Partida Rol por web

En el exterior todo parece estar sucediendo muy deprisa. Los manifestantes que hace un momento les habían servido para ganar un momento de respiro ahora estaban huyendo. Aquél hechicero elfo, si es que era realmente solo un hechicero, era un oponente de temer; incluso Steelface con sus largas descargas de munición apenas lo mantenía a raya.

Artemis se mantenía a la defensiva, preparado para responder y preguntándose porqué no se habían puesto ya en movimiento cuando la voz de Download le recordó que aún no les había alcanzado. - Maldita invisibilidad, a veces estorba tanto como ayuda. -

- Neb, pulsa el botón, vamos, vamos. ¡Vamos! - Le instó Artemis cada vez más fuerte mientras defendía la puerta preparado para disparar contra el primero que se acercase.

Cuando Nebula vio lo que hacia el mago, supo que la idea de salir de allí era desde luego la mas acertada, y no necesito las indicaciones de Renegado para pulsar repetidamente el botón del parking al oír la voz de Download. Estaba realmente hasta las narices de ese edificio y quería desaparecer del mapa cuanto antes.

Con la llegada del hacker al ascensor el orko actuó rápidamente y pasando la tarjeta por el lector de datos pulsó compulsívamente el botón que les haría descender hacia el garaje.

-¡Nos vamos de aquí ya!

En el momento que se cierran las puertas del ascensor dejo e mantener las invisivilidades, volviendo a ser visibles.

Vámonos, alejemos de esa maldita cosa en forma de elfo. 

Las puertas se cierran, haciendo que los runners dejen tras de sí una escena de caos en el vestíbulo del edificio. Van Horst se abre camino sin dificultad entre los manifestantes y policías que quedan. Estos dos últimos grupos intercambian golpes y proyectiles: botellas y adoquines contra culatazos de rifle y balas de gel.

El zumbido de descenso es un alivio bienvenido y todos se ocupan en cambiar el cargador de sus armas, tomarse unos segundos para recuperar el aliento y examinar sus heridas. Tras escasos segundos las puertas se abren y muestran un largo aparcamiento en una única planta. Por la pinta de los vehículos (limusinas, deportivos y motos de alta gama), su acceso debe estar restringido a los altos ejecutivos de Inversiones Brackhaven.

Sólo dos vehículos, detenidos de cualquier manera a pocos metros del ascensor, desentonan en ese elitista ambiente: un Ares Citymaster con el símbolo de IB (probablemente el transporte de los antidisturbios del piso superior) y una ambulancia de DocWagon equipada con un cañón de agua inutilizado (parece haber chocado frontalmente contra algo y los cañones-manguera se han doblado). El Citymaster tiene la compuerta de acceso trasera abierta pero la ambulancia parece estar cerrada. En ambos casos el motor está apagado y con una rápida inspección se ve que ninguno tiene las llaves puestas.

El ciberpirata aún jadeaba por el esfuerzo cuando los runners salieron del ascensor, pero al menos había recuperado una coloración facial casi normal tras el episodio de desconexión forzosa de la Matriz.

-Pufffff, menuda carrera... resopló antes de continuar. Debería ser capaz de arrancar cualquiera de esos trastos sin problemas; pero si queremos llevarnos la ambulancia mejor que alguien haga los honores facilitándonos la entrada. Así me puedo dedicar a lo mío dijo mientras se llevaba un dedo a la sien y desplegaba un interface en realidad aumentada.

Tenéis que decidir cuál vamos a usar. Y hackear un vehículo para anular la geolocalización me llevará un tiempo, así que si alguien está pensando en que nos llevemos los dos ya puede irse olvidando...

- Lo que necesitabamos, transporte "discreto" - se desquitó con sarcasmo Artemis, que desde el último tiroteo estaba más irritable. - Casi preferiría escapar en un deportivo de los directivos por la velocidad, pero no son precisamente vehículos familiares y necesitamos uno con espacio de sobra. -

Se permitió meditar un segundo, mientras envainaba la katana y revisaba la munición ahora que podía permitirse un momento de respiro. - Los transportes policiales suelen tener más seguridad de la que aparentan. No me fío. Probemos suerte con la DocWagon. Si funciona, no os olvidéis de disparar a las ruedas de los demás vehículos o esta persecución terminará muy rápido. -

El orko se acercó a los vehículos y la duda le volvió a embargar.

-Uno llama más la atención, pero va más blindado, por otra parte la ambulancia es menos cantosa y si Nébula tiene una de sus "rachas" tendremos con que curarnos- dijo intentado hacer una sonrisa interesante que quedó totalmente desfigurada por los colmillos y exagerados dientes del orko. 

-Yo no tengo ni idea de conducir, ni de mecánica- siguió intentando pasar rápidamente por alto la torpe broma- ¿Quién puede manejar esto?

- Aun no has visto una de mis "rachas" guapo - dice sonriendole al orco -, cuando lo hagas lo notaras enseguida.

Tras aquella frase le guiño un ojo sacandole la lengua de un modo deliciosamente burlón antes de volverse al resto.

- Yo puedo conducir lo que haga falta, tan solo abrid el que sea, arrancadlo y os sacaré de aquí volando. Me trae sin cuidado uno que otro.

Estaba convencida de que generar un poco de confianza en el grupo no vendría nada mal.

Mi voto es por el vehículo policial, mejor blindaje y mejores capacidades, vamos a tener que romper un cordón policial. Por cierto nadie parece haberse fijado en que la ambulancia ha tenido un golpe, fijaos en su cañón. Es posible que incluso pueda tener algún defecto estructural no visible, y además recordad el monstruo que viene tras nosotros, el tiempo de abrir la ambulancia es tiempo perdido.     

A Artemis le exasperaba encontrarse con opiniones distintas pero no discutió, no era el momento para discutir, cada segundo importaba. - Sea, cogemos el blindado, pero en cualquier caso necesitaremos unos parches para el camino. - No pretendía menospreciar el voto de steelface, que aún no había dado su opinión, pero sin nadie más a favor de la ambulancia... era fácil ver que aquél era el resultado más rápido.

- Saltador y Catapult podéis reventar la DocWagon, no hacen falta delicadezas, al menos tendrán un medikit al que podamos dar uso. Steelface y yo nos encargamos de los demás vehículos. Mientras tanto, Neb y Download pueden encargarse del transporte sin que perdamos tiempo. Ya cambiaremos de vehículo cuando hayamos salido de esta. -

Dicho esto, comenzó a acuchillar los neumáticos más cercanos y disparar a los más lejanos para eliminar la mayor cantidad de vehículos posibles para una posible persecución.

Con un satisfactorio ronroneo, el motor del Ares Citymaster se pone en marcha. Segundos después, Download vuelve en sí. -Pufff, estos vehículos tienen buenas protecciones... Pero ya lo tenéis dice mientras se seca el sudor de la frente y salta dentro. 

Mientras Renegado la emprende con los vehículos cercanos, Catapult y Saltador destrozan a golpes la cerradura trasera de la DocWagon. No es una entrada sutil, pero consiguen acceder a la cabina donde se transporta a los heridos. En su interior hay dos camillas, un autodoc (apagado e imposible de encender sin activar el scanner retinal) y varias ranuras laterales que contienen medikits. Desafortunadamente sólo una serie de códigos que identifican el nivel de cada medikit y no parece fácil distinguir cuál de ellos contiene mayor cantidad de suministros.

En uno de los ascensores cercanos, las luces se encienden, mostrando que el ascensor ha comenzado su descenso hacia el parking...

Rápido coged algo y vámonos si ese ser nos pilla aquí abajo no va quedar de nosotros ni ceniza para un examen médico forense. Por primera vez el tono de mi voz se altera, sea que sea lo que sea que se esconda bajo la forma del elfo es una criatura de un poder que escapa a mi comprensión pero al que todo mi ser clama que no me enfrente.

 El terror cerval y atávico que Drexler despierta en mi hace que un ramalazo de energía recorra mi cuerpo haciendo que me convierta en un borrón en movimiento, Hecho mano a un medikit y salgo corriendo hacia el Ares CityMaster. 

 Al tiempo que proyecto mis sentidos al astral.   

Tras un par de rapidas rafagas a los vehiculos como había sugerido Renegado, Steelface entra en el vehiculo y comprueba el estado de la torreta, preparandola para disparar, tal vez les haga falta.

Le he metido varios tiros y no le ha importado demasiado, larguemonos, rapido, robar unos medkits no nos va a salvar, pero si esa cosa nos pilla estamos jodidos.

-Que le jodan- musita el orko al ver el desorden dentro del vehículo y escuchar el motor del ascensor bajando- Yo no sé de curar heridas, sé de causarlas- dice a sus compañeros mientras se dirige a la furgoneta blindada y se monta en el asiento de atrás.- Dale gas Nébula, o volveremos a tener que vernoslas con esos psicópatas corporativos.

Nebula se subió a la cabina del vehículo blindado, acomodándose en el asiento del conductor y ajustando este para sus dimensiones, echando un rápido vistazo a todos los controles, así como revisando los niveles de combustible y cualquier luz de alarma por algún fallo que pudiera tener. Tras comprobar que no hubiera nada incorrecto, tomo el volante entre sus manos y respirando profundamente apoyó el pie en el acelerador, preparada para salir de allí a toda prisa en cuanto sus compañeros estuvieran dentro.

- ¿Podras abrir las puertas del Garaje desde aquí dentro Download?

Al ver como se encendían las luces del ascensor Artemis detuvo sus disparos y se apresuró a subir al vehículo blindado. Era el último en subir, y como tal dio unos fuertes golpes con el puño para indicar a Nébula que era el momento de salir a toda velocidad.

Sin embargo aquel "elfo" no dejaba de preocuparlo, y por si acaso permaneció con una mano sobre el mango de la puerta trasera aún abierta, mientras en la otra sostenía su pistola ares proporcionada por el cliente.

-Haré lo que pueda, si no siempre podéis embestirla. Si conseguimos alcanzar suficiente velocidad en este cacharro deberíamos atravesarla, los he visto atravesar barricadas peores contesta el ciberpirata desde su asiento antes de dejar la mirada perdida y pasar a modo RV.

Con un chirrido y el olor a goma quemada, Nébula pisa a fondo el pedal del acelerador y el Citymaster arranca. Justo en ese momento el ascensor se detiene, las puertas se abren.

Drexel van Host escrutina la situación en el aparcamiento y una expresión de ira se dibuja en su rostro. Comienza a caminar para salir del ascensor...