Partida Rol por web

Cita:

Maggie pasa a la frecuencia táctica y responde.

Afirmativo. Tercera ventana por la derecha, cuarto piso, pero se ha vuelto a esconder. ¿Probamos a ver si la calibre .50 atraviesa la pared?

Kendrik sonríe, con una mueca sádica, ignorando por completo a los refuerzos. Ese hijo de puta es su presa, debe cobrarla él. Escucha bien a Maggie, mientras mueve lentamente la calibre .50, de acuerdo con la situación del tirador enemigo.

-Dalo por sentado.- Dice, antes de abrir fuego otra vez, ametrallando la ventana, describiendo un círculo de agujeros alrededor de esta.  

Sintoniza la frecuencia en su radio táctica mientras se levanta - Como ya he dicho Ty, me va el rollo hetero... - le susurra solo a él tras el comentario referente a Maggie - Bueno, vamos a cargarnos a ese hijo de puta... - gruñe bajo el sonido del fuego de ametralladora de Kendrik - Si es que Johnny nos ha dejado algo. - termina con una sonrisa agazapandose en un lateral del humvee.

La calibre 50 comenzó a vomitar proyectiles, que comenzaron a hacer boquetes en la pared de ladrillo y pasando por la ventana. Si había un cabrón ahí, o se habría largado o habría muerto tras ese auténtico muro de fuego made in dixie. Hubo un silencio cuando no se produjo ningún disparo, y Kendrik recibió órden de alto el fuego.

Entonces, sonaron sus comunicadores tácticos.

-Aquí lluvia de acero a 2-2 en el área de operaciones alfa. Sujeto hostil huye en vehículo por la autopista Nasr, prodecente del punto caliente. Gran Hermano no ha precisado en la ROE sobre invertención activa de apoyo áreo. Solicito confirmación de tiro para abatir el blanco. Cambio.

La respuesta del sargento fue casi inmediata.

-Aquí 2-2 principal. Confirmación de tiro de Papá Noel positiva. Frian a ese cabrón.

Sobrevolando sus cabezas, un helicóptero de combate Apache del cuerpo de marines hizo una pasada, y pudieron verlo de lejos lanzando un misil aire-tierra, que provocó una explosión en la autopista y una columna de humo, visible desde allí.

Entonces, la tranquila calle fue importunada por la presencia de un auténtico convoy de vehículos. 4x4 de la prensa con contratistas de seguridad empleados para salvar sus traseros, y un tanque M1 Abrahms del ejército irakí con un moro subido en lo alto mascando chicle.

Fue una jodida noche bien entrentenida. Registro del inmueble del foco caliente (sin terroristas, pero lleno de civiles voceando indignados) con los periodistas en la chepa, que habían gastado una cinta solo grabando el estropicio de la furgoneta del suicida, y unos irakíes que pasaban totalmente del tema (se limitaron a quedarse en el control de carreteras tocándose los huevos y fumando cigarrillos y maría).

Luego, al volver a la base, comenzó a nevar. Nevaba en el puto Irak. Aquello ya si que era la jodida navidad, pero con moros que no creían en Papá Noel, y comían halal.

24 de Diciembre. Zona Verde, Bagdad

La mejor comida del año. Todos los marines de servicio en la capital habían sido invitados a aquel evento, que sería seguido por una juerga de proporciones épicas. Olvidando las escuadras y pelotones, los marines se sentaron con quien más agusto se sentían, respetando no obstante las diferencias con los oficiales.

La cena era cojonuda. Se trataba de un catering cuyo primer plato era una sopa de pollo y verduras, que con aquel frío entraba como Dios, de segundo pavo navideño con abundantes patatas y salsa a escoger de entre varios tipos, con pudding de postre y posibilidad de beber una cerveza sin con la comida. Ya habría tiempo para tomarlas "con", y en jodida abundancia.

Al fondo de la sala, estaba la plana mayor de todo el jodido regimiento, y parte de la de otros, comiendo y charlando relajada, con una gigantesca bandera americana colgada de costado, junto a otra del cuerpo de marines. Música navideña, versión "cañera" era vomitada regularmente por megafonía, mientras los marines se ponían ciegos de comer. Entonces, alguien se levantó, y todos le imitaron.

-¡Atención, el general!

Fue un universo de sillas chirriando al correrse hacia atrás, y marines poniéndose en posición de firmes.

El general subió a una especie de podio que habían dispuesto frente a la mesa de los oficiales, y tomó el micro, comprobando que funcionaba.

-Descansen -fue lo primero que dijo.

Era un puñero ARMY, si, pero un jodido general de cuatro estrellas. Eso lo respetaban hasta los marines, que como todo el mundo sabía eran hijos de una M-16 y el diablo, concebidos en el cráter de una bomba, etc.

-Debo felicitarles por la labor que está realizando el tercer batallón del noveno de marines en este país. Asimismo, felicito al séptimo de marines, al 23 y a los muchachos de la 82 aerotransportada que están con nosotros esta noche, compartiendo esta deliciosa cena. ¿Es pavo?

Pareció hablar con un oficial cercano, que confirmó el dato.

-Joder, muchachos. Mejor que en casa.

Hubo algunas risas, sobretodo de los de los soldaditos rasos, los que todavía no estaban preparados para ser marines.

-Hemos hecho un buen trabajo este año, y el país es más seguro ahora. Como ya sabéis, el presidente nos ha puesto fecha de caducidad para el despliegue, y nuestro tiempo en Irak verá una retirada paulatina hasta que dejemos todo el trabajo a nuestros amigos irakíes. La misión está cumplida. Les dimos la democracia, y les ayudamos a reconstruir su país.

Hubo silencio por aquello, ya que cada cual se reservaba su opinión sobre el particular.

-Pero por eso mismo, no debemos confiarnos. Si algo hemos aprendido de guerras pasadas, es que un país con una insurgencia activa es más agresivo a medida que nuestras tropas se van retirando, y creo que todos estaremos de acuerdo en que el reto que deberá afrontar el nuevo ejército irakí será grande y dificil.

Le dieron una cerveza sin alcohol, que sostuvo en la mano.

-Nosotros cumplimos las órdenes del presidente, pero eso no implica ser blandos. El enemigo de los Estados Unidos es el terrorismo internacional. No lo olviden nunca, soldados. Ellos comenzaron esto, y nosotros debemos terminarlo, para que nuestras familias puedan crecer en un mundo sin odio religioso, un mundo donde no puedan matarles con una bomba por ir a trabajar en metro o reunirse con sus amigos en una cafetería. Un mundo sin miedo... Y los soldados de nuestro ejército trabajan para hacer realidad ese mundo.

Alzó su botellín, como homenajeándoles.

-Por ustedes, soldados y marines. ¡Siempre fieles!

Respondieron al unísono.

-¡SIEMPRE FIELES!

El general sonrió, afable.

-Feliz Navidad, muchachos. Pueden seguir comiendo.

Se dió la órden de descanso y la de "prosigan". Y cada cual siguió comiendo y charlando con quien estaba.

Webster estaba al lado de Kendrik, hablando con otros racistas del 9º de marines, que habían formado una especie de "hermandad aria". Se reía, y le dió con el codo al sureño.

-Joder, Johnny. Cuéntales a estos mariquitas como reventaste a aquel moro con la calibre 50. Tuvo que ser la hostia, tio.

Las chicas estaban comiendo, cuando Janet volvió del baño y se situó detrás de Maggie y Martha, abrazándolas por el cuello con sus brazos gruesos como jamones.

-Las heroinas. Todo el mundo ha hablado de lo que hicisteis en el control. Maggie, me han dicho que le reventaste la cabeza a un terrorista con el rifle de precisión.

Luego, levantó la mirada y vió a los chicos de su pelotón, sentados en la mesa de enfrente.

-Oh, hermana. Ese negro me pone violenta. Tienes que presentármelo.

Martha protestó un momento por el abrazo imprevisto, y rió por el comentario. Miró a los chicos de la otra mesa. Le parecían todos inalcanzables, pero estaba secretamente enamorada de uno. Tan secretamente que apenas se notaba.

-Creo que a Fendrew le gusta Maggie. Le he visto mirarle el culo cuando se da la vuelta. Pero ella se hace la dura.

James, Jonas y Tyrone estaban comiendo en la misma mesa, con unos chicos del pelotón. La conversación era grupal, y en este momento estaba derivando en tías, cerveza y grupos de heavy metal. Entonces, el teniente apareció con una sonrisa y su uniforme MCUU, acercándose a la mesa con una bandeja.

-Muchachos. ¿Tenéis sitio para uno más?

Kendrik, con la cerveza en la mano, esbozando una sonrisa, escuchando, y riendo ante comentarios, chistes y anécdotas. Aquellos eran marines normales, joder, como Dios manda... Es entonces cuando siente el codazo de Webster. Quiere oír de nuevo (por si no la ha contado ya suficientes veces) como convirtió en puré a los putos moros del coche bomba. 

-Vale, pues escuchadme, mariconas, a lo mejor hasta aprendéis algo.- Profirió una franca risotada, y apuró la cerveza en la mano, antes de continuar. -Ese cabrón intentó cogernos por sorpresa. Naturalmente, ni la putita irlandesa ni el cabrón de Jackson se dieron cuenta de nada. Pero yo les oí, derrapar tras una calle. Giré la calibre .50, y dispare en cuanto esos gilipollas asomaron. Deberías haberlo visto. Joder, la camioneta quedó hecha una mierda... Pero los moros de dentro, quedaron más cocidos que el pavo.- Clava el tenedor y deja ver un filete de pavo, antes de morderlo. Con la boca llena, mira a Webster. -Pero no seré yo el único en este puto ejército que se ha cargado a algunos de esos jodidos moros... ¿Que hay de ti?- 

- Siempre hay sitio para uno más, señor. - sonrie apartandanse un poco para dejar sitio entre él y Tyrone al oficial - Estabamos hablando del culo de la novia de Nintendo; si es que verdaderamente tiene novia, señor.  - termina con una sonrisilla malvada dando un trago de su cerveza.

James se mantiene bastante concentrado en la comida. Desde hacia tiempo que no había comido así, tal vez por que aquello estaba realmente bueno, y cualquier cosa era mejor que las raciones que venían comiendo hasta entonces, o tal vez fuera por que aun continuaba bastante nervioso por lo que había sucedido aquella noche, después de todo no todos los días uno acribillaba a un terrorista a balazos y luego andaba frente a la amenaza de un francotirador mientras carga a un compañero al cual cree muerto. De todas formas aun no se a detenido en ningún momento a pensar en frío acerca de todo aquello, las cosas se dan muy rápido algunas veces en aquel lugar, y por otra parte no se a permitido hacerlo, tan solo pensó en la idea de que no había hecho mas que disparar un par de balas a los neumáticos, tratando de “limpiarse” a si mismo.

Detiene su comida tan solo para escuchar el discurso del general, aunque tampoco presta demasiada atención. Ya sabe de que va, y ya sabe que el no se cree ninguna de esas cosas, pero, al igual que con los hechos ocurridos esa misma noche, no le da mas vueltas al asunto, no por el momento, se encuentra cansado para eso, prefiere asentir, ser un niño obediente y seguir con la comida.

Levanta la mirada ante las palabras del teniente Brown, y se hace un lado junto a Fendrew para dejar un espacio – Si, descubrimos que Fendrew parece tener una fijación con los culos – añade al comentario de su compañero en tono jocoso, aun con la boca llena, dibujando una leve sonrisa, para luego seguir masticando su comida.

Cita:

Eso está hecho, Janet. De hecho, Tyrone es demasiado hombre para mí pero para tí... la mira de arriba abajo, es exactamente lo que el médico recomienda, acaba, partiéndose de la risa.

¿Y cuál de ellos te gusta a tí, Martha?, dice a la otra amiga. Venga, ¿no creerás que no se te nota en la cara?

La puta gloria. La comida navideña era el mejor regalo que podían hacerme. No era la mierda enlatada de todos los días y suponía un verdadero oasis en medio de aquel país de mierda.

La experiencia del control en Bagdad había tenido sus repercusiones. Por lo menos para mi. En poco tiempo había visto a un hijo de perra dispuesto a volar por los aires en una tartrana repleta de explosivos y luego un francotirador intentó cazarnos como a conejos. Fendrew tuvo mucha suerte. Suerte de que el calibre del arma seguramente no fuese demasiado potente y de que la bala imapactara en las placas protectoras de su espalda. Si ese hijo de perra hubiese usado un calibre .50, a Fendrew los estariamos recogiendo con una escoba y una pala. Esta gentuza está loca. Insurgentes o no, hay que estar mal de la cabeza para querer volar por los aires solamente por afán religioso. Ni patria ni Dios justifican esta actitud. Pero claro, yo solamente soy un pandillero convertido en Marine, cuyo único valor moral es sobrevivir.

Tras el eufórico, patriótico y previsible discurso del General, con el que desde luego no estoy de acuerdo pero del que no voy a comentar nada con mis compañeros, me concentro en el pavo, las patatas y el culo de la novia de Nintendo. La verdad es que tras nuestro periodo de formación y el actual destino en Irak no he tenido tiempo para disfrutar de la compañía de una chica. Y la verdad, irse de putas en este país, siendo un maldito yankee negro invasor, es tentar a que me apuñalen en cuanto salga del prostíbulo. Quizá alguna Marine simpática..... Las tetas y el culo de Maggie me vienen a la cabeza. Y al momento decido que es menos arriesgado tentar la suerte de que me degollen en un prostíbulo de Irak.

Ensimismado en mis pensamientos, entre carcajada y carcajada tras cada comentario soez sobre Nintendo, aparece el Teniente. Fendrew se echa a un lado, yo también dejo espacio y conseguimos que consiga un sitio en la mesa.

"-Sí.... Desde que Fendrew besó el suelo y tuvimos que arrastrarlo - añado al comentario de  James - no hace más que insinuarse... Creo que le oído mascullar al oído de Kendrik.... "

Sonrío y me llevo otro trozo de pavo a la boca. Buenísimo.

Webster se rió cuando contó lo del moro suicida. Era una puta pasada, la verdad.

-Joder tio. Nosotros solo hemos hecho patrullas y controles de carretera. Lo más emocionante fue cuando detuvimos a unos moros que llevaban un IED en una camioneta. Les dimos de hostias hasta en las cejas, y les reducimos. Nos ensañamos bien con esos hijos de puta.

Asintió, despacio.

-Oye, me han dicho que esta noche los oficiales pasan mogollón la mano con el tema del sexo y las borracheras. Podríamos pillar unos litros y buscar a algunas pivas para trabajarnos sus agujeros, por delante y por detrás.

El teniente sonrió por la coña, y se sentó con ellos a comer. Escuchó su conversación testosterónica y homoerótica made in cuerpo de marines y no pudo evitar sonreirse.

-Apuesto a que todavía no sabéis por qué tiene ese apodo -dijo, sin levantar la vista del plato, haciéndose el interesante.

Mientras el teniente hablaba, Tyrone andaba pensando en el tema del sexo. Miró hacia atrás, a la mesa donde estaban Maggie con sus amigas. Ellas estaban partiéndose la caja de reir, sentadas.

Pero una de ellas estaba de pie, abrazando por el cuello a Maggie y su amiga fea, la tal Short. Se trataba de una negra descomunal, con unas buenas tetas y unos brazos poderosos. Una verdadera gigantona, de esas que te pillan, te follan y de dejan destrozado en la cama, boqueando aire con desesperación. La había visto algunas veces hablando con Maggie, y se acordaba de ella en el viaje del avión. Era tipa bastante directa, dura y fortachona. Y la verdad es que no era para nada fea.

Y lo mejor, es que le estaba mirando con unos ojos que solo querían decir una cosa: "quiero follarte hasta el amanecer, negro". Luego, pareció decirle algo a sus compañeras, y estas miraron al unísono al ex-pandillero de Hell's Kitchen. Aquello estaba más claro que el agua.