Partida Rol por web

Zendr seguía rumiando para sus adentros. Realmente, le estaban poniendo en bandeja aquello que había venido a buscar: una ocupación.
Además, no le estaban pidiendo nada que no supiera hacer; toda su vida había trabajado como guardaespaldas o como matón y este hombre estaba dispuesto a pagarle bastante bien.
También era cierto que este tipo no terminaba de gustarle, la gente que tanto sonríe suele esconder una lengua bífida.
No obstante, a lo largo de sus andanzas el muchacho se había visto obligado a codearse con gente bastante peor.

El varisio salió de sus cavilaciones y dijo: - ¡Qué carajo! Si a la oferta añade una cama en su pensión, puede contar conmigo.

Dinero fácil y un techo sobre su cabeza: ¿qué más se puede pedir?

El mediano pareció reflexionar sobre la propuesta de Saul. - Me siento halagado por la insistencia en la oferta, monsieur, pero es evidente que no pinto nada en esta ciudad... vine aquí para realizar mi lienzo de esa famosa puerta rúnica por un encargo de un mecenas... y ya lo he terminado. - continuó explicando el clérigo de shelyn. - mi ayuda en este local ha sido total... - alzó uno de sus pequeños dedos para dar más enfásis - y completamente accidental.

Tras unos instantes, volvió a continuar explicando sus motivos - No obstante, puedo trabajar unos días como decorador del local si requereis de tal servicio... pero no es mi deseo ningún compromiso más allá que este breve trabajo, con el que llevaré los honorarios ganados a la Catedral de la Rosa Eterna.... en Isarn. - dijo afirmando varias veces con la cabeza. - A no ser, claro está, que sepáis de alguna obra de arte de gran interés que pueda conseguir... ¡estas tienen para mi más valor que cualquier baúl repleto de monedas! -
 

Dredmor dejó de dar vueltas y se dirigió al pequeño tocahuevos del arte, al parecer pretendía que le rogasen que se quedara. A cagar se podía ir y limpiarse el culo con su lienzo. Y pronto.

Pues si no te va el negocio, ancha es Varisia. Saul, tampoco te escaldes mucho en convencer a medio hombre teniendo a unos hombretones bien dispuestos a seguir tus indicaciones. Del negro tampoco esperaría mucho, pues no se aún qué puede aportar al Goblin Dorado pero tú verás, ya eres "mayorcito" para tomar tus propias decisiones.

Dijo Dredmor haciendo unas comillas con los dedos de ambas manos. Una de sus muchas virtudes era que decía lo que le venía en gana y ante cualquiera. No tenía filtro ni cuidado alguno, y sí, sabía que eso comportaba problemas.... ¿Y qué? Con lo que se divertía provocando al personal.

El hombre-chivo se dirigió a el de manera indirecta como "el negro", aludiendo ademas su inutilidad en los acontecimientos de aquella noche. Aquello le dolió, vaya que si. Y no que le llamasen negro, pues que diantres, negro era. Ademas dudaba que un ser de aquel aspecto grotesco y ridiculo tuviese la intencion de ofender por el mero hecho de ser diferente. No. Debía ser que jugueteaba con fuerzas arcanas, al igual que el viejo Mtombo... con la salvedad de que el hechicero de la tribu era un anciano de 68 años con la mente de un niño de tres... quizas tambien aquel hombre-chivo era un deficiente mental, y por ello, mas que ira, Bodhi sintió lastima.

- El encapuchado tiene razon... no soy apto para este tipo de trabajos, señor. Tan solo me interesa equilibrar la balanza de la sangre vertida. Aunque... - comenzó el sureño a elucubrar - ... adivino que en este ambiente de miseria social als personas suelen sufrir daños... yo... podría ser su sanador... - acabó dejando en el aire la oferta.

Saul vio sendas puertas abiertas ante los indecisos, pese a que Dredmor, y su difícil forma de ser, intentase cerrarlas a portazos. El carácter pragmático y más sociable de Saul debía entrar en acción si quería formar un núcleo duro de personas para que el negocio reflotase después de los contratiempos que había sufrido:

 - Calma Dredmor. Tenemos que conseguir los mayores avales si queremos reflotar el negocio. - Dijo intentando calmar al caótico personaje, y posteriormente se dirigió a los indecisos - Todos tenemos cabida en un negocio, aunque sus culturas, muy diferentes, no parezcan afines ni siquiera a esta ciudad. Si quieren que les contrate como diseñador y sanador del local, ..., encantado. Por un lado el ambiente adecuado hace atractivo a un local, y por ende que asistan más clientes, ...., y el que no haya muertos cada día, ..., también ayuda, ..., si al final no queremos que los clientes se disuadan de venir y el negocio se vaya a pique, ..., además, si el "orquestador" de este plan en mi contra, vuelve a las andadas, ¿dónde mejor que dejar pistas que no aquí precisamente? - Dijo dirigiéndose especialmente a Bodhi.

Saul fue a beber de su copa, pero esta estaba vacía, con lo que hizo un gesto a uno de sus pocos trabajadores actuales para que trajese otra botella de vino.

 - Sin embargo, no puedo pagarles como quizá se merecerían, pero les aseguro que si el negocio remonta, ..., cosa de la que estoy totalmente convencido, dada sus impresionantes cualidades que todos y cada uno de ustedes poseen, el pago por sus servicios será acorde a lo que ustedes valen. - Terminó con su amplía sonrisa, ya típica.

- Bien... entonces tenemos un trato, monsieur Vancaskerkin. Ya veréis como convertiremos el Goblin de Oro en un referente del arte en Riddleport. También puedo ejercer algunas relaciones públicas si es necesario, promocionar el local será como promocionar una nueva exposición de lienzos de expresionismo varisio... - respondió el mediano levantandose y estrechandole la mano. 

En aquel momento, el menudo clérigo de Shelyn no podía ni llegar a imaginarse que aquel encargo, junto a aquel grupo de personajes tan variopintos, se iba a convertir en el preludio de una aventura de proporciones épicas que le alejaría de su rutinaria vida como artista y pregonero del arte durante mucho tiempo.

Tú mandas, Saul. No haré más comentarios al respecto... de momento. Siempre tendré el as bajo la manga para decirte "¡Te lo dije!". Y ahora si vuesas mercedes me disculpan tengo cosas que hacer antes de acostarme, vayan decidiéndose ya...

El hechicero tiefling, a pesar de lo dicho, no tenía intención de irse el primero de aquella estancia. Seguro que aprovecharían para criticarlo a sus espaldas o hacer planes sin contar con su consejo. Bastante había tenido que aguantar a su hermano y sus derias que ahora tendría a todo un grupo de personas, a cual más rara, al que vigilar por si no hacían las cosas correctamente.

Parecía que aquel hombre realmente necesitaba ayuda, pues estaba bien dispuesto a dejar que cada uno hiciese su trabajo siempre y cuando beneficiase al local. Bodhi, candidamente, no supo negarse. Que la gente sufrise dolencias y males por causas no naturales era algo que no cabía en su extraña mentalidad. Todos los allí presentes podrían enfermar de golpe or pasar una noche desnudos a la intemperie y el negro no movería un solo dedo para aliviarles. Si la naturaleza no les había el suficiente seso e instinto para valerse por si mismos en las adversas condiciones del mundo exterior, bien merecida tendrian la muerte. Pero que alguien envenenase o corrompiese a drede el natural curso de la vida, eso si que no amigo mio. Fue por eso que el druida de la jungla y el mar dijo:

- Acepto. Le ayudaré a mantener saludable este... lugar.

 - Bien. - dijo Saul sin esconder su alegría ante la expectativa de redirigir el negocio - Esto es el inicio de un nuevo tiempo de prosperidad y saber salir airoso de los envites que te da la vida. Jejejeje. - Rió a gusto ante la perspectiva de futuro y negocio. - Aunque os confieso que los inicios no van a ser fáciles, porque nos tendremos que reponer de los hechos acontecidos, vislumbro un horizonte beneficioso para todos. Brindo por ello. - Comentó con su clásica y casi eterna sonrisa, mientras levantaba su copa llena y la vaciaba con suma rapidez.

Cuando terminó su copa y la posó en la mesa, se volvió a dirigir a sus nuevos socios:

 - Descansad muchachos. Podéis utilizar la habitación que está justo al sur. Mañana comenzaremos, y no os preocupéis del personal. Larur se encargará de reclutar nuevo personal para cubrir todas las vacantes.