Partida Rol por web

¿Estás segura de que fue así? le pregunto a Lin ladeando la cabeza porque yo recuerdo otra cosa muy diferente me llevo la mano a la frente y pongo cara como de estar pensado… aunque más bien parecía que estaba en el baño, pero bueno.

Yo lo que recuerdo es que ese tipo verde salió del camino y nos iba a indicar amablemente donde estaba el libro. Un tipo muy majo la verdad. Su cerebro podría ser muy útil, sobre todo para hacer de mayordomo o chambelán… pero bueno, que me estoy liando.

La razón por la que se paro en mitad del camino fue porque se puso a jugar con una cosa pequeña que apareció atravesando un arbusto. Se puso a toquetearla y a hacerle carantoñas mientras decía “que cucoooo” y cosas así. Una escena de lo más inquietante. Me pregunto que tendrá esta esbirro en el cerebro…

Hombre, vale que la esbirra era una muñeca, pero también esas muñecas de porcelana que parece que cuando te descuides te van a arrancar el corazón y se lo van a comer crudo, así que tras las palabras de " Doña Rojelia " la Oscurísima volvió a mirar a Lin, esperando que explicase eso del bicho con el que jugaba.

- ¿ Un bicho? ¿ Qué clase de bicho y por qué era más importante que mi libro?

Quería pensar que detrás de algo tan absurdo como encontrarte con un bicho y echarle migas de pan, había algo con sentido.

Escucha atentamente la intervención del jorobado paliducho y de ojos saltones... puede que dijese esas cosas del cocopato, pero no por el motivo de jugar... 

-Veréis, Su Excelsa Señora... Si es verdad que el Hombre Verde y Feo parecía que quería indicarnos el camino, apareció su mascota, el Cocopato, pero en verdad el Cocopato no era otro que un viajero extraviado y transformado en medio cocodrilo y medio pato... Así pues, para que nosotros no corriésemos la misma suerte que él, quiso avisarnos, pero como "Aigor" estaba entretenido en demasía charlando con ese hombre, yo me puse a disimular que jugaba con el animalito mientras éste me decía que ese hombre era malo...

Se detuvo un momento, para reordenar los sucesos y después continuó hablando.

-Después de unos minutos de charla, "Aigor" se dejó engatusar y a pesar que intenté hacerlo entrar en razón, el siguió al hombre verde y feo por un camino, que según, conducía al paradero del Libro... y con él, nos arrastró a todos...

Baja la cabeza entristecida.

-A pesar de mis esfuerzos no pude hacer nada... ahora, quizá sería mejor que continuase la historia "Aigor" ya que fue quien nos condujo a partir de aquí.

Tras aquella explicación la mirada de la mujer se volvió a posar en Igor, quien ahora estaba intentando hacerle el sueco, mirando a otra parte con estos ojos saltones de rana que tenía, pero la jugada no le salió demasiado bien, pues ahora sería su turno de explicarse de nuevo, había muchas cosas que no quedaban claras ahí.

- " Aigor ".. ¿ Así que el " verde " sabía dónde estaba mi libro? Pues tenéis un verdadero problema ¿ Sabes? Porque habéis vuelto sin él.. Lo digo sólo por si no te habías dado cuenta..

Y así la mujer se cruzó de brazos, esperando a que su esbirro decidiera comenzar a contar por qué siguieron a aquel tipo verde y su mascota esa que seguro que arrancaba miembros a " bocaos ".

Cuando la señora oscura dijo me nombre me gire hacia ella, si bien cada uno de mis ojos miraba a cada una de las esquinas de la habitación, aun con la cara de tonto y un pequeño hilo de baba eeeeeehhhhhmmmmmm, si, si el tipejo de verde, si, ya me acuerdo.

Yo seguí al tipo viejo porque me dijo que conocía a una persona que sabía donde estaba el libro. El resto quería que me quedara con ellos que estaban de chachara con la cosa esa pequeña, que eso me recuerda que pese a ser un bicho sabía hablar, me tenía que haber quedado con su cerebro puse cara de concentración y me quede unos segundos como pensando mirando al infinito.

Al cabo de un rato volví a centrar mi mirada en ambos lados de la habitación y continué como si tal cosa seguimos al tipejo hasta el interior de una casa de madera, ¡donde estaban teniendo peleas clandestinas! Me dijo que si le ganaba a un tipo con cara de mono y mucho pelo naranja me diría donde estaba el libro. Y como estoy dispuesto a hacer lo que sea por mi señora entre en el ring para darle a ese pelón una buena paliza en vuestro nombre.

El baron da un pesado paso con intención de hablar, pero esta vez, ya no parece que lleve un polvoron en la boca, vale que se oye alguna rrrr si bien no esta claro si es esto innato en el baron o bien tal vez sea un defecto del conjuro idiomatico.

- No no no nor… no no norr....Eso no es del todo cierrto….. faltan detalles…. Si me perrmitis… Mi señorra…. Mi….. mi…maléfico panecillo gris de Colonia horneado oscuro….. muy oscuro….mi mi….ummmm……ummmm….. MI SEÑORRA OSSCURRA!!! Herr Fonchausen a su serrvicio nuevamente, nuevamente y nuevamente…  - dice respetuoso mientras se cuadra tres veces a la par que carraspea como es habitual en el antes de decir algo de vital transcendencia - Hurrmmm hurrrrrrrrrrmmmm –

- La cucarracha de negro omitió decir que las peleas clandestinas errran de tipo cómico, de echo el trato exacto fue…que si ganaba “DISFRAZADO de señorra oscura” al hombre mono  de pelo narranja le dirria donde estaba el libro – una indignación sobre forzada cubre por completo el discurso del baron – Yo…. Mi señorra….mi masita de ricota y papa de formas esculturales... espolvoreada con ….con...con.. azúcar maléfico….. ummmmmm……. ummmm…… ejem….hurrmm….hurmmm…. mi señorra yo por hacer semejante proposición le hubierra LE HUBIERRA MATADO, DESTRIPADO, ANIKILADO, DESTRROZADO, DESMEMBRADO ALLI MISMO – intenta hacer una patada voladora ( obviamente no le sale ) y alza el puño en señal de poder, después jadeante por el esfuerzo realizado señala a Igor toma aire y continua hablando.

- Perro….el dijo que erra una buena idea, y que “casualmente” tenia un amigo que era el dueño de una tienda de disfraces, así que  fuimos allí, se compro un traje de princesa oscurra y se lo puso…. – alza la cabeza como recordando y se tapa los ojos con la mano en una mal intento de parecer abrumado por la vergüenza (al fin y al cabo cualquier señora oscura le ponia burrote ) -. Sobre el resultado del combate… mejor que os cuente el…. El perriodico de hoy abría con una foto a toda pagina que decía “el hombre mono naranja propina una patada en el culo a la señora oscura” -.

(imagen visualizada por el herr Fonchausen)

Tras esto el barón se pega un golpe en el pecho y emite el gemidito de turno ( si el cascovisor sigue estando en su mano)- Mi señorra! - dice escuetamente por primera a la vez Inclina la cabeza y se retira rápidamente a la columna más cercana por si hay que ponerse a cubierto.

El Rey Sombra riela en su esquina cuando Igor (pronunciado Aigor) termina su perorata de desatinos sobre lo ocurrido y se dirige a su tenebrosa señora.
- Su malignidad – dice avanzando y tratando de que su voz se oiga, el Rey Sombra lleva años sin hablar y hacerlo tan continuo afecta a sus fantasmales cuerdas vocales.
- Lo que aquí la cucaracha estrábica a omitido también en su relato es que realmente no peleaba por el conocimiento que menciona sino por el premio secundario, unos cerebros electrificados que el tipo usaba como faroles. El grillo bisojo planeaba darle los cerebros a su maestro en el castillo donde reside habitualmente, ya que le vendrían muy bien para los experimentos que allí realiza según dijo. – los ojos del Rey Sombra brillan con fulgor cuando prosigue su narración – francamente eso no dijo mucho sobre su lealtad para con nuestra ama y señora, ya que nuestra prioridad era el libro. – poco a poco el brillo de sus ojos vuelve a su estado habitual y el Rey Sombra se retira hacia su lugar entre los demás mientras adquiere un tono difuso entre las sombras que le rodean.

Mongolín, tímidamente avanzó, poniendo ojos de inocencia, y hablando para que otro sufriera el castigo se supiera la verdad. Porque en la historia de como Igor la cagó, ya ridícula de por sí, faltaba un detalle que era la guinda del pastel y la señora necesitaba saberlo.

Y es que a medida que sus compañeros decían detalles Mongolín estaba reprimiendo una risa para poner luego semblante serio cuando le tocó hablar. Claro que como el monstruo estudió expresionismo e interpretación en la misma escuela que Steven Seagal, nadie apreció ni su sonrisa ni su seriedad. Solo se apreciaba el brillo de sus ojos, de fidelidad hacia su señora.

-Ejem- dijo para "interrumpir" el relato de sus compañeros- Falta también un detalle. No solo ocurrió lo que han dicho mis compañeros, si no, que después del combate ocurrió algo muy extraño, ¿os acordáis?

Mongolín los miraba a todos, para que hicieran memoria, aunque sabía que lo tenía que contar él de todas formas.

-Lo que decía, al terminar el combate, y tras su derrota, una música inundó el ambiente.

-Y Elvis, o un tipo disfrazado de él comenzó a dar un "concierto" con canciones de Elvis, pero me parece que unas versiones un poco libres, para celebrar la victoria del mono naranja. Yo increpé para que nos fuéramos a buscar el libro, pero Igor no estaba por la labor y se puso a bailar. Y eso que la joroba le impide moverse demasiado.

La ira de vuestra ama se podía palpar en la sala y eso era algo que olía a muerte incluso antes de ella ni siquiera se moviera. Era raro que todos los esbirros se pusieran de acuerdo en algo y esta vez, su versión de los hechos era demasiado convincente, lo que dejaba a Igor en una muy mala situación, casi empezaba a dolerle el castigo de su Señora antes de que se lo hubiera infligido.

- Explícame todo eso de los disfraces, sobretodo por qué coño te disfrazaste de mí que no puedes dar el pego ni con un conjuro de cambiar de forma, lo de la lealtad y eso de quedarte bailando y esta vez ya puedes lucirte porque te va a doler y mucho..

El tono de voz dejaba claro su enormísimo cabreo y esta vez, la cosa estaba realmente mal para el jorobado.

Me giro hacia el Barón y haciendo un esfuerzo inhumano que hace que me salten unos goterones de sudor del tamaño de un puño consigo enfocar ambos ojos en él durante un segundo, para después pasar a mirar al Rey Sombra con mi ojo derecho y a Mongolín con el izquierdo.

Lo que cuentan estos tres es cierto a medias, su Oscura Malignidad. Es cierto que el combate resulto ser de disfraces en lugar de a puñetazos, pero no me disfrace de usted como ha dicho el Barón. Se ve que del calor generado por el casco le ha chamuscado el cerebro y no distingue un elefante de una hormiga. Deberíamos de cambiárselo, tengo uno de concursante de gran hermano que le vendría de perlas. En realidad el disfraz que me puse fue el siguiente:

Pero como ha dicho el Rey… por cierto, un nombre muy pretencioso siendo un siervo de la señora oscura, ¿no? Mi objetivo era el segundo puesto, por eso no me puse un disfraz muy logrado. Y si, la razón era ese cerebro. Lo que pasa es que estos pazguatos no son unos expertos seleccionadores de cerebros como yo, por lo que pensaban que era un simple cerebro que se encendía y apagaba como una bombilla. Pero para un experto como yo estaba claro que ¡ese cerebro era en realidad un super-cerebro que contenía todo el conocimiento del mundo! Así que si se lo llevaba a mi antiguo maestro, pues ahora mi lealtad se debe a su Sombría Vileza, este lo podría meter en un cuerpo robótico y así le podríamos decir que nos llevara a donde se encontraba el libro.

Fue entonces cuando salió el tipo vestido de Elvis que dice Mongolín para dar un concierto en honor al vencedor, por lo que el mono naranja se puso a bailar como un loco.

Pero como yo también había conseguido lo que necesitaba para poder encontrar el libro y así poder llevar a cabo la misión que nos ordeno su Tenebrosa Perversidad yo también me puse a bailar para celebrarlo. Y justo después del concierto llego la ceremonia de trofeos. Así que yo, feliz por completar la misión subía a recibir mi precio cuando Mongolín decidió… decidió… bueno, creo que es mejor que esta parte os la cuente él.

Vuesta Oscura Ama se lo pensó un poco y dudó en si lo del disfraz habría ocurrido así o no, pues sin duda, aquella acusación había sido muy pero que muy dura, sobretodo porque le quitaría la piel a tiras si hubiera sido así, pero como sus palabras parecían aceptables, decidió creer que sus compañeros sólo estaban cargándole el mochuelo con lo del disfraz, aunque si volvía a enterarse de algo así, no dudaría en arrancarle el corazón y darle un mordisco mientras la sangre aún resbalaba por sus manos.

Lo del mono ya fue algo que la hizo poner incluso cara de asco por tener que imaginárselo y ya que estaban hablando de cosas peludas, su mirada pasó a esa bola de pelo que tenía como esbirro.

- No está bien joder la entrega de premios si eso implica obtener el cerebro para poder ir por mi libro, así que.. ¿ Lo hiciste por algo en especial Mongolín, o sólo fue para que te rape al cero y te lo tatue con un hierro candente?

Igor enfoca uno de sus ojos en Mongolín, y éste, al saber que el jorobado iba a pasarle el entuerto, se cagó encima. Literalmente. Aunque debido a su color marrón natural y a que ya olía mal de serie, es muy posible que nadie se percatara.

Fruncí el entrecejo al escuchar las palabras de Mongolín, lo cual con una cara como la mía hacia que pareciese salido de un cuadro de Picasso o Dalí, mientras me rascaba la cabeza con el índice derecho.

¿Ponche? ¿Qué ponche? Si justo antes de subir a por mí premio el mono me dijo que la fiesta de celebración iba a ser un coñazo. Que si, que teníamos concierto y que la música muy bien, pero que no había nada de beber porque a algún berzotas se le olvido comprar la priba. Así que si no había priba, ¿dónde estaba ese ponche que dices tú que se convirtió en sangre?

La Señora Oscura miró un poco mal al bicho peludo al escuchar eso de que no había ponche, porque eso significaba que algo no era como se lo estaban contando y eso, la hacía bastante menos que poca gracia así que miró al esbirro como si aquello fuera una acusación muy grave, pero aún sin todas las ganas de hacerle la permanente y convertirto en una especie de " mata " del desierto.

- Explícate.. lo que seas.. - No tenía demasiado claro a qué especie animal pertenecía y tampoco la apetecía molestarse mucho en averiguarlo, quizás hasta pudiera ser la versión " eschurriá " de un Wookie.

El peludito se quedó mudo ante la " sugerencia " de su señora de que se explicara, así que al ver que no tenía la más mínima intención de ir a hablar ( quizás por estar asustado o porque ya no se le ocurría ninguna excusa que fuera a servirle para salvar su trasero ), la Oscura tomó cartas en el asunto y con un rayo que salió directamente de su dedo, convirtió al esbirro en una especie de pelusa marrón, pues a la vez que soltaba un tremendo alarido de dolor, su pelo se puso de punta ( sí, todo su pelo ) y no parecía tener nunguna intención de volver a su posición original tras aquello.

- Eso por no responder cuando te hablo. La próxima vez te dolerá más.

La mujer, así como si no hubiera pasado nada y más tranquila después de su descarga de ira posó su mirada en Chistery, quien permanecía misteriosamente silencioso.

- ¿ Tú te vas a dignar a hablar? - Preguntó esperando esta vez una respuesta afirmativa.

Cierto era que Chistery se había mantenido callado durante demasiado tiempo. Había empezado a olerse que con sus intervenciones no ayudaba a sus compañeros, más bien todo lo contrario. Por ello se había decidido a no abrir la boca, salvo que las palabras de los demás esbirros se desviaran demasiado de la realidad. Y hasta que su señora, icono de toda la perversidad del mundo y a la vez símbolo de la belleza más cruel, no se dirigió a él, no se sintió con necesidad de expresar su opinión. El momento había llegado, y los oscuros ojos, pozos profundos de negrura, le taladraron, tras hacer una pequeña muestra de lo que era capaz, resultando en una bola de pelo electrizada.

Aleteando las alas, para saltar un pequeño tramo que le distanciase del resto, Chistery se dobló sobre sí, hasta que su sombrero picudo tocó en el suelo.

Cierto es, ama de la noche, que fuimos en búsqueda del tal señor Claro. Sabíamos que tenía el libro y como nuestra misión era conseguirlo para su malignidad, decidimos ponernos en camino. Chistery se olvidaba que no habían traido el libro, pero era un detalle poco importante. Solo interesaba que la todopoderosa señora supiera la verdad de lo que había pasado.

Nuestro destino era el castillo, pero aquel taimado brujo debió usar una poderosa magia. Quizás surgida del mismo libro, quién sabe... El calor fue sustituido por frío y ni andar podíamos, se nos helaron hasta las ideas. Algunos de sus compañeros ni siquiera eran capaces de formular ideas por sí mismos, pero eso ya era otra historia. Cada paso que dábamos nos acercaba más al castillo, cierto, pero la temperatura seguía bajando, no podíamos continuar así. Tuvimos que alojarnos en un coche todos juntos, arrejuntados, dándonos calorcito. Y así quizás descubrir una forma de solventar el problema.

Mongolín se había quedado callado. Quizá se había sentido intimidado por la mirada inquisitora de su señora, o quizá por alguna razón ajena a él se quedó bloqueado. Pero lo cierto es que, aunque dolorido y con el pelo erizado, la bestia volvió en sí y recordó la escena del coche.

-Uy sí, hacía un frío tremendo. El señor claro, como archienemigo suyo que es- dijo a la dama- hizo todo lo posible para detenernos con una ola de frío y nieve. Sin embargo, usted también cuenta con muchos aliados, como la zorrilla de fuego. Estaba allí, intuyendo que el señor claro nos la jugaría, así que en un visto y no visto deshizo el hielo en cuestión de segundos, despejando el camino. Cuando iba a abrir la puerta del coche para salir, imagínese mi sorpresa cuando Chisteri dijo que debíamos seguir ahí parados, a saber por qué.

Mongolín recordó la escena, 6 monstruos encerrados en un coche diminuto, con lo gordos que están algunos y lo mal que huelen otros. Es una experiencia que no es agradable de vivir, ni de presenciar, ni siquiera de imaginar.