Partida Rol por web

Billy asiente a la dama blanca al subir al carruaje, procurando no soltar al gobernador. Una vez ocupados sus asientos, Billy se las ingenia para seguir amenazando al gobernador para que no intente nada estúpido. Una vez que ha intercambiado miradas entre la mujer y su capitán, Billy sugiere:

- Capitán, ¿no supondría esta mujer un valor adicional a recompensa?, después de todo, da la impresión de que no le importaría acompañar al gobernador en esta... pequeña aventura.

Menciona el pirata con respeto hacia su capitán, quien parece estar disfrutando el desenlace del improvisado rescate de piratas, que se transformo en un exitoso reclutamiento y secuestro. - Espero que después de esto el capitán quede contento con mi desempeño. Pensó el pirata.

- Señora, si tan solo las miradas mataran... dice Billy al ver la amenazante postura de la mujer noble.

Una sonrisa se dibuja en mis labios cuando de repente aparece el Capitán allí, tan galante, sexy y como siempre lleno de coraje. Lo cual en medio de esta situación donde tenemos a una Leonorilda quejándose delante de una mujer que no está jugando con tonterías, me encojo de hombros y tentada estoy de incentivar a la dama para que termine con el trabajo de una buena vez. 

Pero sé que para mi amado, ésta ilógica mujer es importante así que no me meto ni siquiera me defiendo de sus estúpidas argumentaciones sin sentido. Lo cual es hora de tomar decisiones y lo mejor es que se resuelva de una vez, esperando que no le hagan caso a la morena ya que de ser así y considerando que esa bruja con tocarte te maldice. ¡A ver quien la ata! 

—La magia es cruel y quien la manipula merece respeto.

Sólo digo eso y espero a que el Capitán tome las decisiones oportunas. 

-¡Prefiero solo la mitad de un gremial de oro a el doble del pago y tener que cargar con una hija Droche en el barco... si la llevamos con nosotros sería como si se arrojara un escorpión a su entrepierna señor Bones, así que cierre esa puerta, ajuste esa daga y  -volteo hacia con Anne Bonnie señalando el muelle con la espada.- no perdamos más tiempo!.-

Una vez el interpelado cierre la puerta, aceleraré en la dirección que indica el capitán. Preparo una de mis pistolas en mi regazo por si acaso me hiciera falta, aunque espero que la presencia del gobernador sea suficiente para evitar la tentación de atacarnos. Pero nunca se sabe, y yo voy como cochera.

           - Muy bien capitán, ya que ha decidido no llevarla por lo peligrosa que es, después de amenazarnos a todos con su maldición creo que como ha dicho Marie la magia es cruel y merece respeto, así que esta es mi manera de demostrarlo! -    Tras decir lo anterior Leonorilda no duda, tras vestirse entre lo que los demás hablaban, en dispararle a Bianca Hergutt en la cabeza antes de mirar desafiante a Marie por un momento, ya que aunque no podía leerle la mente como el resto de los allí presentes, su mirada y sonrisas le era suficiente a cualquier mujer con un gramo de inteligencia para identificar la descarada burla, entonces tras deshacerse del cuerpo de su mujer miro intimidante al gobernador por el resto del camino, ya que a diferencia de las muertes anteriores con esa bruja deleznable no tuvo remordimiento alguna

El estruendo del disparo y enseguida el inconfundible olor a pólvora quemada junto con una espesa nube de humo inundan la cabina de aquel carruaje el Gobernador abre los ojos de manera desorbitada ante el asesinato de su esposa, Billy Bones tiene que sujetarlo con más fuerza ante el enorme dolor que le provoca la terrible pérdida y para que no ataque a Leonorilda Bolucci ciego de ira e impotencia.

Los caballos relinchan ante el estruendo mientras a gran velocidad dejan atrás el cuerpo de una de las últimas Von Droche en medio de un charco de sangre y confusión.

En poco tiempo el carruaje alcanza el muelle y "El Morsa" se alza imponente a varios metros de distancia del embarcadero, donde El Sr. Pew se encuentra esperando a Flint con los 4 condenados a la horca ya liberados y el pequeño Jim el cuál levanta las manos haciendo señas a los recién llegados abordando uno de dos botes que los llevarán de nueva cuenta al barco.

Ante el estruendo volteo inevitablemente hacia donde el cuerpo de la Von Droche cae sin vida en medio de aquel caos mientras el carruaje arranca desaforado hacia el muelle, una vez que llegamos visiblemente furioso desciendo del carro de un salto y me dirijo a la cabina para abrir la puerta de un solo golpe y lanzar la pregunta que me carcome las entrañas.

¿¡QUIÉN HA COMETIDO TAL ATROCIDAD Y  ME HA CONDENADO A PAGAR POR UN ACTO QUE NO HE REALIZADO!?

El dolor se ha convertido en odio, la sed de venganza no se puede esconder en el rostro del Gobernador quien no le quita la vista a Leonorilda Bolucci sujetado por el cuello por el fuerte brazo de Billy Bones. En cuanto se abre la puerta son los primeros en descender, Billy lo postra de rodillas, y sin alzar la vista el gobernador sentencia.

-Al menos he conocido el rostro de quién pagará la muerte de mi amada Bianca... Capitán Flint... tú y toda tu tripulación será perseguida hasta el confín más recóndito del Séptimo Mar y tú cabeza desfilará de regreso ensartada en una pica por las principales calles de Jurgën seguida de todos los monstruos violadores, ladrones engendros del infierno que te siguen... !Ni Dios con toda su infinita misericordia te podrá salvar!.-

El gobernador escupe a los pies del capitán Flint, mientras que Billy Bones le coloca un pie sobre el hombro para obligarlo a inclinarse más para colocarle unas amarras pasando por la espalda ambas manos.

Totalmente estupefacto ante tales acontecimientos Jhamal no puede más que cerrar la boca y al llegar al muelle ayudar a Anne Bonnie a descender escuchando lo que vocifera el Gobernador en contra del capitán Flint y de su tripulación, preguntándose en silencio si en verdad es buena idea unirse a la tripulación del Walrus después de tales amenazas, había solo escuchado rumores de que la tripulación comandada por el capitán Flint era sanguinaria y terriblemente despiadada, parecía que aquel acto lo confirmaba.

No lo podía creer, en serio que no. Luego de aquel disparo que prácticamente podría dejarme sorda, en cuanto se detiene el carruaje desciendo convertida en una furia y ya cuando el Capitán hace aquella pregunta, lo miro con los ojos entrecerrados. 

—Se ha líado en mi Taberna por su bocaza, ahora ha asesinado a sangre fría nuestra única posibilidad de hacer las cosas bien. Esta mujer no te sirve, Flint. ¡No te sirve! —digo visiblemente enojada y desvío la mirada hacia Leonorilda—. No me amenaces, que no te tengo miedo. Que sea la última vez que tomas una decisión por sí sola sin pensar en las consecuencias. Respondes a tu Capitán, demuestra respeto. 

Tras decir aquello camino ofuscada hacia el Walrus, que arreglen los asuntos entre ellos. Pero tener una mujer así de inestable, solo traerá un futuro desolador. No se puede confiar en ella. 

La cara de confusión que demuestra Pew es totalmente auténtica, voltea a ver al capitán y a más reclutas que le acompañan y al parecer han traído un botín, pero no se ven nada felices, inmediatamente le tiende la mano a Marie Reed para ayudarla a abordar el bote mientras que le indica con la barbilla a Mamba que espere a por el capitán, mientras los prisioneros y el pequeño Jim abordan junto con la pelirroja el bote.

-¡¿Ha sucedido algo malo señorita Rogue?!...- pregunta el timonel mientras que comienza a remar ayudado por otro de los prisioneros rumbo al barco de Flint.

              - Yo le he disparado a la bruja que usted decidió dejar aquí para que no fuese una molestia en nuestro barco, así como se lo acababa de explicar mi capitán, pero si no esta de acuerdo con mi decisión puedo explicarle mis motivos de manera privada y no frente al gobernador o el resto de la tripulación -     Responde Leonorilda al capitán Flint con seguridad, pero con respeto porque aparte de su posición en el barco, antes ha respetado sus opiniones y decisiones, entonces mira de reojo al gobernador y por un momento al mirarle la culpa vuelve a clavarse en su espalda por un momento, haciendo que dude y baje la cabeza mientras que escucha sus palabras, entonces respira hondo y le responde:

               - !Tiene derecho de desahogarse como lo hace gobernador y por eso en esta ocasión no hare con sus amenazas lo mismo que hice con su bruja esposa, ni dejaré que nadie mas lo haga!     Pero si mas adelante me lo permite yo le recomendaría que cuando termine de desahogar el dolor que le acabo de provocar recapacite y mida sus palabras porque el resto de la tripulación no tiene que ser tan paciente como yo, ya que ni el capitán ni ninguno más del barco es responsable de mi acción, por la que estoy consiente que tarde o temprano mi destino me alcanzará y me cobrará con creces, ya sea por su mano o por la de dios nuestro señor! -      Responde un poco mas segura y sin subir el tono de voz la mulata mientras que le ofrece un pañuelo a Billy Bonnes, para que si lo toma, el gobernador tenga la oportunidad de golpearla como creía merecer en ese preciso momento y si no solo reza por el alma de su esposa; pero tras las miradas diversas de algunos de los que bajaron la intendente terminó por escuchar a la estúpida pelirroja mimada por el capitán quien parecía hacer una rabieta todo el tiempo por sentirse ya dueña del Walrus, su capitán y su tripulación, pero sin decirle nada de lo que pensaba  y solo mirándola de reojo un momento le dice de nuevo al capitán Flint:

              - Disculpe me por favor capitán si le molestó mi arrebato, pero usted mismo fue testigo que en su taberna todos peleamos juntos con camaradería para dejar atrás al militar que parecía competir por el amor de la pelirroja novia suya mientras quería detenerle; no se si ahora o antes he hecho lo correcto ni lo mejor para la Walrus y usted al matar a esa bruja realmente, pero porque me preocupan no creo que sea buena idea desestimar la amenaza de una bruja y quise quitarnos de encima ese alacrán que usted mismo había dicho ... pero si como ha dicho la señorita Reed usted cree que no le sirvo a usted y a la tripulación .. con toda confianza dígamelo y no seguiré el viaje con ustedes, muy a mi pesar por el tiempo que le he tomado cariño a todos! -    Por más que de nuevo Marie trataba de hablar mal de ella, ya que como el resto no podía saber lo que pensaba aunque podría imaginarse lo, no volvió a dirigirle ni la mirada

Los que me conocían desde antes de que Leonorilda Bolucci se uniera a la tripulación sabían que algunas veces la ira cegaba todo mi sentido común y aquello solía terminar en un terrible baño de sangre, sin embargo un juramento hecho apenas una noche atrás me contuvo, desenvaine mi espada y coloque la punta afilada en la barbilla de Leonorilda Bolucci.

-Leonorilda Bolucci hija Vodacce, hace tiempo me juraste lealtad absoluta y confianza eterna y hoy haz roto ese voto pues haz manchado mi nombre con sangre que no te pertenecía en tiempo ni lugar y por culpa tuya he adquirido una deuda que solo se puede saldar con sangre, ya sea la tuya o la mía... desde este momento quedas relegada de tu cargo de oficial intendente y pasas a ser parte del botín que hoy hemos obtenido.- sin dejar de amenazar la garganta de aquella mujer le indico con un ademán a Anne Bonnie y a Jhamal que desarmen a la Vodacce mientras que con otro movimiento de barbilla le indico al marinero Mamba que ate a Leonorilda como prisionera igualando al Gobernador.

Enfundo mi espada una vez que someten a Leonorilda y con las dos manos levanto de las solapas de su chaqueta al Gobernador de Jurgën, mirándolo directamente a los ojos.

-Tu rescate ha sido aumentado al doble, quiero 600 mil gremiales en monedas de oro puro, si para la medianoche no ha llegado el bote cargado con el pago, sufrirás el mismo castigo que mi tripulación le impondrá a la asesina de tu mujer.- Una vez que termino de darle las indicaciones, cierro mi puño con fuerza y lo incrusto en su rostro una y otra vez con toda las fuerzas que tengo hasta que el rostro del gobernador no es mas que una masa deforme y sanguinolenta y el cuerpo de aquel corrupto político cae desmadejado inconsciente.

-Eso es para que aprendas a no enviar a niños a la horca... Señor Bones, asegurese de que el mensaje del pago de este sujeto llegue a su comitiva, luego arrástrelo junto la señorita Bolucci a las mazmorras del Walrus, esta noche en altamar la tripulación decidirá que castigo recibirá por insubordinación al cargo.-

Las palabras de Leonorilda no me importan, está claro que tanto un hombre como una mujer hablan por sus acciones y las suyas no han sido muy acertadas. Por ello es que la furia que siento en mi interior compite con el fuego del color de mi cabello. Lo bueno de todo esto, más allá de las consecuencias que en mi corazón se atañan cuando es mi amado quien está en un peligro real por culpa de la morena, es que recibirá el castigo que se merece. 

—Mi querido Pew, un evento desafortunado que lo pagaremos muy caro. Ya has escuchado al Capitán. 

Le respondo al timonel mientras tomo asiento en el bote, lo de la carreta estaba más que controlado y no había necesidad de ir más allá. Pero las cosas se han dado de esta manera y es inevitable que estos pequeños tropiezos pueden desequilibrar la armonía de una tripulación. Confío ciegamente en mi amado, está más acostumbrado a esto que yo. 

El disparo me pone alerta y miro hacia todos lados, excepto hacia la parte de atrás del carruaje por razones obvias, buscando quién ha disparado. Al no encontrar nada y no escuchar más disparos, imagino que no será nada y sigo hasta que veo al niño haciendo señas.

Según paro el carruaje mi primer impulso es acercarme al niño, pero las palabras del capitán me dejan clavada en el sitio. Y más las de gobernador a continuación. ¿Pero qué demonios ha pasado?

Observo a la mujer, luego al capitán y otra vez a la mujer. Mis pensamientos vuelan; por una parte está el tema de embarcar en una nave que ha recibido tal amenaza por un gobernador, por otra parte está el hecho de que he ayudado a escapar a unos piratas. De momento tenemos que embarcar en el Walrus, ya se verá qué sucederá luego.

Afirmo al capitán y, mientras apunto a la tal Leonorilda con una de mis pistolas para asegurarme de que no se resista, indico a Jhamal que se ocupe él de desarmarla. Una vez el otro marinero se ocupa de la prisionera, simplemente me quedo esperando las órdenes del capitán, aunque imagino que serán llevar al gobernador al bote y embarcar en él.

         - ¡Perdon capitán Flint si le parece que reniego de su decisión solamente por no convenirme en lo más mínimo!     Pero hasta este momento señor yo no he sido desleal a usted o al Walrus, ya que lo único que indico con respecto a la esposa del gobernador fue que no la llevaramos en el barco por ser demasiado peligrosa, pero llegados a este punto capitán ... si ha decidido que la tripulación decida mi futuro ... le pido por favor que me permita exponer les mis argumentos para tratar de salvar mi vida y tal vez tratar de seguir colaborando con el Walrus por favor de acuerdo al tiempo que les he servido lealmente, ya que somos piratas, no simples soldados que solo reciben y ejecutan ordenes! -     Responde la mulata tratando de no demostrar el miedo que sentía en ese momento ante la evidente amenaza que el capitán, por quien se sentía traicionada porque ahora le inflingía por su decisión, pero tamnbién por la tendenciosa y manipuladora  reacción de Marie Reed, no pudiendo evitar soltar algunas lágrimas

A pesar de las lágrimas de Leonorilda la furia que siento no hace mella en mi decisión, sin decir nada me doy media vuelta esperando a que suban a los prisioneros al bote y Billy Bones en conjunto con los nuevo reclutas, Anne Bonnie y el marinero Jhamal, con un ademán le indico a Mamba que se quede para esperar un tercer viaje y observar que el mensaje donde solicitamos el pago por el infame gobernador llegue a los oídos correctos.

Una sola cosa me comienza a preocupar en demasía, no veo por ningún lado al cocinero.

-Daremos un breve paseo por Jurgën amigo Mamba... tal vez el señor Silver se encuentre en problemas.-

Walrus, Puerto de Jurgën, Eissen 1669

Los peldaños del casco del Morsa crujen al subir la pequeña avanzada que había regresado del puerto de Jurgën con más reclutas que se han unido a la tripulación del capitán Flint, los marineros realizan sus trabajos cotidianos mientras el intendente encargado, un hombre al que le llaman Raya se acerca con Billy Bones al notar que traen a Leonorilda Bolucci atada de manos junto a lo que queda del gobernador, después de un breve intercambio de palabras una maliciosa sonrisa aparece en el rostro de Raya, sujeta a Leonorilda y le indica a otros marineros que arrastren al gobernador para conducirlos a la tercera cubierta.

El Señor Pew, se dirige con Marie Reed para conducirla al castillo de Proa y luego se dirige con Annie Bonnie y Jhamal además de los demás nuevos reclutas para indicarles donde pueden dejar sus pertenencias y asignarles un espacio para pernoctar en espera de que regrese el capitán para recibir el pago del rescate del gobernador.

-Señorita Rogue, el capitán me ha indicado que a su regreso tenga lista la tina con agua caliente y aromatizantes de canela y rosas para que tome un buen baño, además dejó estrictas indicaciones para que pudiera elegir entre este guardaropa "confiscado" a un barco mercante que provenía de Castilla...- El timonel abre la puerta del camarote del capitán y se despide con una leve y mal hecha caravana. -Le dejo señorita, tengo asunto importantes que atender.-