Partida Rol por web

Sin duda eso de las piruletas era lo más curioso que vuestra señora había escuchado nunca, pero todo podía ser y sin duda, el crear dulces fantasmales tenía su cosa..

- Quizás me lo replantee para el próximo Halloween..

Pero pensar en eso hizo que vuestra ama recordara que esa noche sería Halloween de nuevo y que no la habías llevado aquel libro que tanto " bien " la hubiera hecho tener.

- ¿ El libro estaba en el castillo entonces o dónde narices estaba?

Efectivamente, su Majestad, el libro estaba en el castillo. Luego de una larga caminata cuesta arriba, que, si me permite, fue tal vez algo excesiva para alguno de sus esbirros... No para mi por supuesto que llegué el primero a la puerta.

Tras una larga subida, decía, lleguamos a la puerta y nos encontramos un cartelón que ponía "Si está buscando el libro "Levanta Muertos", entre sin golpear". Era evidente que estábamos en la pista correcta. Al abrir las puertas con la violencia adecuada para un grupo de esbirros malvados como nosotros, nos encontramos en una sala enorme que estaba completamente a oscuras, solo iluminada por la poca luz que entraba por el hueco de la puerta. Entramos valientemente y en ese momento, las puertas se cerraron a nuestras espaldas estruendosamente y nos quedamos a oscuras, preparados para afrontar lo que se nos tirara encima.

Tras unos segundos, una luz muy brillante iluminó la estancia. La luz provenía de unas bobinas Tesla que estaban en un pedestal en el centro de la estancia. Entre las bobinas había un estanque que contenía un líquido viscoso y flotando en el líquido había un cerebro enorme.

El cerebro nos dijo que para obtener el libro, debíamos pasar tres pruebas y queél era la primera. Para pasar debíamos resolver un acertijo. En ese momento, nuestra primera reacción fué atacarlo, pero el cerebro estaba rodeado por un campo de fuerza impenetrable, por lo que sólo nos quedaba resolver el acertijo.

El acertijo decía "¿Qué es peludo, pequeño, con orejas largas, colita de pompón y le encanta comer zanahorias?". Sorprendido por la facilidad del acertijo, me disponía a responderlo, cuando Riñón me interrumpió, e irónicamente dió una respuesta equivocada, Señora. Será mejor que sea él quién explique lo que lo llevó a cometer tal acto.

Sin duda habían sido tremendamente amables en aquel castillo al dejar la nota, sí, eso de que te hagan no llamar ni al timbre está bien planteado y es bastante cómodo..

- Es un gran recibiento.. ummm.. tendré que mandarles un obsequio por navidad o quizás.. emmm.. bueno depende, porque tenías mi libro y eso significa que son competencia.. aunque les puedo mandar un sobrecito con antrax..

La mujer divagaba ella sola.

- Pues sí, muy complicada no era y menos para ti ¿ no Riñón? Así que debiste fallarla por algo que espero que no tardes en contarme.

Riñón parecía haberse quedado mudo y eso que la mujer estuvo esperando más de lo habitual en ella para ver si decía algo, pero no fue así, por lo que no tuvo ninguna compasión y lanzó alguna clase de hechizo contra él que hizo que explotara en mil pedazos, llenadoos al resto de vísceras, sangre.. e incluso algunos pelos rositas de conejo.

- ¿ No os había dicho que me gusta que me respondan cuando pregunto? Pues si no lo había dicho ahora ya sabéis lo que puede pasaros!!

Sus palabras iban dirigidas a los cuatro, que veías como acababais de perder a uno de vuestros compañeros, aunque eso por un lado era un alivio, porque quería decir que vosotros seguíais vivos.

- Obeja, que tú también eres un bicho peludo, aunque no sé si comes zanahorias.. ¿ quiéres explicarme eso de la adivinanza o lo que fuera?

Si la respuesta era que no quería explicárselo le daba un poco igual a la mujer, se lo iba a tener que contar de todas formas.. Tan sólo había sido una forma de hablar.

La obeja Negra, al oir su nombre le empezaron a castañear las patas. Luego, tragando saliba se levntó un poco y, haciendo una mueca a modo de sonrisa, empezó a hablar.- Síiiiii, mi grandísima señora oscura. Yo le contareeeeeee.- Dijo un tanto titubenate por la tensión del momento.- Lo que Svink... ha dicho es cierto. llegamos al castillo y entramos en él. Luego apareció un cerebro que nos hizo un acertijo. Ahí es cuando el conejo lo estropeó todo.- La obeja miró a Riñon con odio y prosiguió.- No sé si dijo Mi primo Albin y sus ardillas... o algo así.- La Obeja miró nuevamente a Riñon por su torpeza.

- Luego el cerebro se empezó a reir. De él comenzaron a salir rayos por tadas partes. Esto hizo que mis compañeros huyeran de manera descontrolada y cobarde. Pero yo no,  mi señora. Yo aguanté y me escapé por un pasillo secretro que encontré detrás de un lienzo.- la Obeja cada vez se envalentonaba más siguiendo sus propios comentarios.- Es este pasillo, al final, se veía una rendija de luz. Llegué hasta ahí, pero al entreabrir la potezuela, algo me detuvo. En medio de la sala había un trio de brujas que estaban haciendo sus cosas malévolas con un chaval.

La obeja miró a su señora y, juntando las pezuñas imploró a su Oscura majestad.- Se lo juro por mi lana negra. En la estantería de las brujas estaba su libro tan deseado. Allí mismo.- Dicho esto dejó que su señora habalse.

Ahemmm... Svinkmplfff fingió una muy mal fingida tocecilla y tomó la palabra. El libro en cuestión estaba en la estantería, efectivamente, mi Señora. Pero imagínese nuestra sorpresa cuando Obeja, no pudo tomarlo debido a problemas de índole estilístico. Yo creo que Obeja debería ahondar más en el asunto de por qué sus negros bucles le impidieron hacer lo que debía hacer.

Aquella interrrupción fue casi más una molestia para los oídos de vuestra ama que una aclaración y así se lo hizo ver a su esbirro, a quién lanzó una mirada que le hizo caer al suelo después de haber volado como tres metros por encima del suelo, haciendo que incluso quedara su silueta en las enormes baldosas de piedra de aquella sala del trono.

- Si ya estaba ahí el libro cogerlo y salir sería fácil ¿ no? ¿ Por qué no está en mis manos?

Sus caracteríscos golpecitos de impaciencia con el pie volvieron a hacer acto de presencia mientras ya ni miraba al pobre goblin, sino que centraba toda su atención en la oveja.

Tras escuchar la perorata de su compañero Svink, interrupiendo su discurso, la Obeja miró nuevamente a su Señora y, tragando saliva al ver lo sucedido con su compañero, continuó.- Si, mi Señora Oscura. Yo se lo cuento.- Dijo haciendo mil y una reverencias.

- Pues como le decía, lleguéeeeee por el pasillo secreto hasta la habitación donde estaban las brujas. Yo solo, sin nadie que meeee ayudara.- Rrememoró denuevo la Obeja para seguir por donde iba.- Y cuando vi su libro en una de las estanterias, no me lo pensé dos veces, me armé de valor y me dispuse a ir a por su libro.- La Obeja, encogió la cabeza y miró de un lado a otro como si estuviera allí.- Miré a uno y otro lado para ver si había más enemigos. Y tras comprobar que las brujas andaban absortas en sus quehaceres, me arrastré por el suelo, ayudado por mi lana, el silencio era total. El plan estaba funcionando.- Dijo la Obeja metida en el papel, como si estuviera allí de verdad.- Tardé un rato en llegar, pero no importaba pues lo importatne era que no me descubrieran para poder coger su tan deseado libro y salir de la misma forma por el mismo sitio.- la Obeja habló con un tono más bajo para hacer la idea de sigilo que evocaba en la escena.- Lo rozaba, se lo juro, oh mi Señora Oscura, estaba a tan solo unos milímetros,- La Obeja alargó su pezuña y puso una cara de esfuerzo, cerrando los ojos y apretando las mandíbulas, imitando el movimiento en pos del libro.- Era casiiiii mio.- Susurro la Obeja.

De repente la Obeja relajó todo su cuerpo y miró fijamente a su Señora bajando nuevamente la cabeza.- Pero es ahí cuando apareció Svink.- La Obeja Señaló a su compañero con su pezuña.- Ya lo tenía, casí era mío, cuando este... este... este burro, pues no tiene otro nombre, apareció derrepente gritando por el pasillo por el que había entrado, como si fuera una nenaza diciendo. ¡¡¡ME PERSIGUEN!! ¡¡ME PERSIGUEN!! ¡¡ME PERSIGUEN UNOS MINIGFANTASMAS, LIBRARME DE ELLOS!!.- La Obeja dejó que todas las miraras se centraran en Svink y luego prosiguió.- ¡ÉL! ¡él fue el cuasante de que mis intentos por coger el libro sigilosamente fracasasen. Ni que decir tiene que las brujas se diron cuenta de mi presencia. Pero también he de decir que al mirar a Svink, no le seguía nada, creo que tenía visiones o algo así, pero que le cuente él mismo, que le cuente.- Dijo la Obeja señalando a Svink con su pezuña

Tan sólo uno de sus esbirros podía tener tan mala pata para ponerse a gritar en una situación así, ya que sin duda, era especialistas en eso de ser cualquier cosa menos sigilosos, aunque al menos la ama tenía algo de curiosidad por saber exactamente qué era eso que perseguía al goblin que tanto miedo había debido provocarle.

- Svin por tu bien espero que luego pudieras coger mi libro, porque armas todo ese escándalo para algo que no fuera una distracción es como para hacer que no puedas volver a hablar más en la vida, la corta vida que ibas a tener después de que te arrancara la lengua con mis propias manos claro.

Como siempre, no tenía que esforzarse demasiado para ser mortíferamente amenazadora.

Mientras la mujer esperaba pacientemente a que su esbirrillo hablara a Obeja le cayó así sin venir a cuento una mirada fulminante que lo dejó tenblando, gritando y retorciéndose en el sitio.

Svinkmplfff se levantó del piso dolorido y con dificultad porque la fuerza del impacto lo había dejado medio pegado a las baldosas.

Lo de loz minifantazmaz... El correctivo aplicado por la señora oscura parecía haberle vuelto a desacomodar las piezas dentales, lo que hizo al pequeño goblin, aparte de dolorido, apesadumbrado.

Con las orejas gachas por la tristeza, Svinkmplfff continuó con su relato.

Dezía, zu Alteza, lo de loz fantazmaz ez ziedto, pedo lo que yo eztaba gditando eda "TE pedziguen unoz minifantzmaz, TE pedziguen, lbdaTE de elloz", pedo loz buclez de obeja le impidiedon oid bien lo que eztaba diziendo... En fin, mi Señoda, que el pdoblema en zí no fuedon loz minifantazmaz que eztaban pod impedid que Obeja tomada el libdo. El pdoblema fino en el momento que laz bdujaz tedminadon lo que eztaban haziendo con el muchacho, ez dezir, cuando tedminadon con el zacdifizio. En eze momento, una calabaza con una ezpezie de bazinilla a modo de cazco, una lanza y un ezcudo, apadezió en medio de una nube de humo y al gdito de "¡DETENTE TDUAN!", cadgó contda Obeja. El ezbiddo en cueztión zaltó juzto pada evitad tedminad como una bdochette de coddedo. La calabaza continuó su cadga didigiendoze al libdo, lo tomó con zu ezcudo y empezó a codded con el libdo. Tdaz un zegundo de zodpdeza, yo me puze a codded detdaz de la calabaza  pada finalmente conseguid zu libdo, Alteza.

 Disculpe mi señora, pero Svin no le dice toda la verdad

Digo mirando al esbirro que habla y luego a mi señora con ojos grandes

Como el dice, salió en persecución de la calabaza para así conseguir su libro; pero como usted sabe, no lo consiguió....Svin se desvivió corriendo detrás de la calabaza, gastando muchas energías mientras nosotros íbamos por detrás intentando alcanzarlo. En un momento nos pareció que svin había alcanzado a la calabaza, y lo había hecho, y nos dijo que había conseguido el libro y que se negaría a mostrárnoslo; y nos mostró unas invitaciones a una boda que le había quietado a la calabaza. Se fue solo a la boda a "festejar" que había encontrado el libro, cuando en realidad no lo había hecho.....

Por alguna razón, la mujer volvía a tener lagunas tras aquello que había dicho Mort, pero levantó la vista hacia Svin y posando su mano unos instantes en su propia barbilla volvió a hablar y lo hizo con bastante suavidad, y eso, casi era peor que cuando os gritaba pues ya lo tenías comprobado.

- ¿ Una boda para celebrar haber obtenido mi libro? Pues espero que no lo perdieras en ella porque sino te convetiré a tí en unas cuantas invitaciones de piel aiténtica, que seguro que se ponen de moda entre algunos de mis conocidos..

Ahora que lo había dicho eso sería tan bueno como aquello de los niños transformados en piruleta que le habían comentado.. pero también lo apuntaba en posibles ideas a desarrollar con calma, cuando no tuviera tantos pares de ojos pendientes de su espectacular presencia.

Ez ziedto mi Zeñoda que cuando alcanzé a la calabaza, gdité que tenía el libdo, pedo fue todo un addid de la calabaza que ademáz de usad admaduda, eda baztante taimada. Luego de un fedoz fodzejeo con la cucudbitázea en cueztión, conzeguí addebatadle el tomo de zuz zadzillozaz manoz. Con alegdía le afizé a miz compañedoz que tenía el libdo, pedo luego al abdilo pada ved zi eztaba dañado (no fueda coza que le tdajédamoz algo doto, mi Zeñoda), dezcubdí con ezpanto que en algún momento la calabaza tdaidoda había ezcamoteado zu libdo y lo había cambiado pod un mueztdadio de infitazionez de cazamiento. Pada mi zodpreza, allí en la pdimeda página había una infitazión pada cada uno de nozotdos, completita con nueztdoz nombdez y todo.

Svinkmplfff, hizo una pequeña pausa y luego continuó.

En laz infitazionez también ponía "Vengan a feztejad con nosotdos y tenddán zu libdo". Ni leddo ni pedezozo, tomé nueztdaz infitazionez, tidé el mueztdadio a la podda y lez dije al deztdo de zuz ezbiddoz "Famoz a feztejad a la fiezta pada conzeguid el libdo". Depadtí laz infitazionez y hazia allá fuimoz. Llegamoz a la puedta del zalón y el podtedo noz pdeguntó zi feníamoz de padte del nofio o de la nofia... y allí fue cuando Gaddd metió la pata hazta el cadacú, zu Majetad... mejod que él le explique.

- ¿ Que regalaban mi libro por ir a una boda? - Eso era lo que la faltaba por oir y toda indignada miró a Garrr quien ya se estaba intentando hacer el sueco cuando escuchó las palabras del goblin y eso que apenas se le entendía entre toda la saliva que soltaba al hablar con tanta zeta.

- Garrr! ¿ Qué pasó en esa fiesta, boda o lo que fuera? ¿ Pudisteis obtener mi libro o volisteis a quedaros a unos metros de él de nuevo?

Empezaba a aburrirse un poco de tanta excusa y eso se la notaba.

Mi señora, yo le voy a contar lo que paso y que algunas cosas no son como las dicen...

El libro estaba allí eso es verdad, pero no lo regalaban solo por entrar a la boda, si no que la calabaza lo tenia allí y lo había mezclado con los regalos de los novios, pero al llegar al lugar un guardia nos pregunto de parte de quien veníamos pero mintiendo no podríamos entrar ya que las invitaciones eran totalmente falsas porque en el dorso de las mismas solo había burlas tras burlas de aquella calabaza, entonces IDE un plan para poder entrar, el plan consistía tirar un El bichillo de fuego de fuego para armar un alboroto y así poder entrar sin ser vistos y llevarnos el libro.

TODO salió según lo planeado mi señora de las tinieblas, el bichillo de fuego hizo su trabajo quemando los manteles del lugar, haciendo que la gente saliera corriendo a buscar algo para apagar el incendio pero en ese momento un estúpido  se adelanto al plan para conseguir el libro y es allí donde todo el plan se arruino.....Sé que puede ser difícil creer pero tengo las pruebas suficientes para culparlo mi señora!!! Solo si usted me deja continuar se lo demostrare…