Partida Rol por web

Lee Jay está fuera de si por el mono. Pareciera que le va a volar la rodilla, pero al final se contenta con darle un buen golpe en la cabeza, posiblemente dejando inconsciente al fiscal, y cuando menos, muy atontado.

- Hijo de puta... - el negro parece estar a punto de estallar, y es obvio que necesita una dosis de crack pronto, parece que se fuera a volver loco.

"Ese abogado tiene un par de pelotas bien puestas, yendo a por el movil... Esperemos que no nos traicione, ni lo cosan a balazos." No le quito un ojo de encima, al tiempo que vigilo a Big Fat.

Big Fat miraba al hijo de puta del fiscal. Aquel cabrón era la clase de escoria que jodía a gente inocente para ascender. El puto cabrón que hacía que el sistema que debía funcionar bajo principios morales, cogiera esos principios, les bajara los pantalones y les follara el culo como si fuera una putita china de Los Félix.

-Speed, tranquilo. Todavía no. Todavía. Ya habrá tiempo para morir, más que de sobra. Ahora intentemos aclarar esta puta encerrona. De cualquier modo, es lo único que podremos llevarnos a la tumba.

Miró a David, y pensó sobre el tema. Era necesaria una "muestra de fuerza". Algo que le importara al fiscal, realmente. Miró a David y le susuró algo.

-David, traeme un móvil. Tengo una idea.

Era mejor que todo lo que se hablara allí quedara grabado, y sobretodo que el fiscal creyera que no lo estaban grabando. A la prensa se le haría el coño gaseosa con aquella historia.

-Letrado, te vigilo. Eres colega, y no te vamos a hacer nada. Pero vuelve con nosotros, y no intentes tonterías. O mis colegas de fuera de la cárcel, se encargarán de darte las gracias.

Acercó una silla plegable y se sentó en ella, delante de los rehenes, con la pistola todavía en la mano. Le metío dos balas más, al aire distraído.

-Y ahora, señor fiscal, hablemos. Hablemos del juicio, y hablemos de la policía. Tengo tiempo antes de mandarle al infierno conmigo.

La verdad es que la situación lo estaba poniendo tenso.

Tras golpearle la sien con la culata del revolver, el fiscal cae al suelo totalmente inconsciente con una gran brecha sangrante. Probablemente tarde bastante en recuperar el conocimiento. Lee Jay, sudando y retorciéndose por el mono camina hacia la puerta en la que ya está Robertson, con intención de vigilar al abogado y que no le vuelen la cabeza en cuanto se asome... Gray sigue impaciente por torturar a alguien y ya está planteándose auto-lesionarse si las cosas siguen así... Pablo aun está esposado y se empieza a plantear seguir así, de ese modo a lo mejor a él no le matan, como van a hacer claramente con los demás.

Albert abre la puerta con cuidado, sin saber muy bien que se va a encontrar al otro lado, en el suelo frente a él hay un teléfono vía satélite, lo recoge con mano temblorosa diciéndose a si mismo que no era para tanto todo aquello, que saldría bien y nadie moriría, alza la vista al frente antes de darse la vuelta para entrar de nuevo a la sala y queda congelado, cuatro agentes del SWAT de Los Ángeles estaban frente a él a apenas tres metros de distancia, uno de ellos estaba arrodillado y protegía al resto con un escudo táctico. Albert juraría que no estaban allí cuando se había agachado a coger el teléfono.

Lee hace caso omiso de Big Fat y se dirige hacia la puerta con Albert. Con grandes dificultades, apunta al abogado con su revolver por si intenta escapar. Debería saber lo que hay. Se toma su tiempo para apuntarle directamente a la cabeza si intenta hacer un paso en falso. Aunque Lee piensa que va a volver, no las tiene todas consigo, y si intenta escapar será mejor que le enseñe al resto de rehenes que NO se debe hacer.

Camino con lentitud hacia el lugar donde esta el teléfono una parte de mi piensa que en cuanto me vean abrirán fuego... la otra que es imposible, que no se la pueden jugar así. Para colmo veo que el señor Jay me apunta directamente... supongo que para que no me escape, aunque estoy seguro de que si intentara girar la puerta no le daría tiempo a reaccionar con el cuelgue que lleva por la falta de droga.

Cuando salgo veo el teléfono y nada más recogerlo un escuadrón me apunta... en ese momento se me cae el teléfono de las manos y tengo que volver a cogerlo, me tiemblan las piernas y lo noto. Trago saliva y por mi mente pasa el escapar. Si doy un salto seguramente no salga herido o simplemente una pierna... Al fin y al cabo tengo la vida resuelta, pasaría a ser abogado de millonarios en casos sin mayor trascendencia pero extremadamente bien pagado.. .No, no puedo hacer eso, sería darle a mi padre la satisfacción que llevo toda la vida evitando. Cierro los ojos y respiro profundo, no sirve para nada todavía me tiemblan más las piernas. Miro a los Swat y seguidamente a quien pueda estar al mando aunque se me está empezando nublar la vista.

Doy media vuelta y con pesada lentitud regreso al interior del cuarto; cierro la puerta tras de mi y caigo desplomado al suelo, con la camisa empapada de sudor, quedando sentado apoyando la espalda contra la recién cerrada puerta y con el teléfono en la mano. Respiro profundo, trato de calmarme y poco a poco lo consigo. Menuda locura, conseguir esa calma en aquel lugar. No hablo... no puedo hacerlo ahora mismo.

Albert escucha a los policías murmurando entre ellos mientras no dejan de apuntarle, se revolvían inquietos en el sitio, tratando de ver como reaccionar ante aquella situación, finalmente se da la vuelta para ver el puño de Lee Jay asomando por el marco de la puerta, casi a ciegas, apuntándole con el revolver.

Vuelve a entrar a la sala y allí las cosas siguen como antes, apoyado sobre la madera de la puerta, suspira a horcajadas esperando que esa mierda acabe de una vez... Cierra los ojos, tratando de perderse en algún lugar mejor, pero entonces... Suena el teléfono, haciéndole saltar en el sitio asustado.

La situación se vuelve interesante por momentos... pienso mientras muestro mi mejor sonrisa de depredador al grupo de rehenes y vuelvo mi cabeza a tiempo de ver como el asustado abogado se derrumba empapado en sudor...

El teléfono comienza a sonar y sonrío a mis compañeros mientras me dirijo al aparato y descuelgo la llamada empezando a hablar sin dar tiempo a mi interlocutor a tomar el mando de la situación...

-¿Hola? ¿Eres Mac verdad? ¡Me llamo David! Pero tú puedes llamarme Dave si quieres... Quiero que nos conozcamos bien... muy bien. ¡Vamos a ser grandes amigos antes de que todo esto acabe!... Verás Mac, sé que eres el negociador y sé que eres lo único que nos separa de los SWAT de ahí fuera que están deseando liquidarnos y blablabla...¿ Nos ahorraremos los dos todo el discurso, eh? ¿Qué te parece Mac? Pasaremos directamente a la situación que tenemos...-mientras hablo doy vueltas con la porra en mi mano y propino un fuerte golpe a uno de los rehenes hasta hacerlo gemir, mientras deslizo con un pie hacia BF un móvil tal y como me había pedido antes...

-Tenemos... ¡Tenemos un montón de rehenes! ¡Y Armas Mac! ¿Te das cuenta de lo que esto significa verdad? Y tenemos con nosotros al puto fiscal como estrella invitada... Y sí, ya lo sé... Sé lo que ocurrirá si se nos ocurre matar a alguien -digo poniendo voz teatralmente asustada- Pero verás Mac... Lo mejor de todo es que ya estamos muertos... Todos nosotros. ¿Sabes que somos inocentes? Iban a meternos una letal en vena como si fueramos perros- escupo al suelo frente a los rehenes con desprecio.

-Así que dime Mac... Dime tú como están las cosas si crees que lo sabes. Porque yo se muy bien que ahí fuera alguien está deseando dar la orden de entrar y acabar con nosotros y le importará una mierda que algunos de los pipiolos de aquí la palmen ¿Eh? Pero tú no vas a permitir que eso ocurra, porque si ocurre vamos a estar en las noticias de costa a costa en directo y las cámaras van a captar los cadáveres saliendo en camillas uno tras uno...- digo señalando a los rehenes al azar con el extremo de mi porra mientras sonrío divertido -Por las puertas de este jodido juzgado... ¿Omnibus iustitia est eh Mac?- y suelto una carcajada para después propinar otro golpe en la cabeza a otro de los rehenes...

La adrenalina corría por mis venas y sentía el placer de controlar el dolor y el miedo, contrarrestando la mierda de sedantes que me habían administrado al sacarme de la trena... Volvía ser yo mismo... Y me encanta ser yo...

El teléfono es vía satélite y está puesto de modo que funcione en manos libres - Muy bien, Dave... - habla de manera cordial, pero con un tono severo, como un padre que intenta hacer entrar en razón a un hijo - Sabemos como están las cosas y tranquilo, no queremos que haya muertes. - se nota en el tono de su voz que sonríe - Hablemos de los rehenes; En el interior hay dos policías además del fiscal, - continua hablando - con ellos ya tenéis suficiente, si dejáis salir a los civiles os restableceremos la electricidad. ¿Que os parece? - pregunta guardando silencio a la espera de una respuesta.

Gray leventa la palma de la mano frente a BF pidiendo silencio con el gesto...

-¡Hey Mac! Esa parece una gran idea... Soltamos a lo único que nos separa de que entréis aquí pegando tiros como vaqueros desesperados y los únicos posibles testigos de todo este inmenso volcán de mierda serían prescindibles... ¿Mac tu también estás metido en esto? ¿Te envían desde arriba a hacer de poli bueno? ¿O símplemente nos has tomado por un grupo de rednecks a los que puedes timar?...- Dave también sonríe divertido por este tira y afloja... -No trates de timar a un timador Mac... Te diré como funciona esto: Un favor, un rehén... Y os juro por Dios que cómo intentéis entrar... ¡ME VOY A CARGAR HASTA A MIS PUTOS PROPIOS COMPAÑEROS! ¿ME ENTIENDES POLI DE MIERDA? ¿HE SIDO SUFICIENTEMENTE CLARO O TE HAGO UN PUTO DIBUJO CON LA SANGRE Y LAS ENTRAÑAS DEL TIPO QUE TENGA MÁS CERCA?...- después de los gritos Gray inspira y expira con tranquilidad profundamente...

-Te hago una oferta mejor... Tengo una vieja aquí que me estorba a la vista, cree que la voy a violar- de nuevo la sonrisa de depredador todo dientes aflorando entre los labios del psicópata metido a pandillero -Pero no estoy por la labor, no me lo hago con momias y fijo que la palmaría del susto en cuanto me bajase la bragueta... Te la daré como muestra de buena fe y más vale que no nos jodas. Si reestables la electricidad es por tus rehenes no por nosotros... Hace apenas unas horas que hemos salido de la trena... ¿Crees que en Pelican Bay nos daban aire acondicionado y langostas con caviar?...- pregunta con tono teatral de nuevo...

-Oh perdona creo que me he equivocado en una cosa... ¿He dicho tus rehenes? ¡QUE PUTO LAPSUS DE PSICOPATA! Quería decir NUESTROS rehenes... ¡NUESTROS PUTOS REHENES! ¿ENTIENDES? ¿¿PARLEZ VOUS MI PUTO IDIOMA DE LOS COJONES IRLANDES DE MIERDA??... No nos jodas. No juegues conmigo Mac... no jueges conmigo...-

- No sé de que me hablas, Dave, solo quiero que todo el mundo salga de ahí por su propio pie, no estoy metido en nada... - replica, aparentemente sincero - Muy bien, - sentencia con firmeza - Llevad a la señora a la puerta Oeste, la misma en la que os dejamos el teléfono, - explica con tono calmado - y os restableceremos la electricidad, para que todos estéis más comodos, los rehenes y vosotros. - guarda silencio unos segundos - ¿La señora puede andar? ¿O necesitará cuidados médicos? - una sirena rompe el breve silencio que se ha hecho - Enviamos una ambulancia, por si acaso. - explica anticipandose a que podáis alterar por el sonido de la sirena.

-¿Andar? Esta vieja hija de puta hasta sería capaz de marcarse un baile funky con tal de salir de aquí; eso no va a ser un problema- dice Gray con un tono que pretende sonar gracioso pero en su lugar sólo da pie a que suene profundamente macabro...

-Pero... Espera, espera un momento... ¿Has dicho No, Mac? ¡NO PUEDES DECIR NO! Eso está totalmente prohibido en una negociación con rehenes... ¿SSABESSS PORQUEÉ? ¡PORQUE DIOS NUESTRO SEÑOR EN SU MAGNÍFICA GLORIA TODOPODEROSA CADA VEZ QUE ALGUIEN ME DICE NO, ME ORDENA QUE PARA RESTITUIR EL LEGÍTIMO ORDEN DE LAS COSAS, MATE UN GATITO MAC!...- hace una pausa durante un par de segundos escuchando la respiración al otro lado de la línea...

-Pero yo no veo ningún gatito por aquí... Sólo veo ciudadanos blancos de clase media asustados... Muy asustados Mac, así que procura no decirme que no... ¿De acuerdo Mac? ¿Por que tú quieres que acabe matando a alguien? ¿A que no quieres Mac?...- se rie de su propia trampa linguística como un chiquillo psicótico.

-Te diré lo que haremos... Como me caes bien voy a dejarte pasar este pequeño incidente por alto. Como medida de buena fe... Saldré con la señora, saldremos abrazados ¿Sabes? Mis brazos van a rodear su cuello porque sé lo fácil que me resultaría apretarlos contra su blanda carne de momia y hacer que sus vértebras se rompiesen como palillos... Y eso es exáctamente lo que haré: Usarla como escudo humano contra los que están ahí fuera y matarla en el acto si a alguien se le ocurre hacer... alguna locura- de nuevo estalla en una carcajada macabra fruto de la ironía que está soltando como si fuera lo más normal del mundo para él.

-Así que yo salgo, nos saludamos... restableces la corriente y suelto a la abuelita para que se vaya a su casita a hacer ricas tartas de manzana... ¿A que tenemos un trato Mac?...-

Suspiro y me froto la frente para quitarme el sudor después de ver que el jodido yonki no ha apretado el gatillo. Aún queda esperanza, si ninguno de estos capullos abre fuego. Poco a poco me relajo y dejo que mi espalda resbale por la pared hasta quedar sentado, sintiéndome algo sofocado por la falta del aire acondicionado.

Por suerte para nosotros el abogado sale y regresa rápidamente con el teléfono en las manos. No sé qué mierdas habrá visto en el pasillo, pero parece afectado. Ese cabrón podría haberse dado el piro para abrazarse a la seguridad y en cambio ha vuelto. Confío en él y confío en que va a conseguir salvar mi culo, joder. Si ahora mismo me dijeran que a cambio de otros cinco años en el maco podría salir limpio de aquí firmaría en el instante.

De repente David me saca de mis ensoñaciones. Su cara y movimientos han cambiado y casi parece otra persona, extremadamente más activa y nauseabunda. Pongo mala cara nada más ver que le arranca el teléfono a Albert de las manos. Joder, está loco y no hace más que soltarle mierda al negociador. Cuando veo que empieza a amenazar e incluso a golpear a los rehenes me incorporo alarmado.

—¡Eh, Big Fat! —suelto quizás demasiado valientemente—. Controla a ese tío, en serio. Nos va a buscar la puta ruina. Sabes que el abogado no quiere jodernos y lo mejor es que hable él para evitar malentendidos.

Estoy dispuesto a que suelten a la vieja a cambio de la electricidad y hasta me parece bien que salga ese loco a entregarla —ojala le vuelen la cabeza a ese desgraciado de paso—, pero no voy a permitir que sea él quien hable más y controle la situación. Big Fat no es mejor persona, pero al menos tiene puta cabeza y sentido común.

—Haz el intercambio, David —digo secamente—, y devuelve el teléfono al abogado.

- Estoy con Pablo, más que nada porque creo que te has quedado bien a gusto... ahora deja que hable el poli bueno. - Digo lo último en voz baja, y tono confidencial y acercándome un poco para que sólo el me oiga, y no lo oigan al otro lado de la llamada. "Quizá si parece que se le escapa de las manos si no negocian, pero ven que si negocian el trato les será aparentemente favorable... quizá consigamos el tiempo que necesitamos, sí." - David, estoy convencido de que el fiscal esconde algo. Y tengo entendido que tienes una gran habilidad para sacar a la luz lo que la gente no quiere contar, así que... Podrías divertirte con el un rato, a ver que averigüas... Pero no te pases, no queremos marcas que nos puedan comprometer. Sé imaginativo. - "con un poco de suerte se concentra en el fiscal, y se olvida del resto, y con mucha, quizá le saque algo de información..." pienso algo nervioso. No me fío de David ni de Big Fat ni un pelo, estoy casi seguro de que me la van a jugar en cuanto tengan la mínima oportunidad. "Mejor lejos de mí."

- Muy bien Dave, tenemos un trato. - replica el negociador - La ambulancia está allí, podeís sacar a la anciana cuando queráis y os restableceremos la luz, como te he prometido. - su tono sigue siendo calmado y amable - Nadie quiere muertos, así que tranquilo, ninguno de mis hombres hará una locura. Te doy mi palabra.

Miró a David con cara de preocupación. Sabía lo que le pasaba cuando tenía ese "mono" de torturar. Se llegaba a joder a si mismo. La verdad es que si no fuera un cabrón psicopático que se corría haciendo daño, y sintiéndolo, le meterían en un loquero. Pero como es lo que es, le esperaba el caballo de plástico y las jeringuillas.

-David... -le dijo, parpadeando- Es tu pan y te lo vas a comer. Sal a hacer el intercambio, pero no te esperes otra cosa que un tiro en la cabeza. Y si vuelves... déjame las condiciones de negociar a mí. ¿Ok?

Luego hizo un gesto y miró a la vieja.

-Tendrías que estabilizarla si quieres sacarla por la puerta. Está más muerta que viva.

Poco a poco me voy recuperando del susto, y de repente agarra el colgado de Dave y se hunde más en su propia miseria. No debería de hablar el, esas declaraciones seguramente serán tenidas en cuenta en un juicio... aunque ya no se si habrá juicio o directamente no saldremos de aquí con vida. Me levanto y procuro no mirar al señor Gray. Me da miedo de verdad. Me acerco a la señora mayor y trato de ayudarla

- Vamos señora, levántese. Vamos a sacarla de aquí. 

La ayudo a levantarse con cuidado 

- Señor Gray, cuando la saque, trátela con cuidado y procure decir a los sanitarios o los agente que se la lleven lo que le ocurre, hay que empezar a mejorar vuestra imagen de forma inminente. Procure gesticular para que le vean los medios. 

Sigo sin mirarle, pero si es mi cliente hay que empezar a hacer que la prensa al menos comience a dudar de su "maldad". 

—No va a poder andar ni de coña —digo viendo el panorama—. Albert, dile al oficial que la abuela ha sufrido un golpe de calor por la falta del aire acondicionado y que será necesario que acuda el servicio médico a recogerla. Pienso que lo mejor es moverla lo menos posible, así que David puede arrastrarla con cuidado hasta ahí fuera, en el pasillo, para que la recojan. No habrá ningún peligro para nadie si se hacen las cosas bien.

La vida de esa abuela verdaderamente está pendiendo de un hilo y no hay que perder más el tiempo. No es que me importe especialmente —sobre todo después de ver su actitud en los acontecimientos pasados—, pero dejar que muera aquí sin ninguna asistencia, además de ser una crueldad, solo nos complicaría mucho más las cosas.

- No ha sido un golpe de calor, - dice la chica que se acercó a atender a la mujer - ha sido un infarto, encontré nitroglicerina en su bolso y se la di. - explica con una sonrisa amable - Yo les ayudaré a llevarla. - indica echando a andar con una marcada cojera.

—Ya sé que no ha sido un golpe de calor —contesto tontamente a la defensiva—, pero si conseguimos que nos devuelvan el aire, tanto mejor para todos.

Me guardo la mala cara para mis adentros tras oír la proposición de la chica. Confiaba en que el loco pendejo saliera solo para que le trincaran y así facilitar este montón de mierda. Con él fuera de escena Big Fat perdería gran parte del mando que ha conseguido hasta ahora y el abogado y yo podríamos manejar la situación mejor —especialmente teniendo en cuenta que los dos negros son rivales y ese Speed está que se muere con el mono—.  Ahora ese cabronazo tendrá un bonito culo de escudo con el que volver a salvo aquí. Maldita imbécil.

- Bien, voy a salir... - dice apartando con la porra a la joven de manera brusca - Como se te ocurra dar un puto paso voy a hacer arte mural con tus sesos, puta. - sentencia señalándola con una mueca, parece divertirse - No vas a salir ahí para aprovechar y largarte tú también. - escupe al suelo echándose a la vieja al hombro, pese a ser bajito es suficientemente fuerte para eso y camina hasta la puerta que abre sin mostrar un ápice de duda.