Partida Rol por web

Sobre todas las cosas Morat no era un delator, bueno, no lo era si no tenía pruebas para poder hacerlo, por lo que todo ese asunto al respecto del papel higienico que Emily y Alex pudieron haber robado no iba a comentarlo pero lo que sí iba a decir era otro tipo de cosas, cosas acerca del asesino.

-Supongo que la policía sabe acerca del "enmascarado" que mató a la profesora -dijo a modo de introducción evidente- pero lo que a mi me molesta es que o el o alguien como el está creándose una cuenta en este sitio web y amenazando con matar al más votado. No sé si lo hará, pero me parece que incumplen alguna norma de esas los que han votado por que maten a una compañera.

Sea tomado a broma o a una amenaza seria, Morat habló... y no solo eso, sino que enseñó el teléfono, en concreto el post del enmascarado así como los posts de los que en verdad votaron.

-¿Podría echarle un vistazo a la más votada?. ¿O encerrar "preventivamente" a los que han votado?. Están "colaborando" con un presunto criminal.

Suspiró el inspector. - La señorita Baker, gritona de baños, me ha preguntado exactamente lo mismo que usted, señor Porpra. Estamos al tanto de la situación y a pesar de que hemos pedido permiso a la madre de la señorita Montgomery, nos ha prohibido el acceso a la fiesta de su hija. En conseguir una orden tardaríamos veinticuatro horas, así que sería tarde, la fiesta ya habría ocurrido. - se mordió un labio. - Igualmente después del evento benéfico he dado orden de vigilar los alrededores de la casa del lago, cosa que no es ilegal.

Por otra parte... Sin pruebas firmes, no se les puede acusar de nada a los que han votado, además cuando ocurrió la publicación, os tenía a todos encerrados. Dudo que estuviera programada para publicarse a esa hora ¿o quizá sí? - mustió. - Como sea, son demasiados sospechosos como para encerrar a todos de forma preventiva, solo podemos encerrar a una persona sin pruebas contra él, así lo dicta la ley del pueblo. Además lo tendríamos que soltar veinticuatro horas después. - afirmó.

Sin embargo, señor Porpra, tengo algo interesante para usted. - el inspector le deslizó a Morat un documento que pronto reconoció, era un informe médico diagnosticándole con la enfermedad del héroe. - Este mismo documento, apareció en la casa de la señorita Baker, dejado presuntamente por el asesino, ya que allanó la casa de este. También un mensaje que decía "Si unes el pasado, descubrirás la verdad de lo que ocurre" ¿Sabe a que se puede referir?

Madison llegó a la comisaría, allí había un policía haciendo de recepcionista, aunque con cara de aburrido por no poder acudir a la fiestecilla benéfica. Dentro de uno de los despachos, estaba el inspector Wayne, reunido con Morat.

Por su parte Morat dudó un momento acerca de si decirle lo que sabía al agente de la ley, a fin de cuentas no tenía pruebas en contra de nadie, pero aún así creía que era importante hacerlo, a fin de cuentas, si Emily Baker estaba implicada de algún modo con el asesino... ¿Por que no tratar de pillarlo él mismo investigando a Emily?. Sea como sea, le dijo lo que sabía.

-Creo que sí -Comentó Morat- Cuando llegué a este pueblo me atrajo una historia, supongo que ya sabes cual, la del incendio del orfanato y... al parecer Emily Baker era una de las huérfanas del lugar... ¡De hecho ayer mismo me la encontré en la Biblioteca tratando de investigar un poco sobre el incendio!.

Antes de continuar Morat hizo una pregutna.

-¿Tiene la lista de huérfanos del orfanato?. Lo comento porque creo que es un adolescente, a fin de cuentas... ¿Qué adulto usa esta plataforma si no es para colgar fotos de gatos?. Y si eso es cierto, ha de estar relacionado con lo del incendio... ¡A fin de cuentas, Emily sí que lo está y por eso fue a investigarlo!.

Sí, estoy al tanto de todo, de hecho fue ella misma la que me lo comunicó todo, ayer por la noche cuando el asesino andaba rondando por los alrededores de su casa. - comentó. - Pero no entiendo ¿por qué es tan importante para vosotros la lista de huérfanos? Está en la biblioteca, en los archivos públicos del pueblo. Cualquiera puede ir a verla, sin tener que coger la versión policial, lo cual es ilegal.

Por su parte Morat sacó su pequeña libreta morada y le mostró al Inspector lo que este había apuntado, todos los nombres de cada uno de los huerfanos supervivientes, incluído uno que este había indicado que se encontraba tachado, implicando así, que los archivos públicos habían sido alterados.

-Mire aquí -dijo señalando a la lista de nombres- en los informes públicos dicen quienes sobrevivieron, pero uno de los nombres se encontraba tachado. Traté de preguntarle a Emily cuando la vi por ahí, y no fue capaz de responderme... Es por eso que quizás en los archivos "oficiales" sí que esté ese "nombre faltante". ¿Podría ir a comprobarlo?.

Pocos entenderían que yo (en ausencia de compañía) deleitara con mi presencia a los engreídos de poder que se encontraban sentados, pensando que hacían su trabajo por haberse puesto sólo la placa en el pecho.

Pero ahí estaba, para hacerles despertar y ante todo, que trabajaran. Aunque algo llamó mi atención. El rarito teletubbie morado. ¿Qué hacía? ¿le habían multado de una vez por todas a causa de sus pintas? La verdad es que ojalá fuera eso. Daba grima, a ése no le hacía falta ni la careta siquiera.

Con gesto de asco desvié rápidamente la vista y me centré en el amargado de recepción –No creo que hagan falta presentaciones. Ya debe saber que soy la rica y millonaria Madison Montgomery –solté con una sonrisa- y tengo que hablar con sus superiores. Requiero de un coche patrulla para que escolte mi cabaña en el lago esta noche- dije con exigencia, pues la idea estaba clara: dejaría a unos cuantos guardas escondidos en su todo terreno bajo alguna zona oscura del campo. Si saltara cualquier alarma, actuarían de inmediato. El asesinillo no debía jugar conmigo. Pese a que lo más importante era que de mis planes no se enterara nadie.

El recepcionista miró a Madison con cierta indiferencia, se lo veía un poco triste, por no poder ir a la fiesta benéfica. - Tranquila, no hace falta que hable con el inspector, tenemos orden de escoltarla ya, además de vigilar los alrededores de su casa. Por desgracia no podemos entrar dentro de la fiesta, ya que su madre nos ha prohibido entrar en la propiedad... Lo siento.

Sí, sé que Emily estuvo involucrada en el incendio. No tengo ni idea de quien es el nombre tachado, tendré que comprobarlo en el registro de la biblioteca, pero te diré lo mismo que le dije al chaval que vino aquí antes que tú. - ocultó ligeramente los papeles. - No puedes ver estos archivos, porque sería ilegal, al igual que sacarle una foto a los archivos mientras alguien me tiene entretenido en los baños. Eso sería completamente ilegal y como descubra algo así en el móvil de nadie, tendré que requisarselo. - arqueó una ceja. - Bueno, supongo que eres un chico listo y sabrás que hacer ahora.

Bajó la mirada a su mesa y continuó leyendo cosas. - Ahora largo de mi despacho.

Morat salió entonces del despacho y allí se encontraba Madison, hablando con el recepcionista.

Morat no perdió el tiempo y se acercó a Madison, agarrándola del brazo y arrastrándola sin ningún tipo de decoro o educación lejos de la recepción, lanzándole una mirada siniestra pero a su vez sincera e incluso algo inocentona este habló con su compañera, iba a actuar y necesitaba su ayuda, por lo que ahí iba su plan.

-Sé quien es el enmascarado- comentó con seriedad- de hecho, necesito que me hagas un favor; el Inspector tiene en su mesa unos archivos que hablan sobre el incidente del incendio, necesito que les saques una foto y que me lo pases. En la lista de los supervivientes está el culpable. Hacerlo o no, dependerá de ti.

Pese a que apenas habría compartido un par de frases con Madison, a fin de cuentas, tanto ella como él eran de ligas completamente distintas y la única cosa que podría indicar que pertenecían al mismo grupo era la edad que ambos compartían o circundaban. Pero aún con todo, Morat parecía decidido a ayudarla.

-En 3 minutos comenzará, ve al despacho y quédate ahí. -Tras decir esto, Morat soltó a Madison y se escondió en los baños, su plan iba a comenzar, que Madison cumpliera con su parte o no, no iba a evitar que Morat no hiciera su parte.

-Perfecto- dije con una sonrisa dando por finalizada la conversación con el triste policía, cuando de repente, mis peores temores se evidenciaron. ¡Tinky winky me cogió por el brazo! ¡A mí!

-Eh, eh, eh, ¿pero qué te crees?- dije mientras este (Morat) me apartaba para hablar.  Porque si pensaba hacerme algo raro, lo tenía crudo. Con un pequeño grito aparecería todo el mundo; y más con mi voz, que era como una alarma antirrobo.

Sin embargo, al escucharlo contándome aquello (aparte de darme un miedo muy siniestro) comprendí que podía ser útil. Si lográbamos descubrir quién era el asesino, mi fiesta sería un triunfo absoluto. Ya casi podía verlo, las cámaras grabándome entre aplausos y yo, con mi vestido de marca, fingiendo el susto emocionada. Lograría la fama y hasta podría crear un programa en televisión que se llamaría, “Habla con Madison” (o sin hablar, ya tendría tiempo para debatirlo).

En definitiva, que no perdía nada por intentar hacer esas fotos del… ¿incidente del incendio? Qué cosa más extraña. Sólo faltaba que me dijera que había una niña en un pozo queriendo salir por medio de la pantalla.

-De acuerdo- contesté finalmente cruzándome de brazos. Pero espera, ¿3 minutos, para comenzar, el qué? Pensé contemplando con cara rara al teletubbie irse hacia los aseos. Hasta que decidí ir al despacho, tal y cómo se suponía que tenía que hacer.

Y Heroicamente Morat se quedó encerrado en el baño, en busca del mismo inodoro que casualmente no hubiera papel higiénico, situación que, sin lugar a dudas, había predicho viendo la actitud extraña de Emily Baker, con esto dicho revisó uno a uno los compartimentos con cara de horror, a fin de cuentas... ¡Todos tenían papel higiénico!.

-¿Por qué habrá gritado?- Se preguntó a sí mismo- No importa, yo lo arreglo.

Encerrándose en uno de los inodoros, este comenzó a malgastar papel higiénico, echándolo en todos los inodoros disponibles y tirando la cadena, el truco era diversificar hasta que el papel hubiera sido tragado por todos. No se iba a arriesgar a bloquear uno de ellos... Tras esto, se metió en el baño y esperó el tiempo que quedara para gritar como un poseso.

Los gritos de Morat empezaron a oírse por todas partes ahora, pero no solo el de Morat, también el del Inspector Wayne, que gritó frustrado desde su despacho. - ¡Ve tú! - dijo señalando al recepcionista. Parecía que el pobre inspector, que andaba investigando, como debía estar haciendo, estaba harto de que le hubieran interrumpido no solo una, ni dos, ni tres veces, si no hasta cuatro veces en unas pocas horas. - ¡Maldito pueblo! ¡Malditos adolescentes! ¡Malditas fiestas benéficas! ¡MALDIGO TODO! - entonces se encerró en su despacho y cerró haciendo mucho ruido.

Por otra parte el oficinista de la policía fue al baño, para ver que demonios le pasaba a Morat.

¡No hay papel!

Exclamó Morat ante el recepcionista que no había tenido tiempo para ver a Morat con los pantalones bajados sentado en la taza del inodoro mientras señalaba, en efecto, la falta de papel de ese compartimento, y además del resto de los diversos compartimentos en los que este había manipulado y eliminado todo rastro alguno de aquel oro blanco.

Era inédito que estuviera haciéndole caso a un friki que apenas gritaba como una rata en su cloaca. Pero todo fuera por la fama. Cogí aire, me toqué el pelo y entré tratando de hacer una actuación creíble.

Pasé abriendo con fuerza la puerta que acababa de cerrar el inspector Wayne -¡rápido! ¡Se ha vuelto loco, LO-CO! Aquel chico se ha encerrado en el baño y he oído ruidos. ¡Quizás sea el asesino! ¡Seguramente vaya armado!- mi semblante reflejaba una angustia interpretativa bastante realista –creo que le ha hecho algo al recepcionista –dije hablando rápidamente mientras sacaba el móvil discretamente (a escondidas) y me acercaba a su mesa para tratar de sacar la “exclusiva” imagen.

-Soy rica, guapa, joven…y el futuro de esta mediocre humanidad  ¡tiene que salvarme!- exclamé moviendo a la vez la mano que tenía libre para situarme justo al lado de la silla del inspector – usted es el único competente que puede, ¡o acaba con esto o terminaré siendo una loca traumatizada por siempre!

Arthur seguía sentado, revisando los papeles, estaba harto de que el día de hoy entraran adolescentes a su despacho sin ton ni son. - Si se ha vuelto loco, tenemos orden de proteger a los civiles, a toda costa. El oficial sabe a lo que se arriesga. - decía en un tono cansado, mientras seguía revisando los papeles.

Levantó un poco la cabeza. - Si el descerebrado de su amigo no ha entendido lo que tenía que hacer, por favor, vaya a por él y dígale que nadie más va a sacar nada de aquí. Y sin ni con esas lo entiende, es que quizá no se merezca obtener nada. - se chupó un dedo y pasó de página a los documentos. - Por favor, salga de aquí y cierre al salir. Nos vemos en su fiesta, señorita Montgomery.

¿Amigo? ¿El rarito de morado? Al parecer la incompetencia era más que clara. La oficina le atrofiaba.

Pero vale, si aquello no había hecho que se inmutara, era porque había que pasar a la segunda fase del neurótico plan para llegar a las cámaras.

Apoyé toda la palma de la mano encima de los papeles que el comisario malhumorado pasaba –no puede hacerme esto inspector Wayne, estoy en pánico, en shock por todo lo que está pasando- y, arrastré como “por error” los documentos hacia el suelo -¿lo ve?, no me responde ni mi propio cuerpo. Mis padres se van a disgustar mucho como me dé un ataque. Soy su heredera y…espere -llevé seguidamente la mano hacia el pecho- no sé si lo estoy teniendo.