Partida Rol por web

Por su parte, Luke y Teddy parecían cansados del día, por lo que cada uno se fue a su casa, al igual que hicieron el resto de adolescentes, aunque fuera a casa de otra persona.

Tras una larga intervención para Diana y Samantha, ambas lograron salvarse, aunque con daños permanentes, pues Diana había perdido gran parte de su pulmón derecho que no pudieron salvar y Samantha no había podido recuperar su mano y si bien hablaban de prepararle una prótesis, iba a tardar un tiempo en estar lista.

En la sala de cuidados intensivos, Allison reunió a los cuatro chicos. - Me alegra ver que estáis vivos. - dijo con cierto alivio, aunque con gran pena al ver el estado tanto de Diana, que andaba con un respirador, como de Samantha, que había perdido su mano zurda.

No os voy a interrogar, porque es evidente que sois las víctimas y dado como estaba hecho todo, es imposible que hubierais visto prácticamente nada. - se giró hacia una mesa que tenía detrás, donde habían varias cosas. - Lo que si que quería, era explicaros un poco la situación que habéis vivido, pues puede haber resultado confusa para algunos.

Lo primero que sacó, fue un informe que contenía una factura, lo enseño de forma que cualquiera de los cuatro lo pudiera vez. - Jodie dio con esto, una reforma a nombre de la familia Greenfield, para dentro de la casa de los Greenfield, lo cual es imposible, esa familia murió. - admitió la policía. - Pero gracias a esta factura que había pasado inadvertida para todos menos para la detective Jodie, os encontramos.

Dejó aquello en la mesa y pasó a entregar los móviles de los chicos. - Esto estaba en una de esas nuevas habitaciones, la que contenía un espejo unidireccional y estaba completamente aislada hacia el exterior, donde Samantha estaba encadenada y habían bastantes pruebas para incriminarla. - asentía. - No solo el cuchillo que se usó para torturaros tenía las huellas de Samantha, si no que las llaves de las cuatro esposas, se encontraban tiradas por el suelo. Sin duda alguna, el plan de Ghostface era inculpar a Samantha de todo, haciéndonos creer que se había encadenado a ella misma después de las torturas y él huir por algún agujero de aquella sala. - miró con cierta pena la mano ausente de Sam. - Por suerte o por desgracia, no hay atisbos de duda de que Samantha es inocente.

Se volvió a dar la vuelta. - Cada vez es más temerario... - dijo casi en un susurro, para luego girarse a los chicos y con una media sonrisa, comentar. - No os molesto más, os dejo descansar. Habrán policías patrullando el hospital, por lo que Ghostface no aparecerá por aquí.

Y con esas últimas palabras, River y Ryan se dirigieron a una habitación normal, pues no estaban lo suficientemente graves como para estar en cuidados intensivos. Aunque algo que podían hacer los cuatro juntos, desde sus respectivas habitaciones, era ver la película que estaban echando en el hospital, la cual era "Múltiple".

Estaban vivos, pero ¿a qué precio? Todos habían salido heridos, de una forma u otra y a pesar de que las heridas de Ryan no eran las más graves del grupo de cuatro, no paraba de pensar todo el rato en que aquello era culpa suya. A medida que Allison iba explicando aquello, una lágrima apareció en el rostro del muy callado joven. Él nunca habría creído que Samantha habría hecho aquello, por muy elaborado que hubiera sido el plan de Ghostface, pero aún así, Ryan prefería que todo el mundo la siguiera mirando mal a que ahora estuviera manca por su culpa.

Cuando recuperó su móvil, vio algunos mensajes de parte de su madre, acompañados de llamadas perdidas, pero el chico que tenía la misma mirada que un cadáver, simplemente lo ignoró y lo guardó en uno de los bolsillos de su bata de hospital.

Para cuando Allison los quiso separar de la UCI, Ryan simplemente no pudo moverse. - Lo siento... - dijo en voz baja poniéndose entre las dos camillas de sus compañeras. - Lo siento. - gimoteó, le costaba mucho hablar, le faltaba el aire, solo pensaba en lo horrible que había sido todo aquello y en que nada de aquello habría pasado si Ryan no hubiera estado. - Todo esto es mi culpa. Si no os hubiera llevado en mi coche... Si no fuéramos amigos... Si no existiera... - finalmente Ryan rompió a llorar y cayó de rodillas al suelo, poniendo su mano izquierda en la camilla de Samantha y su mano derecha en la de Diana. - Lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento. - era lo único que podía pronunciar entre lágrimas, era todo lo que sentía en su corazón.

Pensaba que había pasado lo peor después de que Diana y ella sobrevivieran a sus respectivas puñaladas, pero la visión de Sam sin la mano que ella misma se había cortado resultó ser el golpe final. Era la escena que ella había previsto para ellos cuando se despertaron, su pesadilla, y ahora la veía realizada en otra persona. No podía más.

Era una suerte que Ghostface huyera antes de que su cuerpo entero cediera a la extenuación y al terror, apagándose empezando por sus ojos y oídos. Para cuando llegó la policía, River ya estaba lejos de ahí.

Se despertó en el hospital, donde rápidamente les pusieron al corriente de lo que había pasado. Palideció cuando reconoció el nombre de los Greenfield. Era la familia que habían estado investigando, pero con pocos resultados. Si Ryan se sentía culpable por lo del coche, River se preguntó que habría pasado si hubieran descubierto a tiempo esa sala antes. Igual Ghostface no habría tenido la oportunidad de torturarles...

River colocó una mano en el hombro de Ryan a modo de apoyo. Le dolía verle así.

-La culpa es de Ghostface. De quien nos drogara y luego nos torturara, sean la misma persona o distintas.-afirmó, con un tono de voz que no admitía "peros". Para a continuación suavizarse, y mirar a las chicas con preocupación. A pesar de que había pasado ya el peligro, todavía sentía un nudo en el estómago al ver el respiradero y el muñón de sus amigas.-Pero yo también lo siento.-cogió aire.-¡Joder, todo esto es tan injusto!

Lo primero que hizo River al ser mandada a la habitación fue encerrarse en el baño. Había algo que quería comprobar cuanto antes, y quería hacerlo en privado. Cuando salió al cabo de unos minutos, se estaba limpiando las lágrimas con el dorso del brazo, en una mano su móvil. Miró a Ryan y sonrió. A pesar de su aspecto, la llamada le había quitado un gran peso de encima.

-Teddy está bien. Era todo un farol.

Era una puta heroína. 

Pero sin mano. Y eso me jodía. Creí poder mantener el tipo, pero ese capullo de Ghostface se me escapó justo cuando iba a decir una frase chula tipo..."Ha llegado su paquete de Amazon, pero viene con recargo de aduanas. ¿A que jode?" ¡Zasca! Y habría quedado de puta madre. Pero no, la vida no es así, y esto no es Falcon Crest.

Sin embargo, antes de caer inconsciente por el dolor y la perdida de sangre, conseguí al menos poder sonreír triunfante sabiendo que mis amigos estaban bien. Aunque esto también era un decir, ya que Diana no podría volver a hacer submarinismo. Por mi parte, olvídate tocar la guitarra. 

Desperté en la camilla. Me picaba la mano. La que me faltaba. Lo llaman miembro fantasma. Y aunque por mi mente pasó una escena de Evild Dead y una motosierra, preferí resignarme al hecho de que tendrían que abrirme los botes de mahonesa de por vida.

Miraba al techo sin mirar. Los oía a todos, pero... algo había cambiado dentro de mí. Mi sangre... por la de ellos. Quizá era para estar orgullosa, pero oyendo el respirador de Diana, creo que llegué bastante tarde.

- La culpa es mía.- Dije cuando pude articular palabra.- En realidad, si no me hubiera ido así de la fiesta queriendo matar a la vaca-foca de Elba... si tan solo hubiera roto el cristal de tu coche... me habría ido antes de qué...- trague saliva.

Me habría ido antes, habría llegado hasta Elba y seguro la habría matado a ostias. ¿Habría sido mejor certificar que era una asesina que perder una mano?

- Alguien me ayudó.- Seguía mirado al techo. Mi tono era monótono, como si la cosa no fuera conmigo o me diera todo igual. - Ethan Geenfield. Me tiraron un cuchillo por el conducto de ventilación con una nota. La firmaban con ese nombre.

Del picor pasé a un ligero hormigueo hasta llegar a algo de dolor.

- Creo que... uff... necesito drogas más fuertes para superar esto.- Quise bromear- ¿Y mis padres?

Porque, que te llamen del hospital porque tu hija llegará sin mano a casa, como debería preocupar. Aunque, de lo contrario, eso diría mucho de ellos, y tendría que tomar medidas más serias.

Cuando River salió del baño, pudo ver un ciertamente desanimado Ryan en la cama, mirando su móvil con los mismos ojos muertos que tendría un pez. - Me lo imaginaba. - dijo sin apartar la mirada del móvil tras escuchar las palabras de la chica. - Después de todo, Teddy estaba bien durante la fiesta y entre secuestrarnos a nosotros y preparar aquél "juego", dudo que hubiera tenido mucho tiempo. - suspiró, apenado y decidió bajar el móvil.

Se acercó al borde de la cama en la que estaba tumbado para sentarse en el borde de esta y mirar a su compañera de habitación. - Tenemos que parar River. - decía con un tono más serio de lo normal. - Cada vez que nos acercamos a la verdad, pasan cosas malas. - sus ojos aún estaban rojos de haber llorado, pero ya no había lágrima alguna en su rostro. - Tenías razón con los Greenfield, incluso ahora sabemos que Ethan Greenfield "ayudó" a Samantha dejándole un cuchillo al alcance. - negó con la cabeza. - Pero está claro que ha sido esa persona quien ha montado todo aquello, quien quería hacer sufrir a Sam obligándola a elegir cortándose su propia mano mientras sus amigos sufrían.

Aún así... - arqueó una ceja. - ¿No te parece extraño que se sorprendiera tanto Ghostface al verla aparecer? Como si no supiera que Sam podía acabar cortándose la mano. - resopló, pues no entendía aquél misterio, pero debía esforzarse en no entenderlo. - Ayer se comentó en mi coche de registrar el hospital en busca de pistas sobre los Greenfield pero... - se levantó bruscamente, cogió de las manos a River y la miró con seriedad. - ¿Podríamos no hacerlo? Mientras más sepamos de él, más va a querer venir a por nosotros. - apartó entonces la mirada. - No quiero que volvamos a sufrir así... No quiero sentir que estoy ayudando a hacer algo que nos va a llevar a nuestra perdición.

Allison negó con la cabeza al escuchar la pregunta de Samantha. - Nadie tiene permitido el acceso al hospital, a no ser que le pase alguna emergencia a esa persona en concreto. - decía con un tono muy serio. - Debido a la falta de pruebas en contra de alguien y lo graves que estáis, no queremos que venga a nadie a rematar el trabajo. 

Aún así, vuestros padres están al tanto de la situación. - confirmó. - Pero hasta que no estéis en mejor estado, este sitio es una fortaleza.

Otra vez aquel apellido. Pero aquello no tenía sentido.

-¿Ethan Greenfield? ¿Es el hijo de Maria y Anthony o qué?-preguntó mirando a Allison y a aquellos que, al contrario que Diana y Sam, llevaban más tiempo en el pueblo que ellas. Había oído hablar de los Greenfield, pero nunca del resto de la familia. ¿Y ese tal Ethan le había dado un cuchillo a Samantha?

Sabía que quedaba poco tiempo para que les mandaran fuera, así que River aprovechó a seguir preguntando ante de que ocurriera.

-¿Y qué decía el resto de la carta, Sam?

River se distrajo momentáneamente con el móvil, aunque en cuanto Ryan se puso serio y la llamó, la chica volvió a tierra. 
Le escuchó con atención, sosteniendo sus manos como él quería, y pensando bien en lo que le decía. Cuando Ryan terminó, midió bien su respuesta antes de decirla.

-Si nosotros no hacemos nada, les pasará a otros. Y alguien tiene que hacer algo. No siempre podemos confiar en que alguien más lo hará, o en que los de arriba lo conseguirán. A veces, tenemos que ser la gente corriente quienes se pongan de pie y digan "basta" a las injusticias.

Habló segura de lo que hablaba, casi como si recitara las palabras de otra persona. En cierta forma, así era. Era lo que había oído mucho de sus padres, cuando veía lo diferente que era su vida a las de otras personas, y les preguntaba por qué era así.

-Tengo un montón de dudas sobre todo, Ryan.-bajo la mirada y el tono de voz. Esta vez si eran sus propias palabras.-Siempre he sido una fan de Puñalada y de Ghostface. Estaba mal, pero me gustaba poder tener algo en común con todos vosotros, cuando acababa de llegar y no tenía ni idea de la música que hablabais o de lo que eran los memes. Pero ahora...-se sentó en la cama, e instintivamente acarició sus muñecas, todavía con las marcas de las esposas con las que les habían atado.-Ahora todo ha cambiado. Cada vez lo odio más, aunque eso tampoco está bien.

-Se supone que hay que ser bueno con todos, ya sabes, detener la guerra, los ciclos de violencia, el "ojo por ojo", no rebajarse al nivel del otro... Pero ahora no tengo nada claro. Barbara nunca ha dejado de meterse con nadie, y tampoco sé si puedes convencer a alguien como Ghostface a que deje de matar.

-Lo único que tengo claro es que quiero ayudar a encontrarlo. Todavía no sé como, y tampoco quiero obligar a nadie a hacerlo si no quiere. No te culpo por no querer seguir investigando. Yo ni siquiera sé qué haré como vuelva a encontrarme con él.-soltó una carcajada, para esconder aquel escalofrío que le recorría cada vez que pensaba en ello.

-Pero antes de que te retires, necesito una última ayuda.

River sacó su móvil y le mostró aquel mensaje que había recibido hacía nada.

Veo que hoy te lo has pasado en grande ¿Verdad River?

Pero no te lo has pasado tan, tan bien como otros de tus compañeros así que ¿Qué te parece jugar a otro juego conmigo? Tengo unos cuantos en mente para ti...

No hace falta que respondas, tampoco es como si te pudieras negar.

Así que empecemos fuerte, adivina, adivinanza ¿Quién está detrás de la matanza?

River esperó a que Ryan lo terminara de leer antes de seguir.

-No sé qué contestarle. Ni siquiera sé si lo haré. no quiero más de sus juegos. Pero sí necesito preguntarte.

-¿Tú qué responderías? ¿Y qué pasó en la bolera? Yo solo sé que en el piso de arriba mataron a Matt, y abajo te atacaron a ti y a tu jefe. La puerta entre ambos pisos estaba cerrada cuando todo esto ocurrió, ¿recuerdas si había otra forma de entrar? ¿Son varios Ghostface? Sam ya lo había dicho por lo que ocurrió en la fiesta del lago, pero también explicaría lo de la bolera y que Ghostface se sorprendiera cuando Sam apareció a salvarnos.

Se imaginaba que le estaba pidiendo mucho a su amigo, pero no podía no contar con él. Así que volvió a agarrar sus manos, y le abrazó. 

-Siento hacerte pasar por esto, Ryan, de verdad. Te prometo que tendré cuidado, tanto por mí como por tí.

Vamos, que en el fondo, no se sabía si estaban preocupados por mí, o simplemente pasaban. No les culpaba, pero por esas cosas hacía que odiase a la gente.

- Solo decía que sentía que no fuera la llave que esperaba.- Me refería al cuchillo.- Nada más.

Así que, las cosas podían significar dos cosas. Los padres Geenfield en realidad murieron asesinados o no fue un accidente. Y el tal Ethan, quizá un... ¿Hijo superviviente?, seguía de cerca a Ghostface. Eso, si en realidad no vivía con el propio Ghostface.

- No sé si fue una "ayuda" o no. Lo único que se es que salir de allí sin una mano, jodió mucho al asesino. 

 Suspiré, de dolor, de angustia, de pena y de impotencia. Todo a la vez.

- Jefa... ¿Podrías, quedarte esta noche con nosotras?- Casi era una súplica, pero no porque sintiera miedo. Ya... apenas sentía muchas cosas. - Prometo "echarte una mano" con la canija, haciendo de canguro alguna vez.

Ironías de la vida.

Ethan era el hijo de los Greenfield, efectivamente. - dijo sorprendida al escuchar las deducciones de River. - Pero en los informes ponía que murió también en el accidente. Aunque bueno, tampoco se investigó demasiado, no es que investiguemos a fondo las muertes de simpatizantes de asesinos.

Allison parecía muy sorprendida ante las palabras de Sam. - ¿Qué lamentaba que no fuera la llave de verdad? - procedió a rebuscar en su mesa y mostró la nota que había en aquella habitación donde Sam estuvo encerrada.

Aquí tienes la llave, aunque no es una convencional. Haz algo divertido.

- Ethan Greenfield

¡Se estaba recreando! Quería que hicieras algo divertido para él y te cortaras la mano. - asentía, muy segura de sí misma. - Esto lo he validado ni más ni menos que con Jodie. O al menos creo que lo ha validado... Cuesta demasiado entenderla.

Puso sus manos en las caderas tras escuchar el chiste malo de Sam, al final mostró una sonrisa leve y habló con un tono calmado. - Sí, tranquila, no me iré a ninguna parte.

River tenía razón, si no lo hacían ellos, la policía seguramente no haría nada útil... Nunca parecía hacerlo. Miró hacia abajo, no podía mirarla a ella directamente, estaba intentando procesar todo lo que pasaba por su cabeza. - Lo que dices... Lo de parar el ojo por ojo... ¿Serías capaz de parar con Ghostface, una vez descubras su identidad? - negó con la cabeza y suspiró por la nariz. - Yo no puedo perdonarle nada de lo que ha hecho, literalmente me ha partido en dos con sus acciones.

Miró el móvil de River cuando esta se lo mostró, Ghostface le había escrito y ella le pedía consejo. - Es Ethan Greenfield. - decía con cierta seguridad. - Quiero decir. - sus manos empezaron a temblar, algo que River podría notarlo, además le estaba empezando a costar a hablar. - Tienen que ser dos. Deben ser dos. - su respiración se agitaba. - El Ghostface que me crucé en la bolera, me pedía que le agradeciera haber matado a mi jefe y cuando me negué, empezó a amenazarme y a decirme que yo era un mierdecilla, que él tenía el control de mi vida. - lágrimas empezaron a salir de los ojos de Ryan, a pesar de que no estaba llorando directamente. Cada vez respiraba más y más rápido, se notaba que le estaba costando decir todo aquello.

Apretó los puños. - Antes de perder la consciencia, vi que se iba hacia la maquinaria de los bolos, por donde suben y bajan. Supongo que subió por allí y entonces... Bueno, hizo lo que hizo. - estaba intentando calmarse y darle sus conclusiones a River. - Dejó un mensaje en el que decía que buscaba impartir justicia, iluminó a todo el pueblo de rojo porque a sus ojos, todos somos culpables de algo y ya has oído a la jefa... A penas investigaron el caso de los Greenfield. Ni si quiera fueron capaces de encontrar a Eleanor en estos diez años, dudo que hayan buscado al tal Ethan.

Le tocó el pecho a River con una mano, mientras con la otra se tocaba el suyo. River podía notar lo mucho que temblaba la mano del chico, incluso podía notar que estaba sudando por ella. - Quien nos ha torturado hoy, se ha sorprendido de la "llave", además de que te ha mentido con lo de Teddy. - cayó hacia atrás, quedando sentado. Los ojos de Ryan parecían no poder enfocar bien, pues miraba de lado a lado, hasta que finalmente, apoyó la cabeza en su cama. - Lo siento. - miró su muñeca. - Recordar todo lo que nos ha pasado hasta ahora... Es duro.

Tras respirar un par de veces profundamente, poco a poco, logró calmarse. Se miró entonces la mano con la que había tocado la herida de River, para entonces ponerse rojo como un tomate. - Jo... ¡Joder! Perdona, no-no quería tocarte una teta...

Diana despertó, o al menos en eso estaba. No entendía bien lo que había pasado, no lo recordaba bien. Con la vista media nublada y moviéndose con torpeza, se miró, estaba conectada. Se tocó la cara, sentía el respirador. Se desesperó un poco y al moverse lo sintió. Sentía un dolor en algún lugar de la profundidad de su pecho. No lo había sentido al principio por los sedantes, pero al moverse el dolor despertaba y resultaba insoportable. Se venció y espero a que sus sentidos volvieran.

Vio en la habitación a sus amigos. Y si bien no podía hablarles, en su mirada no había más que gratitud. River, Ryan, Sam...

De pronto recordó todo. El sentimiento de alivio que había experimentado al despertarse habiendo sobrevivido se esfumó. Esto no había terminado. Ghostface seguía allí fuera. 

Diana estaba demasiado cansada.  

Allison vio como estaba Diana y resultaba claro que necesitaba un descanso. - Venga, venga. - comentó mientras escoltaba a River y a Ryan fuera de la habitación. - Dejad que descansen las pobres chicas. - ahora en aquella habitación solo quedaban ellas dos, aunque Diana no pudiera estar habladora.

River se encogió de hombros, su rostro lleno de dudas.

-No lo sé. Pero quiero seguir creyendo en que hay otra manera de detenerle.

Aquello que le contaba Ryan tenía mucho sentido. Así podría haberse escapado de cuando bajaron en la bolera, así le había dado tiempo a matar a tanta gente en tan poco tiempo. Si tan solo a ella se le hubiera ocurrido aquel camino en sentido contrario para llegar antes a Ryan... No, haberse cruzado con Ghostface habría sido mucho más peligroso.

Ryan cada vez estaba peor, lo veía claramente. Pero por mucho que le doliera, River le animó a continuar, manteniendo sus manos en las suyas a modo de apoyo. Todo lo que pudiera decir le ayudaba, y de hecho así es como le entró una idea.

-Quizás ahí está la clave. Nadie investigó la muerte de sus padres, ni siquiera sobre él.  El pueblo rechazaba a Anthony y a Maria por ser amigos de la asesina, pero ellos también renegaron de Dana Scully. Así que Ghostface les mata por no apoyarla, y el pueblo no lo investiga, dejando a Ethan solo.

Tenía sentido. Habían renegado de Eleanor por menos, pero la idea le preocupaba. ¿Cuántos años tendría Ethan cuando perdió a sus padres? ¿Llevaría todo ese tiempo odiando al pueblo?

-Pero una cosa es el pueblo y otra nosotros personalmente. Y aún en el caso de que solo seamos víctimas colaterales, ¿por qué ahora? ¿A qué estaba esperando para vengarse?

Lo preguntó en voz alta, pero tenía claro que Ryan no sería quien le daría la respuesta. Los archivos se la darían.

Se había absorto tanto en sus pensamientos que no se dio cuenta de que la mano de Ryan se posó sobre su pecho. El chico podría notar como su corazón se aceleraba y contenía el aliento.

 Lo que no notaría era el rampazo de dolor que le atravesó todo el cuerpo con aquel toque, recordándole el mismo dolor de cuando la hoja le atravesó. Tampoco como durante un segundo, creyó ver a Ghostface donde debería estar Ryan, las paredes blancas de la sala de tortura detrás de él. Y tan rápido como lo vio, volvió a encontrarse en el hospital.

River parpadeó confusa, y buscó a su alrededor. ¿Qué había sido eso? Se sentía mareada. Su cuerpo había reaccionado igual que en la casa de los Greenfield, bloqueado por el miedo. Y ahora, necesitaba salir de ahí. 

-Mientras no me la toques con un cuchillo.-soltó lo primero que se le ocurrió a su disculpa, con una carcajada que, unida al miedo que le había entrado, parecía rozar el ataque de nervios. No había pasado ni un día desde que Sam y Diana habían acabado en la UCI y allí estaba ella, haciendo una broma de mal gusto.

-Olvídalo, no he dicho nada.-se tambaleo hasta sus cosas, las recogió y se detuvo a mitad de su camino a la puerta, volteándose hacía Ryan.

-Será mejor que vaya a ver los archivos cuanto antes. Si te quedas aquí, estarás a salvo. Esto está bien protegido.

Suspiró aliviado al ver que River se había tomado aquél toque a bien. - Tendré en cuenta que hay barra libre de teta mientras no lleve un cuchillo. - continuó la broma, mientras se golpeó la frente. - Hola de nuevo Ryan Mui... - murmuró para sí mismo, mostrando así a su compañera que volvía a estar dentro de sus estándares normales.

Se levantó lentamente, aún se sentía débil, pero poco a poco se iba sintiendo mejor. - No voy a dejarte sola River. - decía mientras recogía también sus cosas. - Siempre tengo miedo de que aparezca él, preferiría que nos quedáramos los dos aquí, pero vista tu determinación y tu valía, no puedo dejarte sola. - se giró un momento, para dedicarle una sonrisa. - Como cuando fuiste al bosque. 

Cuando terminó de recoger, abrió un poco la puerta y miró hacia afuera. - Hay bastantes polis para arriba y para abajo, espero que podamos entrar sin problema en los archivos...

A pesar de la de policías que habían por todas partes, todos, incluidos los médicos, parecían estar mucho más atentos a la gente que podía realizar una entrada en el lugar, por lo que cualquiera que se encontrara ya dentro, tenía más libertad de lo que cualquier otro día podía tener.

Una vez dentro de los archivos, entre los dos no tardaron en encontrar la estantería "G", correspondiente al apellido Greenfield, donde dentro de la carpeta de la familia, pudieron ver tres fichas, realizadas el mismo día del accidente.

Anthony Greenfield

Edad: 47 Años

Estado: Fallecido

Causa de la muerte: Lesión fatal en el cráneo tras sufrir accidente automovilístico.

Notas adicionales: Tras la autopsia, se confirma que Anthony Greenfield, el conductor, había consumido varios tipos de sustancias estupefacientes, lo cual causó que, evidentemente, fuera mucho más propenso a sufrir un accidente, ya que sus niveles de anticuerpos y su resistencia ha dichas drogas eran muy inferiores a las de cualquier adicto.

Se puede afirmar que Anthony Greenfield no había consumidos estas drogas con anterioridad, siendo dicha anterioridad el plazo de un mes, por lo que sí es posible que llevara consumiéndolas a lo largo de esos días.

Por suerte, el choque ocurrió en una solitaria carretera y no hubo más afectados fuera de la familia Greenfield.

Maria Greenfield

Edad: 44 Años

Estado: Fallecido

Causa de la muerte: Lesiones múltiples por todo el cuerpo que la llevaron a desangrarse tras sufrir accidente automovilístico.

Notas adicionales: Tras la autopsia, se confirma que Maria Greenfield, la copiloto, había consumido varios tipos de sustancias estupefacientes, sin embargo, esto no afectó a su muerte, sin embargo, seguramente la hizo más llevadera, pues fue lenta.

Se puede afirmar que Maria Greenfield no había consumidos estas drogas con anterioridad, siendo dicha anterioridad el plazo de un mes, por lo que sí es posible que llevara consumiéndolas a lo largo de esos días.

Ethan Greenfield

Edad: 5 Años

Estado: Vivo

Notas adicionales: Sorprendentemente, Ethan Greenfield ha salido ileso del accidente, probablemente debido a su pequeño tamaño y a ir en la parte de atrás, sin embargo no pronuncia palabra.

Se le han hecho resonancias y pruebas de todo tipo, todo sale correcto, por lo que debe ser algo mental. Se va a enviar al niño a la psicóloga del Campus Whitmore para una valoración exhaustiva, pues en el hospital no contamos con servicio de psicología. Si ella no ve esperanza de que el chico vuelva a responder, se procederá a realizar una eutanasia, con motivos completamente caritativos.

Ryan leyó con cierto horror aquellos documentos. - Que horrible... - comentó. - Y pensar que hace un momento teníamos a Allison diciéndonos que no investigan demasiado en profundidad las muertes de simpatizantes con la causa. ¿Pero realmente eran así? - suspiró, pensativo. - No parece que hubieran hecho nada realmente malo, sus nombre habrían salido en todas partes, como el de Dana Scully.

Apartó la mirada de aquellos ficheros. - Incluso pensar que querían acabar con el traumado niño "por caridad"... - a Ryan le estaba costando juntar palabras, aquello era bastante fuerte y un acto de crueldad horrible por parte de un traumado pueblo. Ryan tenía claro que la violencia solo llevaba a más violencia y al igual que decía River, ojo por ojo, el mundo acabará ciego. - Sin embargo, no pone nada de que volviera al hospital ni de que acabaran con él ¿no? 

Miró a su compañera, con los ojos grandes como platos, pues se acababa de dar cuenta de algo. - La psicóloga del campus ¿no era con quien estaba bailando tu padre anoche? - preguntó al recordar el baile. Se acercó a ella. - Quizá. - se dio cuenta que, para ser Ryan, se había acercado demasiado, por lo que se alejó un paso. - Quizá tu padre pueda pedirle el informe de Ethan, así sabremos que le pasó, aunque ya tenemos claro el por qué está haciendo esto.

-¿¿Cuando tenía cinco años??

Fue lo primero en lo que se fijo, pero el resto de la ficha del chico solo iba cuesta abajo. Cuando levantó la cara del papel, tenía el mismo gesto de horror que Ryan.

-Eso significa que ahora tendrá unos quince años, quizás dieciseis.

Y a juzgar por el trauma que debía tener tras el accidente, no se podía imaginar lo que habría pasado ese niño en los últimos diez años. ¿Se acordaría de que le habían querido matar? Pensar en ello era como sentir una patada en el estómago. River se volcó en estudiar los ficheros, sacó el móvil y les hizo una foto. A continuación, los devolvió y buscó a ver si veía un par de nombres más. Quizás este hospital era el último lugar donde encontraría algo sobre sus padres, pero ahora que tenía todos aquellos papeles delante de ella, le era difícil resistirse ante la tentación.

Mientras pasaba a toda prisa entre los múltiples ficheros, asintió ante la idea de Ryan sobre la psicóloga, aunque no tenía del todo claro la parte de implicar a su padre. No tenía ni idea de como le explicaría lo que les había pasado con Ghostface sin preocuparle, como para pedirle que se metiera en el lío. O que se convirtiera en una de las dianas del asesino.

-No, no, iremos nosotros. La psicóloga del Campus Whitmore es la del instituto, ¿no podríamos ir a hablar con ella directamente?-River miró por la ventana. Ya se hacía de noche, pero quizás al día siguiente podrían ir a por ella.