Partida Rol por web

El viento sigue soplando con fuerza desde el norte, alzando la arena en forma de muros móviles. El oleaje violento rompe contra las rocas y la playa. El mar tiene un color gris claro, acorde con el gris azulado y oscuro del cielo tormentoso. Das otra bocanada expulsando el agua salada que has tragado y miras atrás. De la imponente flota de su majestad sólo quedan dos navíos de tres palos que no tardarán en sucumbir pero los gritos no llegan hasta la orilla, ocultos por el silbar de levante.

Unas manos fuertes te cogen de las axilas y te sacan del agua. Sientes el golpe de una ola, el agua te cubre de nuevo. Los ropajes echados a perder te pesan demasiado o el cansancio te impide seguir luchando. Pero de nuevo sientes los brazos que te sacan del agua y te arrastran. El sonido el viento es ensordecedor y la arena te obliga a mantener los ojos entrecerrados. Sólo ves el gris oscuro del cielo tormentoso.

Los brazos te dejan con violencia. Alguien grita tu nombre, pero te giras con el estómago revuelto. Tus manos se hunden en la arena antes de vaciar todo lo que te quedaba en el estómago. Toses y poco a poco te recompones. -¡Vamos!- te grita la voz. Ayuda a levantarte, sacudes la cabeza para retirar la niebla que embota tus sentidos y ambos camináis a una tienda improvisada con los restos del palo mayor del Gracia Plena y las velas aún atadas a él.

Rostros conocidos te dan la bienvenida entre abrazos -Gracias a los dioses- comentan. Identificas que, salvo escuderos y soldados, allí se cobijan algunos de los señores de más alto rango de la expedición y entiendes que, junto a ti, forman lo que queda del poder del reino en aquella playa. -No importa si son de vuestra armada, vuestra casa o familia. Salvad a todos los que veáis. Ayudad a las personas. Los objetos los recogeremos cuando amaine el temporal. Buscad refugio tierra adentro y llevad allí a los heridos-