Partida Rol por web

Objetivos

Tras el tiempo que llevas en el hospital, te has podido percatar que dos de los grandes males que aquejan al mismo pueden resolverse, aunque con grandes esfuerzos.

1. Conseguir que se aprueben partidas mayores de fondos para el hospital, o bien hacer recaudaciones solidarias. Con este dinero el hospital podría mejorar las instalaciones y contratar personal suplementario. 7 px
2. Varios de los doctores y enfermeras del hospital trabajan poco, a desgana o fingen enfermedades para no ir a trabajar y cobrar su sueldo, dejando vacios algunos turnos. Por conseguir que estos empleados hagan su trabajo como es debido (o sean sustituidos por otros del modo que sea) 5 px

Px Obtenidos

Noche 1: 4px

Noche 2: 3 px

Son las 9 de la noche. Ahi fuera llueve sin cesar . Llevas todo el dia atendiendo gente que han sufrido accidentes de tráfico por culpa de la puta lluvia y parece que va a seguir así toda la noche. Te estás relajando en la sala de enfermeras viendo una insulsa serie en la tele, a la cual realmente no le prestas la más minima atención, pero que al menos distrae tus sentidos.

Algo llama tu atención en la tele, parece que haya una doble imagen, como superpuesta. Cuando te fijas con más atención...

Gritos, oscuridad, agobio, dolor, pérdida.

La oscuridad te embarga, ya no estás en la sala. Puedes ver Sevilla desde arriba y como una fuego arrasa la ciudad entera. El agua ha dejado de caer, aunque estás convencida de que el agua normal no podría apagar este fuego. Glifos saltan desde el suelo al aire y estallan en medio de éste. Puedes oir el ruido de cadenas partiendose por todas partes. Sientes como el dolor invade tu cuerpo, como si alguien lo estuviera apretando con todas sus fuerzas.

Las luces de la sala se apagan, puedes oir gritos retumbando por la misma. Algo está sucediendo en algún lado. Los espíritus lo saben. Tu lo sabes. Sea lo que sea está pasando ahora mismo.

Unas manos te están zarandeando. Cuando consigues recobrar la consciencia de donde estás y quien eres, observas la cara de Martín, uno de los celadores observandote extrañado. Parece que ha estado diciendote algo pero no has entendido ni palabra.

Pese a las emergencias que se suceden una tras otra, casi ya al final del turno, no se sabe si por el cansancio o la monotonía, Elisa se sienta un poco a ver la tele. La misma mierda de siempre...al menos no son cotilleos...algo es algo...

Pensaba, a su vez, en que tenía que salir a por regalitos para su fetiche, y a la vez, en que tenía que ir a comprar un par de cosas...pensaba también en el paciente que había tenido justo antes, un muchacho que se iba a tirar escayolado algunos meses...si es que lluvia alcohol y motillo sin topes no son buenos amigos... pensaba en diez mil millones de cosas, cuando ve la tele rara. Enarca una ceja, inclinándose un poco sobre el sillón cuando la imagen vuelve a desdoblarse...

...y todo comienza.

Los gritos inundan sus oídos, sordos en la oscuridad, apagados por el dolor, por el duelo, todo en una amalgama de sentimientos, de estímulos sentimentales que la llenas y a la vez le arrancan el alma a mordiscos. Al fijarse, la luz se hace de nuevo, pero ahora es fuego, fuego que inunda las calles de Sevilla, devorándola.

Los grifos, portadores se malas nuevas, totems de caza, asesinos fugaces mueren como kamikaces en el aire, sin que nadie pueda hacer nada.

En la sala del hospital la gente grita, los espíritus tal vez, o los pacientes, o los reflejos espirituales de estos...algo ocurre y tiene que saber qué es. Iba a moverse, intentar levantarse, acudir a la llamada de estos, buscarlos y darles paz, pero no puede, el dolor la invade, las cadenas chocan en alguna parte y ella no puede hacer si no intentar no gritar por el dolor que la presiona como queriéndola ahogar.

Todo es frustrante, exasperante, le quita las fuerzas al impedirle reaccionar, entonces...

....La zarandéan y despierta, con una enorme inspiración, sonora, que da paso a un jadeo entrecortado. Se lleva una mano al pecho, como cuando te dan un susto de los que te hace escupir el corazón.

- Perdona, me he quedado dormida por un momento... Toma aire, los expulsa en un sonoro suspiro No...no te he escuchado, lo siento...

Intentaba parecer tranquila, pero en su cuerpo todo se movía, todo le decía "¡¡¡corre, coño, corre!!!" pero no podía, como era lógico, echar a correr con los brazos en alto y gritando, así que había que hacer las cosas al modo humano.

- ¿Qué me habías dicho?

Martín, mas aliviado, te mira con preocupación.- Debías de tener una pesadilla horrible. Estabas chillando como una loca, como si te estuvieran rajando el pecho o algo asi. Se te oía en media planta.

¿Te encuentras bien?

Elisa se lleva una mano a la frente

- Una pesadilla feísima, te lo aseguro...Estoy...estoy bien...Gracias

Dijo sonriendo como buenamente podía

- Voy un poco fuera, necesito aire...

Se puso en pie y salió del estar de enfermería. Aquella escusa era tan buena como cualquier otra para echar un vistazo por toda la planta, para buscar una zona donde las energías, los espíritus, el aire, cualquier cosa, se viese distinta

- Archi, susurró Abre bien los ojos... Dijo tomando entre sus manos el fetiche mientras andaba pasillo a través. No lo activa, solo le habla, como compañero suyo que es.

Sigue andando, Mira dentro de cada habitación, que deben tener las puertas abiertas, ya que aun no es hora de dormir. Mientas iba paseando iba recordando en su mente el sueño, intentaba traer las imágenes completas a su memoria...¿podía recordar los glifos? Saber los símbolos que saltaban y explotaban, aunque no supiese, por ahora su significado....San Google haría el resto... Sacó una libreta y un boli por si le llegaba la inspiración divina y recordaba alguno.

Y siguió recorriendo la planta de arriba a abajo

Martín te observa preocupado mientras te alejas. Debía haber sido una pesadilla espantosa para esos gritos.

Los glifos aún están grabados a fuego en tu memoria, y no te cuesta nada plasmarlos en un papel. Bueno, al menos algo que vagamente se le parecen. Tras tu paseo por la planta, no encuentras nada anormal en él. Gente en los pasillos, familiares en las habitaciones, celadores recogiendo. Lo normal.

Viendo éxito fallido de su búsqueda comenzó a plantearse otra...pero tendría que esperar al fin de su turno...No podía desaparecer así porque sí, se metería en problemas y podría poner en peligro a alguien. Miró el reloj, a las 10 de la noche finalizaba el turno, no quedaba mucho tiempo para eso...

Tendría que buscar por la umbra, si los espíritus estaban revolucionados, donde sí que podría verlos sería en la umbra...

- Archi...¿has visto algo? Yo ando como con una venda en los ojos... Le susurró. Entró al estar, terminando por echar una ojeada por allí, sobre todo a la televisión, que había servido de portal entre lo físico y su sueño. Se sentó y cogiendo unos papeles comenzó a pasar gráficas de la noche y novedades. Era algo tan monótono y automático que mientras podía estar con lso sentidos alerta por si notaba algo...

Si venía alguna de sus compañeras, con la escusa de apuntar las novedades, la interrogaría un poco...

La hora se va desgranando lentamente. La espera solo podia ser peor si tuvieras y reloj de arena y pudieras ver caer los granos, exhasperantemente lentos. Llegado un momento, parece como si tu colgante hubiera dado un tirón de tí, pero solo ha sido una imaginación. Por fin, son las 10 y puedes abandonar el recinto.

Elisa espera seguuuundo tras seguuuundo, en una infinidad de estos que le daban ganas de sacarse los ojos con una cucharilla. Finalmente son las diez. El relevo se da. se cuentan las novedades y se hace todo lo propio. Una vez están las tareas hechas, se dirige al vestuario...ahora es cuando puede dar se un viajito, por suerte, si hay alguien, no debe tardar mucho en irse.

Entra a la sala de vestuario, llena de taquillas de otras enfermeras y enfermeros, cierra tras de si la puerta con la llave. Se acerca a su taquilla y la abre. Se va quitando la ropa, y guardándola primorosamente en su taca. cuando está completamente desnuda, cierra la taquilla, guarda las llaves en su bolsita, apaga la luz y se acerca al espejo de cuepro completo que hay para darse los últimos toques antes de salir a la sala. Inspira profundamente y se mira a los ojos en el espejo, en la oscuridad. Intenta pasar a la Umbra...

Extrañamente, te resulta imposible concentrarte. Algo te está perturbando. Por más que intentas alcanzar el mundo de los espiritus, no llegas. ¿Quizás en el túmulo sea mas facil? ¿O será una señal de que es mala idea entrar?

- Mierda...

Dejó de mirar el espejo...Uff...tenía que perder algún kilillo... y volvió a encender la luz para vestirse.

Allí se estaba cociendo algo, ¿tal vez tuviese que ver con que la gente no tenga ganas de trabajar, por lo que abandonen sus turnos diciendo estar enfermos? Puede ser, algunos humanos son más perceptivos que otros...

Finalmente, una vez vestida, volvió a cerrar su taquilla y se dispuso a marcharse a casa. Se lo comentaría a Héctor, y debería hablar con Beni...¿con Benito? je, parecía que su subconsciente ya estaba asentando el culete en uno de los túmulos...

Salió de los vestuarios, cerrando de nuevo la puerta con llave. salió del hospital, cogió su bicicleta amada y se fue a casa.

Seguramente el no haber podido entrar le haya salvado de muchos peligros...hay que tener en cuenta que un lugar como un hospital debe ser una urdimbre infranqueable de telaraña...con los seres de maravilla que viven allí...Lo mejor, pensando ahora en frío, sería no ir sola.

¿Agua?¿Agua? Lo que caia no podia ser agua. Esto no podia ser lluvia. Parecia mas bien que el mar trataba de conquistar la tierra de nuevo por via aerea. En algunos momentos en los que tenias que parar para no matarte contra un arbol del carril bici, los autobuses que pasaban por la carretera te lanzaban autenticas olas de agua sucia que por poco no te tiraban al suelo. En algun quiosco oias chistes de refilón y exageraciones tipicamente sevillanas. Por fin llegas a casa. Hector no está, pero eso tampoco es raro. Una ducha, un pijama, una sopita. 3 placeres que la gente no acaba de entender del todo.

Cuando por fin terminas ves que en el salón hay un papel escrito con la letra de Hector.

Lisa, he salido a hacer unas cosas con Sebastian Canta-al-Sol. Volveré lo antes posible, dejame algo preparado en el microondas. Besos.

Le encantaba ir bajo la lluvia, tenía la teoría de que si a las plantas le servía el agua para crecer, seguro que a ella también...algún día le llovería y daría un estirón, já ya vería el mundo como sí. El problema es cuando la lluvia es tan abundante que hasta duele, cuando te salpica agua mezclada con mierda y aceite de coche, cuando el barro tiene de todo menos barro, cuando la cortina de gotas intenta que te estampes contra distintos tipos de vegetales...ESE era el problema.

Llegar a casa fue por tanto una bendición. Hoy Archi se tenía que quedar sin su ratón...a ver si al día siguiente hacía un poquito mejor tiempo y podía salir a cazar algo.

Cuando leyó la nota comenzó a refunfuñar en voz alta

- Que fuerte...soy la criada del perro-agua este....cagonlaleche... Ains, de verdad, venir de trabajar y en vez de encontrarte una cenita, masaje y peli, tener que cocinarle a este también... Se iba dirigiendo a la cocina Menudo es este, Archi, un día de estos me lo encuentro a él con un cartel en el cuello Comienza a llenar una olla de agua, y la pone al fuego que diga "dame de comé, dúshame y méteme en la cama ante de la 9" Comienza a rebuscar unos macarrones por ahí y algo que echarle en el frigorífico Por lo menos la comida es fácil de hacer, que si no.... Bueno, Archi, ¿tú que opinas de lo del hospital?

Se apoyó en la encimera de la cocina, a ver si el espíritu respondía a su llamada una vez en la intimidad de la casa...

El colgante vuelve a dar un tirón, pero poco más obtienes. Una sensación extraña comienza a oprimirte el estómago, pero lo más seguro es que sea hambre. Quizás algo de tele te solucione el problema.

- ¿Otro tirón, Archi? Joder, ¿es que ahora me hablas en morse espiritual? U¬¬

El dolor de barriga le crispa los nervios, un dolor de barriga siempre implica problemas: un algo que se va a perder, una hermana que e va a chillar, una pregunta de examen más jodida de la cuenta.... ...O simplemente es que llevaba in comer desde las 6 de la tarde, y tras ese turno agotador, necesitaría hidratos de carbono.

Coge el paquete de macarrones y vierte un par de puñados en la cazuela con agua casi hirviendo, los mueve u poco y se dirige al salón, mientras se hacían, pondría ruidito de fondo, para no aburrirse.

Se acerca a la caja de zapatos con antena que es su televisión y le da al botón de encendido. Antes de que la pantalla haya dado algún color, está de espaldas a ésta buscando el mando. Una vez con el mando en la mano se sienta en el sofá, suspirando un "por fin en casa...." y mira la pantalla...Recuerda vagamente la pantalla en el estar, cuando todo se nubló dolor, y le da un escalofrío y un nuevo dolorcillo estomacal...

Toca con su mano izquierda a Archi...

Las horas van pasando, y Hector no vuelve. La programación es absurda. Programas del corazón, donde millones de euros van de mano en mano. De la productora, al invitado, del invitado, a los cómplices, de los anuncios a la productora. Te comienza a invadir el sueño, pero la sensación sigue ahí.

Mientras veía los programas de mierda (no sabía para qué había encendido la televisión) que transmitía el aparatejo, se había levantado un par de veces para ver cómo iban los macarrones, quitarlos del fuego, escurrirlos, separar un plato para Héctor, pintarle una cara sonriente con el tomate frito, meterlo en el microondas, tomar sus macarrones y llevárselos al saló y comer.

La sensación de molestia no se iba, ni aun comiendo, lo que le aseguró que aquella sensación era por "algo malo". Cuando terminó lso macarrones cogió un trozo de papel y escribió unas palabras

Cita:

Dicen que donde las dan las toman. Apagó la caja tonta, se quitó la ropa espurreándola por ahí, para "facilitarle" el trabajo a Héctor, apagó todas las luces, cerró la puerta de la calle con llave y cambió a forma lupina. Hoy era mejor correr que ir en bicicleta.

Se asomó a una ventaba, vivía en un primero alto, a unos 5 metros del suelo. Ya había saltado algunas veces, no se hacía mucha pupa, teniendo en cuenta que ella, en esa forma, de pie, medía casi dos metros...los lobos son grandes. Y saltó, dirección al parque de la Paloma.

Hoy iba a pedir ayuda al túmulo, y con seguridad, a pedir ser adoptada por él.

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