Partida Rol por web

Me quedé un rato más en la cama, después de oír su "buenos días". Disfrutando de esos pequeños instantes que quedan hasta que finalmente cada célula del cuerpo despierta.

Noté como se sentaba en el borde de la cama, pero sin mirarme. Decidí dejarle unos instantes solo. Hay gente que no es receptiva por las mañanas, y más después de lo de anoche... Esperaré a que el se acerque

Me levanté en silencio y con mucho cuidado, me cogí una de las camisetas grandes y bajé a la cocina a hacer algo de desayucena.

Bajé a la cocina y me senté en uno de los taburetes. No estaba contento como debería estar, me había besado con el chico que no podía quitarme de la cabeza. Estaba contento por eso, pero no lo estaba tanto por la actitud al levantarse. Nick estaba algo distante, y eso le puso nervioso: no quería que se fuese.

Lamenté lo que pasaba, pero como podía hacer nada más, todo estaba en manos del destino ahora decidí ponerme contento pues al final había pasado.

Después de reflexionar un poco sobre el tema y comprender que Nick pudiera estar distante asumí que si quería irse, tendría que dejarle ir.

Me levanté del taburete de un salto y abrí la nevera una vez más. Tenía un hambre voraz de cosas guarras y muy frotas. Sacó un par de huevos y el bacon, puso la freidora a calentar mientras sacaba del congelador una bolsa de patatas precocinadas y las ponía también en el fuego.

La casa, tan en silencio, un silencio que no quise perturbar, parecía ser más susceptible al olor de la comida que nunca. Mientras cocinaba hice algo totalmente inusual en mí: cogí una de las botellas de vino del novio de mi madre y me serví una copa, algo que solo hacía en contadas ocasiones de festividad.

¿Cómo me siento? ¿Será el efecto de la droga aún?. Miré el reloj de mano que tenía, ya era tarde, pero aún así no podía llegar a mi casa, no hasta que terminara el fin de semana. Bajó Andy, no lo había determinado del todo, estaba retraído, no era su culpa era mi culpa.

Me quité el pantalón de Andy y me puse de nuevo mi jean, sin camiseta, dejando al aire el torso. Bajé a donde Andy estaba, se encontraba cocinando algo y tomando vino. Lo miré con sospecha.

- ¡Andy Garrett tomando!. Abrí los ojos mientras le pegaba una palmada en la espalda. No te la vayas a acabar yo también quiero. A diferencia de él tomé la botella y tomé un gran trago de ahí. 

¿Cuál es el plan de la noche?. Tendré que quedarme un tiempo mas, al final solo puedo llegar hasta mañana.

Le quité la botella de la boca cuando estaba empezando a beber, lo que produjo que algo de vino se le desparramara por la comisura de los labios, la barbilla, y acabase deslizándose como gotas rojas por su pecho perfecto.

Nada de a morro, caballero. le dije sirviéndole una copa. Es un Vega Sicilia*, no es un vino de tetra brick de los que bebéis los jóvenes en los parques usé un tono de abuelo, como cuando riñe a sus nietos.

Ignoré el hecho de que estuviese, de nuevo, medio desnudo frente a mi. ¿Cómo me debo tomar esto? me pregunté mientras apartaba las cosas del fuego y las servía en sendos platos. Pues a seguir jugando...

No me importa que te quedes, ya lo sabes. Le aclaré. ¿Y el plan para la noche? No lo sé. me encogí de hombros y fui a buscar un poco de papel de cocina. Volví hasta Nick y empecé a limpiarle, con pasadas cuidadosas del papel, las gotas de vino que ya corrían por todo su pecho hasta el ombligo. No lo sé repetí Podemos ver alguna película en la habitación de mi madre, tienen una gran televisión plana allí.

Seguí pasándole el papel por el pecho, suavemente, acariciándole.

O jugar a las cartas, tengo una baraja de poker sin estrenar, aún le dije bajando el tono de voz. Le pasé el dedo índice por la barbilla, quitándole una gota de color burdeos que pendía del borde de esta, me metí el dedo en la boca, para sorber la gota de vino que había corrido por su cara.

Sentía su mano pasar por mi pecho, suave, delicado, con una especie de deseo incontrolable por hacerlo como la mía de sentirlo. Me sonrojé al instante y mi postura pasó a la de alguien confiado a alguien completamente intimidado. Luego pasó su dedo por mi barbilla, sentí escalofrío, no se si del bueno o del malo, no lo entendía muy bien.

Me separé rápido y me fui a la sala.

-Bueno en ese caso deberíamos comer algo y luego ver la película o algo. No había notado que estaba muriendo de hambre, literalmente, mi estomago me pedía a gritos que lo alimentara.

La verdad es que el poker no me va mucho. Dije mientras me tiraba sobre un sofá en la espera de que el pasara con la comida.

Garrett. ¿No tienes piscina?. De eso si tenía ganas, de un poco de ejercicio. No me haría mal.

Acostumbrado a esas idas y venidas no me pareció rara su reacción, casi más bien la esperaba y entonces estaba preparado para que no me afectase. Cogí un par de bandejas y en ellas coloqué los platos con las patatas, los huevos y el bacon. También las copas de vino, bien cargadas.

No, mi muy señor mío. No tengo piscina. dije siguiendo el tono de broma. Pero lo que no entiendo, es como demonios tienes... dejé la frase en el aire mientras comía con voracidad. Cuando paré a dar un largo sorbo de vino continué Suerte, porque los vecinos, con los que compartimos entrada al garaje, sí que tienen. Están en Australia visitando a su hijo que trabaja allí, o algo así. Y os dejaron las llaves para que cuidemos de... bueno, ya sabes. Esas cosas de viejos.

Me levanté, moviéndome despacio, sabía que ahora yo tenía la sartén por el mango. Me acerqué al cajón del armario de la entrada y saqué de allí un llavero dorado con cuatro o cinco llaves.

Si no recuerdo mal dije haciendo memoria y contento por el giro de los acontecimientos tienen una especie de zona spa, con piscina, sofás, televisión y esas cosas de ricos.

- Parece caca pero porque no lo has mirado de cerca – le dedico una mirada enigmática a Alma - ¿O acaso te has escapado para verlo de cerca? ¿Has salido a la aventura antes? ¿Sola, sin freno?

Alzo el dedo índice y le dirijo una mirada enigmática, sonriendo. Me giro para ver si no hay moros en la costa, y al ver que el patio está vacío me dirijo a la puerta. Cerrada, ahora sí está cerrada. Le dirijo a Alma una mirada nerviosa. ¡Mierda!

- Parece que si tendremos que volar… - canturreo mientras acerco una banca a la ventana. Me paro sobre esta, abriéndola, y luego sentándome en el marco, dándole la espalda al patio. Cierro por un momento los ojos, sintiendo la emoción del escape.

Antes me encantaba llegar tarde a propósito por no tener que entrar a la otra escuela. Las primeras veces fue por accidente, pero después, cuando vi la emoción de escaparse, ya no quise entrar. Tan seguido que fue un milagro que papá no se hubiera enterado. De nuevo pienso en como se quedó cuando nos vio a Dick y a mi. Nuevamente me siento culpable, es decir, confió en mi lo suficiente como para dejarme sola y acabó descubriendome así...

Sin arrepentimientos, vamos. Que la vida es mucho mejor desde entonces. ¡Hasta mis dibujos son menos depresivos!

Me dejo caer de espaldas, casi haciendo una pirueta, hasta caer de pie al otro lado. Me reí de mi misma al verme como aterricé, sintiéndome personaje de videojuego. Me acerco a la ventana, sonriendo, animando a Alma a seguirme.

- Vamos, pequeña Wendy. Nunca Jamás nos espera...

Sonreí al instante, era precisamente lo que esperaba y quería. Comencé a comer desesperado para asentir cada vez que el proponía algo. Todo parecía perfecto con este chico, no podía creerlo.

- Bueno, yo me apunto. Dije dejando el plato de nuevo en la bandeja y recogiéndola para dejarla en la cocina. Pero... pero siempre había un pero, algo que encontraba para hacer las cosas mas divertidas, tal vez eso lo había aprendido de Dick... será bueno que llevemos algo de licor. Lo miré justo en los ojos, profundamente me metí en ellos sin sacarlo de mi vista. Ya habíamos pasado una noche de fiesta y ahora una mas juntos, yo eso era lo que quería, me la estaba pasando de puta madre con él.

¡Quiero celebrar!. Y yo sabía un poco que quería celebrar y a la vez no tenía la mas remota idea. Era como si celebrara el descubrir de algo nuevo, de un deseo, si, un deseo por una persona.

Entonces... cuando quieras Garrett. Dije sonriendo de forma pícara.

Cuando dejé mis cosas en la cocina y ponía el lavaplatos me asomé a la ventana, ya era bastante de noche. Las farolas de la calle estaban encendidas. La idea de irme al aparte de los vecinos sólo con Nick era una idea que me excitaba hasta puntos insospechados. Me quedé un par de minutos apoyado en el fregadero, mirando por la ventana, controlando mi rubor y mi respiración.

Aquí no tenemos licor. Le contesté maldiciendo mi mala suerte. Aunque podemos seguir con el vino. De eso aquí hay bastante. Por suerte el marido de mi madre era bastante aficionado al vino, y no se daría cuenta de que faltasen unas pocas de sus cientos de botellas que tenía en la despensa. Un segundo... le dije mientras me encaminaba al armario que había junto a la cocina y cogía unas cuantas botellas, suficientes para pasar de nuevo una noche divertida, y se las pasaba a Nick. Toma, se un hombre y vete llevando esto.

Me di la vuelta y le indiqué que me siguiera, nos dirigíamos a la puerta principal otra vez. Cuando pasaron junto a la mesa del salón Andy recordó algo y se detuvo. Se puso a buscar algo entre las cosas de la mesa y la estantería y tras unos momentos de rebuscar cogió su iPad y se lo puso bajo el brazo.

Ya tenemos con que escuchar algo de música. le comenté a Nick mientras volvía a pasar frente a él.

Antes de llegar a la puerta principal estaba la del garaje, se metieron por ella y caminaron a través de la oscuridad rota por la linterna del iPad hasta otra puerta idéntica que estaba justo enfrente.
Andy metió una de las llaves en la cerradura y abrió la puerta, antes de que pasaran demasiados segundos con otra llave desactivó la alarma*.

Adelante señor Koeppl. dije haciendo un reverencia e indicándole que pasara a un pasillo de distribución idéntica pero inversa al de la casa que acaban de dejar. Al fondo a la izquierda. Creo.

Caminaron por la oscura casa con cuidado hasta que llegaron al espacio de ocio que tenían montado aquellos señores sin hijos.
Era un espacio amplio y cálido, un espacio robado al jardín, tenía las paredes y el techo de cristal y se podían ver perfectamente el cielo y las estrellas. Tenían una piscina de agua tibia, no muy grande ni muy profunda, junto a ella había unas hamacas con cómodos cojines de plumas. A la derecha de la pequeña piscina había un jacuzzi, tampoco demasiado grande pero suficiente para albergar a dos personas algo juntas. Al fondo había un armario con varias toallas, albornoces, vasos, jarras y demás utensilios. Y junto a este armario, una pequeña sauna sueca.

No es mucho, dije posando el iPad y las llaves en la mesa que estaba entre las hamacas. ¿Le sirve al señorito? bromeé utilizando el mismo tono de guasa que antes.

Cogí de inmediato las botellas de vino y las puse en el aire, como celebrando. 

- Bueno, parece que tendremos otra noche divertida. Dije sonriendo y mirando a Garrett.

Caminé con el de camino a la casa de sus vecinos, trataba de ser cuidadoso, reconociendo casa punto, casi que me gustaba memorizar los detalles como los cuadros que colgaban las personas en las paredes. Los viejos tienen buen gusto, pensé al momento de ver un cuadro de El Greco colgado en la pared, una buena imitación.

Cuando llegamos al lugar era un poco mas de lo que esperaba, aún cuando le faltaba la piscina. El lugar parecía mas un sitio para una cita romántica, volvió a mi de nuevo el escalofrío y miré a Andy, lo miré no mas.

Me quité la ropa quedando en un boxer blanco, no había calculado muy bien esto y lo mas probable es que con el agua quede casi traslucido, subí los hombros ligeramente como forma de respuesta personal y esperé cerca del jacuzzi con una botella de vino y dos copas.

- Bueno, esto te lo dejo a ti. Señalé el jacuzzi vacio en la espera de que él lo llenara. Yo me encargo del vino. Serví dos copas rápidamente, espere que el hiciera lo suyo y entré directo al jacuzzi.

Lo miré a los ojos.

- Esto sobrio no tendrá gracia. Le dije mientras me tomaba la copa sin vacilación. Tomé la botella completa y llene la copa de nuevo para volverla a vaciar enseguida y así unas 5 veces... Listo, así las cosas serán distintas. Lo miré con picardia. A ti también te toca tomar, ¡anda!, toma rápido. 

Aproveché aquel arrebato de festividad que le había entrado a Nick y me puse a buscar el control del Jacuzzi. Resultó que en el borde había una tapa de plástico transparente que bajo ella albergaba un par de botones. Le di al que ponía ON y giré la rueda de la temperatura hasta los treinta y ocho grados.

Cuando me volví para mirar a Nick este ya se había quedado sólo en ropa interior y había servido las copas. Cogí la copa que me ofrecía y la bebí de un par de largos tragos, tal vez demasiado rápidos. No acostumbrado al alcohol casi sólo con el olor empezaba a perjudicarme.

Que locura. pensé mientras miraba alrededor para no mirar el cuerpo desnudo de Nick. Él es una locura... o así me pone. Sonreí y entonces me topé con sus ojos. Aquellos ojos llevaban horas haciéndome perder el control.

Cuando Nick entró en el agua no sabía muy bien que hacer, su boxer blanco se le pegaba perfectamente al cuerpo, como una segunda piel, dejaba pocas cosas a la imaginación en realidad. Yo no había sido tan listo como Nick y no me había puesto nada provocativo. Cuando algo nervioso, mientras este bebía y bebía alcohol ya metido en el agua, me puse a quitarme la ropa con disimulo no recordaba que me había puesto hasta que lo vi. Llevaba unos no muy nuevos slips de color rojo burdeos con la típica apertura en el medio.

Me metí rápido en el agua caliente, lo que no ayudó a que el tono de mi cara bajase del rojo. Cogí mi copa y le imité vaciandola de un trago. Aunque tuve que contener una pequeña arcada.

Tienes razón. Asentí volviendo tomar una copa pero ahora a sorbos pequeños intentando tranquilizarme. Que te parece, entonces.

Le pregunté sentándome a su lado, pero no demasiado cerca. Aguantar la erección me estaba costando mucho trabajo.

Mierda. fingí un tono de disgustó Me dejé el iPad fuera, ¿sales a por el para escuchar algo de música? esgrimí en una burda treta por verle casi desnudo fuera del agua.

Que suerte que sus padres le hubiesen regalado aquel telescopio por navidad, Chris era un apasionado de la astronomia, un hobby que practicaba en secreto, ya que su poca vida social se reduciría a cero si alguien se enteraba, aunque a raiz de aquel regalo Chris tambien descubrió una parte de su personalidad que desconocía, era un Voyeur, le encantaba pasar las horas muertas recorriendo la casa de sus vecinos a través de los aumentos que le proporcionaba aquel aparato, con el había tenido no pocas satisfacciones, desde ver los pechos de su vecina de enfrente cuando salia de la ducha sin toalla, lo cual le había producido una erección instantanea a ver a una pareja de jovenes follar por primera vez en la cama de los padres de ella, todo un espectaculo de porno amateur, pero hasta ahora, todo eran caras anonimas, personas que en la vida real, si se cruzaba, saludaba solo alzando la cabeza, pero lo de hoy era diferente... 

Estaba ya durmiendo cuando escucho ruido a unas casas de distancia, se desperezó, se puso sus gafas y enfocó el telescopio, lo que vió le dejó sin aliento, vió a dos chicos bañandose en un jacuzzi, uno de ellos le era practicamente desconocido, pero cuando el otro salió del agua solo con unos slips blancos lo reconoció de inmediato, era Nick Koeppl, hasta un negado para los deportes como el hubiese reconocido al mejor jugador del equipo del insti, noto como algo se hinchaba en su entrepierna, no era gay, o eso creia, pero la sensación de poder que sentia en ese momento era de lo más erotico, sabia algo del tio más popular del instituto que nadie más sabia y que podia arruinarle su vida perfecta, además, por lo que tenía entendido su familia estaba forrada, quizá pudiese sacar algo a cambio de no decir nada....

Por el momento se limitó a cojer su camara con teleobjetivo e intentó sacar las fotos mas explicitas posible

Kylliam - Alma 

Sus pupilas se dilatan, mirando sus ojos, su expresión de niño asustado, como si no supiera que hacer, nada, pero vamos, estaban abrazados, habían tenido sexo, se conocían desnudos, no debería sentirse ahora cohibido por su cercanía, y ella, ella tampoco se sentía mal por su cercanía. Abrió un poco más sus ojos, asintiendo a sus palabras, pero sus ojos se fueron a los labios del chico,  pensando por unos segundos a que sabrían ahora, ¿sería como ese día en que se sentía tan mal?. Y lo peor, ¿era por despecho?, Nah, lo que sentía y lo que quería hacer no estaban demasiado lejos, y él estaba ahí, cerca, ¿por qué no?... si lo que tanto quería era eso, contacto físico, una caricia un beso y algo más y dejarse de lamentaciones de niña llorona. Esta bien, es una niña llorona con demasiados problemas...

- Kyll...- susurró su nombre, y sus dedos acariciaron sus cabellos rubios, era su amigo, su mejor amigo, y Dick, era un pelmazo que no sabía que intentaba con ella - si te enojas lo siento - se disculpó, porque dicen que es mejor pedir perdón que permiso, y se empinó, rozando su nariz con la de él, justo antes de plantarle un beso en los labios, suave beso en medio de la lluvia.

Pax - Alma

Esa ventana daba a la parte de atrás de la escuela, y de ahí, la salida no quedaba demasiado lejos. Alma quedó viendo a la chica, que la invitaba a la aventura de su vida, o eso era lo que estaba vendiendo a la joven, Alma no era de salir mucho, no conocía la ciudad, además, era menor de edad para entrar a cualquier antro de mala muerte, pero de todas formas se montó en la banca,  y escaló como pudo por la ventana, hasta dejarse caer,  no fue tan hábil como Paz, pero por lo menos no cayó de trasero.

- ay...- exclamó la chica,  apoyándose en la pared y mirando a la joven - antes de ir, quiero saber algo - le pregunta la chica, y se pone a su lado, arreglando su cabello, y el bolso que aún colgaba de su hombro - ¿quien eres? hablas y defiendes a los nerd, pero no te comportas ni te ves como uno, ¿quién eres ? - le pregunta ahora guiando a la chica por el pasillo hacia la primera salida, tendrían que saltar una pandereta para escapar.

¿Qué, no me veo como nerd? ¿no me comporto como nerd? Estoy a punto de reírme y señalar a lo obvio, cuando me miro a mi misma. Entonces me doy cuenta de algo.

- ¡Whoa!

Me detengo en seco, casi tropezando. Y si, whoa!

Me miro a mi misma de arriba a abajo, intentando preguntarle si no es obvio, cuando al verme me doy cuenta de que a pesar de no haber comprado o recibido más ropa de mis primas hasta me visto diferente. Me pinto igual, pero uso más colores, arreglo mi cabello, ¡incluso las uñas las tengo arregladas!

¿En que punto...?

Generalmente me venía a la escuela casi tal cual despertaba. Solo me ponía un pantalon de mezclilla, los primeros zapatos que veía, y ya. Pero desde la fiesta me quiero arreglar más. La noche misma de la fiesta salí arreglada porque de los nervios por escaparme me arreglé porque Sibyl me dijo «que daba más seguridad". Hasta las razones de maquillarme son otras: antes era por imitar una fotografía de mamá, pero toda esta semana lo estuve haciendo por vanidad. Quería verme bien.

Por el diablo, capaz que por eso juran que soy su novia, ¡salgo arreglada y hasta más arreglada que si tuviera novio! Y recapitulando como se comporta el círculo de Dick, con un rico, una casi modelo, otra con afición a los espejos pero también mirando por encima del resto, y un niño bueno pero estirado como Andy... ¡Hasta ahora me vengo a dar cuenta de que incluso llevo una semana juntándome con el grupo popular de la escuela!

¿Que de... mo... nios...?

- Aaaaaam... - miro de vuelta a Alma, mirando de arriba a abajo, la blusa blanca que antes odiaba, los jeans ajustados, las uñas, aun procesando el cambio. Incluso el morral me lo cuelgo al hombro, en lugar de cruzado. Siempre he sido nerd y más que una nerd, pero ahora de pronto parece que no lo soy.

Es como si entrara a la dimensión desconocida y apenas me diera cuenta. Miro de vuelta a Alma. Muy bien, hay que reaccionar, debe de estar pensando que estoy loca.

Estoy. ¿Soy o no soy?

- No lo parece... - acabo concluyendo. Al menos hasta hace una semana si lo era... o... - Fui... Hasta hace una semana lo era.

¿Ya no soy?

Pax - Alma

Alma quedó mirando a la chica,  primero con mucho asombro por su extraña reacción, estaba hasta pálida, como si hubiera visto un fantasma, o hubiera tenido una epifanía, Alma se encogió de hombros  y miró hacia ambos lados, buscando la manera de irse, Pax estaba demente, completamente loca. Pax era extraña, tenía un discurso pero se comportaba cínicamente, como todos los de ese grupo.

- ah, entonces eres una cínica - se lo dice sin tapujos, Alma se había mordido el labio inferior y hasta su barbilla había temblado intentando evitar decir esa frase, pero ahí estaba, ahora era presa de esta, sin embargo la miró a los ojos sin poder evitar juzgarla, ¿antes era nerd y ya no? ¿dónde estaba eso de "No te metas con los nerd" y esas frases rimbombantes que había lanzado defendiendo a Jenna o en otras circunstancias, no la comprendía, sólo sabía que era la nueva chica popular que se juntaba con el grupito popular.

- digo, ya no eres nerd, y es obvio, te juntas con los populares, te comportas como una popular, y luego nos desfiendes de tus amigos, chica ¿nunca has escuchado la frase "no se puede estar bien con Dios y con el Diablo?- suspiró, y puso su mano en la correa de su bolso que cruzaba su pecho.- yo me largo, gracias por intenta animarme, creo que no eres una mala chica, sólo que eres cínica, - torció el gesto, y pensó en Derek, él también era un cínico, intentando estar bien con ella, pero empatizando con todos esos que dañaban a Alma y a sus amigos.

Muy bien, me han dicho de todo. Loca, rara, lela... más y más, tanto como insulto como por halago (al menos por la parte de Dick). Pero lo que ella me dijo, y la forma en que me lo dijo...

La miro alejarse, sin saber que decir. Debería de sentirme ofendida, pero de pronto me siento culpable. Como si yo tuviera la culpa de todo, incluso de que la molesten. Miro de nuevo a mi misma, tan diferente a lo que solía hacer. Ahora ya no sé ni lo que digo, o estoy haciendo. Soy diferente, estoy comportandome diferente, ¡todo esto es tan diferente a todo lo que hacía en la otra escuela!

- Yo...

Me dejo caer de sentón al suelo, sintiéndome repentínamente mal. Y ajenamente culpable. Sigo sin saber que decir, y ya ni siquiera sé si detenerla. De alguna forma me dolió lo que dijo. Y me confundió, mucho.

Pax - Alma

Había sido dura con ella, y quizás no debió, pero no se le daba demasiado bien el cinismo, más cuando algo le molestaba. Se giró de reojo, al verla sentada en el suelo, se sintió mal por decirle aquello, peor ya estaba dicho, suspiró y se encogió de hombros.

- ya levántate, somos adolescentes no sabemos que queremos ni nada, ni lo que somos, - le dice, sonriendo y sigue caminando para irse.

Me acomodé el boxer que para entonces ya era casi traslucido y salí del agua en busca de Ipad. No estaba lejos, de hecho estaba muy cerca. La prenda interior se ajustaba perfectamente al cuerpo, no dejaba nada a la imaginación, de hecho eso que llamaba imaginación en este momento no existía. No tenía problema con mostrarme así, igual con él me sentía como en confianza. 

Entré de nuevo al jacuzzi, le pasé el reproductor y me puse a servir mas champagne. Le ofrecí una copa de nuevo y luego bebí de golpe. Ya me sentía un poco mas dispuesto a divertirme, por un momento pensé en sacar todo los prejuicios y darle rienda suelta a mi instinto, pero era demasiado temprano, podría disfrutarlo mas. De todas maneras la decisión ya estaba tomada, iba a actuar sin prejuicios. ¡A la mierda la moral esta noche!.

- ¿Desde cuándo te gustan?... ya sabes. Dije mientras servía mas alcohol.

Ya no lo puede negar.