Partida Rol por web

Mirn peregrinó desde la lejana Galt, rumbo a Riddleport, para realizar el encargo de dibujar un lienzo de la Cyphergate a un noble local. Aunque su primera intención era viajar directamente hasta allí, en una de las posadas del camino, le recomendaron viajar un poco hacia el oeste, hasta Sandpoint, un pequeño enclave en la costa del golfo de Varisia, dónde buscar un pasaje en un barco que lo llevase a Riddleport, ..., sería más rápido. Decidió hacer caso al consejo, y resultó tener suerte, ya que el mismo día que llegó a Sandpoint tuvo la suerte de encontrar pasaje en un barco, que venía de Magnimar y por un problema había recalado en Sandpoint, pero que ese mismo día volvía a partir dirección a Riddleport.

El viaje, duró unos pocos días, y fue más placentero de lo que esperaba, aunque hubo un intento de abordaje por parte de un barco pirata, pero fue abortado gracias a un druida que había como tripulación, y que con sus ráfagas de viento hizo ganar velocidad al navío, de forma que perdieron rápidamente de vista al barco pirata.

Pasó un día más, y la costa se vislumbró ante ellos. Automáticamente, Mirn, supo que había llegado a su destino. Se dirigían hacia el puerto de una gran ciudad, y justo ante esta, como una puerta de entrada, se elevaba en su puerto una arcada de dimensiones descomunales, ..., no podía ser de otra manera, ..., tenía que ser la CypherGate de Riddleport.

El mediano salió de su camarote como cada mañana a respirar la brisa marina de aquel oceano, se ajustó su sombrero de ala ancha y observó el horizonte. Para él, todo aquello era nuevo, sus viajes en barco se habían reducido a cursos fluviales y atravesar grandes lagos, dado que en su tierra natal, Galt, no había costa alguna. A Mirn todo aquel oceano de agua se le antojó bello y durante el viaje no dudó en hacer uso de sus pinturas para retratar la puesta de sol en un lienzo que regaló al capitán del navío.

El clérigo shelyta se paseó con paso firme pero tranquilo con las manos cruzadas en la espalda mientras observaba el trabajar de los marineros. Al fin, alguien anunció que se divisava la costa. Mirn miró hacía el lugar y asintió satisfecho, allí estaba Puerto Enigma, su destino después de tantas semanas de viaje. Utilizando un taburete que encontró, lo usó para asomarse por la proa y poder ver mejor el aspecto de Puerto Enigma. Si lo que le habían contado era cierto aquello era un antro de perversión y suciedad, pero entre tanto rumor despectivo todos con los que se habían encontrado le confirmaron que allí encontraría la famosa CypherGate.

Cuando el navío estaba casi a tocar del puerto, Mirn localizó visualmente tal estructura y su mente empezó ya a pensar cual sería la mejor perspectiva para retratarla y cumplir así con su encargo... El shelyta se retiró los dorados cabellos hacía atrás, se ajusto el cuello de su cuidada muda que cubría su cota de malla clerical y paso el dedo pulgar por el borde de su sombrero para mantenerlo liso: por fin había llegado.

El navío se adentró en el puerto y pasó por debajo del arco que describía la CypherGate. Parecía estar afianzada en los peñascos de cada lado del puerto y debía de medir unos 200 metros de largo por más de 100 metros de alto. Parecía estar realizada de un material oscuro y plagada de runas ininteligibles. Al instante comprendió el por qué le habían realizado este encargo, ..., la estructura era impresionante.

Un marinero que pasaba por ahí, y que siempre le había lanzado varias pullas al menudo clérigo por su pequeño tamaño, le comentó en tono jocoso:
- Vigile de no caerse en las aguas del puerto, "GRAN" señor. - Comenzó haciendo énfasis en la palabra "gran" - Aparte de su color marrón, por el río, están infestadas de tiburones, "garras de arrecife", bunyips, "peces malignos" y barracudas que probarían una "tapa" de halfling. JAJAJAJAJAJAJAJA - Terminó con una espantosa carcajada.

Mirn terminó de bajar al puerto, y la calaña de marineros sudorosos y poco higiénicos, acorde a todo el puerto en sí, le provocó bastante repulsa, pero lo intentó disimular en sus buenos modales. Sin embargo cuando se giró para observar de nuevo el arco de la CypherGate recaló en una extraña mancha negra en el horizonte sur de la ciudad, que en un principio había confundido con una simple nube ....

Realmente era una mancha extraña, y aunque otras nubes parecían moverse impulsadas por el viento, esta mancha negra parecía estar estática en la misma posición. Su atención volvió a los marineros del muelle, ..., pero estos o no parecían haberse dado cuenta, o poco le importaba el tema, porque continuaban con aparente normalidad.

La entrada a Puerto Enigma fue, para Mirn, como una bofetada a la cara. Los malos olores, la ordinariedad de la gente, y la suciedad que percibió provocó en el perfumado mediano una sensación muy desagradable que tardó varios minutos en asumir. En cuanto el marinero bravucón le dirigió aquellas palabras, Mirn le miró de reojo sin pretender caer demasiado en lo que ya adivinaba, era una provocación de tres al cuarto.

- ¡Pardiez! Os agradezco el aviso, marinero de agua salada, pero sé cuidar de mi mismo.... - dijo con su fina y algo melódica voz de mediano.

En cuanto pisó tierra firme observó la extraña nube negra y se preguntó si aquello era algún tipo de efecto climático natural y corriente en Varisia. Oteó con la mirada la reacción de las demás personas que había en el puerto y al ver que actuaban con total normalidad se acercó al primero que encontró (de hecho, el que menos peste hiciera) y con una ligera reverencia agarrandose el sombrero le preguntó:

- Disculpeme... pero es la primera vez que visito esta hermosa tierra de Varisia, me preguntaba acerca de esa mancha negruzca del cielo ¿Es propio del clima de aquí? - inquirió alternando la mirada entre el varisio y la nube negra.

Mirn se sintió asombrado tras hablar con varios habitantes de Puerto Enigma acerca de la sombra de Blakely, sin duda era un fenómeno atmosferico extraño como el que más. Pero en aquel momento,lo que más le preocupó a Mirn fue decidir si aquella mancha negruzca debía retratarla o no en el lienzo de la CypherGate, dado que el senador del Consejo Revolucionario de Galt que le encargó dicho trabajo no específico nada acerca de una "enorme mancha negra en el cielo".

El clérigo de Shelyn meditó sobre ello mientras paseaba por las calles de Puerto Enigma, tratando de evitar notar demasiado los desagradables efluvios que olía en ellos. "Todo es una cuestión de perspectiva, si encuentro una que permita retratar la CypherGate sin la mancha sera perfecto..." pensó para sus adentros.

Mirn paseó por las calles de Riddleport mientras debatía la mejor perspectiva del cuadro a realizar, ..., francamente la mancha era un problema, pero podría quedar hasta cierto punto bien como fondo.

Mientras Mirn se sumergía en sus pensamientos, el devenir lo llevaba por las calles de Riddleport. Aunque algunas de las calles estaban empedradas, la mayoría eran de tierra, y algunas, las más "lodosas", tuvo que evitarlas para no mancharse sus ropas. A pesar de esto, la mayoría de las calles parecían tener postes metálicos con una lámpara encima. Este hecho le pareció curioso, ya que pocas ciudades en Golarion tenían luces repartidas por casi toda la ciudad. Durante su paseo, que empezaba a ser vespertino en el declinar del sol, comenzaron a iluminarse algunas de estas lámparas, ..., más o menos la mitad, con lo que, de momento todavía se podía ver sin dificultad, ..., parecía que varias de ellas, no funcionaban por alguna razón.

Cuando se quiso dar cuenta, empezaba a ser de noche, llegó hasta lo que parecía una gran construcción que se estaba remodelando, y en la cuál había todavía bastante gente entrando y saliendo, ..., a pesar de la hora que era. La curiosidad pudo en el menudo halfling y preguntó a uno de los obreros de la construcción. Este le dijo que se trataba del "Goblin Dorado", una sala de juego, y a la vez una posada. Como sala, faltaba terminar de remodelarla, pero la parte de las habitaciones ya se encontraba terminada, con lo que si estaba buscando habitación podía hablar con el dueño. Dicho esto, el personaje que había parado, se fue calle abajo, ..., aparentemente había terminado su jornada laboral.

Mirn recorrió las calles de Riddleport observando todo, y lo cierto es que aquella ciudad portuaria era muy diferente al tipo de entornos límpios, perfumados y bien decorados a los que estaba acostumbrado en Isern. A pesar de todo, estaba conociendo nuevos y extraños lugares por sucios que estos sean, pensó tratando de no sentirse agobiado y sacar el mayor provecho a la visita.

Cuando llegó delante de la sala de juegos y posada "Goblin Dorado" se sintió intrigado por aquel lugar. "Una sala de juegos... tal vez pueda distraerme un poco antes de irme a dormir en una de las habitaciones que tengan disponibles" pensó el menudo clérigo de Shelyn mientras entraba al establecimiento con una auténtica curiosidad de mediano brillando en sus ojos.

Mirn se dirigió hacia la entrada del "Goblin Dorado" y lo primero que le sorprendió fue ver una personaje fruto de lo que parecía ser un cruce entre un demonio y un humano justo al lado de la puerta.

El personaje en cuestión estaba absorto en sus temas, y hubo otras personas que entraron y salieron antes sin inmutarse de su presencia, ni que este personaje se inmutase tampoco de la presencia de los demás. Con lo que, decidido, reunió coraje y pasó al lado de este, entrando en el establecimiento. Para alivio de Mirn, no ocurrió absolutamente nada.

Una vez dentro, también tuvo la sorpresa de ver alguna mujer, tanto en la barra como por dentro del local, con tareas de limpieza y ordenación, que compartían los rasgos demoníacos del personaje de la entrada, pero que actuaban con total normalidad.

Parecía que el lugar iba a ser, cuanto menos, curioso ....

El pequeño clérigo de Shelyn accedió al local y respiró aliviado tras ver que la extraña criatura de la puerta no había ocasionado ninguna molestia, a pesar de su demoníaco aspecto. Cuando entró oteó el ambiente de aquel local esperando que no fuera un lugar de mala calaña y que por lo menos mantuvieran las mesas y sillas límpias para evitar llevarse alguna mancha indeseada en sus bien cuidadas ropas de alta costura de Galt.

El clérigo subió encima de uno de los taburetes y debido al tamaño de este, se mantuvo de pie para poder hablar con la posadera de rasgos demoníacos.

- ¡Floreciente noche, bella damisela! - exclamó mientras se quitaba el sombrero y sobre el mismo taburete realizaba una reverencia llevandoselo al vientre - Soy un extrangero en busca de lugar donde pertonctar, y si es posible, una buena cena. ¿Qué servicios puede ofrecer este lugar? -

La posadera tiefling, hermosa a pesar de las protuberancias óseas, similares a cuernos, ubicadas en su cabeza, le dirigió una sonrisa y con una voz melódica voz le comentó:
- Buenas noches tenga, menudo señor. Todavía no estamos abiertos, como puede observar. Aunque casi estamos terminando de remodelar el establecimiento, porque inauguramos mañana. Si habla con el dueño, que lo tiene justo allá, le podrá indicar mejor una posibilidad. Su nombre es Saul. - Dijo señalando a una de las esquinas de la sala.

Mirn se giró instintivamente hacia la dirección indicada por la camarera, y vio a un hombre bajo, aunque lógicamente más grande que él, y que como peculiaridad destacable, resultaba ser manco.

Mirn se acercó al hombre bajo y manco cuya mano estaba recubierta con el garfio con curiosidad acerca de aquel hombre. "¿Dónde diantres habrá perdido su mano?" pensó.

Cuando se acercó se quitó el sombrero y realizó una ligera reverencia cortés a Saul:

- ¡Floreciente noche, buen señor! Según me han indicado... sois el propietario de este lugar. Me preguntaba si podría pagar por alojamiento y algo de cenar durante esta noche. - le comentó.

Saul se giró y miró divertido, aunque sin desprecio, al menudo clérigo. Y rápidamente añadió:
- Por supuesto señor. - Comentó - Aunque estamos terminando de reformar el local, porque abrimos el salón de juego mañana, pero ya tenemos las habitaciones y la cocina operativa. - Añadió - Espero que no le moleste el ruido. - Pero con gran habilidad añadió rápidamente - Serán 8 monedas de plata al día por el alojamiento y la comida.

El clérigo de Shelyn observo con una mano en la barbilla a Saul, interesado por aquel local, y de prontó exclamó:

- ¿Así que una inauguración? ¿Y qué clase de decoración es esta? Aquí faltaría un buen lienzo... tal vez un toque artístico invite a vuestros clientes a participar más en los juegos de azar.... y allí tal vez un jarrón diera un toque más elegante a la recepción de la posada - dijo señalando varios lugares y ofreciendo ideas decorativas al propietario.

- Pero... ¡pardiez!, perdonad mi intromisión, es solo que como siervo de la Rosa Eterna y artista no puedo evitar fijarme en estas cosas.... ¡pensad bien mis sugerencias y si necesitáis de mi ayuda gustoso os ayudaré. - acabó dicendo al tiempo que realizó una nueva reverencia formal. - Respecto al alojamiento, me parece un precio justo... aquí tenéis - dijo ofreciendole las 8 monedas de plata.
 

Saul enarcó una ceja y se quedó pensando en lo que el menudo clérigo de Shelyn le comentó:

- Pensaré en sus ideas. - Dijo con sincera mirada - Pero por favor, siéntese en una mesa. Ahora mismo digo que preparen su cena. Y por cierto, ... - procedió a meterse una mano en el bolsillo - ..., aquí tiene la llave de su habitación. Se encuentra en el primer piso.