Partida Rol por web

El capitán de Ventura Obo murmura para sí mismo mientras estudia el  mapa que está sobre la mesa - "Ahora, si el invasor se mueve paralelo al defensor, que descansa en el séptimo salón de la primera torre, entonces el soberano estará expuesto frente al contraataque de ... bah, no hay quien entienda las estrategías de Valsin!" Obo golpea su mano libre sobre la mesa, y luego hace un gesto hacia las sillas que tiene frente a él.

“Venga, sentáos... nuestra propia partida está en marcha. Han Llegado noticias preocupantes hace dos semanas de parte de uno de los confidentes de confianza de la Sociedad, un experto en artefactos y tasador en el zoco de Azir. Su nombre es Torvad. Torvad Shalzadin.

Obo extrae un pequeño rollo de pergamino de su chaqueta con el sello de cera claramente roto. "Esta carta indica que Torvad ha contactado recientemente con un cliente que deseaba verificar la autenticidad de un artefacto raro. Para su sorpresa, cada detalle sobre la reliquia indica que el artefacto es uno de los fragmentos del Escudo Quebrado de Arnisant. Supuestamente eso es imposible: todos los restos del escudo se mantienen a salvo en La Vigilia, justo debajo de la nariz del Señor Vigilante...

Según los informes del Decemvirato y del Archivo Oscuro, nadie en la Última Muralla ha reportado que alguno de los fragmentos del escudo haya desaparecido. Según Torvad el propietario actual del fragmento es una casa de subastas clandestina que subasta artefactos divinos en Azir, llamada la Cobra Sagrada. ¡Tiene intención de venderlo en siete días!

Si ese artefacto es realmente una pieza del Escudo Quebrado de Arnisant, debemos evitar que una reliquia tan importante caiga en las manos equivocadas... - Sonríe - Ahí es donde vuestras "piezas" entran en la partida.

Aunque sería más rápido enviaros por mar, el auge de la piratería de la zona nos ha hecho reconsiderar la ruta: Iréis en caravana. Una vez allí, encontrad a Torvad y convencedle de que revele la ubicación de la subasta secreta. Su paradero es conocido por muy pocos, pero seguro que acuden los comerciantes de artefactos más influyentes. Deberéis actuar antes de que sea vendido y perdamos el fragmento para siempre.

Si queréis haceros pasar por compradores, convenced a Torvad de que os deje su "Pancarta de Postor", una ficha que la Cobra Sagrada usa para identificar a sus "Amigos"... La forma más segura de conseguir el artefacto será ganándolo en la subasta, pero sé que haréis lo necesario para que la Sociedad lo recupere. Tomad - Obo deposita un paquete en la mesa, que contiene varios papeles doblados sobre sí mismos. - Cada una de esas diez letras vale 1000 monedas de oro. Si se las mostráis al empleado de la casa de subastas os tomarán en serio.

Confío en que deis buen uso a estos fondos. Si véis otro artefacto que pudiera interesar a la Sociedad, podéis usar esos fondos para obtenerlo.

Faysal veía caras nuevas entre sus compañeros, bueno, seguramente serían competentes o no estarían allí, una nueva misión les llamaba y Faysal estaba dispuesto.

- Bien, prefería no gastar dinero para recuperar esa reliquia, de seguro no ha sido encontrada por medios legales, pero si no queda mas remedio...

Estaba claro que al Wayang no le gustaba el enfoque.

Saladino que se estaba rascando la cabeza intentando procesar la información empezó a balbucear:

-¿Entonces tenemos que ir a la septima torre del primer salón a coger un cacho de escudo que nos quiere vender una cobra sagrada...?

Bah, sigo al que más parezca que sabe el camino y zurro a quien se interponga en su camino, pensó para sus adentros.

-¡Ahá, entendido!

Intentaremos la via pacífica, capitán. Me alegro, no obstante, de que contemple los métodos... alternativos. Sonríe, pícara. Hace las siguientes preguntas al Capitán:
 

• No había oido antes la historia del escudo quebrado... podría contarnos algo más?
• Como reconocemos a Torvard?

Cuando el capitán haya terminado,  se presenta ante sus compañeros.

Hola, mi nombre es Algiz. Soy una descendiente de los Eefriti, o genios del desierto. Sí, cumplo deseos, como os podéis imaginar. No tento tanto poder como ellos, pero si estáis en peligro solo tenéís que formular vuestro deseo, e intentaré cumplirlo. - Sonríé de oreja a oreja. - Aparte, se me da muy bien lanzar hechizos de fuego. ¡Procurad lanzaros al combate después de que los haya chamuscado!

El Escudo Sagrado de Aroden... algo había oido Sedrik cuando paso por las Tierras de Ustalav... Esa reliquia en malas manos podía ser muy peligrosa si en realidad era uno de los 11 fragmentos que se recuperaron tras la batalla contra el Tirano Susurrante...

Por mi parte contar con obtener toda la información posible sobre el fragmento, y en el caso de ser verdadero, el recuperarlo al precio que haga falta le dice al Capitán Obo, y dirigiéndose hacia la Efrit Mi nombre es Sedrik, y soy bueno entrando en sitios sin que me vean y recuperando cosas de valor

Obo contesta a vuestras preguntas con una sonrisa en la cara

• Mi nombre es Sedrik, y soy bueno entrando en sitios sin que me vean y recuperando cosas de valor
• Intentaremos la via pacífica, capitán. Me alegro, no obstante, de que contemple los métodos... alternativos.

No podemos correr el riesgo de perder la pista de la reliquia... Me alegra oir que confiáis en vuestra astucia y capacidades. Como en el Asedio, la mejor forma de ganar no es siempre la más obvia... 

-¿Entonces tenemos que ir a la septima torre del primer salón a coger un cacho de escudo que nos quiere vender una cobra sagrada...?

Oh! La jugada escudada!! - El capitán de ventura parece haber oido mal los murmullos de Saladino - No se me había ocurrido, gracias! Veo que eres una persona con una mente versada! Me encantará jugar contigo una partida de Asalto cuando hayáis vuelto con la reliquia!

Puede contarnos más sobre la historia del escudo?

Por supuesto. Los origenes del escudo Arnisant están envueltos en misterio... algunos creen que perteneció al propio dios Aroden cuando aún era un mortal, otros aseguran que Aroden lo creó cuando alcanzó la divinidad...

Lo que sabemos con certeza es que el General Arnisant lo blandió durante la Cruzada Brillante y que fue una pieza clave para derrotar al Tirano Susurrante! De hecho, ahí fue dónde se rompió. Es posible que incluso un fragmento de ese escudo tenga el poder necesario para... - El capitán tragó saliva. - No quiero ni pensarlo. 

Cómo reconocemos a Torvad

Suele llevar un par de gafas con montura de alambre y un viejo brazalete dorado que encontró en alguna excavación arqueológica. Lo último que he escuchado es que era un invitado de Inusi Mendalari, una mujer noble del Zoco de los Artesanos en Azir, con la costumbre de "coleccionar" artistas y otros intelectuales que cree podrían beneficiarse de su patrocinio. También podrías buscar a alguien con los dedos atascados en un tarro antiguo de galletas mágicas. Ese sería Torvad, probablemente! - Suelta una risotada

Complacida con las respuestas de Obo, sacó su cuaderno para anotar los detalles y los nombres de los que hablaba el capitán. Pensó, además, que no sería mala idea pasar por los mentideros de la ciudad para escuchar algún rumor interesante.

Hinchando pecho y envalentonado por la respuesta del Capitán de Ventura, Saladino dijo con orgullo:

-¡Ahá! Si yo es que soy muy sabio y sé muchas cosas.

Qué noche había sido la anterior. No había dormido ni un minuto tratando de averiguar el secreto sobre el arma encontrada bajo las grandes ramas de aquel árbol en el hayedo. ¿Qué era? ¿De dónde procedía? ¿Cómo se utilizaba? Ella no lo sabía y eso es lo que más le excitaba, pues quería descubrirlo cuanto antes. 

Pero hoy el día en el que tenía que visitar al capitán Obo para una nueva misión, por lo que todo eso tendría que esperar para otro momento. O llevarla consigo.

Amaneció y el día la encontró derrumbada en el escritorio de la habitación. Babilla caía de su boca sobre los papeles, que hacía que la tinta se corriese y manchase su cara. La luz del sol que entraba por la ventana la despertó, provocando que sus sus ojos se abriesen como si de compuertas se tratasen.

¡No puede ser! ¡Otra vez me he quedado dormida! ¿¡De nuevo tarde?!

Se puso lo primero que encontró en a su alrededor, cogió su zurrón y salió con un vendaval por la puerta. 

Cuando llegó al lugar se encontró con viejos conocidos. Iba tan apurada que un mero saludo con su cabeza fue lo único capaz de articular mientras jadeaba. Con la historia y la misión explicadas y ella algo más calmada añadió

¿De... Debemos preocuparnos por el viaje en caravana? ¿Algo que debamos saber de esas subasta?

No te preocupes Pasifae, el viaje en caravana será coser y cantar. Seguro que todo transcurre sin problemas

Pasifae recordaba esas palabras del capitán mientras trataba de avanzar bajo el asalto implacable de la tormenta de arena que acosaba el paso de la caravana. El resto del grupo trataba de calmar a los camellos, o al menos convencerles para seguir adelante.

Apenas a dos días de su destino, una violenta tormenta eléctrica les había atrapado en sus garras. A su alrededor solo veían la arena siendo arrastrada por el viento, y el rugido de los truenos apenas les dejaba hablar entre ellos.

Saladino sube al carromato con cara de preocupación. Era raro verle con esa expresión, ya que él en estos momentos se encontraba como en su casa: Rayos, viento, el calor del desierto y la humedad que trae la tormenta... la confluencia de los elementos era parte de él desde que nacio. Y sin embargo, parecía que algo le mosqueaba...

Habéis oido eso? Me ha parecido escuchar... algo. Algo fuera de lugar...

¿Que ocurre, Saladino? - Dijo Algiz. Ella no podía ayudar fuera, ya que no tenía fuerza ni tacto con los animales. Despues de escucharle, decide salir fuera a comprobar si solo han sido imaginaciones del monje, o de verdad hay algo más que ellos en esa tormenta infernal.

El capitán le aseguró que no había nada que temer durante el viaje, pero ver al cordial Saladino tan preocupado provocó que se le empinasen las orejas, aún más si esto era posible.

¿Qué... Qué ocurre?

El monje empezó a meditar, la concentración se hacía visible en su rostro mientras las venas de su cara se hinchaban... tras unos instantes abrió los ojos de golpe y dijo:

-Nah, seguro que fue el viento.

Acto seguido se recostó tranquilamente y cerró los ojos.

Sobre la información que habéis averiguado con las tiradas de diplomacia y conocimiento:
 

DC10: Azir es la ciudad capital de Rahadoum. Esa nación defiende una serie de principios filosóficos conocidos como Las Leyes del Hombre, y el más importante es el que prohibe la religión en cualquier forma. Estas medidas fueron adoptadas tras décadas de guerras religiosas. La nación cuenta con un grupo de militantes llamada la "Legión Pura" que se encarga de hacer cumplir los principios de las Leyes del Hombre.

DC15: La mayoría de los habitantes de Rhadoum tiene un profundo respeto por la retórica y la filosofía. Por ello, la gran mayoría de los habitantes están bien educados, promueven un comportamiento cívico y valoran la autodisciplina y la lealtad.

DC20: A pesar de los esfuerzos de la Legión pura, algunos ciudadanos continuan adorando a varios dioses dentro de las fronteras del país. Los años de confiscación de artefactos divinos y la demanda de parafernalia sagrada ha proficiado el contrabando, creando un "mercado negro" de artículos religiosos.

Aquellos que incumplen la ley y son prendidos por la legión pura, pueden recibir desde una multa por posesión de reliquias prohibidas hasta la humillación publica, encarcelamiento o incluso destierro.

 

Qué suerte tenéis de no tener ningun paladín en el grupo xD

Sedrik no había bajado la guardia desde que partieron de la ciudad siempre atento a cualquier sombra en el horizonte o cualquier movimiento sospechoso de las dunas. Ahora después de la primera advertencia de Saladino se había esforzado más si cabe en diferenciar los sonidos del viento de los que no lo eran y se preocupaba de lo que se veía y de lo que no...

No se yo que decirte Sal, creo que tu primera intuición era acertada. Algo no cuadra

Faysal acompañaba a la caravana a lomos de Anochecer, algo alerto a sus compañeros, al wayang no le parecía que pasara nada, pero en estas situaciones siempre demostraban notar más cosas que él, por lo que agarro la lanza y espero.

- Bien ya que decís que algo raro hay, decidme por donde.

Revisáis los alrededores, pero no ois ni encontráis nada que os llame la atención... Salvo Sedrik, que atrapa con sus afiladas orejas un débil quejido entre azote y azote del viento. Preocupados, os desviais del camino para investigar qué ocurre.

Unos minutos después, encontráis el cuerpo de una mujer enana semi enterrado bajo la arena. Apenas un hombro y su cabeza se ven en la superficie, y tose compulsivamente...

Tardáis bastante en rescatar su cuerpo de las fauces del desierto y cuando por fin conseguís posarla en el suelo para examinarla un fogonazo de luz os deslumbra. Un breve instante después, el sonido del trueno os deja casi sordos, y ante vosotros la caravana estalla en llamas al ser impactada de refilón por el relampago. Los camellos, asustados, tiran de sus riendas intentando soltarse.

Rápidamente rescatáis vuestras mochilas de lo que queda de la caravana y aseguráis a los camellos, más tranquilos gracias a vuestra presencia. Posáis el cuerpo de la mujer en la grupa de uno de ellos, y comenzáis a caminar de vuelta a la ciudad... Sin embargo, notáis que a vuestro alrededor comienza a ocurrir un extraño fenómeno:  La humedad del aire y la electricidad descargada por el rayó provocan que corrientes electricas circulen por el aire. Con un movimiento erroneo, podéis sufrir una descarga dolorosa...

Algiz intentó esquivar las descargas, pero la tormenta era demasiado fuerte...

Saladino ayudó a llevar a la enana con el menor movimiento posible para subirla al camello, no sabía si ayudaría mucho porque no sabía de medicina pero lo más que podía hacer... a no ser...

Saladino puso esa cara de alegria que solía poner cuando se le ocurría una idea nefasta, y dijo:

-¡Tengo una buena idea! - mientras sacaba de su mochila su fiel hacha "Diplomacia" y colgó su mochila de uno de los camellos. Después se adelantó al grupo con el hacha el alto y riendo como si de verdad supiera qué estaba haciendo.

-Ajá, ¡Yo desviaré la electricidad! Todo el mundo sabe que el metal atrae a la electricidad ¡Pero la madera la REPELE! ¡Y como el mango de mi hacha es de madera, la electricidad no me alcanzará! MUAJAJAJA