Partida Rol por web

El alemán no quería matar a más gente, pero tampoco podía permitir que les siguieran bloqueando el paso, así que de nuevo usó su fiable rifle y soltó una rafaga mientras entraba en el ascensor.

Aunque el adversario de Saltador bloquea su ataque con su porra e intenta devolvérsela con un golpe bien dirigido al cráneo del orco... Por el contrario, Nébula atrapa el brazo del otro antidisturbios con el suyo y con un codazo en el abdomen, consigue dejarlo fuera de combate.

En medio del corredor, uno de los antidisturbios ve desaparecer a Catapult e intenta a la desesperada alcanzarle con su porra. Debe ser el más inepto de su unidad porque no sólo falla el golpe si no que su casco decide aflojarse en ese momento y obstruir catastróficamente la visión.

Renegado y Steelface tienen que combinar sus disparos para conseguir derribar la puerta de cristal de la entrada. Sus esfuerzos se ven recompensandos cuando varias secciones ceden y varios grupos de manifestantes acceden al interior del edificio.

Download, resoplando por el esfuerzo y sin fuerzas para esprintar, Download dispara de nuevo contra el antidisturbios más cercano. Pero está obviamente fuera de su elemento y el antidisturbios bloquea la ráfaga con su escudo.

-¡¡Abajo Brackhaven!! ¡¡Poder metahumano!!

-¡¡Fascistas de uniforme!! ¡¡Esbirros del capital!!

-¡¡Pim, pam, fuera, Brackhaven fuera!! ¡¡Libertad para nuestros hermanos orkos!!

Los grupos de intervención de Caballero Errante se dan la vuelta sorprendidos por la multitud. Uno de los agentes consigue destrozar con su bota el flashpak pero ninguno tiene tiempo para más. Los manifestantes caigan sobre ellos, intentando golpearlos con sus puños, tirando de los correajes de sus armas o arrebatarles los cargadores, cascos y el resto del equipo. El detective de paisano que lleva el altavoz grita desesperado  ¡¡Esto es una propiedad privada!! -¡¡Retírense del edificio o nos veremos obligados a utilizar la fuerza para desalojarles!!

Nebula dió un paso lateral y encarándose al guardia que quedaba dentro del ascensor hostigando al orco, lanzó su pierna hacia arriba con la intención de impactar con un golpe seco en el cuello que lo sacase de juego lo antes posible.

- Cuidado con la cara - le dice con una media sonrisa a Saltador -, no dejare que me lleves de fiesta si te la echan abajo.

La patada iba bien dirigida, si le tomaba por sorpresa acabaría en el suelo junto al resto. Por otro lado, se alegró de ver que la jugada había funcionado, y que se habían quitado de encima momentáneamente a los Caballero Errante.

El orko esquiva la porra que va certera hacia él con una hábil movimiento de cadera y juego de pies. Sabiendo que van a tener que salir de ahí pitando intenta desalojar el ascensor de polizontes incómodos e intenta dar un empujón al guardia de seguridad para hacerle salir del habitáculo. Antes de que pudiese hacerlo, su compañera Nébula lanzó la pierna, es el momento perfecto, si el golpe le deja aturdido puede que a Saltador le resulte más fácil sacarlo.

-Eeeeh, claro...- balbuceo torpemente ante las palabras de la mujer e intentó esbozar una sonrisa que dejó a la vista sus desiguales y desproporcionados dientes. Seguro que de haber estado en otra situación se hubiese visto más evidente su sonrojo.

Rápido Salid y mezclaos con la multitud nos reuniremos en el vehículo. Marco las palabras por el subvocal al tiempo que lanzo un invisibilidad mejorada sobre Donwload para facilitarle la evasión.

El golpe de Nébula conecta con el cuello del antidisturbios pero éste parece estar más preparado para encajar el golpe y no cae. Pero no tiene tanta fortuna cuando Saltador lo golpea con uno de sus puños americanos en el estómago; encogido sobre sí mismo, da un par de pasos hacia atrás antes de cae en bloque fuera del ascensor.

Sin resuello por la carrera, Catapult sólo alcanza a lanzar sobre el informático del grupo otro conjuro de invisibilidad para facilitarle la huida.

En el vestíbulo, la batalla campal entre manifestantes y equipos de intervención de Caballero Errante prosigue con los prometahumanos golpeando con carteles, trozos de valla e incluso puños desnudos a los policías que se afanan en cambiar los cargadores de sus armas para introducir unos nuevos repletos de balas de gel.

Escasos segundos después, las puertas del ascensor adyacente a aquel por el que han bajado los runners se abren. En su interior se encuentra Dexter Van Horst, el asesor de seguridad mágica de Brackhaven Investment. Ligeramente despeinado (sin duda por efecto de las granadas lanzadas por los runners 10 pisos más arriba) observa el caos imperante en la recepción de su edificio antes de salir del ascensor...

Van Horst camina por el vestíbulo retocándose el nudo de la corbata. Varios grupos de manifestantes siguen entrando por los agujeros de las puertas de cristal y unos cuantos intentan rodearle mientras el elfo se limita a sonreír con un aire de suficiencia...

-¡¡¡Debería avergonzarte trabajar para chusma como los Brackhaven!!

-¡¡Únete a nosotros, hermano metahumano!! ¡¡Luchemos juntos contra la opresión!!

-¡¡No lo hará!! ¡¡No es más que Tío Tom elfo!!

-¡¡Escoria!! ¡¡Eres una vergüenza para tu raza!!

-No sabéis con quién estáis tratando. ¡¡Fuera de mi vista!!

El elfo trajeado chasquea los dedos y en un instante los manifestantes que le rodean parecer ser presa de un sentimiento de miedo atávico. La mayoría salen disparados hacia la puerta, chocando con el resto de la masa que intenta entrar, causando el caos general y deteniendo durante unos instantes la entrada de los activistas...

A correr pues como puta por rastrojo. Susurro mientras corro como alma que lleva el diablo para entrar en el ascensor 

Ante la situación el orko solo pudo hacer una cosa; sacar la tarjeta de seguridad y tenerla preparada para en cuanto lleguen sus compañeros pasarla y bajar al garaje.

-¡DAOS PRISA!- espetó al mago y al hacker como si eso fuese a hacer que acelerasen más.

Catapult entra a todo correr en el ascensor mientras Saltador se prepara para activar la tarjeta y sacarles a todos de allí. Sólo queda el cableta del grupo por entrar en la cabina... 

(Conocimiento: amenazas mágicas) La ausencia de movimientos y palabras rituales con la que el asesor mágico de IB ha conseguido aterrorizar a la multitud hacen sospechar a Catapult que más que un conjuro lo que ha usado es o bien una capacidad innata o algún tipo de foco almacenador de hechizos...

Un mago poderoso era un perseguidor temible, por lo que desde dentro del ascensor y ya con el fusil en la mano Kai Steelface apuntó cuidadosamente y disparó una rafaga, por suerte sus ciberimplantes anulaban bastante los sentimientos, si no probablemente estaría asustado.

Era evidente que su pirata informático no estaba en muy buena forma, así que sin pensárselo demasiado, Nebula se disponía a salir a la carrera en dirección a Download para cogerlo en peso y llevarlo dentro, pero de repente desapareció de su vista.

Maldiciendo entre dientes se esforzó por vislumbrarlo pero no logró dar con él, así que se situó junto al panel preparada para darle el botón de bajar en cuanto estuvieran dentro todos.

- ¡Avisa cuando estés aquí dentro!

Steelface se adelanta de entre sus compañeros para hincar rodilla en tierra y tras apuntar cuidadosamente con su rifle Yamaha Raiden dispara una ráfaga de 6 balas al misterioso lanzador de conjuros.

Éste reacciona con una velocidad sobrenatural y esquiva varias, otra estalla inofensivamente a pocos centímetros del mago, como detenida por una barrera invisible, y las dos últimas alcanzan a Mr. Van Host en el pecho, arruinando el chaleco de su tres piezas y haciéndole retroceder un par de pasos por la fuerza del impacto.

El elfo baja la mirada, comprobando los destrozos del traje, pero sorprendentemente no hay sangre manando de los orificios requemados que han dejado las balas explosivas. Van Horst levanta la cabeza, entorna los ojos para mirar al mercenario alemán y sonríe...

Al otro lado de la sala, uno de los antidisturbios sigue maldiciendo mientras intenta recolocar su casco en posición y recuperar un campo de visión normal. Su compañero, con menos problemas, abre la funda de seguridad de su arma y devuelve el fuego contra Steelface, aunque su disparo deja mucho que desear.

Para alivio de todos los runners, tras pocos segundos resuena la voz de Download ya en el interior del elevador.

-Pufff, pufff... ¡¡Estoy dentro!! ¡¡Vámonos de aquí!!