Partida Rol por web

Las criaturas parecían querer ir hacia Nako, que se acercaba peligrosamente al portal. De hecho, la skitter ya estaba al lado del obelisco, el cual veía perfectamente. 

Gazigaz decidió quedarse a oscuras para retener el máximo número de criaturas mientras indicaba con un brazo que acabaran con una de aquellas criaturas. 

Sí, es un 0 el 1111.

Quonx se detuvo un momento y arrugó el ceño. Ya había descartado el 1, el 2 y el 9. Iba a seguir con la misma táctica pero sabía que eso le estaba llevando demasiado tiempo. - Quonx, piensa... - Con una de sus manitas se cogió un mechón de pelo de la cabeza y empezó a retorcérselo mientras se concentraba. - Me quedan por probar el 3, el 4, el 6, el 8 y el 0. Si Quonx continúa probando número por número se pasará la vida aquí... A ver, Quonx tiene seguros el 5 y el 7... - Suspiró y marcó una nueva secuencia, poniendo aquellos números en posiciones diferentes a las iniciales.

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Dos blancas, una negra

El grupo seguía avanzando. Daba igual los bichos que mataran, seguían apareciendo más y más y más. No acababa nunca. Gazigaz y Nako acabaron con varios de ellos mientras avanzaban, todo lo rápido que podían, hacia el siguiente obelisco. Dakoyo, que estaba rodeado, quería continuar avanzando, y así lo hizo. Las criaturas intentaron aprovechar que les daba la espalda para morderle, pero el skitter morado fue rápido y evitó sus embestidas. 

Se acercó al pedestal y lo cerró. Un sonido como de una pequeña implosión sonó por toda la sala. La habitación permanecía a oscuras, pero ahora se veía mucho más. A través de la cúpula que había sobre sus cabezas veían las estrellas de la galaxia que había frente a ellos, era una vista maravillosa. Y entonces comprendieron todo. 

Aquella era una sala de relajación. La oscuridad estaba presente en ella, de manera mágica, para poder ver el firmamento sin ningún tipo de luz que molestara. Daban ganas de sentarse en una de aquellas sillas y disfrutar del panorama. Sin embargo, algo había funcionado mal y había sobrecargado tanto el sistema de oscuridad, que había abierto un portal a la dimensión de las sombras. Y eso había permitido que entraran aquellas criaturas. 

Una vez más, y debido al fogonazo, las criaturas se quedaron aturdidas. Era su oportunidad para terminar de rematarlas. 

Se veía el espacio, algo más de luz, pero Nako no tenía ni idea si habían terminado o no, pero pensaba recuperar un poco el aliento y aprovechar la luz para atacar a aquellos bichos. Habían recibido muchos mordiscos y algunos ya empezaban a hacer daño de verdad, así que atacó al que le estaba indicando Gazigaz con un golpe descendente.

—¡Gazi! ven aquí, vamos a aprovechar la luz para zurrarles, que se están juntando demasiados—. Atacó al otro que tenía a su lado mientras giraba la cabeza ligeramente para dirigirse al skitter morado. —Dakoyo, ¿quedan más piedras de esas?

—Voy, dame un momento para librarme de ¡AY! este bichejo

Gazigaz se movió cojeando pero con rapidez intentando alejarse del bicho que le acosaba; el skitter no estaba en su mejor momento de rapidez y velocidad pero seguía dando al impresión de estar despreocupado y animado. Sin embargo y pese a la falta de la agilidad habitual, el skitter disparó con una puntería asombrosa sin perder en ningún momento el ánimo

—¡Vamos!¡Vamos! Que el puré de gusano no se va a hacer solo ¡Hay que hacerlo!

Y el pure de skitter no tardará en llegar, como no tengamos cuidado

—¡Está todo controlado!

Quonx seguía probando códigos, esperando acertar ya de una vez con el que le permitiera comunicarse con la IA. Parecía que se estaba acercando, pero todavía le quedaba mucho por conseguirlo... - Vamos a mantener el 4... - Se dijo mientras continuaba retorciéndose los pelos y marcó un nuevo código.

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Dos blancas

Sí. Chupate esa oscuridad oscura.

Dijo Dakoyo mientras levantaba las manos en señal de victoria. Pero lo cierto es que no sabía si quedaban más, así que se concentró en detectar magia por si sentía algún portal más abierto.

Una a una el grupo fue acabando con las criaturas. Esta vez sí, con los portales cerrados, fueron desapareciendo y ya no pudieron volver del plano al que iban. La oscuridad se había normalizado. Seguía siendo oscuro, pero era una oscuridad mucho más aceptable, era hasta agradable. Dakoyo se quedó embobado. Quonx de pronto lanzó un gritito. Lo había conseguido. Podía hablar con la IA. 

- ¡Yiiiii...! - Quonx lo había conseguido, de repente escuchó una pequeña interferencia y entendió que había logrado contactar con la IA. 

Respiró profundamente, intentando calmar el fuerte latido de su corazón. - Quonx llamando a la IA de la Emeral Empyrean... - Volvió a decirle al intercomunicador que tenía conectado al robot. - Conteste Emeral Empyrean... - 

—¡¡¡Muy bien Quonx!!!¡¡¡Estupendo Nako!!!¡¡¡Maravilloso Dakoyo!!!

El skitter corrió de un lado a otro de la sala abrazando a sus compañeros mientras los felicitaba. Había sido un auténtico trabajo en equipo donde cada uno había dado lo mejor de sí mismo. O algo así. Gazigaz estaba rebosante de felicidad y es que por momentos había pensado que la cosa iba a ponerse peor.

—¡Si es que somos los mejores! Pero la próxima vez esperad a que Quonx haga lo suyo. Dime Quonx, ¿la IA está activa?¿Responde? ¿Ha visto a Nakonechkin? ?A que está practicando esos bailes raros que se hacen sin mover os brazos? ¿A qué si?

La esperanza y su extraño humor era lo último que Gazigaz perdería. 

Tardó unos segundos pero, finalmente, una voz contestó al otro lado del interfono que había creado Quonx. 

- Buenas tardes, mis queridos pasajeros. Les habla M2, la Inteligencia Artificial de su nave. ¿Acaso puedo hacer algo para hacer su estancia más agradable?

Con todo acabado, los portales y los bichos, Dakoyo se quedó embobado mirando las estrellas. Después de todo eran su debilidad. Y no fue hasta que escuchó la voz de la IA de la nave que apartó la vista.

Oh. Vaya. Quonx lo ha logrado. Bien hecho Quonx.

Aquello le recordó los mordiscos que daban los gusanoides aquellos.

¿Alguno está herido? Esos bichos mordian duro creo.

Gazigaz era el que peor aspecto tenía. No un mal aspecto físico, eso nunca se lo diría al skitter verde, podía tomarselo mal, si no que era el más herido.

Permíteme.

Dicho esto, el místico le tocó mientras recitaba algo y la fea herida que tenía en la pierna se le cerró.

- Buenas tardes, M2. Antes de nada, Quonx necesita un mapa de la Emeral Empyrean - . Eso era lo primero, con un mapa podrían encontrar fácilmente el puente y allí podría hackear la nave. La pequeña skittermander se quedó un momento pensativa. ¿Cómo le hacía entender a una IA que no eran mascotas? Suspiró y volvió a centrar su atención en la comunicación. - Y otra cosa, M2, detén la búsqueda y captura de mascotas. Se tratan de skittermanders. una raza humanoide e inteligente, provenientes del planeta Vesk-3 - Quonx esperaba que la IA tuviera en sus archivos aquella información y reconociera a los skittermanders.

- Si quiere ir a sus aposentos, solo tiene que seguir las marcas del suelo. Por seguridad, no podemos facilitar el mapa de la nave. Además, no hay excepciones, las mascotas son una molestia para algunos pasajeros y, por normativa ya firmada cuando hicieron la contratación, saben que no pueden introducirse mascotas en la nave. Las mascotas deben ir en los compartimentos habilitados para ello. - dijo con voz metálica. No parecía que fuera a colaborar - Sentimos las molestias y esperamos que tengan una feliz y agradable estancia a bordo del Emeral Empyrean. 

Se echó el doshko a la espalda y puso las seis manos en posición de pelea. —¡Buen trabajo Dakoyo!— Dijo mientras le daba un puñetazo no demasiado fuerte en el hombro. —¡Tu también te has portado Gazil!—. Otro puñetazo fue dirigido al hombro del Skitter verde. —¡Un trabajo qseis Quonx!—. Justo cuando iba a golpearla se acordó de lo ocurrido en su propia nave, relajo la postura y abrió la mano para finalmente darle unas palmaditas en la cabeza. —Bien hecho.

Mientras Dakoyo atendía a Gazigaz y Quonx trataba de hablar con la inteligencia artificial ella comprobaba las cargas que le quedaban en el arma y la linterna. Hasta que escucho a la IA volverles a llamar mascotas. —¿Como que...? Me ca... La ma... ¡Ahhh!—. Tras varios intentos fallidos de construir una frase inteligible y un pequeño grito de desesperación, respiro profundamente antes de seguir hablando. —¿Donde esta ese cacharro? que le voy a explicar a palos que no somos mascotas.

Después de curar a Gazigaz Dakoyo se quedó mirando un momento más a las estrellas, pero en esta ocasión no se quedó ensimismado. Sobretodo gracias al puñetazo de Nako. Después de todo tenían trabajo que hacer, y su jefe no se iba a rescatar solo.

Está claro que ese cacharro está estropeado. No vamos a poder hacer nada con él, que no sea darle algunos mamoporros como dice Nako.

Se encogió de hombros.

Si no podemos acceder a ningún mapa tendremos que ir a la antigua. Seguir mirando sala por sala. ¿Qué hacemos? ¿Volvemos a las que tenemos atrás o seguimo adelante?

Miró a todos.

Somos cuatro y hay cuatro puertas. Yo abriría una cada uno.

Parecía muy serio cuando lo dijo.