Partida Rol por web

Vuestra llegada a Eberron a través del portal del gremio no dista mucho de las ultimas veces en otros lugares. El mareo, la sensación de haber sido lanzados a través del mundo por la voluntad de un mago. La súbita parada al llegar al destino.

Akvahn, Artus, Cassy y Rubeth sol los que acuden a la llamada del forjado llamado Grimorio. 

Este espera al grupo impaciente y a su lado yace Zhanne, una nativa de Eberron que empieza sus andanzas con el gremio con vosotros y quien aún ha de demostrar su valía para la casa de la vara y la espada. Aunque para ser sinceros, su experiencia superaba a la de los demás.

Grimorio suspiró con alivio, si es que los forjados suspiraban realmente, al ver que el portal funcionaba y que de nuevo la gente acudía a su petición de ayuda. Sin embargo su posado adquirió un posada un tanto mas triste que antes.

-Vaya ... no está Marmaduke? o Assur? Ni Shana o Karaz?- El forjado analizó uno a uno los rostros. -Ni Boltar ... ni Haggard.-

Su voz parecía triste y cansada, muy cansada.

Dudó unos segundos antes de continuar.

-Perdón ... no quería ofenderos. Es solo que ellos son quienes salvaron el gremio y mi vida, esperaba poder verlos de nuevo.-

La chica mira a cada miembro del grupo de la Vara y la espada. Aqui no hace mucho eco sobre sus andanza, pero es poco sabido que su voluntad altruista y benevolente hace ligar grandes lazos con la Llama Plateada. Que habra de extraño en esos lugares de donde viene? Como encontraran la experiencia con las grandes cosas que guarda este mundo?
Saludos viajeros. Mi nombre es Zhanne, servidora de la Llama siempre ardiente Plateada.

El mareo dio paso a las arcadas y finalmente mi estómago no pudo retener el suculento desayuno que había tomado aquella mañana, antes de adentrarme con el portal junto a los demás integrantes del gremio y viajar hasta la misteriosa Eberron.

- Lo siento - digo tratando de recuperar la compostura - Primer viaje a través de un portal, jijiji - suelto una risita nerviosa y solo puedo pensar tierra trágame. - Yo me llamo Rubeth, encantada de conoceros - durante unos instantes miro fascinada a Grimorio. Nunca antes había visto a un forjado, y eso que en los salones del gremio se veían todo tipo de aventureros, y de haberlo visto probablemente lo habría confundido con una armadura hueca.

El genasi se acercó al forjado a través del portal. Sus ojos parecían ascuas entre las cenizas, que por momentos amenazaban en menguar su brillo pero aún mantenían el calor. Bajo la amplia capucha decorada con escrituras arcanas, su piel mostraba algunas líneas candentes que resaltaban de la piel oscura.

-Grimorio... lamento informaros que Maese Marmaduke ha fallecido- hizo una pausa, miró a los ojos a la humana que los esperaba allí, una servidora de la Llama Plateada.
-Mi señora- replicó a su saludo con respeto.
Volvió su atención al forjado, pues sabía que él era la persona que buscaba -Entré en contacto con el ilustrado alquimista por las profesías que estaba estudiando. La verdad esperaba acompañarlo al Gremio de Sharn, donde podría comprobar lo que decía con mis propios ojos. Sin embargo su misteriosa muerte urgió la finalización de mis estudios-
-He leído todos sus escritos al respecto, sobre la invasión de Mabar, así como los detales de los complicados rituales efectuados-
-Soy consciente de que no estoy a la altura de tal erudito, inventor y artífice. Más allá de eso he sido asignado a esta misión como su reemplazo y os prometo que daré lo mejor de mi-
 

la joven se había acercado con timidez al mecanizado emisario, la verdad le tenia algunas preguntas sobre su hermano, el cual según los rumores del gremio, se encontraba en una misión que al parecer estaba costando mas tiempo del esperado.

escucho la historia y de alguna manera le pareció justo partir en ayuda de esta causa, sabia que su hermano se había embarcado sin pensarlo dos veces y ella no escaparía de la oportunidad de compartirle que también había sido de ayuda al gremio de eberron,cuando el grimorio llamo a los anteriores aventureros esperaba que uno de los presentes levantase su mano para presentarse, de verdad tenia muchas preguntas sobre que tipo de hombre es, pero en esta ocasión quizá el grimorio le diese un poco información.

la hora del portal le puso un poco nerviosa, habia escuchado que habia una posibilidad de no salir completa al otro lado, por lo que le hizo una pequeña oracion a avandra antes de ingresa, señora que todo lo ve y lo permite, llevame con bien a la aventura y permiteme regresar para el honor de mi casa y mi gremio acto seguido, se encontro con los otros, completa, con todo en su lugar y emocionada daba inicio a su primera aventura.

mi hermano es haggard y se de miembros del gremio que esta en tierras lejanas, pero tomare su lugar para no deshonrar su gesta, mi nombre es Cassy insulus, y mi arco esta a su servicio para ayudar el gremio de eberron una vez mas. dice con un cierto tono de orgullo y una sonrisa llena de esperanza.

Aquella sensación le era tan familiar... y a la vez distinta. Energía arcana, un destello de luz para las retinas, el fugaz momento de oscuridad en que el estómago sentía la sacudida del vacío entre planos... y la llegada a su destino. Aquello era como su salto en las sombras, pero la forma en la que el ritual de Kennegan sacaba de la realidad a las personas resultaba más "desgarrador", nada que ver al confortable abrazo del páramo Sombrío.

Sus pies tocaron suelo firme, con ayuda de su bastón. La salud del mago era precaria y ese tipo de actividades no le favorecían. Desde su sitio estudió la sala, en silencio, el único sonido que emitía era el de su capucha al moverse. Saludó con una inclinación de cabeza al forjado por cortesía, pero su rostro reflejaba cansancio y de fastidio, esto ultimo por el comentario del decepcionado Grimorio.

Ante el comentario de Artus el forjado hundió sus hombros.

-Oh ... esperaba haberme equivocado.-

Luego observa las palabras de la mujer llamada Cassy pero no responde nada. Durante nos largo rato el forjado parece volverse inerte, pensativo, hasta que finalmente empieza a andar.

-Seguidme- Dice en tono bajo mientras atraviesa la puerta y abandona la sala de teletransporte.

Una tras otra el forjado va atravesando salas hasta que llegáis lo que debería ser el antigua despacho del señor del gremio que ahora está en desuso y abandonado. Si bien Grimorio se ha encargado de que esté en condiciones pulcras.

-Os quiero enseñar el secreto del gremio ...- Comenta con voz abstraída mientras se dedica a buscar en las estanterías del despacho. -El gran motivo por el cual el gremio siempre ha sabido que hacer en Eberron y por el que muchos enemigos han buscado su perdición.-

Finalmente, después de manosear varios libros la biblioteca se abre y deja paso a un túnel secreto hacia la oscuridad.

-Si os interesa claro ... tampoco es que sea importante para la misión que os aguarda, pero pensé que os gustaría saber que os guía.-

El shadar-kai miró hacia el túnel, con aquellos oscuros e inquietantes ojos, hundidos en sus cuencas por la delgadez. Lo que le había empujado aquel remoto plano de existencia era su sed de conocimiento y poder, un pasadizo oscuro no suponía nada, de hecho lo deseaba.

-El saber no ocupa lugar... y siento curiosidad por la historia del Gremio y la razón de su prosperidad. -Fueron sus primeras palabras desde su llegada, aceptando la oferta de Grimorio a conocimiento que no encontraría en los libros.

-Bien dicho, mago- escupió el artífice mientras seguía los pasos del forjado por el viejo gremio.

-Toda la información que puedas compartir, maestro Grimorio, será bien recibida y utilizada para llecar adelante la profesía- habló con seguridad al tiempo que observaba los polvorientos cuartos.

-Es necesario restaurar estos salones, devolverles la grandeza perdida- elevó la mano en un puño, como si lo que mencionaba le diese fuerza -El ilustre gnomo tenía varias ideas al respecto... vaya...-
Su frase se cortó en seco, era la segunda vez que mencionaba al viejo artífice y la expresión de Grimorio volvía hacia la tristeza. A veces se dejaba llevar y no pensaba en los demás. Prefirió mantener la boca callada un momento.

Grimorio asiente con un leve movimiento y entra en la oscuridad, aunque justo antes de desaparecer una luz mágica empieza a revolotear encima suyo haciendo que las sombras dancen a su alrededor.

El forjado os lleva por varios túneles escavados en la roca viva que descienden en espiral hasta que vuestras rodillas se cansan y el aire empieza a ser caliente y sofocante. 

Finalmente los túneles se abren en pequeñas cavernas de aspectos fúnebres con sus estalactitas y estalagmitas colgando por todas partes y haciendo un sinfín de formas extrañas que provocan todo tipos de sombras grotescas ante el paso de la luz mágica.

La ultima sala parece ser el origen de todo el calor. Entre las sombras podeis ver todo tipo de agujeros y túneles por descubrir y os preguntáis hasta donde llegan todos esos caminos, pero el suelo de la habitación es lo que mas os llama su atención con su tono rojizo brillante.

Pequeñas lagunas de lava burbujean y calientan el aire haciendo que un calor canicular os inunde de forma agobiante.

Grimorio no parece titubear y camina por el medio de un pequeño y frágil puente que sobrepasa el suelo incandescente y llega hacia una pared que brilla con luz propia. Cuando se detiene podeis observar mejor el punto de atención del forjado.

En la pared hay una serie de dibujos fractales y móviles que ofrecen una profundidad de colores que nunca habíais podido ver antes. Varios dibujos se sobreponen, se mueven y danzan y por escasos momentos parece que podeis llegar a discernir pequeñas historias, sucesos y actos que se disuelven tan rápido como podeis centraros en ellos.

Las marcas arcanas son hipnóticas y adictivas, nuevas lineas se trazan allá donde miréis y pronto os encontráis envueltos en trazos mágicos que surcan el aire y os envuelven, pronto sois capaces de mirar a vuestro alrededor y ver los cielos oscuros y nublados que sobrevuelan el continente de Xen'Drik.

Podéis ver a los gigantes luchando contra aberraciones y los elfos rebelándose, podeis ver como los primeros juntan una magia que jamas han esgrimido causando horribles cataclismos, pero tan pronto como os fijáis en los detalles, las brumas arcanas de mueven de nuevo. Veis caras, rostros, veis enormes criaturas draconicas observándoos desde lo que parece el otro lado de un espejo.

Poco a poco os vais elevando, ya no notáis el calor, el ambiente o ni siquiera el suelo ... estáis perdidos en una maraña de hilos arcanos, historias, sucesos y magia con la que nunca habíais podido soñar ....

... y de repente ...

La voz de Grimorio se sobrepone a todo.

-... ¿me estáis escuchando?- El forjado parece estar intentando llamar vuestra atención sin mucho éxito.

Os encontráis de nuevo en la cueva, el calor y el aire os oprime de nuevo y las marcas arcanas vuelven a estar confinadas en la pared. Vivas. Esperando.

El mago se llevo la mano a la cabeza algo confundido ¿Que había sido todo aquello? Le recordaba al relato de un grupo de héroes que iniciaron una a ventura en ruinas drow, fue en aquel viaje que encontraron unos frescos que se movían y relataban historias. Grimorio parecía estar acostumbrado a la influencia arcana o quizás no era consciente de lo que tenía delante.

-Es la primera vez que veo algo como esto, aunque había escuchado historias similares... ¿A caso fui el único que lo sintió? -No estaba seguro de que la experiencia que acababa de vivir la sintieran a su vez sus acompañantes, pero confiaba en que Grimorio no fuera ignorante de las habilidades del muro.

-Eso es una parte de la profecía draconica. Aparece escrita a lo ancho y largo de este mundo, oculto a la mayoría de las vistas y buscado por muchos sabios para desentrañar historias tanto del pasado como del futuro.-

El forjado dejó una pequeña pausa.

-Digamos que ... hay todo un continente lleno de dragones dedicado a su estudio.-

El artífice se sintió a gusto con el calor de aquellas cavernas. Le recordaba algunas cosas de su infancia, el juego con parientes y amigos interrumpido por el grupo de matriarcas sabias. Esas mujeres que siempre hablaban de la profesía, y del día que iba a llegar... y de todo lo que tendría que aprender.

Y esto, aquella parte de la profesía entretejida en la pared, el gnomo había estudiado sobre eso, estaba garabateado en algunos de los cuadernos y los libros que había estado leyendo u hojeando. Por mucho que hubiese intentado aprender e imaginarse todo aquello, el sentirlo no dejaba de ser nuevo y revelador. El sentimiento de nostalgia del forjado estaba pudiendo con él... tantos años buscando verdades en el caos de la magia arcana, y aún es como si esas verdades fueran polvo en el viento.

Se llevó la mano al rostro cuando Grimorio los sacó del trance, haciendo un esfuerzo por evitar que corrieran lágrimas en su rostro ceniciento y candente.

-Es... un verdadero honor poder presenciar todo esto, maese Grimorio- las palabras se le trabaron.

La cabeza me daba vueltas. Primero por el calor sofocante y después por las imágenes que se suceden rápidamente. No llegaba a entender del todo lo que sucedía aquí o cómo sucedía... pero estaba segura de que cualquiera mataría por apoderarse de semejante fuente de información.

la chica ojea con curiosidad, la verdad le impresionaba bastante aquel sitio, comenzaba a entender por que la grandeza del gremio y lo apremiante de sus heroicos servicios al grimorio, en sus años pasados había tenido la oportunidad de explorar algunas cuevas pero nada como este lugar, no tenia mucha idea de los conocimientos arcanos o profecías pero esto parecía muy serio, las batallas y los cataclismos hicieron que si corazón se encogiera y sintió miedo, gestándose una idea en su cabeza que se convertiría en pregunta.

es un honor que nos enseñes esto, pero ¿acaso lo que vimos fue el pasado o el futuro por venir? concluye con tono enigmático.

Habia visto grandes maravillas en su mundo, pero la magia siempre la sorprendia. Mientras observaba las imagenes, sentia el calor, se agarro de forma instintiva a su simbolo, como si la pudiera protegerla de cualquier mal que le pudiera acaecer.
Cuando termino la ilusion, intento mantener la compostura y escuchar lo que Grimorio responderia a las preguntas de los recien llegados.

Akvahn agradeció la explicación del forjado con un asentimiento de cabeza. A pesar de no conocerlo lo consideraba un colega en el campo de la magia, por desgracia sus buenos modales y respeto se limitaba solo a los arcanistas.

-Eberron parece un lugar fascinante... Con gusto dedicaría una década de mi vida a estudiar este muro. Lastima que nuestro trabajo sea otro...