Partida Rol por web

Al acercarte al supuesto profeta, notas un desagradable olor pestilente, al parecer hace meses que no se laba, ni el ni sus ropajes, su aliento te hecha hacia atrás y sus ojos amarillentos y vidriosos, y escamas de roña en la piel, que hace sospechar que tiene la fiebre de la mugre, una enfermedad altamente contagiosa y letal, que se contagia fácilmente y que se suele produir por falta de higiene o por contagio.

Dirías, que Kahara esta expuesta a la enfermedad y que posiblemente tu también...
 

Arso palidece y murmura un hechizo tocando a Kahara.

- ¡Apartate Kahara! ¡Tiene la fiebre de la mugre! ¡Es una enfermedad contagiosa y letal! ¡Tu y yo podemos estar ya infectados!

-Que ese Groetus mire cuanto quiera, peo que tenga cuidado que Gorum o una servidora no le ponga el ojo morado.

Dice la semiorca mientras aparta bruscamente al agitador tras escuchar las palabras de Arso.

El profeta de Groetus, no es rival con Kahara y cae de cruces al suelo, ante la mirada de espectadores, de los cuales algunos se echan a reír al escuchar las palabras de Kahara, otros se marchan, por si las cosas se ponen peor, y por último y en menor número, abuchean ha Kahara, increpándola que deje al Profeta...

- Recordar, que Groetus esta mirando vuestras acciones...comenta el Profeta, mientras se levanta y se aleja de vosotros dolorido...

Continuais hacia el castillo, para devolver el Broche de la Reina y avanzasteis un par de calles más al sureste hasta llegar a una amplia plazoleta conocida como el Paseo de Eodred. En ella, catorce tiendas en disposición semicircular, aguardaban como espectadores frente al Mercado de Oro, el mercado más grande de todo Korvosa. 

La mitad de las tiendas estaban cerradas, pero la plaza parecía tranquila. Varios mercenarios, de más o menos dudosa reputación, vigilaban las pocas tiendas abiertas en el Paseo. Los mercaderes habrán pagado sus servicios para no interrumpir sus negocios. 

Arso intenta enterarse de lo que ocurre en la ciudad, preguntando a algunos transeuntes.

Mientras realizáis vuestras ventas y posibles compras, sientes como un tendero comenta a un cliente lo siguiente:

- La Academae, ha cerrado sus puertas y dice que permanecerán cerradas hasta que cesen los disturbios en Korvosa. !No puedo reprochárselo¡

Trataré de comprar algo de equipo y  de paso conseguir algo de información ayudando al que más diplomacia tenga.

- He oido que la Academae ha cerrado debido a los disturbios ...

Mientras realizáis vuestras ventas y posibles compras, sientes como un tendero comenta a un cliente lo siguiente:

“Los shoanti no están aquí en busca de la paz. ¡Nos están tomando la medida para hacernos la guerra!”

Después de realizar las ventas y las compras oportunas, hablar un poco de la situación de la ciudad y eludir alguna que otra situación incómoda, como disturbios, profetas enfermizos, etc. Continuáis hacia el castillo de Korvosa, para intentar devolver el Broche a la reina y cobrar la recompensa.

Mientras atravesáis un viejo callejón, para evitar un disturbio entre varios simpatizantes de la reina y otros que la acusan de asesina, no os percatáis que de entre las sombras descienden unas diabólicas criaturillas y os atacan sin previo aviso.

Lo que sabes de los Diablillos de Korvosa:

A un alumno de la Acadamae se le requiere que lleve a cabo diversas tareas peligrosas para graduarse, una de las cuales es convocar a un diablillo. Muchos de ellos optan por adoptar a los diablillos como familiares, pero otros tantos fracasan y los dejan sueltos. Como resultado, los diablillos son un problema constante en Korvosa. Hay auténticos nidos de ellos en los aleros de las Tejas, a menudo intentando aliarse con bandas callejeras o manipularlas. Afortunadamente, la población de dracos domésticos indígena de la ciudad, dragones menudos evolucionados a partir de los pseudodragones que habitaban en la región antes que estuviera poblada, y que se adaptaron rápidamente a la creación de la ciudad, se las arreglan bastante bien a la hora de mantener bajo control la población de diablillos de Korvosa.

Sorprendido por la llegada de los dos diablillos, el pequeño cuervo decidió buscar la protección de su amo de forma cautelosa...

Arso saca su pequeño escudo y con la mano libre intenta atrapar a uno de los diablillos, que lo esquivan con facilidad.

Las pequeñas criaturas diabólicas, se mueven con velocidad por encima de vuestras cabezas, intentando buscar el mejor ángulo, para clavaros sus aguijones ponzoñosos...

La velocidad y precisión con la que atacan las endemoniadas criaturillas, es asombrosa, y el único que logra eludir el ataque es Arso.

Ha Corvo, Kahara y Rauko les comienza a arder la herida, y por un instante siente que sus movimientos se ralentizan o se vuelven más torpes (Tenéis que hacer TS Fortaleza CD 13, y tiro el posible daño por si lo falláis, si salváis nada).

Rauko apenas pudo reaccionar cuando el aguijón se clavó en su carne. Un dolor ardiente empezó a extenderse por su cuerpo, entumeciéndole...Intentó sobreponerse, pero esa ponzoña lastraba sus movimientos...

Maldiciendo su falta de reflejos anteror, Arso saca la lanza y sujetandola con ambas manos ataca al diablillo más cercano.