroles abordo--concluye el viejo recuperando el brillo en los ojos al sentir tan de cerca la vibrante vida del pirata que fue antaño.

Raymond enarca una ceja cuando escucha el nombre del navío, pues no le suena, pero luego abre mucho los ojos y casi se atraganta con el vino cuando Hake habla de Barnabus.

Cojcoj. ¿Dices que le han robado un barco a Harrigan? A fe mía que eso es un punto a favor por ellos.

El pirata se queda pensando un rato. Luego sacude la cabeza y se acaba la bebida de un trago.

Que demonios. Necesito estar un barco lo antes posible. Mis piernas no están hechas para tierra firme.

Veo que tienen muchos arrestos por lo que dices. Un buque de guerra cheliaxiano no es moco de pavo. En fin, tendré que conocerlos al menos. ¿Cómo es su capitán? ¿Tiene un primer oficial competente?

Harper sigue nadando a pesar de las flechas lanzadas.

Malickud recibe el flechazo con un grito agudo y una estela carmesí tras sus cortas piernas, pero el gnomo sabe que si no consiguen llegar pronto a terreno seguro morirá, ahora deben nadar como nunca, haciendo caso omiso del dolor y el cansancio.

Qué se calmen las aguas,
si el viento enmudece,
quedan las velas lacias,
y la Mar me mece.

Dice jadeando el cuentacuentos encajando un verso entre cada brazada. A su alrededor el agua se vuelve tranquila como si fuese un estanque y la corriente parece impulsar a los nadadores.
 

Seguís nadando con desesperación cuando llega una segunda oleada de flechas. En esta ocasión los damnificados son el capitán y la timonel del Grindylow Embrujado. Se hace extraño que el enorme esfuerzo y los distintos gritos, sollozos o golpeos al agua se produzcan en completo silencio.

Al escuchar tu predisposición favorable, el Raquítico sonríe satisfecho, dejando entrever numerosos dientes de oro:

-Su capitán es un osado joven de Puerto Riesgo, nieto del famoso Gulijaster Dos Sables. Se llama Feijud y tiene lo que hace falta para salir a la mar. Falta ver si en verdad hace honor al abuelo y consigue hacerse un nombre antes de que el Kraken se lo trague*.

-Oficiales tiene varios. No sé mucho de ellos, pero hay uno que seguro que te gusta--sonríe Hake a Raymond mientras dibuja el curvado contorno de una mujer con las manos.

Feijud aguanta estoicamente el dolor. Esa herida es simplemente un rasguño comparado con el daño que el navío chelaxiano ha recibido.

Mientras nadábamos una flecha se clava profundamente en una de las piernas haciendo que, aunque no baje el ritmo de las brazadas, el avance no era el mismo.

Entre brazada y brazada, vi cómo el gnomo comenzaba a gesticular hacia mí. Intrigada, mantuve la cabeza fuera del agua y, sin dejar de bracear, observé como comenzaba a gesticular de manera graciosa, con el bigotillo empapado y el flequillo pegado a su frente. Tras unos segundos sin saber qué carajo hacía, por fin me di cuenta que señalaba mi tricornio.

¡¡El silencio!! pienso mientras me toco el tricornio querrá lanzar algún tipo de sortilegio pienso mientras sonrío, imaginándome la cara que habría puesto al darse cuenta que estaba el conjuro activo. Sin más dilación, elimino el conjuro mientras alzo la mano con el puño cerrado y el pulgar hacia arriba, justo antes de comenzar a bracear.

Raymond sonríe ante el comentario del raquítico sobre una mujer en el barco, y además uno de los oficiales. Se sirve más vino en su copa.

Las mujeres son problemas. Cada vez lo tengo más claro. Están bien en la cama, pero no te las lleves de aventuras o te acabarán pasando factura.

Le dio otro buen trago a la copa.

Pero bueno. Si es una oficial lo mismo es útil y todo.

Así que nieto de Dos Sables ¿eh? Recuerdo haber escuchado a mi padre alguna que otra historia suya. En fin, yo sé bien lo que es tener una reputación familiar que mantener. Lo mismo nos llevamos bien y todo.

Su copa estaba nuevamente vacía, pero no la volvió a llenar. Se levantó al segundo intento y eructó agradeciendo la comida.

Muy bien viejo. Vayamos a ver ese barco que tienen, a ver si es tan bueno como dices.

Concluido el efecto del conjuro de subterfugio, el ruido a vuestro alrededor se vuelve repentinamente ensordecedor. Al cúmulo de braceos sobre las oscuras aguas y respiraciones forzadas de vuestros apresurados compañeros se suma una nueva lluvia de proyectiles hendiendo peligrosamente el agua y, por desgracia, hiriendo ahora sí (de manera palpable por los aullidos de dolor que escucháis), a alguno de los integrantes del valeroso grupo de saboteadores.

No obstante, la siguiente oleada de virotes de ballesta os confirma con alivio que acabáis de salir del rango normal de disparo. Eso sí, os queda todavía un ligero trecho hasta la supuesta seguridad de la orilla.

Salís a pasear tranquilamente por los astilleros para bajar la cena. Hake va acompañado de su habitual guardia personal, pero eso no es óbice para que el viejo se jacte del buen trabajo realizado al "maquillar" La Promesa, el navío shoanti capturado por Feijud y su tripulación, reconvertido ahora en el Grindylow Embrujado.

Raymond se coloca su sombrero negro con la pluma blanca y sigue al Raquitico. No le hace ningún caso a su guardia, pues ya sabe que lo siguen a todas partes. Uno no llega a su edad sin hacerse algún que otro enemigo, y lo cierto es que Raymond echaría de menos al viejo si le pasase alguna cosa.

Así que el Grindylow Embrujado, tendré que preguntar el por qué de ese nombre. Desde luego mucho mejor que la Promesa, pero es que esos shoanti no tienen ni idea de ponerle nombres a los navios.

Heridos, helados y con un humor de perros, alcanzáis la orilla donde os aguardan los marineros del Raquítico. Estos se muestran nerviosos ante el claro ajetreo que se vislumbra abordo del buque de guerra chelaxiano. Por fortuna, vuestro sabotaje debe mantenerlo incapacitado al menos durante varias horas. Y para entonces ya deberíais haber salido de la cala en el Grindylow Embrujado. Otro cantar es la suerte que pueda correr el asentamiento de Hake si es finalmente descubierto.

-¿Cómo ha i...?--iba a preguntar uno de los muchachos cuando otro le suelta un codazo para acallarlo.

-¿No ves que falta uno? El del felino--susurra incómodo mientras se vuelve y os hace gestos para que le sigáis por la jungla en dirección al poblado.

Al cabo de unos interminables minutos en los que os mantenéis en el más absoluto silencio, lo que en realidad es un decir debido al continuo canturreo y gorjeo de animales por doquier, arribáis a La burla del Raquítico. Hake y sus hombres se encuentran intercambiando palabras amistosas con la tripulación de vuestra nave.

No obstante, os llama la atención un tipo que los acompaña y que no habíais conocido hasta ahora. Tiene el pelo castaño, aunque ligeramente tostado. Lleva ropa cómoda, de calidad y bastante usada. Y un sombrero negro de ala ancha, muy llamativo, sobretodo por la pluma blanca que tiene en un costado. Además, luce algún que otro abalorio caro como un pendiente, varios anillos y un colgante. De sonrisa socarrona, parece muy seguro de sí mismo. Tiene algo en la mirada que da que pensar que lo mismo no es buena idea meterse con él. No es que infunda miedo, puede que respeto, o algo completamente diferente. La empuñadura de la espada que porta al cinto es completamente negra, algo inusual. Y la hoja tampoco parece la que suelen llevar los piratas, sino más delgada y larga.