Partida Rol por web

- Entonces vamos, me parece que esta va a ser otra noche muy larga.-dijo, terminando de liar el cigarro.- Y por cierto, -añadió sonriendo con picardía a continuación, mientras emprendía el camino a casa.- he pillado eso último, no empecemos de nuevooo...

Se dirigió a paso ligero hacia su casa, a tan sólo un par de manzanas de la biblioteca. Era un bloque de viviendas pequeño, casi encajonado entre los dos edificios adyacentes. Subió hasta el tercer piso, volviéndose hacia Anne antes de abrir la puerta.

- Mmm. Supongo que tu pasas un poco de esto, pero ya sabes...entre unas cosas y otras, no tengo mucho tiempo para la limpieza y el orden.- a continuación abrió la puerta, provocando un movimiento peligroso en unas cajas amontonadas junto a la puerta, que guardaban un equilibrio precario.

Ante la puerta les recibía un espejo apenas visible entre las columnas de libros y figurillas de barro que se amontonaban en la mesita de enfrente. La vivienda era más bine pequeña, y a partir del recibidor, un pasillo repleto de cajas con papeles, libros, figurillas, medallones, y algunos comics se extendía hasta el salón, el epicentro de aquel lugar, del que partían dos puertas.

Brandán fue directo hacia allí, y empezó a buscar entre los cajones de un armario situado junto a los amplios ventanales que daban a  un balconcillo. También allí, había libros, cajas y algo de ropa, para variar, tirada aquí y allá, distribuida sobre los sillones, sofá y mesilla. El lugar parecía una pequeña biblioteca, porque todas las paredes, menos la de la entrada y la del ventanal estaban llenas de estantes con libros, carpetas y legajos antiguos, además de algunas figurillas y cds de música de todo tipo. Una minicadena coronaba el conjunto, junto a una televisión que aparentaba ser incluso más vieja que algunos de aquellos pergaminos.

- Aquí está.-dijo, desenterrando victorioso dos linternas de debajo de unos calcetines.- Vale, ahora ya podemos...ummm...déjame un segundo para cambiarme.-dijo mirándose la ropa.-Creo que tengo algo más viejo por ahí para ponerme y de lo que iba a deshacerme de todos modos...

Antes de que pudiera contestar, y siendo consciente de que no había que perder el tiempo, entró en una de las puertas que partían del salón y se cambió a un chándal manchado de restos de pintura, guardando en una bolsa de basura otro conjunto de ropa, camiseta vieja y pantalón vaquero desgastado, con objeto de cambiarse en cuanto saliesen de aquel lugar. Se quedó unos segundos pensativo y cogió otras prendas para Anne. Imaginaba que a ella le daría igual, pero no así a los que pudieran cruzarse con ella a posteriori.

- Vamos, cuando quieras. Me he permitido prepararte algo de ropa, para cuando salgamos de allí. Eso sí, con v de vuelta para cuando consigas otra y hayas desintegrado la que llevas ahora.- dijo tendiéndole la segunda bolsa de basura.- Creo que no necesitamos nada más.

El agujero de alcantarilla es estrecho, pero afortunadamente ninguno de vosotros sois como Vaclav o Harold. Nada mas llegar abajo, un chapoteo os recibe. Perfecto, todo el suelo esta cubierto con un palmo de agua. Agua por llamarlo de algún modo. Es un líquido turbio y maloliente, totalmente opaco y en el cual flotan restos de... mejor no mirarlo de cerca. Por si acaso.

Cuando la linterna alumbra, podeis ver que os encontrais en un largo tunel, que se extiende a derecha e izquierda. Tambien podeis ver las diferentes escalerillas de otras alcantarillas, y poco mas.

- No he dicho una palabra, ni una palabra – replicó rápidamente levantando las manos con cara de pilla.

Camino a la casa de Brandán, no podía evitar el comentario.

- Tu haces poco ejercicio, pero poco, poco, ¿eh? – con un tono de voz de pullilla buscando picarlo un poco – Lo tienes todo al lado jajaja Mañana por la tarde le ponemos remedio. Cuando nos levantemos, nos vamos al Alamillo a hacer un poco de Tai-Chi. ¿Trato? – preguntó extendiendo la mano a Brandán ante la puerta de su casa con una sonrisa de oreja a oreja

Al llegar a la casa parecía haber entrado en un reino del Kaos. Desde luego, allí la araña tenía poco que hacer.

- Caray – soltando una genuina expresión de asombro al ver el apartamento – Oye, ¿a ti te gusta vivir así? – se encogió de hombros ante la mirada de incomprensión de Brandán – No, si yo lo digo, porque si te gusta, por mí, genial. – haciendo una pequeña pausa – Peeero, si no, tengo una idea – con esa sonrisa pícara suya – Se me ocurre como compensarte las invitaciones y la ropa. ¿Qué te parece si te echo una mano a limpiar y ordenar esto? Digamos, ¿un par de veces? Te aseguro que tengo experiencia. En el monasterio limpiaba todos los días y a mi me gusta. Es un arte de meditación en si mismo. – parecía que le hubieran dado cuerda hablando sin parar mientras Brandán iba de aquí para allá, elevando la voz cuando este se alejaba más – Si quieres incluso te puedo enseñar también. La meditación de la limpieza, claro. En realidad, no es tan diferente del Tai-Chi, ¿sabes? – mira con sorpresa la ropa – Oh, vaya, gracias – sonriendo halagada y sonrojándose un poco – Te la devolveré inmaculada. Muchas gracias – sonriendo con los ojos casi cerrados.

Durante otro cigarro más, ofreciéndole a Brandán, entre la casa y la alcantarilla, Anne vuelve a hablar. Parece que no le guste demasiado el silencio.

- Por cierto, si las cosas se ponen feas y te hace falta, en la bolsa del tabaco llevo un espejo. Es pequeño, pero da para cruzar. Tu ya me entiendes. – hablando en un tono más solemne del que suele emplear.

Apaga el cigarro en el suelo unos metros antes de la alcantarilla. Echa varios vistazos alrededor hasta asegurarse de que no pasa por allí ningún fiestero ni de ida ni de vuelta, para levantar la tapa entre los dos.

Se mete la primera, sin decir una palabra. Cuando llegas al suelo, ella habla en susurros.

- En estos momentos es cuando más me acuerdo de lo importante que es tener una manada. – comenta medio meditabunda – Tendríamos que formar una. – dejando el comentario en el aire un poco antes de continuar – Iré transformando el hocico poco a poco - moviéndose a las sombras lejos de la luz que entra por la tapa abierta (si no la has cerrado, a tu discreción) – Si puedes, procura mantener la luz delante de mi cara. Evitarás cegarme y cegarás a quien quiera que pudiera mirar desde el otro lado. Por el velo, ya sabes. Y bueno, a partir de aquí hablemos en susurros y… - lo deja en el aire sin terminar – Veamos que tal se da… - levantando un poco el pañuelo, de forma que su tercer ojo también quedaba ahora al descubierto, abierto como los otros dos.

El hedor de la alcantarilla es impresionante, nada seria capaz de seguir un rastro aqui, no obstante, puedes "ver" un rastro. Un color rosa en el aire que lleva por la derecha, sobreponiendose al marron oscuro de la alcantarilla. Pero el rastro es debil, muy debil.

- Gracias, por tu sutileza al piropearme...- comentó Brandán enarcando una ceja ante la pullita de Anne.- No obstante, es un trato, necesito darle calor a este cuerpo serrano.- añadió con una media sonrisa tendiéndole a su vez la mano.- Eso sí, las cervezas de después no nos las quita nadie ¿eh?

Un rato después, mientras Brandán realizaba labores de arqueología en su casa, entre cajas, ropas y libros varios, la propuesta de Anne hizo que se detuviera unos segundos pensativo.

- Ummm...bueno, un poco de ayuda no me vendría mal.- dijo mientras se golpeaba con el índice la barbilla, meditándolo.- A pesar que lo de la meditación de la limpieza no me suena muy espiritual que digamos...- sonrió divertido.- Además, será muy interesante contemplar la reacción de mis vecinas cotillas cuando vean a una chica aparecer por mi casa dos veces a la semana. Eso sí,- trató en vano de componer una expresión sería, rota por un amago de sonrisa.- nada de pasearse en pelotas por la casa...o al menos, delante de las ventanas. No quiero que mi piso se convierta en el mirador del porno para el vecindario.

Ya de camino a las alcantarillas, se resolvió la intriga del espejillo. Así que era un utensilio para entrar en la umbra ante un caso de necesidad.

- Gracias Anne, eres toda una McGyver ante la adversidad por lo que veo.- añadió con un guiño.

Y descendieron.

Brandán dejó la tapa de la alcantarilla semiabierta, aunque no lo suficiente como para que nadie reparase en ello si no buscaba específicamente. A medida que bajaban a Brandán le vino a la mente una tonadilla antigua, y fue susurrandola a medida que descendían.

"Para los que bajaron

donde el Sol nunca entra.

donde la sombra reina.

El Sol nunca amaneció..."

El hedor le golpeo entonces con fuerza en la nariz.

- Joder...-susurró.- no hay manera de encontrarle la épica al asunto...

Escuchó a duras penas la reflexión de Anne...

- Una manada ¿eh? No estaría mal...todos necesitamos compañeros de armas...y ya va siendo hora.- susurró. Miró a Anne buscar el rastro, mientras alumbraba por delante de ella, con cuidado de mantener el haz lo suficientemente lejos como para no cegarla. ¿Por qué no? Aquella situación en la que estaban colaborando ya era de por sí como el lazo inicial de una manada.- ¿Has pensado en alguien?- se aventuró a soltar en un susurro, mientras de vez en cuando orientaba el haz de luz en un arco, para cubrir toda la galería, y permaneciendo atento a sus espaldas, volteando la vista junto con el haz de luz para mantenerla controlada.- Y por cierto, ¿captas algo?

Se mantenía alerta. Aquel lugar le ponía algo nervioso, y empezaba a plantearse si no sería mejor empezar a cambiar de forma a glabro, por si llegaba el caso.

- Jajajaja  Yo dije dos veces, no a la semana Jajajaja – ríe divertida – Dejémoslo en una por semana de momento, y luego, ya veremos. No te quiero mal acostumbrar a tener criada – sacándole la lengua – Y lo de la espiritualidad… jejeje deberías conocer a Lu-Tse. Su nombre de guerra es, “Barredor”.

Se vuelve a reír ante la mención de su desnudez.

- Hay que ver cuanta importancia le dais los homínidos a la ropa jajaja Pero si quieres – dice señalando las cortinas con el pulgar – se me ocurren soluciones alternativas – guiñándole un ojo.

Ante la mención de McGuiver, Anne se extraña y no comenta nada, sonríe tímida, quizás con vergüenza de no saber a que se refería exactamente Brandán.

Sonríe ante la canción del Galliard. Eso le recordaba porque siempre venía bien tener a uno en la manada.

Su mano en tu hombro al caminar, su determinación al girar a la derecha, te indican que parece muy segura de seguir un rastro.

- Es tenue. Un hilillo rosa nada más. – tratando de explicar en homínido las sensaciones de lobo que no podían explicarse nada más que en palabras – Ya sabes. Hay como una densa niebla marrón que se lo está tragando, pero de momento lo tengo. – olisquea unos instantes en los que ves de reojo la monstruosidad que es ahora mismo, un rostro humano con un hocico completo de lobo usando palabras – Por suerte no hay rastro de Wyrm.

Una sonrisa lobuna se dibujo en rostro al ser preguntada por en quien más había pensado; una sonrisa que quería decir “me alegro de que me hagas esta pregunta”, pero contestando distraídamente en susurros.

- Oh, bueno, tengo una idea en mente aunque Benito y Paula aún no han dado su beneplácito del todo. No sé, había pensado que habiendo dos Túmulos en una misma ciudad, y dada mi posición… ehmm… diplomática o neutral… pues bueno… - sigue algo dubitativa – que podría estar bien formar una Manada de Plata con miembros de ambos Túmulos… Aunque bueno, eres el primero al que se lo comento… a parte de ellos dos, claro… - termina dejándolo en el aire como si esperara una contestación por parte de él.

- Joder...¿has visto ese pedazo de rata?...no me extraña que haya tantos roehuesos por aquí.-susurró Brandán.- Un hilillo rosa ¿eh?.- comentó en voz baja mientras dirigía el haz de luz nuevamente hacia adelante.- Leches, si no hay ni rastro de wyrm, no sé si quiero imaginarme de dónde puede proceder...ugh...

Escuchó atentamente las palabras de Anne respecto a la manada que pretendía. Parecía que hubiera estado esperando que llegaran a ese tema desde hacía rato. Sonrío para sus adentros...seguramente había sido así, y él había activado el resorte...no obstante, la idea le gustaba. En esos tiempos lo que se buscaba era unidad, y aquella forma era perfecta para ello. Obviamente, aquella manada sería un ejemplo para todos los garous de ambos túmulos. Un ejemplo de hermandad. Algo que de verdad merecía la pena.

- Vaya,-susurró, tratando de que la emoción no se le notase en la voz.- la verdad es que es una idea muy interesante...no voy a negar que me gusta...Y por cierto, gracias por el honor de ser de los primeros en escucharla- añadió sonriendo, pero sin dejar de mirara al frente, alternando con alguno vistazos a sus espaldas.- No obstante, imagino que los candidatos han de ser seleccionados con mucho esmero...-espero la respuesta de Anne. Que se lo hubiera dicho parecía implicar que estaba pensando en él como uno de los miembros...pero no quería llevarse a engaños. Si era así o no, debía decirlo ella.

- Brandán – recriminándole el comentario de los roehuesos – ese comentario no ha sido nada acertado.  – no parece haberle echo mucha gracia.

Tras ese pequeño incidente, guarda silencio unos minutos, hasta que de pronto se para y olisquea más alrededor.

- Maldita sea – murmura entre dientes – El hilo ha desaparecido. Ve despacio por aquí, a ver si consigo encontrarlo de nuevo. Creo que aquí hay una bolsa de huevos podridos o algo así.

Comienza a andar muy despacio, muy atenta a cada paso, tratando de localizar de nuevo el olor.

- Esmero… esmero… Digamos que hay muchos parámetros a tener en cuenta, pero que siempre he creído que lo complicado se puede simplificar… Aún no tengo… - para un instante, para olisquear un poco más atentamente – muy claro el Ragabash, pero confío en que si a los tres os gusta la idea… - vuelve a parar, a olisquear más atentamente otra vez – podamos encontrar la solución los cuatro juntos… - sigue olisqueando

-Wow!-respondió Brandán levantando las manos.- haya paz Anne. Era sólo una broma. Entiendo que no encuentras de tu gusto el humor ácido entre tribus...Has de saber que tengo un gran respeto por los roehuesos...tienen muchas historias calljeras que contar en su haber.

Brandán se detuvo y examino con cuidado ante el aviso de Anne los recovecos y rincones que pudiera haber frente a ellos.

- Podríamos hacer algo, podríamos hacer algo...ummm...vale, te daré la satisfacción. ¿Quiénes son los otros dos?-inquirió.

El rastro se ha perdido. Se lo ha comido una pequeña bolsa de gas, pero afortunadamente unos metros mas adelante lo captas de nuevo, pero aún mas debil.

Llevais media hora chapoteando en mierda hasta mas arriba de los tobillos. Estais completamente perdidos, habeis girado en demasiados sitios, demasiadas subidas, demasiadas bajadas, pareciera que el hombre estuviera esquivandoos, pero es imposible, porque os lleva 2 horas de ventaja y no sabe que le seguis.

Cuando creiais que nada podia ir a peor, fué a peor. Una piscina, o un estanque, o una acecia, una alberca. En definitiva, una acumulación de agua de casi dos metros de profundidad con 6 caminos que confluyen hasta ella. Y aqui se pierde el rastro.

- Sé que no tienes nada en contra de los Roehuesos – comenta seria, pero sin reproche – pero entiende que ese tipo de humor, lo veo inadecuado. – en cierto modo te da la sensación de que ella se hubiera sentido identificada con ellos.

Al llegar a la piscina, se para. Notas como la Rabia comenza a emanar de ella, a la par que notas sus esfuerzos por contenerla. Se suelta de tu hombro, su hocico vuelve a ser un rostro, mientras oyes como un murmullo proveniente de ella “ooooohmmmmm”. Tras un minuto oyendo ese murmullo, notas como si una extraña paz te rodeara y notas como su Rabia también mengua.

Cinco minutos más tarde, después del silencio roto tan sólo por ese murmullo, por fin vuelve a hablar, en un tono ligeramente más tenso que antes, pero al menos tranquilo en apariencia.

- Volvamos. A ver cual es la salida más cercana que encontramos. – comienza a andar de vuelta atenta a las paredes, buscando una escalerilla que les indique la salida más cercana – Creo que ya los conoces. Silvia y Habibi. ¿Has tenido oportunidad de tratar con ellos?

A unos 10 minutos de donde os encontrais, y tras varios giros, ascensos y descensos encontrais una tapa de alcantarilla.

Anne iba tomando nota de los giros desde la piscina, con idea de poder volver sobre sus pasos una vez en el exterior.

Sube la escalerilla, empuja un poco la tapa de alcantarilla y mira alrededor antes de salir, para asegurarse de que no hay nadie en la zona.

Una vez asegurada el área, sale de la alcantarilla y urge a Brandán a salir para taparla lo antes posible.

Estais cerca de la puerta de jerez. Mirar mapas de google :P.

Nada.

Sin éxito alguno.

Sintió el peso de la decepción con fuerza. Pero aún mayor debió ser en Anne. Observó su reacción en silencio. De poco servía intervenir. La rabia era la bendición y la maldición de cada uno, y sólo uno mismo podía conocer y controlar la suya propia. Cada una era tan diferente como diferentes eran todos ellos.

Respiró cuando vió como logró hacerse con el control. Joder, era una contemplaestrellas amante del tai-chi y todas esas historias, otro resultado hubiera sido más raro...

El buen humor de Brandán volvió a apagarse, siguiendo en silencio a Anne al exterior. Tan sólo lo rompió para responder a su cuestión acerca de Habibi y Silvia.

- Si, les conozco. Bueno, a Habibi más de vista que otra cosa. Pero ambos me parecen interesantes...no apuntas bajo por lo que veo...

Una vez en el exterior, Brandán ayudó a Anne a colocar la tapa de la alcantarilla. Se quedó unos segundos en silencio.

- Anne, gracias por ayudarme con ese tipo...pero esto no ha acabado. -permaneció un rato pensativo.- Volverá...aunque no sé con que predisposición, después de haberle perseguido. Pero el caso es que me gustaría contar con tu ayuda para atrapar a ese tipo, sea quien sea...