Varias parejas aprovechan la bonanza del dia para pasar un dia agradable y renovar su espiritu en el parque de Maria Luisa. Mientras algunos suben al monte gurugú, otros se tumban en los cespedes alejados de las grandes avenidas. Otros aprovechan para visitar los museos, y los menos, se sientan a leer y hablar en los quiosquitos repartidos por el parque.
Había recorrido la distancia que separaba ambos túmulos en algo más de dos horas andando. Al entrar en el parque de María Luisa, comenzó a buscar a la persona indicada. Por una vez, no era ni Benito ni Harold. Aunque Harold era fenris, ya tenía demasiada responsabilidad encima siendo el guardián de la paloma. Buscaba a Vaclav. Él y no otro, era el idoneo. Aunque se lo pensó mejor y primero iría a avisar a Harold de que estaba por allí, para que no le sentara mal a Benito. De todas formas, si encontraba primero a Vaclav no iba a desperdiciar la oportunidad.
- Petrus, ayúdame a buscar. Avísame si ves a un tio enorme con cara de mala leche.- No se paró en ningún momento.- Hay dos por aquí uno está rapado y el otro no. Cualquiera de los dos me vale.
Si veo a alguno, o si alguno está por ahí, ya sabe;)
Si hay algun guarda le pregunto por Harold.
Tras andar su tiempo, finalmente llegan a otro parque.
-¿Este lugarr es como el Alamillo?....me rrefierrro como un túmulo.....- le comenta a Hector mientras buscaba a esos tipos que tanto le interesaban y que quizás fueran los más idoneos para ayudarle.
- En efecto.- Dijo.- Pero no podemos hablar libremente de día. De acuerdo? Nunca se sabe quién puede escucharnos.
Fermín salió de su letargo cerca del mediodía, después de haberse acostado un tanto tarde. Es decir, después de pasar la noche bajo la escasa protección de un árbol. Se desperezó, bostezó, y por fin se puso en marcha. Con ánimos reanimados, comenzó a recorrer el parque en busca de una cara familiar. Aùn quedaba tiempo hasta su cita a las 22, por lo que decidió salir en bsuca de algo que hacer en ese lugar.
Despues de un rato encuentras un guardia,al preguntar por Harold se estraña pero finalmente te indica por donde se encuentra.
Tras la indicación del guardia, se dirigió hacia Harold.
Dulce llega a el parque con paso lento, pesado. Con el pelo recogido y las mangas de su camisa a cuadros grises y rojos remangadas, se estira como si acabase de despertar de un largo sueño mientras bosteza. Hecho esto, vuelve a colocar su vara sobre uno de sus hombros y empieza a caminar con más brío entre la gente.
De vez en cuando se para, se coloca de puntillas y mira al rededor con una mano colocada en la frente, usandola de parasol. Después de mirar a ambos lados, vuelve a caminar normal y a veces, repite ese mismo proceso.
No hay ni que decir que varias personas la miran con caras extrañadas, pero Dulce, en respuesta, les saluda con la mano y les suelta un "Güeno día" con una radiante sonrisa.
Harold está cerca de una fuente del parque, la cual no parece estar manando agua. A su lado posee una caja de herramientas, y su permanente tuberia de acero a su otro lado. Parece estar imprecandole, o quizas suplicandole, a la fuente que vuelva a funcionar, mientras trastea con las cañerias, las cuales estan ahora visibles tras haber sido cavado un pequeño agujero alrededor de la fuente.
Se acercó paulatinamente a Harold y una vez supo que escucharía su voz en un tono normal lo saludó.
- Hola Harold, sólo venía a avisarte de que vengo de visita y os traigo a un amigo.- Dijo esperando que Harold reparara en él.
- Estoy buscando a Vaclav. Petrus.- Dijo haciendo un gesto, señalando a quien venía con él.- es uno de los vuestros y puesto que tu ya tienes demasiado trabajo, quizás Vaclav pueda hacerse cargo de él.
Se aseguró que no hubiera oídos ajenos antes de pronuncias sus palabras.
Dulce ve de lejos a Harold que se encuentra afanado con las reparaciones de la fuente y un poco mas lejos y alejados un grupo de tres garous entre los que se encuentra Vaclav
Pues los que hayais visto a la muchacha, una de las veces que se pone de puntillas y mira por encima de la gente, fija la vista en dirección a donde se encuentra Václav para después marcharse hacia allí.
Silvia pasea por el parque y observa a Dulce, a la que saluda justo antes de que se marche
- Buenas, Dulce. ¿Va todo bien?
Dulce se para en seco, gira sobre sus pies y con una cálida sonrisa contesta:
- Güeno día! - Hablaba casi a gritos.- Sí, aro, ningún poblema. Güeno, amo, ehque he vihto a Václa y'ba a íh a saludalo. - Se rasca la punta de la nariz con una mano.- Güeno .- Ahora mira hacia ambos lados y baja bastante la voz.- Y que'r otro día había una tía to' rara, que le'staba pegando a un tren de'stos que vá por la ciudá. Pero amo, eso ya imagino que lo sabrei.- Y se encoge de hombros brevemente.
- Algo oi - responde Silvia con una sonrisa- Lo que no se es de donde era esa tia. ¿Sabes algo de ella? Te acompaño a buscar a Vaclav
Dulce vuelve a encogerse de hombros.
- Ni'dea de ande pué'star, la vimo un momento y disapareció.
Después de eso, la chica señala en la dirección en la que andaba.
- Allí lo'stoy viendo, amo. - Hace un gesto con la mano para que la siga y empieza a caminar.
Ehms, Silvia, distraete un poco con algo... no se, mira al cielo xD que yo en verdad ya estaba dentro de la conversación, pero como los post son un poco atemporales me paré a hablar contigo :P Así que haz cualquier tonteria y sígueme después para que te presenten en el otro post (Díselo a alguno de los Master)
Anne entra al parque con unas ropas viejas, habitual en ella, que al menos, no son las mismas de siempre. Saluda a quien se encuentre por el camino, conforme anda dirección al Museo Arqueológico.
Una vez llega a la entrada, saluda al guardia con una sonrisa, aunque este puede notar cierto tufillo proveniente de ella.
- Buenos días, ¿sabría decirme si está el director y si está reunido ahora mismo, por favor? – pregunta cordialmente con su sonrisa, algo cansada.
Si, se encuentra donde siempre-le responde el guardia a Anne
- Muy agradecida… - se queda un segundo mirándolo pensativa – Por cierto, ¿cómo te llamas? – preguntando con una sonrisa.
Tras la respuesta irá para adentro.
Master, ¿me abres escena, por favor?