Partida Rol por web

- Sí. Takume Echizen padre. Lamentablemente ha muerto. Masaki-san falló en la misión que le encomendaron. Estamos en el palacio de los principales mandamases de la división cero. Takume Echizen era el que mandaba y mantenía la igualdad entre todos. Es una lástima. Era un buen hombre, pero su vínculo con su hijo era demasiado fuerte. Muerto el hijo, muerto el padre.

Vais subiendo más escaleras. Ahora todo va encajando.

- Pensé que eran amigos del señor.

-Me temo que...soy la responsable de la muerte de Echizen, hijo. Y por tanto del padre, parece ser. Masaki no tiene culpa de nada.

Suspiro.

Sí señor. La he liado parda pero bien...

Continúo andando.

Continúa subiendo como si esa información fuese irrelevante para él.

- Supongo que eso tendrá que hablarlo con los demás que tengan poder en todas estas paredes. Estamos cerca de llegar, Masaki llegó la primera, como si ya supiese lo que pasaba, así que podrán hablar tranquilamente con ellos.

Llegáis a un pasillo y lo recorréis hasta el final, llegando a una puerta doble y de altísima longitud.

- Ya llegamos. Pueden pasar.

Ya que nos ha dado permiso para entrar, lo hago, observando a quién haya en el interior.

Aunque no hablo, de momento, este es un momento para Ichigo y su madre.

No pierdo detalle de nada, eso si.

En la sala hay más personas de las que habías contado sintiendo el reiatsu, por lo que ahora deduces que son muy poderosas. Y por sus atuendos, con el haorí blanco, te percatas de que son capitanes de la división cero.

No os saludan aunque sí os miran. Están alrededor de una cama donde yace un hombre muy anciano.

Y un poco alejada de ellos, apoyada en la pared está...

Ichigo:- Oka-san...

Ahora sí que sois el centro de atención ya que el reencuentro les ha pillado por sorpresa. Masaki se separa de la pared y no para de mirar a Ichigo, con claros indicios de no saber cómo explicarse y, por tanto, de no estar segura de cómo le recibirá su hijo. Sonríe, porque no puede encontrarse más feliz.

Masaki:- Has crecido, Ichigo.

Ichigo salva la distancia hasta ella y por fin se produce el reencuentro. Se abrazan fuertemente, lloran y sonríen.

Es curioso. Una escena tan feliz dentro de otra tan triste.

Finalmente se separan y Masaki te mira. Observa tu haorí sobretodo.

Masaki:- Taicho. Gracias por cuidar de mi hijo.

-No hay de qué, él cuidó de la mía. -observo a Masaki unos instantes antes de girarme. Miro al anciano de la cama, y suspiro.

-Lamento esto. Pero no vi otra salida. Ciertamente no sabía de la conexión entre padre e hijo pero...no habría actuado distinto.

No tengo mucho más que decir.

La mujer es la que habla.

- Deliberaremos sobre ello más adelante. Ahora ya no queda más remedio que despedirnos de él. Masaki, puedes marcharte de la habitación con ellos. Tenemos que tratar asuntos importantes.

Masaki asiente, ahora claramente preocupada.

Os lleva afuera y os dirige hasta una terraza amplia.

Masaki:- Esto es problemático... Quiero que, si me condenan, no luchéis. ¿Me escuchasteis? Os largaréis sin quejaros.

Ichigo:- ¿Pero...?

Masaki:- Sin quejaros, Ichigo.

Ichigo:- ¡No pienso...!

Masaki:- ¡Os matarán también! Debes cuidar de tus hermanas, Ichigo. Y ocasionarías que ella- te mira- también terminase involucrada. Llévatelo antes de que haga una locura si la decisión es condenarme.

-Dudo poder con todos ellos. Y tampoco es que quiera hacerlo...Así pues, tranquila.

Le prometí a Rukia que lo mantendría a salvo. Y a Soyu que volvería. Así que...es la única manera.

Asiento a Masaki.

-Ichigo no puede conmigo, tranquila. Si tengo que obligarlo no será un problema. De todas maneras es lo bastante inteligente como para pensar en sus hermanas, en Inoue...

Sonríe con dulzura.

- Arigato né, taicho-san.

Ichigo no protesta más, pero está decidido a no irse sin ella.

- Así que... Inoue ¿eh? Pensé que vosotros estábais juntos.

Ichigo chasquea la lengua.

Ichigo:- Si hombre. Con esta pervertida.

-Es demasiado débil para mi gusto. Aunque lo intentó ¿Sabe? Quiso besarme pero no le dejé. Y eso que en aquel momento yo no era capitana...creo que Karin es más fuerte que él.

-¿Cuánto tardarán en tomar una decisión?

Me cruzo de brazos.

- No son de pensar mucho las cosas. De hecho, era Echizen-sama el que les mantenía más de 10 minutos reunidos porque ninguno parece creer que haga falta pensar mucho nada. Cuanto más rápida sea la respuesta, más verdad interior tiene. Así que pronto saldréis de aquí.

Ichigo:- Saldremos.

-No te recordaba tan cabezón, hijo.

Ichigo:- Hijos necesitan a los padres, igual que los nietos a sus abuelos.

Masaki alza una ceja.

-¿Inoue está embarazada? No lo sabía. Enhorabuena. Pero eso no cambia las cosas aquí, Ichigo. Por mucho que pretendas enfrentarte a ellos, tú no puedes hacerlo.

Le entiendo...yo querría salvar a mi madre. Querría que Soyu tuviera abuela si estuviera en una situación así...pero no voy a arriesgarme tanto por él. Si estuviera segura de vencer...sería otra historia.

- Menuda sorpresa traes contigo...

Sonríe más ampliamente. Masaki es tal y como Ichigo la describió. Alguien amable, dulce y sonriente. Demasiado extraño que se haya visto involucrada en todo esto...¿no? ¿O será a causa de Issin?

El mayordomo llega hasta vosotros nuevamente.

Mayordomo:- Los taichos-sama me envían a buscarle, Masaki-san.

Masaki os mira y coge la mano de su hijo.

Masaki:- Recuerda lo que te he dicho.- te mira a ti.- Confío en ti, taicho de la novena.

Comenzáis a seguir nuevamente al mayordomo que esta vez no habla. ¿Qué ocurrirá? ¿Qué han decidido?

En esta ocasión no os lleva hasta la habitación de Echizen-sama, sino a una sala de reuniones donde los cinco taichos ya están sentados. El asiento principal y más pomposo está vacío.

Mujer taicho:- Ya está decidido Masaki-san.

Silencio. Notas que Ichigo agarra con más fuerza su zampakûto; movimiento que no pasa desapercibido para nadie.

Mujer taicho:- Has servido bien, y tarde o temprano esto tendría que pasar. Eres libre... de momento.

Masaki suspira.

Los cinco unen las puntas de sus zampakûtos y de ahí aparece una cadena que conecta el tronco de la madre de Ichigo con ellos.

La mujer taicho te mira.

Avanzo un paso y cojo la cadena con mi guante, como cogí las demás. Cuando se calienta lo bastante, la destrozo de un tirón.

¿Qué ocurrirá ahora?

No bajo la mirada ante los ojos de esa mujer.

Te mira sin variar su expresión seria y sin pestañear aun cuando la cadena ya se ha roto. Uno de ellos sonríe, otro suelta un pequeño bufido de sorpresa y emoción. La otra mujer alza el mentón y te mira con curiosidad.

Son fuertes. Muchísimo. Tanto que no sientes su reiatsu.

- Podéis marcharos.

El ambiente no es ni mucho menos de alegría. Hay tensión desde el momento en que has decidido no apartar tu mirada de la mujer.

Masaki:- Vamos... taicho. El camino aún es largo.

¿Por qué tanta prisa?

Sería interesante combatir con ellos.

Dejo que asome una leve sonrisa a la comisura de mis labios mientras me giro para seguir a Masaki. Alzo la mano, ya de espaldas, a modo de despedida.

-Encantada de conoceros, división cero.

Sigo a Masaki.

En medio del silencio y mientras las puertas se cierran tras vuestro paso escuchas la risa estruendosa de aquel grandullón que sonreía ante tu mirada.

Masaki parece tener mucha prisa y no es para menos. ¿Cuánto tiempo ha estado obligada a llevar esa misión haciendo creer a su familia que había dejado de existir?

- Las puertas hacia el mundo humano se abrirán en poco tiempo. Si es que no cambian de opinión...

Bajáis a toda prisa las escaleras. Ya habrá tiempo de relajarse cuando salgáis de ahí. Aunque siempre podrían ir a buscaros a donde fuese.

Salís afuera y las puertas del Senkaimon se abren.

- Vamos. No perdamos más tiempo. ¿O tenéis algo más que hacer o que queráis hacer?

Sobretodo te mira a ti.

-Pues...ahora que lo dices...dame un instante.

Les doy la espalda y miro hacia el edificio. Me concentro, concentro mi reiatsu, tomo aire y lo libero realizando el rugido que lancé contra Yoruichi.

Todo resuena con mi voz gutural, probablemente aterrorizando a todo el mundo menos a esos cuatro. Solo cuando se va apagando, que ya no es tan alto el tono, añado.

-Cuando hayáis solucionado el lío, si os aburrís, bajad y combatid conmigo. Me gusta combatir con gente poderosa. No se me da bien contenerme y si el rival es débil...me aburro.

Me giro y sigo andando hacia la puerta.

-Ya podemos irnos, Masaki, Ichigo.

Justo cuando estás terminando la última frase para Ichigo y su madre, ambos ya te han cogido cada uno de un brazo y te han lanzado al interior y corren tirando de ti que vuelas debido a la velocidad que ellos llevan.

Ichigo:- ¡Baka pervertida!

Masaki:- No gastes energías a lo tonto Ichigo. ¡Corre!

Y te llevan todo el camino así, a una velocidad de vértigo y tu volando como una cometa.

Pronto llegaréis al mundo humano y la misión estará finalizada.

-Oe...con lo genial que había quedado y vais y tiráis así de mi....ni tenéis sentido del estilo >.<

Me dejo arrastrar.

-Además les tenéis demasiado miedo creo yo. No parecen mala gente. Bueno, quizá la delgada.