Partida Rol por web

Scripta Barchinone III: La revelación

02. La generosa hospitalidad de Benedicto XIII

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19/07/2013, 22:09
Director

Peñíscola, Sede Papal, Octubre de 1422

¡Qué hospitalario este Papa Luna! Dos semanas lleváis dusfrutando de su generosísima hospitalidad y de su bondad sin límites. Os tiene alojados en una maravillosa celda a todo lujo, consistente en un pozo circular de unos 15m de diámetro que se encuentra excavado en la roca. Aún recordáis cómo bajasteis allí, por una escalera de madera que luego han retirado, para que ninguno se pierda la virtuosa camaradería y el buen hacer de este magnífico prohombre para con sus invitados de honor.

La altura del pozo en que os ha alojado con tanto fausto es de aproximadamente unos diez metros. Las comodidades con que os ha obsequiado en tan apoteósica estancia consisten en unos mugrientos -y escasos- hatos de paja sobre los que echarse, todo un detalle, así como los huesos de los anteriores ocupantes del agujero, esparcidos por el suelo. ¡Qué simpático este hombrecillo, que hasta os ha dejado los huesos para que estudiéis anatomía!

Las paredes de la caverna son lo suficientemente lisas como para que nadie pueda trepar por ellas. Además os mantienen en la oscuridad más total y absoluta.

Y el alimento... ¡Qué manjares, pardiez! Todos los días os bajan un cubo de agua para que podáis beber, y otro con comida caliente, una especie de potaje con algo de pan. Además vela mucho por vuestro bienestar, y como no tenéis demasiado espacio ni demasiada motivación para entrenaros, os proporciona raciones lo suficientemente escasas como para que nadie tenga que temer por coger más peso de la cuenta. ¡Este Papa piensa en todo!

La humedad reinante se os cala hasta los huesos y, por desgracia, la hospitalaria celda no cuenta con letrina. Así que ahora mismo hay cinco sirvientes que llevan dos semanas encerrados sin salir en aquel agujero... Se podría decir que habéis olido sobacos con mejor aroma que vuestra celda.

Consciente de este desgraciado desliz a la hora de diseñar la celda, el Papa os compensa sentándose al borde de la celda todos los días y deleitándoos con unas maravillosísimas lecturas sobre lo que se puede llegar a hacer con un prisionero.

Escuchad, escuchad éste, os va a encantar. A un prisionero se le podría cortar lo que le cuelga, y luego revolcarlo sobre trozos de vidrio y púas candentes, como se hizo con Santa Águeda. ¿No es maravilloso? ¡No, esperad, aquí hay uno mejor! Se le podrían arrancar los dientes y luego quemarlo vivo, con leña mojada por supuesto, que así la agonía dura más y el hombre pasa menos frío. Eso se le hizo a Santa Apolonia. Debió de ser un espectáculo "candente". ¿Y qué me decís de hervir al afortunado, como a Santa Cecilia? No, muy poco espectacular. ¡Ah, ya lo tengo! Se le podría clavar clavos en la cabeza, como a San Eudaldo, o aún mejor, asarlo a la parrilla, como a San Lorenzo... No, este método mejor no, que luego se nos pone chistoso, como San Lorenzo cuando dijo que le dieran la vuelta, que por ese lado ya se estaba churruscando...

Y así transcurren vuestros días, en la oscuridad, comiendo poco, huyendo de la montaña de mierda que estáis montando en un rincón, y dedicándoos a escuchar las maravillas que el Papa Luna está ideando para hacer con sus prisioneros, es decir, vosotros...

Notas de juego

Para arrancar, ¿qué tal un post con vuestras experiencias en tan adorable alojamiento? ;)

Recordad que en el momento de comenzar lleváis unas dos semanitas allí.

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22/07/2013, 20:09
Hernán de Gamboa

Aquellos días en el pozo estaban siendo sin duda alguna un auténtico infierno en la tierra. La escasa comida, unida a la insalubridad y a mi ya avanzada edad me estaban pasando una alta factura. Tenía las fuerzas justas para moverme y comer, apenas quedaba carne recubriendo mis huesos y los escasos y canosos pelos que me quedaban ya habían pasado a decorar el suelo. Dudaba mucho de salir del pozo con vida, y de lograrlo estaba seguro de que nunca me recuperaría del paso por el.

Pero si había algo que de salir del pozo no sabía si iba a recuperar era la cordura... y las ganas de seguir adelante. Los sucesos que habían desencadenado en este cautiverio habían trastocado y dejado el mundo patas arriba para mi: primero el enviado del Papa Luna, aquel altivo engreído de Charles de Lupo con un comportamiento más propio de un noble mimado que un siervo de la iglesia, había asesinado al enviado del Papa de Roma. Después estuvo aquella extraña parada del Barón en la cueva y su transformación. Y por último estaba el pacto que había hecho el propio Barón con lo que parecía ser un demonio y que con el que había condenado a sus queridos vasallos a este sufrimiento en manos del Papa Luna, que sentado en lo alto del pozo parecía más un vulgar verdugo de pueblo que el representante del señor en la tierra.

¿Acaso el señor nos había dado la espalda? ¿Acaso se la había dado a todo su rebaño en la tierra? ¿Se trataba de una prueba a nuestra fe, de la misma forma que antaño puso a prueba la del santo Job? Todos los días pese a las penurias seguía rezando para que nos sacara de este infierno y pidiendo una señal de que aún se encontraba con nosotros a Dios nuestro señor. Pero dos semanas habían pasado y ni rastro. Las fuerzas, la fe y la cordura comenzaban a flaquear y no estaba seguro de cuanto tiempo más podrían durar. Lo que estaba claro era que de continuar así aceptaría de buen grado cualquiera de los castigos que tanto regocijaban al Papa Luna, pues cualquiera de ellos sería menor tormento que seguir un miserable minuto más en este pozo.

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23/07/2013, 08:20
Agustí Blanch

En el fondo sabía que acabaría así. Sus dias de pillaje le hicieron pensar en ello todos los dias y la temporada al servicio del barón solo había sido un paréntesis en su descarriada existencia. Recordaba sus dias como campesino, trabajando junto a su padre en la finca de Vianllop; en cómo su padre había fallecido y él se había visto incapaz de mantener a su familia solo. El dia que cambió la azada por la espada se había condenado a esto, y ahora se enfrentaba a su inevitable destino.
Pero a pesar de la resignación, Agustí sentía que aquello no era justo. Él jamás había matado a nadie (a excepción de un mendigo, loco y enfermo, cuya muerte no le pesaba ya que le había dado paz a su miserable existencia. Tampoco el tipo de ncarcelamiento ni el trato recibido por su extraño captor eran normales. Un religioso venido a menos y con la mente transtornada no era aquello que hubiera imaginado.
La calmada resignación de Agustí se tornó desesperación cuando sus propias heces le llegaron a los tobillos y no le quedó ni un centímetro de su cuerpo a salvo de las picaduras de pulgas y otros insectos.

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23/07/2013, 22:16
Silvana "la Planera"

Los primeros dias intente trepar por aquella pared con desesperacion, el paso del tiempo me habia demostrado que era imposible hacerlo, mis dedos estaban destrozados y mis uñas habian desaparecido dejando paso a heridas infectadas que me provocaban un dolor horrible. Tenia ojeras y mi delgadez era preocupante, la ropa se fundia con la piel convertida en una costra mugrienta y maloliente, era incapaz de resignarme a aquello y me volvi mas arisca y mas desagradable con mis compañeros. La imagen de Hernan rezando me trastornaba. A que dios rezaba? A que maldito dios le estaba rezando? Ahora mas que nunca me daba cuenta de la clase de personas que formaban la Iglesia, si un Papa era capaz de aquello que no harian los hombres no tan santos? Cada vez que descolgaban la comida me acercaba y comia con avidez, era importante conservar las fuerzas, aunque aquel cubil pronto se convertiria en nuestras tumbas si el perro que nos tenia encerrados no nos mataba antes. 

No podia dormir, me pasaba las noches recitando encantamientos que me habia enseñado mi madre adoptiva, a veces incluso ni yo misma me daba cuenta de lo que decia. Aquello era insoportable y no aguantaria mucho mas en aquella situacion. Aun me quedaba algo de cordura y tome una decision. Cuando volviera nuestro verdugo hablaria con el, tenia que saber porque nos trataba asi y que pretendia. No iba a dejarme matar sin saber cual era nuestro pecado. 

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30/07/2013, 12:31
Director

Notas de juego

Espero por post de Gonzalo y Sebastián. Cuando todos se hayan introducido en la partida, ya entramos en materia. En ésta se va directamente al grano, como quien dice ;)

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06/08/2013, 12:16
Sebastián "el Manco"

Había algo escalofriante en el extraño comportamiento del mendigo. Desde el primer momento se había apoderado de él un extraño mutismo, había dejado de hablar con todos excepto con su ratoncito, con el cual mantenía conversaciones entre susurros acercándoselo constantemente al oído para escuchar sus supuestas respuestas. Mantenía las distancias con los demás miembros del grupo, apartándose de ellos con desconfianza cuando trataban de espiar sus numerosas charlas con el roedor.

A los pocos días comenzó con un extraño ritual. Recorría las paredes lentamente con su única mano hasta completar la circunferencia del pozo. Seguidamente repetía el recorrido golpeando con la palma. Todo esto lo hacía con los ojos cerrados y una mueca de profunda concentración. Anhelaba encontrarse con una grieta entre rocas, con un sonido hueco. Le hubiera gustado poder soltar también a Garbancito para que buscase, pero temía que sus hambrientos compañeros lo devorasen.

Sabía por propia experiencia que ocuparse en tareas aunque parecieran absurdas le mantendría cuerdo. Abandonarse a la desesperación o destrozarse las uñas arañando las paredes solo le llevarían a la locura y la muerte. Él tenía paciencia. Después de todo…que son quince días cuando ya has pasado años encerrado en una celda, allá en la morería.

Con cada visita del Papa luna los ojos se le iluminaban. Escuchaba atentamente y complacido las explicaciones de lo que les depararía el futuro despidiendose siempre con un amén. Recordar los sufrimientos de los mártires y considerarse como uno de ellos le ayudaba a conservar la cordura en ese agujero apestoso…y mientras no se olvidara de ellos tendrían una posibilidad de supervivencia de la que habían carecido los desgraciados cuyos restos seguían en el pozo. Cuando finalmente el Papa Luna se marchaba, el rebuscaba entre los huesos de los desgraciados que había sido abandonados hasta encontrar algún huesecillo que guardar entre sus ropas. Así calculaba el tiempo. En cuanto reuniera treinta los cambiaría por un hueso mayor, y si juntase doce de esos, pues buscaría calaveras. Aunque rezaba por no tener que hacerlo.

Sentía lástima por sus desesperanzados compañeros. No dudaba que el sacerdote sería el primero en reunirse con el creador, el más afortunado, pero lo que más le dolía eran los sufrimientos de Silvana. Los encantamientos que la joven recitaba cuando no podía dormir le traían recuerdos de su difunta madre, y eso le apenaba profundamente. Algunas veces era incapaz de reprimir el llanto. En esos momentos apretaba con fuerza el sombrero contra el rostro para que no pudieran escuchar sus sollozos.

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06/08/2013, 22:10
Gonzalo "el Rata"

Si algo odiaba Gonzalo eran los espacios cerrados.
De pequeño nunca jugaba a aquellos juegos infantiles de esconderse hasta que uno de los otros niños lo encontraba. El Rata sabía que los mejores escondites, eran aquellos pequeños y cerrados, pero no aguantaba ni dos segundos en ellos. Se sentía oprimido, asfixiado, aplastado... Y aquel agujero, lo transportaba de nuevo a aquellos agobiantes recuerdos.

No sabía cuantos días los habían tenido encerrados: diez?...quince?...veinte?...había perdido la cuenta. De echo era difícil saberlo, ya que la única luz que llegaban a recibir era la de las antorchas que iluminaban la parte superior de la celda.

Porqué esa era otra: la celda. Bonito nombre para el lugar donde los habían encerrado... Aquello no era una celda: era una tumba!
Los días pasaban y cada vez era más opresivo aquel agujero donde los tenían encerrados. Y no solo era el poco espacio para las cinco personas que allí se encontraban, si no la poca comida que recibían, la escasez de higiene (el olor a orín y excrementos era insoportable), las lecturas inquietantes del Papa... Y aquello estaba marcando en los miembros del grupo.

Aquella tortura psicológica afectaba a todos y cada uno de sus compañeros...y Gonzalo estaba convencido que era lo que el Papa deseaba: deshacerlos mentalmente. Y lo sabía porqué él mismo padecía los síntomas.

Escalofríos, pesadillas, visiones, palabras sin sentido, pensamientos desconcertantes...era aquello lo más parecido a estar loco?

“No, Gonzalo, es eso lo que quiere: que te vuelvas majareta...y no les vas a dar ese gusto. Antes te quitas la vida!”.

Y puede que fuera por ese motivo, que el Rata comenzó a buscar entre los restos de los antiguos “huéspedes” de la celda, huesos (o trozos) de un palmo de largo. Y cuando estaban sin presunta vigilancia, fregaba uno de sus extremos contra la pared, consiguiendo que quedara afilado.
No era, ni mucho menos un cuchillo, pero en caso de ser necesario, podría dañar a quién fuera necesario.

-Agustí...- susurró Gonzalo a su amigo-...guárdalo y que nadie te lo vea.- dijo el Rata pesándole uno de los primitivos cuchillos que había fabricado.

-Hay que pensar en como salir de aquí...o acabaremos muy mal!

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06/08/2013, 22:58
Agustí Blanch

La voz de Gonzalo sacó a Agustí de una de sus muchas ensoñaciones. Esperó a ver aparecer algún objeto revelador o especialmente útil, pero cuando recogió del suelo un simple hueso afilado pensó que su amigo se había vuelto loco. ¿Acaso pensaba que él podría enfrentarse a todo un cuerpo de guardias bien armados y protegidos con un hueso viejo? Y de pronto se descubrió soñando con ello; pensando que quizás no era una mala idea; que en tan desesperada situación cualquier cosa era mejor que simplemente abandonarse a la desesperación.
Guardó el hueso entre sus ropas y esperó en silencio a que el tiempo pasara.

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07/08/2013, 18:59
Papa Benedicto XIII

Y de pronto un día la rutina desapareció en la fortaleza del Papa Luna...

-¡¡¡¡POR LA GLORIA DE JESUCRISTO NUESTRO SEÑOR!!!!

Aquellas palabras pronunciadas a voz en grito en mitad de la noche despertaron a todo hombre en el castillo, desde el más holgazán de los guardias apostados a la entrada hasta los prisioneros de la celda subterránea. Nadie fue ajeno a la emisión de tan efusivas palabras.

Los prisioneros no presenciaron los hechos que se sucedieron después, pero algunos miembros de la guardia no tuvieron reparo en hablarles de ello. Benedicto XIII se levantó de la cama en plena madrugada y comenzó a corretear por el pasillo, con una especie de camisón-sotana que le llegaba por los tobillos y que al correr revelaba unas piernecitas pellejudas que ninguno se explicaba cómo podían sujetar al hombre y proveerle de energía suficiente como para darse tales carreras. ¿Qué había sucedido en la mente del ancianísimo hombre para sufrir una pérdida de cordura tan alarmante?

Más incomprensible aún fue su orden tajante, ejecutada de inmediato por los guardias. Una orden que atañía al grupo al completo.

Sin que ni Silvana, ni Agustí, ni Hernán, ni Sebastián ni Gonzalo supieran el motivo, unos guardias bajaron presurosos al pozo, atándolos a cuerdas y alzándolos hacia la luz. Los cuatro hombres, la mujer y el ratón fueron conducidos a unas tinajas de gran tamaño donde fueron desnudados y obligados a tomarse el mejor (y en algunos casos primer) baño que habían tomado en su vida.

Fuera de las bañeras de agua helada reposaban cinco pilas con ropajes limpios, secos, nuevos.

Y después llegó el almuerzo. Conducidos hacia una sala pequeña con una destartalada mesa de madera en donde se sirvieron deliciosos manjares que nada debían envidiar a los del Barón Ricardo.

¿Qué demonios estaba pasando? ¿Acaso el Papa Luna les estaba otorgando la última cena? De tal "prohombre" podía esperarse cualquier cosa...

Sin embargo, sin ataduras, limpios y bien alimentados, el grupo fue conducido a presencia de su Señoría. El vejestorio engalanado no parecía el mismo que los había capturado. Se veía nervioso, inquieto, mirando a todas partes, velando por la comodidad de los cinco antiguos prisioneros...

-Supongo que no creeréis por un momento que me he ablandado con los años- espetó de pronto, sorprendiendo a los "invitados"- Pero obedezco mandato divino, y nos hallamos aquí ante la mayor empresa que un hombre haya podido jamás imaginar... Lo que no comprendo es por qué os han elegido a vosotros, escoria inhumana, habiendo hombres de pro entre mis súbditos. Pero nada puedo objetar ante seres que nos aventajan en todo, y el asunto a tratar es demasiado importante como para pararse a darle vueltas...

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16/08/2013, 00:34
Gonzalo "el Rata"

El muchacho no daba crédito a lo que veian sus ojos: si hacía unas horas estaban en el fondo de un agujero como la peor de las mierdas, ahora eran tratados como auténticos nobles, siendo servidos con las mejores viandas que un estómago podia llevarse a la boca.

"Quién se ha vuelto majareta ha sido este gordo papa seboso, y no nosotros...", pensó Gonzalo. Pero aquella surrealista situación no era motivo para bajar la guardia.

Pero, por muy preparado a actuar frente a cualquier imprevisto, las palabras de Benedicto le dejaron del todo desconcertado. Y no solo lo que decía, si no con la pasión que las pronunciaba y la mirada penetrante, como queriendo dar a entender que no existía cosa más cierta en el mundo que lo que decia con aquella enorem boca porcina.

-Perdone mi poca lucidez para estos importantes casos, excelencia, pero... a qué "mandatos divinos" se refiere y quienes son esos "seres tan aventajados" a los que hace referencia?

Gonzalo sabía, por própia experiencia, que a un loco nunca se le debe tratar como tal. Lo importante esa saber cual era su locura, para actuar en consecuencia. Si aquel papa habia visto burros de color añil volando por los cielos...pues tendrian que darle la razón!

Notas de juego

Estamos aún de vacaciones??

Que quede claro: el maestro soy yo y quién tiene más dias para tocarse las pelotillas es un servidor!!! jejeje

Espero que lo dsifrutéis a tope y espero leeros pronto!

 

Saludos

Nanuk

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17/08/2013, 10:45
Silvana "la Planera"

A lo largo de mi vida habia escuchado muchas historias y visto infinidad de sucesos increibles, pero aquello sobrepasaba mi entendimiento. Primero la transformacion y la desaparicion del baron, y ahora esto. El papa habia intentado volvernos locos o peor, matarnos, y de pronto nos trataba como si fueramos reyes. De que mandato divino hablaba? 

Mis ojos no dejaban de mirarlo, la furia y el odio que sentia hacia el eran evidentes, si hubiera podido fulminarlo con la mirada seria ya un cadaver. Si no me hubieran despojado de mis pertenencias tal vez lo hubiera envenenado, pero debia ser prudente. No tenia ni idea de lo que hablaba. Para que demonios nos habian elegido y sobre todo quien? Fuera quien fuese estaba segura que nos habia salvado la vida. Escuche las palabras de Gonzalo y espere, quizas en sus desvarios el maldito loco nos desvelara cual era la mision y quienes eran esos seres aventajados que nos habian librado del suplicio del pozo. 

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18/08/2013, 13:45
Agustí Blanch

Sin duda el papa estaba loco, tal como había demostrado anteriormente; pero esta vez su locura parecía estar de nuestro lado. Cuando nos sacaron del agujero, nos lavaron y nos dieron de comer pensé que sería el momento previo a la ejecución pero ahora resultaba que ese anciano decrépito estaba todavía peor d elo que había imaginado.
Dejé hablar a Gonzalo deseando que no se alargara demasiado. Si lograbamos salir de allí antes de que nuestro captor cambiara de opinión sobre nosotros, correría tan rápido como mis debilitadas piernas me permitieran para alejarme de ese lugar.

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21/08/2013, 17:44
Papa Benedicto XIII

Benedicto suspiró apesadumbrado, como si le doliese la idea de compartir su misterioso secreto con aquel grupo de, a su modo de ver, seres tan inferiores e insignificantes como los criados de su antiguo vasallo, el barón. Pero no le quedaba otra, así que se dispuso a hablar. ¡Y bueno era su pico de oro! ¡Con razón había logrado en su momento contar con tantos y tan fieles seguidores! Pues el muy desdeñable y repugnante anciano sabía hablar. Sabía entonar de una manera u otra cuando le era preciso, de pronto gesticulaba como un loco para recuperar la atención perdida, y todo lo que decía parecía provenir directamente de las fuentes de la verdad. Que lo fuera o no ya era otra cosa, pero el muy puñetero y patético hombrecillo poseía el don de la elocuencia.

-Vosotros también habríais hecho lo mismo que yo, tendiéndole la mano a los súbditos de su ahora más acérrimo enemigo mortal. Y no es para menos, pero es una decisión irrevocable que hay que tomar cuando uno se ha visto alcanzado por la bendición divina.

Y es que anoche, en sueños, mientras me dejaba mecer por la agradable sensación de placidez que se siente cuando uno se encuentra en el umbral de la morada del más agradable de los sueños, esta sensación se vio cruelmente perturbada por una revelación de índole divina.

Dígolo bien. Índole divina. Pues divina era la criatura que a la puerta de mi sagrado reposo vino a llamar. En sueños, una criatura mítica, una criatura como no había visto otra igual, ni dormido ni despierto, se apareció ante mí.

Todo comenzó con una voz. Pero no era una voz cualquiera. Ni de hombre ni de mujer, ni de anciano ni de niño, comenzó a mentarme por mi nombre natal. Pedro... Pedro... Pedro... Un escalofrío recorrió mi cuerpo, desde los dedos de los pies a la punta de los cabellos, y la sensación de asombro, de inconmensurable sorpresa, se apoderó de mi cuerpo.

Y mil veces se vio acrecentada esta sensación cuando abrí los ojos y vi a la criatura... Una figura como o había visto otra jamás, con un par de grandes alas de águila a la espalda, y vestido con una túnica amarillenta de exquisito acabado.

Y la figura dio dos pasos al frente, colocándose frente a la cama. Y entonces habló. Y yo enmudecí. Y escuché. Y creí.

"Soy Ramiel" me dijo con aquella voz irreal. "Soy uno de los ángeles supervisores del Infierno. Te traigo a ti, al representante de Dios sobre la Tierra, un mensaje. Y no es una misiva cualquiera, Pedro, pues proviene del enemigo. Sí, Pedro, estoy hablando de Satán".

La sangre se me heló al oírle hablar con tanta tranquilidad solemne sobre nuestro más deleznable enemigo, el antagonista, el que no debe ser nombrado, el que todos tememos, el que atenta contra el buen nombre de Dios. Pero no me atreví a mentar palabra, tal era el poder de aquella carismática e irreal criatura.

"El Príncipe de las Tinieblas quiere ponerse en contacto con Dios para suplicarle misericordia, Pedro. Sí, lo has oído bien. Mientras que los representantes de Dios en la Tierra son incapaces de ponerse de acuerdo, el peor de nuestros enemigos ha recapitulado, buscando poner fin a su abominable reinado. Satán quiere recuperar la Gracia del Señor. Pero como ya puedes imaginar, Pedro, eso es más complicado de lo que parece. Es más fácil de decir que de hacer, y por supuesto hay una serie de trámites a seguir. Para lograr la tan ansiada paz entre el cielo y el infierno, para que Cielo e Infierno vuelvan a darse la mano, han de juntarse un objeto blasfemo y otro sagrado, una reliquia de Dios y un ídolo del Diablo. Y tamaña proeza han de hacerlo gentes que no sean hombres del Papa, pero tampoco del Diablo. Aún así, deben ser gentes capaces de andar a paso seguro por los afilados límites de los senderos del Cielo y del Infierno..."

Y ahí es donde entráis vosotros en escena. La ruptura de vasallaje de vuestro amo os desliga del mundo de los Cielos, aunque aún hay conexiones con él en vosotros, al ser vosotros de naturaleza bondadosa. Por otra parte, vuestro natural delictivo y conflictivo, y vuestra entidad como reos de Dios aquí, en mi fortaleza, me hacen ver en vosotros a los sujetos perfectos para el experimento. Aquellos que no caminan ni del auténtico camino de los cielos ni por los sinuosos senderos del Infierno. Vosotros, apestados de ambas sendas y a la par acostumbrados a lidiar con ellas. Vosotros, los únicos llegados poco antes de la revelación divina del ángel Ramiel. Vosotros, los que vais a traer para mí esos dos objetos con los que lograr la paz de Cielo e Infierno, salvo pena de acabar como San Lorenzo tras un par de meses más en vuestra cómoda celda de castigo... Vosotros me devolveréis al frente de la Iglesia ecuménica. ¿Acaso cabe mayor gloria para un representante de San Pedro que mediar en las disputas entre el Cielo y el Infierno?

Notas de juego

Yo no estoy de vacaciones, pero se ve que con la semana de fiestas, en Umbría no quedó ni Dios en prácticamente ninguna de mis partidas XD

Edito: Petó el mensaje al grabarlo y se borró parte. Menos mal que lo había copieteado en word justo antes, por si las moscas. Si no llego a hacerlo, si hubiese tenido que repetirlo todo, ahora mismo se habrían oído en toda la superficie de la península unas cuantas palabras mías que habrían abochornado hasta al más soez de los tertulianos del Sálvame Deluxe.

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21/08/2013, 20:30
Sebastián "el Manco"

Sebastián se postró humildemente ante el Papa Luna y agarrado con su única mano al dobladillo de su manto cubrió sus benditos pies de besos mientras numerosas lágrimas (de cocodrilo) resbalaban por sus mejillas.


-Alabado sea el Señor que os tiene a vos, santo padre, como representante en la tierra. Es tanta vuestra sabiduría que sin duda reemplazareis a nuestro señor Jesucristo a la derecha de Dios. Que los ángeles del cielo velen por vos siempre, bien amado representante de San Pedro. Estoy tan conmovido por vuestra cristiana misericordia que iré hasta el otro extremo del mundo para buscar lo que vos digáis… -

Y cuanto mas lejos de vos mejor, pensó el vagabundo. Negociar con un ángel del diablo!!! , sin duda al venerable anciano se le ha fundido la sesera.

-Soy vuestro humilde servidor, partiré ahora mismo si lo deseais.-

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28/08/2013, 19:53
Hernán de Gamboa

Cuando fuimos sacados a toda prisa de nuestra “prisión” por un momento dude de si el Papa Luna había decidido ser misericordioso con nosotros y terminar con nuestro sufrimiento y darnos el fin de alguno de los mártires que con tanto entusiasmo nos había estado relatando durante nuestro cautiverio o si mis rezos habían surtido efecto y nuestro señor aún se encontraba de nuestro lado y este confinamiento no era más que una prueba de nuestra fe por parte de Dios Todopoderoso.

Dudas que fueron disipadas nada más escuchar las palabras que nos dedico en audiencia el Papa Luna nuestro señor no solo no nos ha abandonado, sino que además tiene su mirada puesta en nosotros. Los días de confinamiento han sido sin duda una prueba de fuego para comprobar si nuestra fe estaba a la altura de la empresa que se nos iba a encomendar. Poner fin a la guerra entre cielo e infierno... sin duda la más grandes de las empresas en la que todo buen cristiano ha soñado con participar...

Doy un paso adelante recuperadas y renovadas las fuerzas, la resolución y la fe en Cristo Nuestro Señor y me dirijo al Papa por supuesto que no hay gloria mayor para ningún cristiano de puro corazón que poner fin al eterno conflicto entre Cielo e Infierno. Como bien decís esa revelación es la muestra de que vos sois el verdadero siervo de Dios Nuestro Señor en la tierra, y como tal debéis de liderar a la iglesia cristiana. Será todo un honor para mi ayudaros a recuperar los objetos que ayudaran a traer la paz y el bien tanto al Reino de los Cielos como a la tierra.

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28/08/2013, 22:29
Silvana "la Planera"

Lo que escucharon mis oidos me dejo en un estado dificil de explicar. Una mezcla de temor y furia me invadio. Mi rostro se puso blanco de entrada, segundos despues intente que la ira no se me notara demasiado.

Entrecerrando los ojos mire fijamente al Papa. Con toda tranquilidad nos habia dicho que eramos ideales para su experimento, luego dejo bien claro que eramos algo asi como esclavos que debiamos obedecer para librarnos de la tortura del pozo. Guarde silencio mientras Gonzalo y el fraile hablaban, y guarde silencio tambien para no decir lo que pensaba. Morderse la lengua era lo mas prudente. Que a aquel perverso hombre se le apareciera un angel me parecia una broma de mal gusto, que ademas le encomendara una mision para salvar al mundo del mal mas aun. El Papa era un ser cruel, egoista, prepotente y pervertido. Todo aquello me llenaba de temor, Satan era poderoso y sabia que utilizaba triquiñuelas para engañar hasta al mas avispado. Respire hondo y recorde a mi madre adoptiva, ella seguramente me hubiera dicho que no aceptara aquella mision, ¿pero que otra cosa podia hacer? Entre aceptar o volver al pozo, elegi la primera. Aun asi segui guardando silencio mientras miraba con odio a nuestro anfitrion. 

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30/08/2013, 18:37
Director

Notas de juego

Mientras aguardamos por la opinión al respecto de Agustí y Gonzalo, os pediría que por favor me hicieseis una tiradita de Leyendas. Si alguien no tiene esa habilidad, debe sacar lo que tiene en Cultura o menos.

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30/08/2013, 22:41
Sebastián "el Manco"
- Tiradas (1)

Motivo: Leyendas

Tirada: 1d100

Dificultad: 5-

Resultado: 48 (Fracaso)

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31/08/2013, 08:55
Silvana "la Planera"
- Tiradas (1)

Motivo: Leyendas

Tirada: 1d100

Dificultad: 30-

Resultado: 27 (Exito)

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31/08/2013, 11:39
Agustí Blanch

El delirio de Benedicto se había convertido en una puerta abierta a la ansiada libertad, asi que no iba a dudar ni un segundo en aceptar su extraña misión. Lo único preocupante era que el anciano cambiara de opinión de nuevo, por lo que me postré ante el viejo imitando un gesto militar aprendido en el castillo de Amposta y con la cabeza baja me dirigí a él.

-Si estos son los designios divinos, no podemos perder ni un segundo más. Estoy dispuesto a partir ahora mismo y a cumplir la misión encomendada por Ramiel, aún a costa d emi propia vida.

- Tiradas (1)

Motivo: Leyendas

Tirada: 1d100

Dificultad: 13-

Resultado: 37 (Fracaso)