Partida Rol por web

Cuando entráis al gimnasio del instituto os quedáis alucinados por el cambio que ha experimentado

Parece que la directora sabe como montar una fiesta, y no podeis dejar de pensar en que o ha tenido mucha ayuda o se ha gastado una pasta para esto, quizá para compensar a los alumnos por todo lo que ha pasado en las ultimas semanas, a ella no la veis alrededor, pero si a un par de profesores

Por lo visto para no desentonar ha escogido a los 2 profesores más jóvenes del instituto, uno de ellos es Dany Steevens el profesor de Gimnasia, por el que todas las chicas y algunos chicos suspiran, lleva solo un año dando clase en el instituto pero ya le ha servido para ganarse la reputación del profesor buenorro

La otra profesora encargada de vigilar el evento es Diana Lawes, profesora de literatura y sobrina de la directora, aunque es buena profesora es bastante despistada, aun así aparece en las fantasías de muchos alumnos

           Llegué a la fiesta. Los profesores que estaban como cuidadores eran más caliente que una hornalla prendida. "Wow, con el de gimnasia se me ocurren veinte posturas distintas para practicar el kamasutra. Bueno, si alguna vez hubiera leído ese fucking libro. No, no debo pensar en el sexo prohibido, siempre trae problemas. Si quiero un claro ejemplo tengo a la idiota de mi madre que por un tipo es capaz de perder la cabeza. No sé cómo seré en el futuro, pero definitivamente no seré mi madre. ¡No sir!"

            Me había puesto un vestido símil cuero negro, entallado, corto, pero no tanto como hubiera querido o no me dejarían entrar. Mi cabello estaba suelto, le había quitado los mechones violeta y rojos porque quería un aire más de niña bien. Mis zapatos eran negros, de taco semialto. Llevaba una cartera oscura que hacia juego. Estuve a punto de llevar la que robé pero por algo sentía que esa no era una idea muy inteligente que digamos.

             Ni llegué me puse a buscar con la vista a Alex, Dick, Nick, Andy o incluso Cliff. A este último yo ya lo sentía parte de mi grupo y me importaba poco que pensasen los demás. Más que nada quería ver cómo se encontraban Nick y Andy, todo el tiempo estuve pensando en ellos y en el despelote de la foto.

            "Espero que estén bien, una mierda con el que hizo esa foto. ¡Maldito estúpido, si lo tengo adelante le dejo los ojos de mi violeta favorito! ¿Cómo se atreve? No sé si son gay y a decir verdad me importa bien poco. Son mis amigos."

Estoy otra vez sola en casa. Mi papá me quitó el castigo, incluso se había entusiasmado cuando supo que habría una fiesta organizada por la escuela (“conoce a alguien nuevo” me dijo, refiriéndose a lo poco que le gustaba mi amistad con Dick y la poca gracia que le hizo verme con él desnuda). Tengo uno o dos vestidos que no se ven tan viejos y podría usar. Tengo buen tiempo para arreglarme… si corriera a hacerlo ahora mismo.

Por una vez, no corro para llegar a la escuela. De hecho, desde el lunes que llego más de la hora tarde. Hablando de ellos, toda mi clase está preparándose o ya en camino a una fiesta pomposa, rimbombante, y mal organizada como solo las fiestas de escuela pueden serlo. Todas las chicas ya deben de estar enfundadas en vestidos dignos de graduación. En cambio heme aquí, en mi vieja pijama y buscando en la gastada colección de DVD’s de papá la clásica película de las ex novias deprimidas.

No, no voy a ir a la fiesta.

No quiero ir a la fiesta.

Me niego a ir a la fiesta.

Por un lado tenemos a Nick, con quien creí había tenido empatía, por otro Alex quien al verme seguro me lanzara otro bello comentario y a quien ya veo buscando que nueva bebida arrojarme, está Andy quien estoy segura no va a ir haciéndolo menos divertido, y la parte más divertida, mi mejor amigo, con quien estoy oficialmente peleada.

Me quedaré, dibujaré algo, tocaré la guitarra pretendiendo que sé cómo hacerlo, y veré el diario de El diario de Bridget Jones como buena chica deprimida.

¿Qué acabo de pensar?

Giro mirando a mi espalda. Detrás de mi está todo oscuro, sin ninguna fuente de luz más que la televisión y su ruido muerto, un bote de helado napolitano casi terminado de comer con la cuchara en el fondo, el sillón desarreglado, en él una de las almohadas de mi cama y hecha a un lado una de mis frazadas.

Cumplo todo el cuadro de chica depresiva. Oh, dios, oficialmente estoy deprimida.

- ¡Mierda! – exclamo, arrojando el DVD a un lado.

Pasó otra hora en la que hice casi todo. No en el sentido que piensan: cuando digo “casi” me refiero a que intenté y al final no hice nada. Bajé del cuarto a intentar alzar, me regresé apenas volver a ver la sala. Intenté dibujar, lo dejé apenas me di cuenta que dibujaba solo rombos y círculos. Intenté tocar la guitarra, a los tres acorde la abandoné sin siquiera meterla a su funda. Intenté mandar un mensaje, lo dejé cuando me di cuenta que le escribía a Dick y no a Andy.

Esto es frustrante. ¡Nunca había estado deprimida!

Estoy subiendo pesadamente las escaleras. Estoy caminando a mi cuarto. Estoy viendo el maquillaje regado por mi cómoda y alcanzo a ver mi cara sin maquillaje. Me harto y decido darme un baño, así sea para lavar imaginativamente mi extraña y recién adquirida depresión.

¡Mierda, de nuevo!

Entro al baño, dando un portazo.

Dejo que el agua siga cayendo. En esa misma regadera hicimos el amor. Las veces antes sonreía por el recuerdo.

¡Mierda, otra vez!

Quiero sacudirme a Dick de la cabeza, pero no he pensado en otra cosa. Estoy peor que ex novia despechada. Me duele esta discusión aun peor que si fuera ex novia despechada. Es frustrante, es ridículo, es, es, es…

Mi enojo es tal que haría hervir el agua aun más que él y yo haciendo el amor aquí, y eso solo me frustra aun más. Cierro la llave y procedo a envolverme en una toalla para salir y huir en enésima vez del día de mí misma. ¡Ni siquiera cuando me baja ando así de voluble!

Abrí de golpe mi cuarto, dejándome (si, de nuevo) caer a la cama. Es exasperante. Y peor aún, ahora estoy con los brazos abiertos cual cruz, dándole de nuevo vueltas a la discusión. Debería de estar concentrada en Andy. Doy una patada a la nada, y acabo golpeando la última caja que aun no había abierto y con tan buen tino puesto a un lado de mi cama.

- ¡Au! – exclamé, incorporándome para sobarme el pie adolorido. La caja se volteó, derramando todo su contenido…

¿Esperen, ese no es el envoltorio de un paquete de toallas femeninas?

Me sorprendo cuando veo lo que hay en el suelo. Por fin recuerdo que la puse a lado de mi cama para abrirla ayer, pero se me olvidó. Solo eran cosas como libretas antiguas de dibujo y material para manualidades, pero hay cosas que no me gusta que papá vea y esa es una de ellas.

Cuando me doy cuenta me congelo allí mismo. Toallas. Tenía empacadas las toallas. No las he usado, y no me acordé porque no las necesitaba.  

Poco a poco comienzo a reaccionar. Hago números mentales. Soy exacta como un calendario, no debería de tener este atraso. Al recuperar la capacidad de moverme me llevo ambas manos a la cabeza.

Apenas puedo respirar. Tengo un atraso. No, es imposible… La primera vez si me protegí…

Recuerdo nuestras veces juntos.  Al recordarlo no puedo menos que cerrar los ojos. Por miedo, por enojo, por impacto. Por sentir que ahora sí que me llevé el premio a la mayor tonta del siglo. ¡Hubo veces donde por la calentura no usamos nada!

Dios… y si…

Si…

Si…

Me tapé la boca con ambas manos. No podía ser. Si podía ser. No quería… no…. Dick…

En menos de cinco minutos ya me había vestido, arreglado (quiero creer) y corrido hacia la escuela, dirección al gimnasio. Estoy temblando, todo el jodido camino estuve temblando. Y el frío no hizo más que empeorarlo, porque no hacía ni media hora que me había dado un baño.

¡Mierda otra vez!

No tenía puesto un vestido. Mierda, pienso de nuevo cuando veo a la distancia que Erica sí. Ni siquiera me había peinado. No tenía intención alguna de ir a la fiesta, ¡si no fuera por la urgencia ni siquiera estaría aquí!

¿Dónde quedó esa película, que ahora sí que quiero llorar y no de la emoción…?

A la mierda, disparo la palabra por potencialmente la millonésima vez. No me pidan cordura, hoy no. Saco de una bolsa de la chaqueta lo único que llevé aparte de las llaves conmigo, el celular.

- Vamos… vamos…

El saldo de su…

¡MIIIIEEEEERRDAAAAAAA!

Menuda semana de mierda, eso era lo que estaba siendo, una semana de mierda. Hoy sería la gran fiesta y no tenía ninguna gana de ella, inaudito, pero cierto. Aunque bueno, tampoco es que una fiesta organizada por el colegio a las seis de la tarde sonara como un gran plan.
Me había distanciado de Alex, sabía que había sido un borde con ella, pero no aguantaba verla con aquel hippie, y Andy, ¿donde cojones se metía? ¿tanto le había afectado toda aquella mierda?, encima no sabía nada del pirado, ¿pero había sido él? parecía que se había ido de verdad, ¿pero entonces quién? ¿y porqué? Todo aquello no tenía ningún sentido.

Me di la vuelta en la cama y me recoloqué los auriculares, no tenía ganas de nada, aunque al menos aquel día parecía que la familia había salido, con un poco de suerte volverían tarde y no me darían el coñazo.

Al menos la búsqueda del culpable nos había acercado otra vez a Nicky y a mi, parecía bastante concentrado en encontrar a aquel tipo, y claro, era una tarea que nos había acercado bastante. Fugarnos de clase, beber cerveza, casi empezaba a recordar que no siempre era un idiota.
Pero aquello era todo lo bueno que podía sacar de aquella semana.

Volví a darme la vuelta, esta vez para encontrarme con la foto que reposaba en el escritorio, Paxie... ni si quiera sabía que hacía con aquella foto allí. Tiré de la capucha de la sudadera para taparme la visión, para no verla, la música seguía sonando.
Odiaba estar enfadado con ella, pero sobretodo odiaba que me molestase tanto. ¿Porqué? ¿porqué me importaba tanto?, solo era una amiga, una amiga con la que lo pasaba bien. Y sin embargo me hacía sentir más celos que ninguna, me ponía malo pensar en que se acostara con otro, me ponían malo algunas miradas de Nicky.
¿Pero que cojones me pasaba? ¡¡Ya estaba bien!! ¡¡Se acabó!!

Me levanté, estaba vestido con una sudadera roja, camiseta y unos vaqueros, me calcé unas deportivas y me fui a la calle. Pensaba tirarme a la primera que me encontrara. Paxie no era mi novia, no me importaba nada, que hiciera lo que quisiera. Yo era Dick Drake, y esta noche me tiraría a la que me diera la gana.

 Llevo un estilo muy mio y mis inseparables Convers All Stars, voy cargando con una bandeja con un Brownie, y Alexia que va conmigo lleva otra bandeja, estamos hablando y riéndonos, el porro antes de venir nos ha sentado muy bien y tenemos la risa floja.

Cuando llegamos, cojo la bandeja con una mano y a Alex del brazo y me dirijo, arrastrándola suavemente, al lugar dónde dejar los brownies para que la gente los coma. Hemos hecho de dos tipos, uno cargado con una marihuana de flipar de Amsterdan y uno normal, y al cortalos los hemos mezclado para que no se sepa cual tiene "aderezo" y cual no...

Una vez hemos dejado "la carga" busco un par de bebidas para Alex y para mi mientras busco, con la mirada, entre la gente a Anya, Erica o Lin Tsai en el local con la música a todo volumen....

Tras salir de casa siento algo de hambre, no he comido en todo el día, veo una tiendecilla y no dudo en entrar. El dependiente, un hombre gordo y entrado en años atiende a una mujer sin quitarme el ojo de encima. Me dice algo, pero no lo escucho, me subo la capucha y subo el volumen de los auriculares. Llevo dinero, pero no me apetece gastarlo, tengo algo que demostrarme, ahora más que nunca. Dick no escucha a nadie, no se ralla por nadie y hace lo que le da la gana. Cojo una botella del primer vino que pillo y unos donuts y echo a correr, el viejo me ha visto venir de antes, pero de nada ha servido, sale a la calle, me sigue, pero está demasiado mayor y gordo, pronto la distancia es insalvable y yo solo me río.

Me como mi trofeo tranquilamente y lo bajo con vino, intentando alejar una imagen de la cabeza que me atormenta. No he llamado a nadie, ni a Nicky, ni a Andy, ni Alex ni Erica, esta noche es exclusivamente para mi.

Para cuando llego a la fiesta ya me he zampado los donuts, aunque aun me queda media botella de vino que sigo bebiendo, no espero que haya nada digno de beber allí.
Lo primero que me llama la atención es lo formal que va alguna gente, aunque no me importan mis pintas, nunca me ha importado demasiado la etiqueta. Erica está hoy bastante bien la verdad. Aun así me ajusto la capucha y aprovecho que la luz no está muy fuerte para evitar ser visto. Me parece ver por allí a Alex con aquel hippie, pero me da igual, que les den a ambos. Ya se dejará de reír Alex como resulte cierta una de las sospechas de Nicky.
Y entonces la veo, el objetivo perfecto, esté increíble aquella noche. Sin dudarlo me acerco a la profesora Lawes.

-Está pero que muy bien esta noche profe.- Le digo picaramente ofreciéndole la botella de vino.

Esta noche vamos a por el gordo.

Estoy helada en la parada de autobús junto a mi casa. Espero el bus en el que  viene Cliff para ir juntos a la fiesta. Solo llevo el móvil, y me escribo con Cliff y Érica. Él dice qua ya llega, y Érica me comenta que ya está allí. Al fin veo aparecer el bus. Subo frotándome los brazos del frío y lo veo sentado junto a la ventanilla y en el otro asiento tiene los brownies que preparamos. Me quedo un instante en el pasillo observándolo y sonriendo. Vaya pintas me trae. Voy hasta él y me siento en su regazo dándole un beso.

-Pareces un mendigo pijo jajajaja- le digo riéndome de sus pintas antes de cogerle de las solapas de la chaqueta y tirar de ellas para acercarlo hasta mis labios. Pero me gusta su estilo propio.

Sobre su regazo, me apoyo en su pecho y me relajo viendo el paisaje nocturno que se ve desde la ventana. Mentiría si dijera que no me preocupa un poco lo que piensen todos cuando me vean con Cliff tan cariñosa.

Al bajarnos, nos fumamos un porro antes de entrar, para prepararnos y hace que me despreocupe un poco de mis pensamientos. Al entrar me quedo perpleja con la fiesta. El ambiente es una pesada, estoy segura que ha sido más cosa de mis amigos que de la directora.

-Qué pasada…- digo pensando en voz alta. Admirando la fiesta, entonces Cliff tira de mi para movernos entre el gentío. Nos libramos de los brownies y él me pasa una bebida.

Veo entre el barullo a una chica que está espectacular, entonces el foco en movimiento pasa por encima de ella y veo claramente que es Érica con un vestido de infarto. Deslizo mi mano desde su brazo hasta la mano de Cliff y tiro de ella para ir hasta mi amiga.

-¡Estás guapísima!- le grito para que me escuche por encima del volumen de la música. Le doy un abrazo y le beso la mejilla. – ¿Has visto a alguien de los nuestros?- le digo en el oído.

Miro sobre las cabezas a ver si encuentro a alguien. Veo a la rubia, Pax, que está con el móvil con las mismas pintas de siempre, como si acabaran de atracarle y violarle en la calle. Sigo buscando y veo a los dos únicos profes de la fiesta. A Dany, el profesor sexy de gimnasia rodeado de niñatas y a la profe enchufada de la directora junto a uno que está de espaldas encapuchado que no soy capaz de reconocer, pero parece estar buitreándole.

Me muerdo el labio al pensar un poco resignada que yo también podría estar tentando al profesor. Pero de pronto suena los primeros acordes de un tema que me encanta y todos mis pensamientos se evaporan, he venido a disfrutar de la fiesta con Cliff y mis amigos.

Miro a Érica entusiasmada y después a Cliff, contoneando mi cuerpo al ritmo de la música, sin soltar su mano.

-I want to know how to survive in the nightlife- canto con la música.

Esstupidas fiessstas - pensaba mientras se dirigía al instituto, aún no tenía claro de por qué iba, pero ahí estaba , vestida con uno de sus vestidos, no pensaba ponerse nada que no fuera a usar en un día normal y mucho menos comprarse algo para aquella idiotez. Se puso los cascos y dejo que la música intentara apaciguar su latente mal humor, aunque no estaba segura de que aquello fuera posible.

Descartó la idea de ir en autobús, entre mas tardase en llegar menos tiempo tendría que quedarse ,por lo que hizo el trayecto caminando y aunque la noche era fría nada se asemejaba al frío de su asqueroso país natal. Y por unos minutos se dejo envolver por noche y el anonimato que ella le brindaba.

Llegó a la puerta del gimnasio y el escaso "buen humor" de la rusa se evaporo, aunque seguro que encontraría a alguien de quien descojonarse a gusto. Se abrió paso entre la multitud de niñatos danzarines y como llamada por una voz divina se encamino hasta donde estaba la bebida, no sin recibir y repartir empujones e insultos a gusto.

Se sirvió algo que no quería saber que era y se apoyó en una de las paredes para mirar el espectáculo que había frente a ella. En ello estaba cuando encuentra a Erica , Alexia y al Hippie - Con esa sonrisa de abraza arboles piojoso seguro que va fumado - pensó divertida a la par que veía a Alexia sumergida en una especie de vorágine musical mientras bailaba como sino existiera mañana de la mano de Cliff - ira también fumada ? - puso los ojos en blanco y paso de ellos.

Iba impecable como de costumbre. Las manecillas del reloj marcaban que ya era hora de aparecer por la fiesta. El trabajo que habíamos desarrolla en equipo con la profesora Lawes y el profesor Steevens, ya que ni Dick ni Andy respondieron a la tarea al final, había sido magnífica, el día anterior en la noche habíamos terminado de finiquitar los detalles, estaba seguro que la fiesta le gustaría al resto del grupo, estaba muy bien montada.

Miré el celular. Desde ese día no lo había visto como antes. No hablaba, no escribía. Bueno, al final, todo el mundo puede vivir sin una persona, además el era medio tarado, no era importante.

El chofer de mi madre me llevo a la fiesta siendo tal vez de los últimos en llegar.

Busqué en mi celular el número de la porrista, ya habíamos hablado días anteriores, ella estaba mas que a gusto de ir a la fiesta conmigo, le dije que la recogería por lo que la llame, pasamos por su casa y luego seguimos a la fiesta.

Al entrar le ofrecí la mano. Era una chica guapa, posiblemente interesante de conocer, aunque en realidad no me interesaba conocerla, hoy tenía otras motivaciones. Caminamos hacia el licor, le di un vaso y yo tomé otro. A lo lejos estaba Alexia, el Hippie y Erica, me acerqué a ellos, salude de beso a las chicas y pasé de largo del hippie, solamente le dediqué un leve gesto con la cabeza. 

- ¿Qué tal la fiesta?. La chica con la que iba estaba callada, le dedique una mirada, una pequeña sonrisa acompaño el gesto y luego me acerqué a su mejilla para darle un pequeño beso. ¿Estas bien?. Sonreí y luego seguí con mis amigos, me apetecía bailar un poco. 

¿Dónde estará Dick?.

El día con Alex había empezado bien, ya desde el Bus, que al entrar me dice que parezco un mendigo pijo entre risas, a lo que yo la dije, Tu sin lo de mendigo riéndome también y quedando en postura cariñosa hasta que llegamos al instituto y antes de entrar nos fumamos un porro.

Una vez dentro Alex alaba la fiesta, la verdad, no esta mal, pero no es mi estilo del todo. Tras dejar los Brownies y traerla una bebida y yo coger otra, Alex encuentra a Erica y desliza su brazo hasta mi mano y me arrastra a donde Erica para saludarla. La doy dos besos. -Que tal?- Grito también por encima de la música. La verdad esque no parecía la misma del otro día en las gradas, hiba maquillada y con un vestido que la sentaba muy bien.

Se escucha la música y Alex sin soltarme la mano se pone a bailar mientras canta la canción, sonrío y bailo con ella porque me gusta ver su cuerpo con esos movimientos sensuales e hipnóticos y porque me tiene pillado de la mano, que me gusta, y con la fumada que llevo me da igual todo.

Veo pasar a Anya que coge una bebida, se apoya en la pared y me mira, pero enseguida pone los ojos en blanco y pasa de todo. Había hablado realmente poco desde lo de Dick, ha estado muy esquiva y más automarginal de lo normal, trataré de hablar con ella, si esque le apetece pues entre unas cosas y otras apenas nos hemos visto para que la ayude a estudiar...

Estaba en esas visicitudes cuando aparece Nick y saluda a Erica y a Alex con dos besos y a mi apenas me alza la cabeza y le devuelvo el gesto con el mismo "desprecio". La verdad es que ni me iba ni me venía, vamos que me la sudaba bastante, solo esperaba que Dick no se pusiera gilipollas conmigo o acabaría la fiesta bastante rápido, una fiesta a la que no me apetecía mucho venir si no fuera por Alex....

Trato desesperadamente de encontrar señal de internet para poder mandar al menos un mensaje por whatsapp. De este lado no hay señal. Camino un par de metros a la derecha, acercándome a la escuela. Tampoco hay señal…

Vamos… vamos…

Me acerco intentando buscar el lugar de la entrada del gimnasio donde antes he agarrado señal. En ratos la encuentro, en ratos no. Tropiezo con alguien en sudadera, tiene que ser la tercera vez en la semana que lo hago.

- ¡Lo siento! – digo sin voltear, todavía con el alma en un hilo y casi sintiendo que mi vida depende de que la pantalla diga “conectado”. Sigo caminando, tratando de encontrar señal.

Nada.

Cuando por fin alzo la vista de mi celular veo a más gente entra a la fiesta. ¿Oigan, ese no es Nick? ¿Con una chica? Bueno, parece que si es bi. ¿O de verdad era una confusión?

Recuerdo por qué discutí con Dick. Genial. Ahora voy a andar pensando en la discusión. A este grado de la noche pienso que el mundo entero es un recordatorio de mis grandiosas y problemáticas metidas de pata. Ahora sí que tengo un gran problema.

- ¡A la mierda! – Exclamo, casi usando la frase clásica de Erica. Voy a entrar…

 Simon me llevó hasta una manzana anterior a la escuela, mientras en la radio sonaba una agradable melodía*. Él había demostrado ser muy considerado en esta aspecto, siempre con talante y amabilidad y dejándome a mi marcar los tiempos. 

Me había ayudado también a escoger la ropa, me aconsejó llevar un traje azul marino de aquellos que me quedaban también con mi nueva talla. La chaqueta se me cernía perfectamente al cuerpo y me marcaba una cintura espectacular. Los pantalones me quedaban tan bien que parecían hechos a medida, y me marcaban el culo; hecho que había resaltado Simon entre risas cuando montaba en el coche pidiéndome que me portase bien.

Es un tío genial. Pensé después de reír su broma sobre los paparazzi, tras una semana sin salir de casa había casi normalizado el asunto... Al menos en casa. El propio Simon me había prestado sus zapatos color burdeos, sus favoritos, que además de caros eran comodísimos. 

Bueno, aquí nos separamos me dijo Estate tranquilo, pásalo bien, y si necesitas cualquier cosa estaré despierto.

No fui capaz de constestarle nada porque se me había hecho un nudo en la garganta. No por su cercanía, ni por que me tocase amablemente el hombro o porque me diese un beso en la cabeza antes de salir del coche de manera muy paternal. Era por lo que me esperaba dentro de Gimnasio: lo desconocido. 

Hacer las últimas calles a pié me sirvió para calmarme y centrarme, el frescor de la noche me estaba siendo de ayuda. Saqué el teléfono móvil del bolsillo interior de la americana: nada; ni un mensaje, ni una llamada. Nada. Me sentía un poco sólo, y eso me daba cierta sensación de vértigo.

Llegué al gimnasio y tardé bastante tiempo en rehubicar las espalderas y el demás material deportivo en mi cabeza, para hacerme idea del espacio. La verdad es que el hijo de puta ha hecho un trabajo exquisito. Pensé acerca de Nick ¡Dios no! me golpeé con la mano en la frente haciéndome bastante daño. No llevo ni un minuto aquí y ya he pensado en el idiota ese. Maldije y solté una palabrota mientras me colocaba y recolocaba la americana y los pantalones. Lamentaba no tener un espejo cerca por me estaba agobiando un poco al no poder verme no sabía si iba lo suficientemente perfecto. 

Me adentré con paso dudoso en el gimnasio, y caminé por el borde de la pista, y rodeando y evitando a la gente, me moví cerca de las paredes hasta que casi choqué con un vigardo. 

Perdón lo siento, mierda dije sin percatarme con quién había colisionado. ¡Oh! ¡Vaya! Exclamé asombrado Esto... Perdón profesor. Me disculpé pero no pude apartar la mirada de él.

¿Este es el tío que da Educación Física? pensé con las cejas arqueadas sin quitarle la mirada, En chándal también está muy bueno, pero esto es otro nivel... 

Por encima de su hombro vi como se formaba, más o menos, un grupo de chicos. Eran mis amigos Aunque no tengo claro que lo sigan siendo eran Cliff estaba con ellos, era el chico que me había ayudado aquel fatídico día. También vi a Alex y a Erica. Incluso a Pax revoloteando por ahí, exactamente como la imaginaba cuando pensaba en ella. Sonreí al verla andar de un lado a otro del gimnasio, y pensé en acercar a saludarla. Pero entonces apareció el-que-no-debe-ser-nombrado. 

Fue como si la luz desapareciese de la sala. No. Fue como si la toda la luz del lugar le apuntase. A él y a aquella putita con la que venía. Zorra, pensé, aunque sin tener muy claro si lo hacía contra él o contra ella. Había llegado el Rey de la fiesta, era obvio. Así que decidí apartarme lo máximo posible de él y de su perra. 

Estaba empezando a llegar más gente, mucha que no conocía, algunos se giraban para mirarle. No sabría decir sin con curiosidad o mofa. Suspiré, no podía hacer nada, así que decidí quedarme en un lateral del gimnasio, apoyado en la pared. 

           Alex aparece con su nuevo chico, el rastas, que ahora tiene un estilo diferente pero sigue siendo su estilo. Me dice que estoy guapísima. La saludo un un sonoro beso. -Tú también. Pero eso no me extraña. Hola Cliff, te queda bien el gorro -le comento mientras miro los brownies. "Oh my God, van a hacerlo. Esto tengo que filmarlo." Por fortuna tengo mi móvil con cámara para cuando la fiesta se ponga interesante. Entonces mi amiga me pregunta por los otros. -No he visto a Dick por ningún lado. Mira, allí está Nick. 

         En eso mi amiga se pone a bailar junto con Cliff. Se la ve súper bien. Yo, mientras estamos juntos, veo alrededor para captar si alguno otro de los de mi grupo han venido. Veo a esa chica, Pax, y a la otra, la que anda siempre junto a Cliff por los pasillos. Me gusta su estilo oscuro, aunque en general es el que usa todo los días aunque quizás un poco más dramático. A mi lado pasan chicos y chicas conversando, o más bien gritando para hacerse oír por encima de la música, y otros bailando. Algunos babosean con los profesores, no me extraña porque han puesto a los dos más buenos de la escuela. Yo me quedo junto a Alex y su: más que amigo, cuasi novio, besador de momentos oportunos, cualquiera sea la categoría en la que entra Cliff. Sobre el resto de mi grupo, me gustaría hablar con Andy y Nick pero no es el momento. 

       "Es hora de pasarlo bien. Me pregunto si alguien habrá puesto algo de alcohol al jugo ya. Espero que sí. Sino me como un brownie. Aunque si me toca el simplón va a ser lo mismo que nada. Vamos por el alcohol." Busco los jugos y gaseosas intentando con mi olfato lograr ver si alguno tiene bebida de esas "espirituosas".

           Nick me saluda, nos saluda. Está con una rubia despampanante mientras yo me encontraba en plena búsqueda de bebidas. -Hola Nick. Hola... chica -le respondo a la rubia que está junto a él, que tiene todas las pintas de una Porrista (cheerleader). No sé si la foto fue una mentira, si mi amigo es bi, o si esto es todo una fachada. Tampoco me importa. Solamente quiero verlo bien: a él, a Andy, incluso a Dick aunque a veces me den ganas de matarlo. Mis ojos van a mi amiga y Cliff y cómo se divierten. 

         -Estaba por buscar algo de alcohol. ¿Me ayudáis a encontrar? Seguro que debe haber algo así escondido, Mmm. Si, sí, alcohol. Necesito unos buenos tragos.

           Girando de nuevo mi cabeza veo que Andy hace aparición. Está guapísimo. Quiero ir a saludarlo también pero noto un cambio en su mirada cuando observa para mi sector: en el que está Nick con la chica, Alex con Cliff y yo. "Ahora que lo pienso estoy sin nadie yo, what the fuck? Ni me importa. Ya encontraré un caramelo en esta fiesta."

Aun estando en mi salsa no sabía muy bien si la profesora me hacía caso o me ignoraba, ya que no dejaba de mirar buscando algo. Me duele reconocerlo, pero tenía a una tía increíble delante y no le hacía caso.
Llegado a cierto punto alguien chocó conmigo, cuando me di la vuelta para decirle algo habría jurado que era Paxie, así que me volví a dar la vuelta tragando saliva, sin saber muy bien que hacer.

-Escucha... tengo que irme...- Le dije a la profesora. Necesitaba pensar.

Aunque el pensar pasó a un segundo plano cuando en un lateral del gimnasio vi una cara amiga. Y una sonrisa iluminó mi rostro.
Me moví rápido entre la gente, hacía días que no le veía y no sabía que cojones había sido de él.
Llegué por su espalda, iba hecho un dandy, y le revolví el pelo con fuerza.

-¡¡Andyyy!!- Grite, la música estaba bastante fuerte para que solo él y alguien más que estuviera bastante cerca nos escuchara.- ¿Dónde mierda te habías metido?, ya creía que te habías mudado del país.

Me había preocupado no saber de él, y la verdad es que me agradaba que volviera a aparecer, aunque estuviese en una esquina solo, de todas formas yo tampoco tenía demasiadas ganas de ver al resto.

-¡Nick! – grité contenta al verle, estaba elegante, como siempre. Quizás yo estuviera mas exaltada de lo normal, en parte por el por, pero también eran ganas de verle. Después de la semana en tensión que habían pasado los chicos quería verlos a todos. Le di dos besos en la mejilla. Entonces me di cuenta de que le acompañaba una chica. Tal como hace Nick con Cliff, ignoro a su amiga.

Otro jueguecito para Dick, pensé al verla.

-¿Has probado los brownies?? No te arrepentirás.- y le guiño el ojo para que sospeche algo antes de volver a bailar.

Al girarme me percato de que la amiga de Cliff está apoyada contra la pared, con la misma cara de asco que la acompañaba todos los días. Una sonrisa traviesa se me escapa. Suelto la mano de Cliff solo para cogerlo de nuevo de las solapas de su camisa y acercar sus labios a los míos para besarlo con pasión. Busco su lengua con mi lengua. Y saboreo su lengua. Sin que Cliff se dé cuenta, levanto mi mano hacia ella y le hago un gesto obsceno.

Le enseño mi dedo corazón provocándole.

Me llevé tal susto cuando Dick me cogió por detrás que me quedé sin habla. Ni siquiera grite, solo dí un enorme brinco que, de ser un gato, me habría ayudado a agarrarme a la lámpara. Me quedé dándole la espalda a Dick durante un momento. Asimilando con toda la velocidad mental que podía que Dick se había acercado a mi y me estaba hablando. Ante mi se habría un mundo de posibilidades, en la que una (que no descartaba del todo) era salir corriendo. Pero después de tanto tiempo fuera de juego, con solo el whatsapp con una amiga como amarre a la realidad decidió darse la vuelta y mirar a Dick a los ojos. Hola Dick le dije en un tono que intentaba ser seguro, pero no pude evitar un quiebre de la voz al fina. Arrugé un poco la nariz al sentir la respiración del chico, olía a alcohol Pues si ya se ha emborrachado él... ¿qué debería hacer yo? pensé y no pude evitar que una media sonrisa se me escapara, algo que aproveché para encauzar una conversación. Me arreglé un poco la chaqueta que se me había arrugado del susto, No creas que no me he planteado mudarme, pero el visado tarda unas cuantas semanas. Bromeé ¿Tú qué tal? ¿has participado en esto al final? dije abarcando el gimnasio con un gesto. Me refería evidentemente a la decoración.

Estamos bailando Alexia y yo, cuando llega Nick, Alex saluda a Nick y pasa de su acompañante como él ha hecho conmigo y la sonrío orgulloso de ella, pues le ha hecho el mismo desplante que el a mi.

Alex le recomienda que pruebe los brownies con un guiño, será gracioso ver a todos fumados.... Si es que sigo tanto en la fiesta, pero de repente, Alex suelta mi mano y me coje de la camisa y me besa con pasion, internando su lengua en mi boca para jugar con ella, haciendo que me concentre en el beso ajeno a todo mi alrededor, disfrutando de su lengua traviesa acariciar la mía mientras la mía baila a su son degustando su sabor.

Cuando separa nuestros labios beso su cuello y veo a Anya apoyada en la pared con cara de pocos amigos, creo que deberían conocerse mejor. Anya es mi amiga y Alex ahora mismo es algo más que una amiga y quiero que limen sus roces.

-Alex, tu me presentaste el otro día a Erica, te voy a presentar a Anya. Pórtate bien.- La digo por lo de llamarla cucaracha el otro día. La cojo de la cintura y la llevo hacia Anya apartando a gente, no podía ponerse Anya más lejos y apartada no? Pienso divertido conociendo a mi amiga que es más bien antisocial....

Una vez llegamos donde ella la doy dos besos. -Anya, Alexia, Alexia, Anya.- Las presento para que "empiecen de nuevo".

Cada vez llegaban mas alumnos con ganas de dar rienda suelta a sus mas básicos e insulsos instintos, Anya miraba el espectáculo con una sonrisa que dejaba claro que todo aquello le divertía sobremanera, alcohol, niñitas bailando , bueno , bailando, follando con ropa, todo aquello era tan divertido y a la vez triste que la Rusa no sabía si llorar de pena o tirarse al suelo en un ataque de risa. En esas refecciones estaban cuando ve el "dulce" saludo de Alexia, - ainss pequeña chupanabos que básica errres - pensó mientras intentaba no soltar una carcajada por la "madurez" de su actitud.

Seguía ignorando a todos cuando los "pijihippies" se acercaron a ella con veté tu a saber que intención , Cliff como no, las presenta intentando ... quizás impulsado por el exceso de maría del cuerpo, que se saluden al menos - Tu amiguita ya me ha sssaludado - comenta divertida, enseñándole el gesto tan encantador de la chica - Sssupongo que tampoco sse le puede pedirrr mass no? - la mueca de superioridad de Anya no era mas grande porque no tenía mas espacio en la cara para ello, acto seguido cogió al Hippie por la nuca y le beso con ganas, un beso de verdad, no uno de "mira lo que tengo, mira lo que tengo" como había hecho Alexia, metió su lengua en su boca como solo la Rusa sabía hacerlo, buscando y encontrando sin problema la lengua mas que deseosa de ser encontrada del rastas. Se separó con una sonrisa de oreja a oreja - Dissfrutarr de la noche - dijo despidiéndose de ambos y esperando con ansias que Alexia respondiera con violencia para poder estampárle la cara contra el suelo.

Salió del gimnasio satisfecha de si misma y se fue para pasear por la ciudad a oscuras y lejos de tanto subnormal

Entré a la fiesta, buscando a Dick. Cuando entro la música está tan fuerte que acabo encogiendo por un momento los hombros, todo por no esperarme semejante estruendo.

Por su bién, que esté aqui.

Sigo abriéndome paso, aunque esto está mas poblado que la última fiesta. Es frustrante. Peor porque si estuviera en mi estado de ánimo normal me soltaría bailando como toda esta gente. O al menos en el ánimo que estuve la semana anterior a la aparición de los flyers.

¡Maldita sea!

Acabo en la mesa de los postres, o eso creo por las bandejas. En lugar de caminar entre la gente busco con la mirada a Dick, o al menos a Andy, aunque eso es más remoto que la última vez que vi a Caramelos. ¡Ahora hasta yo lo quiero matar!

Creo haber visto a la reina de la noche gótica y la reina de la noche glamorosa junto a Cliff. En este punto no sé si Alex siga con ánimos de arrojarme bebidas, pero vamos, a los nervios que tengo vale la pena el riesgo. Apoyo las manos en la mesa, aun frustrada.

¿Qué demonios hago aqui?

Ruedo los ojos. Si lo encuentro, brillante sera lo que iré a decirle. Capaz que fue solo un susto. Pudieron solo ser mis trastornados nervios tras las semanas de narcotráfico, secuestros, notas de amenazas, flyers y demás desastres. Respiro, me miento a mí misma, vuelvo a intentar calmarme aunque siga queriendo gritar y no de la emoción.

Vuelvo a mirar en la dirección de donde ví al trío. Me sorprendo cuando la rusa le tira dedo a Alex, ¿qué le pasa?

Alargo mi mano a los postres, no me puedo resistir a un brownie. Sigo mirándoles. Quizá de tan desesperada que estoy por un escape mental, pero me dejo entretener por el espectáculo que dan. La rusa (¿Svetana, creo?) hace gestos teatrales y luego le da tremendo señor beso a Cliff, de ese si me sé el nombre. Casi me río aunque ya estoy comiendo el brownie, especialmente cuando comenzó a salir del gimnasio con gesto de dignidad herida.

Sigo masticando. ¡Vaya, de verdad el pastel está muy bueno!