Partida Rol por web

Te encuentras solucionando las cuestiones que atañen a tu vida homínida, cuando te percatas de dos detalles. maldices una y mil veces por no haberte dado cuenta antes, y tu enfado se traduce en un sonoro golpe sobre la mesa que hace a varios de tus empleados que se encontraban en las inmediaciones comenzar a alejarse.

El primero de tus despistes es el más nimio, pero admites que es una torpeza por tu parte no haberte percatado antes, pues es un misterio que deberías desentrañar. ¿Como es posible que un gato se haya comunicado contigo, estando tu en forma homínida? Las palabras surgían de su boca, como si de un humano se tratara. No era un conjunto de gestos, gruñidos y olores, como cuando los Bastet se comunican entre si y con otros felinos en sus formas más animales. Eran palabras. ¿Como es eso posible?

Además ¿Quién te ha llamado? ¿Acaso la Gran Familia local tiene el teléfono de tu móvil? Eso significaría que te hubieran estado espiando, y sería una torpeza por tu parte no haberte percatado. Si la vida de un Baste es un misterio, no te puedes permitir que tanta gente la conozca...

Por otro lado, no es hasta que piensas en coger el coche cuando te das cuenta de lo escueto del mensaje: "Esta noche, reunión". Pero ¿Donde se celebrará la reunión? ¿Como llegarás allí si no sabes la localización de la Taghairma?

En lo primero que piensas es en la basa red de información felina que se despliega para una Taghairma. Además de cuestiones tan extrañas como las que te atañen directamente, tiene que haber tras pistas por la ciudad que te indiquen el lugar exacto.

La mujer reacciona a tus palabras de muy mala manera, golpeando la mesa con las palmas de las manos. Los trozos de algodón se desperdigan, y la pequeña botellita se vuelca y comienza a rodar vertiendo su transparente líquido por toda la mesa. No logras ver el rostro de la cantante, pues te da la espada, pero su respiración agitada evidencia que no está de muy buen humor. Casi prefieres no verle el rostro.

- Muchacho... -En su tono se masca la tensión, una especie de lucha interior por mantener un endeble control. Lo que no terminas de saber es si lucha por controlar sus palabras... o sus actos- ...Peter debería haberte advertido acerca de este tipo de cosas. De hecho, quizás haya dado por finalizado tu Primer Año demasiado pronto.Típico de él, seguro que eras una carga que no quería arrastrar por más tiempo.

- Por la amistad que me une a ese bala perdida, te perdonaré por esta vez ¡¡Pero NUNCA, JAMÁS, cuestiones mi capacidad para la entonación del Camino Silencioso!!

Te fijas en sus manos. En sus dedos. En las garras que nacen de sus extremos y se clavan ansiosas en la madera de la mesa. Van desapareciendo paulatinamente, a medida que la tranquilidad regresa a la respiración de la cantante. Se gira hacia ti, con gesto neutro aunque forzado, y ves cómo saca un paquete de tabaco de un bolsillo, prendiéndolo con un encendedor del local. Tras la primera calada, que mantiene en sus pulmones lo que parece una eternidad, exhala el humo con placer. Entonces saca de la funda de la guitarra un trozo de papel, un folio doblado en cuatro partes, y te lo tiende.

- Toma, aquí tienes la letra. Busca el código detenidamente, ya que no pudiste al oírlo la primera vez como debieras.

La bella mujer no se resiste al beso que le ofreces, sino que lo acompaña con pasión. Incluso sientes una de sus finas manos en tu nuca, acariciando tu pelo. Pero, cuando vuestros labios se separan, retorna su timidez. Su mirada desciende a tu pecho, y aprovechas para besar su frente mientras ella se abraza a ti, un extraño gesto para evitar otro beso.

- Siento lo mismo que tú, Lucian. Ansío eso que me ofreces, pero no puedo. No esta noche. Ya te lo he dicho, me han hecho mucho daño, y quiero ir despacio. Si eres la mitad de bueno de lo que te creo, lo comprenderás.

ves que abre su bolso con rapidez, como si temiera no ser capaz de hacerlo lentamente, y saca una libreta de color rosa y un bolígrafo.

- Este es mi número, ¿me prometes que me llamarás?

Al terminar de anotarlo, da un beso fuertemente en el cetro del papel, dejando una enorme marca de carmín con la forma de sus labios, y te tiende el papel, con un brillo de ilusión y temor en sus ojos.

Me alejo un poco de ella cuando golpea la mesa, no vine a pelear. Oigo la regañina, aunque parece que la que necesita mas "entrenamiento" es ella, me contengo de decirlo si se toma tan mal una pequeña crítica no quiero ver como se toma algo así. Le arrebato la letra de la canción de la mano, por que parece dispuesta a destrozarla en cualquier momento.

No cuestione tu capacidad de entonar, solo dije que no reconocí el lugar...digo tratando de apaciguar los animos Parece que me conoces mas de lo que querías reconocer... digo cambiando de tema y observandola evaluando, quien le habría dicho que Peter fue mi Kuasha. aunque sea de oidas, ¿te hablo Peter de mi?

Al tomar el papel entre tus manos, lo abres y ojeas su interior, para asegurarte de que contenga realmente la letra. Efectivamente, ahi está, escrita con bolígrafo verde y con una caligrafía un tanto irregular, como si se hubiera anotado en malas condiciones. Te imaginas a la cantante componiéndola en el interior de una furgoneta, viajando de una ciudad a otra para un concierto de bar.

Pero lo que llama tu atención al leerlo es lo que oculta. Al verlo, te das cuenta de la razón que ella levaba, ya que poco importa al desentrañarlo si conoces o no el lugar. Lo que indica la letra son una serie de indicaciones y pistas para seguir un camino concreto, el camino hasta la Taghairma. No necesitas conocer el lugar, solo seguir las indicaciones, como señales de tráfico en una carretera. Te preguntas hasta qué punto a otros de los tuyos les bastaría con oírlo una sola vez para poder retener un mensaje como éste.

- Peter... habla demasiado, pero no suele decir mucho. Mucho interesante, quiero decir. Te tiene en más consideración de lo que yo tendría nunca a un "gatito de teta", pero así es él. Creo que has sido su primera Adopción*, así que supongo que es normal.

Al ver el papel me doy cuenta de que probablemente se me habria olvidado alguna indicación aun habiendolo entendido bien, es impresionante que alguien pueda memorizar toda esta información tan solo ollendola una vez. Me guardo el papel en un bolsillo de la chaqueta para seguirla paso por paso cuando me dirija a la "reunion".

Gracias... empiezo a decir pero su calificacion como "gatito de teta" me pone de los nervios puede que sea algo novato en muchas cosas, pero Peter fue un gran kuasha te pediría que no lo pusieras en duda... La miro a los ojos tratando de mantenerle la mirada.

Estaba completamente enfadado conmigo mismo por no haberme percatado de tales cosas en su debido momento, no podía dejar de pensar en que alguien me estuviera espiando en ese mismo momento. Por lo que decidí subirme a mi camioneta y salir del lugar a dar una vuelta para pensar y despejarme, quien sabe tal vez otro de estos gatos u otra pista se presente.

*Cojo el papel, y lo guardo en mi cartera, luego me acerco y le doy otro tierno beso, luego le cojo de la barbilla y le levanto la cabeza suavemente mientras le digo...

Por supuesto que te esperare, a sido un milagro encontrarte aqui, en este lugar, y no pienso desaprovecharlo, solo queria dar una vuelta, para conocernos mejor, lo sitio cerrados y con musica fuerte, no me atraen mucho, solo te invitaba a un paseo a la luz de la luna y conocernos, lo que vos quiere, conociendonos poco a poco con alguna charla agradable en un paseo bonito y romantico...

*Le miro a los ojos, y le acaricio la mano, para esperar su respuesta...

Me detengo un momento donde estaba, moviendo un poco mi cola de lado a lado mientras observo al extraño felino que acaba de aparecer no demasiado convencida de sus intenciones. ¿Me ha visto? Si es así de momento no parece que le interese demasiado y sigue su propia marcha así que empiezo a seguirle silenciosamente a una distancia más prudencial para intentar discernir si se dirige al mismo lugar que yo.
Si veo que no es así le dejaré y empezaré a correr hacia mi punto de reunión, lo mismo haré si se muestra violento en algún momento... Al fin y al cabo podría ser un siervo de Wyrm, cosas más extrañas he visto por aquí.

La mujer ha vuelto a darte la espalda, recogiendo lo algodones y el botellín para terminar de eliminar el maquillaje de su rostro. Cuando terminas de hablar, permanece ocupada unos instantes en silencio, un largo y tenso silencio que te incomoda. Finalmente, te mira de reojo, con aire sorprendido.

- ¿Aún sigues aquí? Pensé que querías ir a la Taghairma... y es esta noche, puede que haya empezado ya...

Su indiferencia, y el modo en que te ha ignorado claramente a posta, te desconcierta, pero no alcanzas a responderle. Porque tras sus palabras se gira hacia ti con aire cansado pero con una dulzura que no había mostrado hasta ahora.

- Mira... Poner las cosas en duda es nuestra vida. Que eso te guste o no, no le importa a nadie. Si no ponemos en duda las cosas, nunca descubriríamos lo que otros tratan de ocultar ¿Habrías descubierto tu ascendencia tan fácilmente sin rebuscar en los recuerdos de tu familia? ¿Tendrías ahora esa Baratija que tanto te gusta tocar?

- No me mires con esa cara de sorpresa, se nos valora por lo que sabemos, y ya te dije antes que no cuestionaras mi capacidad. Yo se muchas cosas. Eres tú el que tiene que descubrirlas ahora. Los monos dan por sentadas demasiadas cosas, pero nosotros no nos podemos permitir esos lujos. Por ejemplo ¿Cómo sabes que tus padres son tus verdaderos padres?

Tomas rumbo al centro de la ciudad, seguro de que habrá más señales en las zonas más concurridas. Si bien tiene que haberlas también en zonas rurales para que los más salvajes, los Felinos, puedas verlas, para gente como tú debe haber unas cuantas en zonas llenas de humanos.

La luna llena ilumina la ciudad, por encima de las farolas y los letreros de los locales que aún permanecen abiertos, como los Pubs de la zona por la que circulas. Selene está en pleno apogeo, un momento especial para los tuyos, cuando vuestra diosa se encuentra en su momento de mayor poder y os bendice con su luz.

Detienes el coche con un brusco frenazo. Te ha parecido ver algo, aunque no estás del todo seguro. Das marcha atrás hasta la intersección con una calle más estrecha, y te bajas del vehículo. ¿Un grafitti? A simple vista no parece tener nada de especial, pero si algo te ha llamado la atención... Te acercas, y un simple vistazo con detenimiento desvela un glifo en una de las esquinas: el signo de la Tribu Pumonca. Continúas observando, y otros glifos se van sumando al primero. Balam, Simba, Ceilican... Están todos, los doce. Y mucho más, el grafitti, una unión de colores y formas indefinidas que parecen pretender crear una extraña firma con un rostro a su lado, está plagado de símbolos y señales, además de diversas alegorías y simbologías que deben ser descifradas para comprender el mensaje. Y el mensaje debe ser la localización de la Taghairma.

Tu petición de dar un paseo hace que nuevamente Sydney se debata entre la cautela y su deseo. Vuelve a morderse el labio, un gesto tremendamente sexy que parece haberse convertido ya en un tic para ella, a menos en tu presencia y con lo que pareces hacerla sentir.

- Bueno... supongo... Supongo que podrías acompañarme hasta casa...

Su casa, esa parece una muy buena opc...

- Hasta el portal.

Vuelve a delimitar el terreno. Está claro que quiere andar con cuidado.

Instantes después...

Salís del local por la puerta principal, caminando calle arriba por una de las avenidas principales. La luna está llena y en todo su esplendor, ya que la noche está bastante despejada. Eso hace que te sientas exultante, ya que tu propia diosa te baña con sus poderosos rayos. Sydney camina a tu lado, a una distancia prudencial. Lo bastante lejos como para que no choquéis los hombros pero lo bastante cerca como para que te llegue el olor de su perfume.

Estás pensando en dar el siguiente paso y rodear sus hombros con tu brazo, cuando algo llama tu atención. Un hombre desciende de una camioneta con aspecto de cara, y cruza la calle en dirección a un callejón lateral. Se detiene ahí miso, observando un enorme grafitti de múltiples colores, una enorme firma con una cara al lado. Lo observa con detenimiento, con esmero, con una intensidad que no alcanzas a comprender. La curiosidad te lleva a echar un buen vistazo al grafitti desde la distancia en que te encuentras, momento en que descubres entre sus múltiples formas... el glifo de tu Tribu, los Simba.

Sigues con prudencia al felino desconocido, observando el pelaje de su lomo iluminado por los haces de luz de luna. Te fijas en que su piel mantiene un brillo especial, como si estuviera cubierta de una capa de humedad. Podría ser sudor, pero para que un felino sudase de esa manera hubiera tenido que hacer un esfuerzo extremo...

¿Donde está? Tan solo le has perdido de vista unos segundos, al desaparecer tras un montículo de piedra. Pero al acercarte ya no está, ya no...

- Grrrrrr...

El gruñido es inconfundible para ti, como para cualquiera de los tuyos. Es lenguaje Bastet, un simple gruñido de advertencia, con connotaciones de interrogatorio: ¿Quién eres? ¿Que haces aquí?, o en este caso, ¿Que haces siguiéndome?. Te giras y das un salto hacia atrás, al ver a un enorme ejemplar felino de desproporcionadas espaldas y musculatura extremadamente marcada, a dos patas y sosteniendo con sus cuartos delanteros una lanza con punta de piedra y un escudo alargado de madera con inscripciones y decoración indígena, aparentemente de centro o sudamérica. La lanza está apuntada directamente hacia ti. El desconocido respira entrecortadamente, con gran esfuerzo, y su ojos se abren y cierran constantemente. Además, su cuerpo está cubierto de sudor. Sin embargo, su estado no le resta un ápice a la ferocidad que demuestra en su actitud.

*Miro alrededor, por si veo al hombre que pinto al grafitti, y luego miro a sidney y le digo...

Un momento preciosa, creo que visto algo curioso, solo es minuto, acompañame por favor, no puedo dejar que una dama bonita y tan dulce como vos, fuera sol a casa, solo sera un momento...

*SIgo observando a mi alrededor, y esperando la respuesta de Sidney para que me acompàñe, miro alrededor mirando a mi objetivo... el grafittero.

Admito que me quedo del todo perpleja cuando aprecio que le he perdido de vista tan repentinamente, no le he quitado los ojos de encima... Mi cola deja de moverse y mis orejas se mueven levemente intentando distinguir sonidos extraños, aunque enseguida me deja clara su presencia con ese gruñido así que me doy al vuelta retrocediendo un poco en actitud defensiva mientras le miro inquisitvamente.

Aún así enseguida vuelvo a relajar mis músculos y me siento sobre la tierra, erguida y con la cola envolviendo parcialmente mis patas.
-¿Por qué me amenazas con esa arma, hermano?, ¿acaso no somos ambos hijos de Nala y Gaia? Parece obvio que nuestro objetivo es común, hemos sido convocados...- me muestro de lo más tranquila y pacífica, aguardando a que el desconocido me huela, me identifique lo que crea necesario y se percate de que no soy una amenaza para él. Me resulta extraño que se muestre tan arisco con alguien de su propia tribu...
Probablemente sea debido a su estado, parece agotado o incluso herido, aunque de momento no haré mención a ello pues podría ofenderse o enojarse.

La actitud de la cantante me desconcierta, primero pasa de mi y luego me mete prisa... finalmente parece hablarme de forma más sincera pero lo que me dice realmente me desconcierta.

Pues si que dice cosas Peter... comento sorprendido por la cantidad de datos que tiene de mi vida. claro que son mis verdaderos padres,por que no iban a serlo, ademas todo lo que me esta pasando cuadra con la herencia de brujas... me quedo un segundo pensado, si sabe tanto de mi puede que sepa algo que no sepa yo referente a mis padres... ¿que es lo que sabes de mis padres? la veo interrogante sin saber si solo fue un ejemplo casual o realmente hay algo de cierto detrás de eso.

Tras la extraña visita que tuve cuando llegue a casa de comprar con mi madre, me ha echo pensar, creo que voy a tener que moverme antes de lo que esperaba. Consigo un billete de autobus para ir a Tucson, la verdad es que no esta muy lejos pero aun asi, prefiero ese medio de transporte antes que alquilar un coche o de moverme al aeropuerto. Me despido de mi padre y de mi madre, aviso a mi tio que estare alli por si me necesita para algo aunque hace mucho que alce el vuelo. Enfundada en unos vaqueros algo desgastados, con una gorra para ocultar el rostro como las gafas que llevo, oscuras, un top negro, dejo la maleta en el maletero mientras subo, abrochandome la chaqueta y subiendo mas la mochila al hombro sonriente mientras paso hacia la parte de atras del autobus, donde me siento y cierro los ojos para dormir un poco.

Cuando llego a la ciudad, cojo mi maleta y salgo fuera, buscare algun sitio donde dejar todo, un motel de mala muerte, no se, creo que seria mejor que no y buscara algo mas normal, algo a lo que estoy acostumbrada pero claro tambien puede llamar mucho la atencion. Llamo a un taxi y le digo
181 W Broadway Blvd, todo lo deprisa que pueda, quiero darme un baño cuanto antes posible se que mi aspecto no dice mucho pero me da lo mismo. El taxista es un poco reticente pero al final me lleva. Cuando bajo empujo la maleta a recepcion

Quiero una habitacion, por tiempo indefinido digo mientras me quito las gafas y la gorra, sacando el carnet y la tarjeta de credito

Jack, después de tocar un par de canciones en un club nocturno junto a una banda de negros, todos eximios jasistas, sale de uno de los pocos club nocturnos que funciopnan ese día. Lleva apenas una semana en la ciudad pero su encanto natural le ha servido para conseguir comida, techo y el calor de una compañera para que las noches no sean tan solitarias. No obstante, esa noche a decidido caminar solo para ver que se teje en la ciudad y por si encuentra algún otro bastet.
Cuando paseaba sin rumbo por una de las tantas calles de Tucson, se dio cuenta de de unos anuncios pegados en las paredes y los postes. Se trataba de de fotocopias que anunciaban una fiesta rave para ese fin de semana. Lo realmente interesante de ello era el diseño de los carteles, con marcas que aparentaban una falla de la fotocopiadora pero que eran claras para un hombre gato. Hablaban de una Taghairma, algo que definitivamente le daba mayor emoción a lo que quedaba de noche.

La avenida está prácticamente desierta a estas horas. Tan solo las farolas, y las luces de algunas casas donde sus habitantes se disponen a irse a dormir tras un duro día de trabajo, iluminan el lugar. El cielo nocturno no tiene aquí en el centro de Tucson el mismo brillo estelar que en los campos y zonas salvajes, pero la Luna sigue brillando espléndida cuando está llena, y sus bendiciones acarician a sus hijos con la misma fuerza.

Un hombre desciende de su camioneta y se acerca a un callejón cercano, extrañamente interesado en un grafitti que alguien ha dibujado en una de las paredes. Se acerca a él y se aleja, buscando detalles en su estructura y diseño. Tan ensimismado está que no se fija en la pareja que pasea por la avenida y que si repara en su presencia.

La pareja, un hombre alto y elegante con una larga melena y una mujer vestida extremadamente formal, detienen su caminar. El hombre susurra algo a la mujer, y la convence para acercarse al callejón. Ella accede, pero poco convencida. Los callejones oscuros no son plato de buen gusto, de modo que ella queda un poco más atrás, en la acera.

El gigante felino, al menos en comparación contigo, no tranquiliza su corazón con tus palabras. Un nuevo gruñido es el preludio del primero de sus pasos hacia ti, que es precursor de otros más. Se te acerca lentamente, observándote de arriba a abajo, olisqueándote, apuntándote con su lanza. Y tu te limitas a aguantar el tipo, controlar los nervios y el miedo, y confiar en que la razón está de tu parte.

El desconocido camina a tu alrededor, continuando su inspección a tu espalda y regresando por el lado contrario. Misteriosamente, entre que le pierdes de vista por tu derecha y le vuelves a ver por tu izquierda algo ha cambiado. Sus armas, ya no están. Ni la lanza ni el escudo, tan solo un par de brazaletes en sus muñecas, de los que antes no te habías percatado.

- Aún no has respondido a mi pregunta...

Los gruñidos con los que realizada tal afirmación intimidatoria no llegan a completarse. La mirada del hombre jaguar, pues eso crees que es, se vuelve vacía. El Balam suelta un largo suspiro y cae al suelo levantando una nube de polvo. Te apartas de un salto, y cuando vuelves a acercarte lo que encuentras es un hombre desnudo y cubierto de sudor y polvo, con el pelo largo y facciones exóticas. Respira entrecortadamente, jadea... y está tiritando.