Partida Rol por web

Seis días para morir

Día 2

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09/02/2010, 01:32
Director

Miercoles 23 de Diciembre.

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09/02/2010, 01:32
Director

Amanda se bajó del autobús hundiendo el pie descalzo en un charco con un resignado suspiro. Caminó cojeando hasta  el portal con la ropa embarrada, un zapato en la mano y una sonrisa triste en la cara. Al menos la lluvia había parado.

El día había sido un completo desastre desde el mismo momento en que somnolienta se despidió de Sofía y Elena para dirigirse a la entrevista de trabajo. Tan pronto como pisó la calle comenzó una tormenta que rivalizaría con el diluvio universal. Había decidido dejar a Elena el coche para que acercara a Sofía al colegio y pudiera recogerla  al volver, así que decidida corrió hacia la parada del autobús apretando el paraguas con fuerza para que el fuerte viento no se lo arrancara de las manos. No lo consiguió. Antes de que se diera cuenta su paraguas con las varillas dobladas rodaba por el suelo mientras la lluvia empapaba sus cabellos.

Se presentó en la entrevista despeinada por el viento, empapado por la lluvia, pálida y ojerosa por la mala noche, con el maquillaje corrido y los zapatos calados rechinando a cada paso. La cara de desagrado de los entrevistadores cuando entró se le quedó grabada. Deprimida salió de allí con el convencimiento de que el puesto sería para cualquier otra. Corrió bajo la lluvia para tratar de alcanzar el autobús que se le escapaba y solo consiguió que se le rompiera un tacón y caer de bruces sobre un charco. Desde el suelo, aterida de frío vio alejarse el autobús así que no le quedó más remedio que esperar el siguiente cobijada en la marquesina, temblando y con la gente manteniendo las distancias con la que parecía una vagabunda sucia y desaliñada. Asco de día.

Cuando se disponía a entrar en el portal se encontró con el rostro sorprendido del hombre que había visto la noche anterior con la mujer borracha quien miraba perplejo su aspecto apoyado en el mostrador de Ernesto. Del conserje no había ni rastro.

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09/02/2010, 01:37
Héctor

- Un día duro ¿verdad?- Pregunta con una mirada triste al tiempo que te ofrece su brazo para que te apoyes. - Soy Héctor. Lamento la escena de anoche.

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09/02/2010, 01:35
Amanda

"¡Mierda de día!" pensaba, mientras me decidí a subir las escaleras al octavo piso, en vez de esperar el ascensor. "Hay días en los que creo que si me pegase un tiro y acabase con mi existencia sería mejor. Total, para lo que se ve que sirvo...".

Hacía tiempo que no me sentía tan ridícula, tan mediocre, tan insignificante, tan... Basura. Inferior en todo y a todos. Ponzoña, escoria, un completo desastre que no tenía lugar en el mundo.

"Estoy tan harta de todo... Creo que no me merezco lo que me pasa... No sé... no es justo... No lo es... Soy buena persona. ¿Por qué el destino parece cebarse a mi costa?".

De pronto, siento cómo alguien habla a mi espalda, cuando llevo unos pocos peldaños ascendidos. Le miro, cuando me ofrece su brazo, y los ojos se me llenan de lágrimas.

-¿Día malo? ¿Y en mi vida cuál no lo es?

Me vuelvo a girar, y sigo subiendo pesadamente las escaleras, conteniendo las lágrimas. Me apetecía arrojar los zapatos contra la pared, y golpear la barandilla de metal hasta reducirla a polvo, pero me contuve. Ya había hecho bastante el ridículo aquella mañana como para permitir que ésta acabase conmigo en comisaría por destrozar la escalera, alertados los pitufos por algún vecino que creyese que yo era una perturbada mental...

Llegué al octavo piso, después de subir escalones y más escalones... Parecía interminable. Pero allí estaba, la puerta que conducía al antro que después de 30 años de vida era lo máximo que podía proporcionarle a mi niña, que era lo único bueno que me había sucedido en mi vida, y para quien su madre no podía darle más que un miserable hogar, tan distinto del piso en que vivíamos antes, un palacio proporcionado por aquella mala bestia que sí podía permitirse darle a mi niña lo que yo, que sí que la quiero de verdad, jamás podré darle...

Llego ante mi puerta, con la intención de entrar, quitarme toda la mugrienta ropa, y meterme en la cama a sollozar a placer. Cuando cojo mi bolso de mano, asquerosamente impregnado de barro, y extraigo la llave, ésta se me cae al suelo, yendo a parar ante la puerta del ascensor.

Me agacho a recogerla, y calculo mal, dándome un cabezazo contra la puerta del ascensor justo cuando estoy agarrando la llave con mi sucia mano derecha. Del impacto, se me nubla un poco la vista y caigo hacia atrás, hasta quedar apoyada contra la pared en el suelo del rellano, a medio metro de mi puerta.

Bien. Ahora sí que me sentía aún más ridícula. Intenté ponerme en pie, pero imaginándome allí tirada, llena de porquería hasta en las pestañas, exageradamente ridícula y miserable, no fui capaz a hacerlo. Las fuerzas me abandonaron, y me quedé allí tirada, en el suelo, cuando las lágrimas acudieron a mis ojos. Al momento, me había abandonado llorando, cabeza apoyada sobre las rodillas, sin importarme nada. Sólo quería descargar mi frustración, mi ira... Mi sentimiento de ser un ser tan profundamente ridículo...

 

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09/02/2010, 08:01
Elena

 

Mi despertador suena, y fruto de mucho tiempo de costumbre lo silencio con un simple manotazo. Miro a Amanda y a Sofía que aún duermen, y decido que puedo hacer algo útil.

Me levanto silenciosa y antes de vestirme preparo el café.

Vuelvo a la habitación, tomando mi ropa para ir al cuarto de baño. Me ducho deprisa, y cuando salgo con el pelo aún humedo, y ya embutida en mis vaqueros y un jersey, despierto a Sofi con un beso.

- Vamos brujita. Hay que ir despertando para irse al cole.

Luego me dirijo a Amanda, despertándola de la misma manera:

- Es de día, hermanita. El café ya está.

Mientras se desperezan vuelvo a la cocina a preparar un tazón de Cola Cao para Sofia. Bueno, al menos no volvió a tener pesadillas.

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09/02/2010, 22:49
Director

 

El amanecer llega con un oscuro cielo encapotado presagiando una mañana tormentosa. Tras tomar el café Amanda besa a su hermana y su hija y paraguas en mano, sale camino de su entrevista, dejando el coche a Elena y Sofía.

 

 

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09/02/2010, 23:20
Director

Después de dejar a la niña en el colegio para su última clase antes de las vacaciones de navidad, Elena se encaminó al instituto donde trabajaba y pasó su mañana entre tediosos papeleos y tutorías.

Horas más tarde, acabadas las clases y con el cielo ya más despejado regresaron juntas a casa.  Mientras aparcaban vieron a Ernesto salir corriendo de un callejón cercano envolviendo algo con su vieja chaqueta de pana. Se detuvo junto al portal cuando las descubrió y al momento empezó a hacerles señas para que se acercaran.

Algo se movía dentro de su chaqueta, finalmente la cabecita de un cachorrito apareció y comenzó a lamerle la cara tras olisquearle curioso.

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09/02/2010, 23:21
Crispy

- Wuff wufff! Ggggruau!!! Woff!

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09/02/2010, 23:26
Elena

- Sofi, mira qué cosita más linda... ¿Dónde lo encontró, Ernesto?

No lo puedo evitar, siempre me han gustado los animales, y siempre he pensado que los niños deberian tener uno.

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10/02/2010, 00:12
Sofía

Suelto las manos de las correas de mi mochila, que por costumbre siempre llevo agarrada además de a la espalda para acercarme a Ernesto, al principio con algo de cuidado, y luego entusiasmada con el cachorrito que asoma de su chaqueta.

- ¡¡¡¡Qué cosa tan superbonita!!!! - Exclamo al tiempo que comienzo a acariciar su suave cabecita con cuidado - ¿Es suyo señor Ernesto? ¿Me dejará cuidarlo algún día?

Mi cara denota la envidia que siento en estos momentos.

¡Un perrito! Es algo que siempre he querido. O eso o un gatito. O un conejito. Pero ¡es tan suave!

Al tiempo que le acaricio, intento imitar el sonido de un perro pequeñito para ver si el cachorrillo me hace caso.

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12/02/2010, 01:01
Ernesto

- Alguien dejó abandonada a esta ricura en el callejón hace dos noches. Lo escuché llorar y se me partió el corazón cuando lo vi temblando entre bolsas de basura.- Dice al tiempo que acaricia la cabecita del cachorrito con ternura. El cachorrito responde lamiendo alegremente sus dedos y los de Sofía. – Lo bañé y le di de comer pero no pude llevármelo a casa porque mi hija es alérgica, así que lo dejé en el callejón y le he estado llevando comida un par de veces al día pero con este temporal no podía dejarlo allí.

Había pensado poner un cartel para ver si algún vecino lo adoptaba ¿Estarían interesadas?

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12/02/2010, 01:14
Héctor

Sientes como una mano grande te acaricia el brazo con ternura al tiempo que otra te ofrece un Kleenex. Solo entonces alzas la mirada para darte cuenta de que la puerta del ascensor se ha abierto y Héctor está agachado frente a ti.

-Por favor, no llore. Por duro que haya sido el día todavía tiene a su preciosa niña y no querrá que la vea con los ojos hinchados de haber llorado.

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12/02/2010, 15:12
Amanda

Cojo el cleenex y me pongo roja como un tomate.

-Bueno, el maquillaje obra milagros, ya haré algo para que no lo noten.

Me pongo en pie, tras sonarme, y asiento con la cabeza.

-Gracias por su comprensión. Hay días que es mejor no levantarse de la cama, y de todos ellos, éste ha sido el peor.

Me depido, ya sin llorar más, pero con los ojos hinchados por el berrinche, abro la puerta de mi casa, y cierro delicadamente.

 

Notas de juego

¿Hay alguien en casa?

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12/02/2010, 15:34
Elena

No tengo ni idea de lo que opinará Amanda al respecto, aunque siempre le gustaron los animales. Quizás tenerlo en casa no le guste por el trabajo que dan...

Pero miro al animalito, acariciándolo, y luego la expresión ilusionada de Sofi:

- ¿Tú que dices Sofi? ¿Lo convertimos en el nuevo miembro de nuestra manada?

No deja de ser una pregunta trampa, algo para argumentar ante su madre si se mosquea, porque ya tengo claro que el perrito sube con nosotras. Sonrio ampliamente a la niña.

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13/02/2010, 17:09
Sofía

Durante unos segundos había pasado por mi mente la idea de tener un perrito en casa, pero al instante, una  vocecita me había dicho que mi tía y mi madre no aceptarían a Crispy en casa. Sin embargo, las palabras de mi tía habían conseguido animarme hasta un punto insospechado.


- ¿De verdad podemos quedárnoslo? ¡Sería genial tía Ele! - Comento separando durante un segundo mis manos del perrito para abrazar fuerte a mi tía. Inmediatamente después me acerco de nuevo al perrito y al señor Ernesto y le pregunto mientras tiro ya suavemente del perrito hacia mi cuerpo con una sonrisa encantadora:

 

- ¿Me deja cogerlo? ¡Hola Crispy!

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13/02/2010, 22:31
Elena

Sonrio a Ernesto, encantada:

- Bueno, parece que el perrito tiene casa, dueña y nombre ya. Ah, Ernesto, casi se me olvida: mi hermana se ha dado cuenta de que uno de los grifos gotea. ¿Sabe usted arreglar este tipo de cosas? Sino tal vez podría facilitarme el teléfono de algún fontanero... el que suelan llamar en el edificio...

Le miro con el aire de mujer necesitada de un hombre que entienda de estas cosas. Normalmente en el instituto siempre funciona.

 

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14/02/2010, 03:11
Ernesto

- ¿Crispy?- Pregunta Ernesto con una sonrisa. Acaricia afectuosamente la cabeza de Sofía y deposita al cachorrito en sus brazos con mucho cuidado. - Parece que ya tienes una familia, pequeño. Y te van a querer mucho.

Mientras Crispy cubre alegre de lametones la cara de la niña, el conserje se queda pensativo. - ¿Un grifo que gotea? mmm...se habrá desgastado la zapata y no vendría mal sustituir tambien la junta...seguro que su vecino Héctor tiene las dos cosas. Es un manitas. Le pediré una llave inglesa y estará arreglado en un periquete. Y saldrá mas barato que un fontanero. - Añade guiñando un ojo.

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14/02/2010, 11:55
Elena

Sonrio a Ernesto muy agradecida:

- No sabes cuánto se lo agradezco. Venga, suba, le mostraré el grifo, y quizás podamos conocer a Héctor. No estaría mal empezar a relacionarnos con los vecinos, al menos con los amables.

Venga, Sofi, subiendo para casa para empezar los deberes.

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14/02/2010, 12:57
Sofía

Jo, ¿ya? ¡Pero si acabo de llegar! - Dice mientras remolonea un poco acariciando aún al perrito.- ¿Me dejarás tener a Crispy cerca mientras hago lo de mates? Seguro que se porta bien, tía Ele.

Unos instantes después y aún con Crispy en brazos, me dirijo a las escaleras y subo por ellas en lugar de en el ascensor. Mientras voy subiendo, se puede oir como hablo con Crispy:
 

- Tranquilo, Crispy. Ya verás como en casa estarás muy a gusto. No es muy bonita... pero no está mal del todo. Además, podrás comer rico todos los días, y mimos no te faltarán jamás. Solamente espero que a mami le gustes la mitad de lo que me gustas a mí.- Digo con una ligera preocupación en la voz, pero decidida a luchar por el perrito todo lo que pueda.

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14/02/2010, 16:05
Elena

- Trato hecho, brujilla. Crispy estará a tu lado, mientras te enfrentas al monstruo de las mates.

Suspiro mientras sube, preguntándome qué tal le habrá ido el dia  a Amanda. Es su primer dia de vida normal desde aquel momento en que decidió vestirse de blanco... Me vuelvo con una sonrisa a Ernesto.

- ¿Subimos? No hay ningún problema porque la niña vaya por las escaleras, ¿verdad? le digo algo preocupada, recordando a la mujer del dia anterior y lo que el hombre me conto.