Partida Rol por web

Por fin Henry contesta por el intercomunicador, lo que hace que nos pongamos rápidamente en marcha y nos situemos frente a la puerta de entrada del vagón de Tercera, tensos. En cuanto se abre la puerta, sin embargo, doy un paso adelante para abrazar a Jake. Sólo ha estado fuera unas pocas horas, pero con todo lo que ha ocurrido, parece que su ausencia haya durado meses.

-Me alegro de que estés bien. -Murmuro, antes de estrechar el abrazo para susurrarle unas pocas palabras al oído.

Sin embargo, le suelto en seguida y regreso junto a John, visiblemente nerviosa y observando con un ceño fruncido de desconfianza hacia Henry.

-Tenemos que llegar hasta la zona de los guardias. Ayúdanos, por favor.

John iba a responder a algo que Olya había dicho cuando la voz de Henry salio por el comunicador para gran alivio del hombreton.

-¡Ve como yo tenía razón, señorita pierde niños!.-dijo cambiando de tema con una sonrisa que iba entre la pequeña victoria moral al gusto de poder dejar esa conversación a un lado, ya que se estaba volviendo bastante incomoda.

La compuerta se abrio y John vio a Henry con sumo alivio. Olya fue a abrazar a Jake y no pudo contenerse al ver la escena.

- ¡Joder Jake, menudo paseo te has pegado! ¿Te has perdido o algo asi?.-pregunto mirando de reojo a Olya, una experta perdiendo gente segun parecía.-Anda, entra. Alan quiere hablar contigo y si ves a Roland dile de mi parte que no tiene que darme las gracias, que lo que le he dado se lo puede quedar.

Despues miro a Henry y le sonrió.-Tenemos mucho que hablar, mucho que hacer y poco tiempo Henry.

El camino hasta el vagón de Tercera se me hizo eterno, lo conocía a la perfección y sabía que el trayecto era poco más de cinco minutos, pero se me antojaron cinco siglos, dos pasos más atrás estaba Henry, que permanecía en un silencio sepulcral y que unido al mío parecíamos dos personas de luto.

Cuando alcanzamos la puerta de acceso, esperé con paciencia a que Henry introdujese el código de apertura y al abrirse la puerta casi me doy de bruces con John, un guardia al que no conozco y a Olya que se echa a mis brazos apretándome contra ella a lo que yo me quedo petrificado debido a la sorpresa, momento que aprovecha para susurrarme algo al oído.

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-Si, yo también la verdad-dije cabizbajo monstrandole media sonrisa y mirándola por un instante para luego girar la cabeza hacia John.

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-Ha habido un pequeño incidente en la piscina...pero ya está todo arreglado-respondí con voz queda-Voy a ver que quiere Alan. Luego te veo Olya y ten cuidado.-dije separándome de ella, mirándola de nuevo con ojos extraños y dándole la espalda para ir a ver a mi amigo.

Escuché la tenue voz de Olya en mi oído.

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En ese momento y pegada a mí, cerré los puños y apreté la mandíbula, tenso y preocupado. Acerqué mis labios a su oído para que solo ella pudiera escucharme-Lo siento, no puedo, ahora no Olya, de verdad, perdóname-susurré en un tono poco habitual en mí. Me separé con delicadeza de ella y me alejé hacia Alan. Ahora tenía un nuevo problema que afrontar. Y no sabía que mierda hacer.

Tras despedirse de los que iban a marchar regresó hacia atrás en el vagón, allí donde Ha-Neul, la única que había decidido quedarse, lo esperaba. Aunque lo primero que le dijo lo dejó un tanto sorprendido, quedándose sin saber como reaccionar durante un segundo. Pero enseguida se rehizo - ¡Ah! No, no, no es eso. Olya y yo solo nos hemos criado juntos y hemos trabajado codo con codo en el vagón desde pequeños, pero nada más. No hay... nada de eso, no te preocupes - dejó claro. No porque en su momento no hubiera habido falta de ganas, al menos por parte de Kaidan, pero el pasado era el pasado. Sin dudar un momento se puso a ayudar a Ha-Neul a recoger las mantas, después ya se pondría con la lista que le había dicho Alan, todo estaría listo para cuando regresaran con las armas.

Ante la explicación de Kainda agacho la mirada y sigo cogiendo mantas pensando en el exterior.

-No tienes que darme explicaciones Kaidan, al fin y al cabo nos acabamos de conocer en una extraña situación, no sabes nada de mí, casi no lo sé ni yo.- me entran ganas de llorar al no poder recordar todo aunque en mi cabeza va cogiendo cada vez más forma mi pasado. Muerdo mi labio inferior, aún sigo sintiendo esa sobre excitación post congelación pero no es momento quizá de pensar en eso.

-Creo... creo que no deberíamos confiar a ciegas en la palabra de Roger. Si es cierto que puede que fuera podamos sobrevivir pero primero me gustaría comprobarlo... No arriesgar vidas innecesariamente ¿no crees? Quizá cuando recuerde todo podamos estar más seguros.

Las palabras de John me arrancan un sonido de indignación, ¿cómo que se tiene que ir? ¡Nonononono! 
Pero mi sonido de indignación, parecido al mismo gritito de disgustada sorpresa que emito cuando me golpeo el dedo meñique contra la pata de una mesa, se repite al escuchar la respuesta de Jake.

-¿Qué? ¡No! 

Reprimo mi impulso de correr hacia él, pero consigo refrenar mis piernas. Ahora no tenemos tiempo para convencerle, pero él no sabe todo lo que ha pasado por aquí. No sabe lo que nos van a hacer. No sabe lo de Guilliam...

-Jake... -le llamo débilmente, esperando que cambie de opinión. Pero la entonación de sus palabras, su mirada... parecía preocupado y decidido. Dudo mucho que podamos distraerle de su objetivo, y mucho menos sin explicarle nada.

Apesadumbrada, me vuelvo hacia John, y luego hacia Henry.

-¿Y bien? ¿Vas a escucharnos o vas a llamar a Crowell?

Al ver la expresión en el rostro de Olya y al que parecía ser un guardia que no conocía sospeché que me había metido en una trampa, pero eso hubiera significado que John los ayudó y no podía creer eso. Por suerte los segundos de tensión terminaron pronto cuando Olya saludó a Jake y John me comentó de manera muy general lo que ocurría. 

Jake comenzó a alejarse y no pude evitar que mis ojos pasaran por cada rincón que me era visible del vagón, un lugar al que alguna vez llamé mi hogar y que debido a mis acciones casi lo destruyo, debía hacer algo para remediar esa situación. Olya se impacientó y me preguntó de manera hiriente cual sería mi posición. -Yo siempre he tratado de ayudar, siempre he estado de su lado y todo lo que he hecho lo hice porque pensé que era lo mejor para ustedes. Dije con algo de rabia, pues a pesar de que la culpa me estaba comiendo por dentro también me molestaba el poco apoyo que recibí y la desconfianza inmediata que sintieron hacia mi. 

Respire y miré a John. -¿Qué necesitas que haga? 

John miro a su amigo y asintio.-Yo te creo, Henry, sé que eres de las pocas personas en las que puedo confiar.-dijo John y comenzo a hablar en tono bajo, de forma que solo se escucharan los que estuvieran más cerca.

-Escucha, necesito ir al vagón de los guardias. Solo voy a pedirte que me dejes pasar y no voy a contarte nada si no quieres implicarte en algo jodidamente serio.- dijo John dejando que Henry tomara la decisión, aunque estaba deseando que se uniera a su causa entenderia que no quisiera hacerlo ya que era literalmente un jodida locura.- Ya no soy un guardia, como sabes, pero voy a protegerles como jure que haria. No pienso permitir que usen a las niñas de tercera como su jodido harén personal, así que... ¿Que me dices?¿Nos permites el paso?

En cuanto los guardias se ponen a hablar me cuesta reprimir una sonrisa cínica. Chicos, ¿queréis que os deje solos o algo?
Pero mi sonrisa se borra por completo cuando John le pide a Henry que nos deje pasar a la zona de guardias.

-Y necesitaremos los códigos de las puertas. Por si necesitamos entrar y salir varias veces. -Añado rápidamente.

Joder, ojalá John tenga razón. Ojalá quede algo de corazón dentro del pecho de Henry. Ojalá los de Primera no le hayan convencido ofreciéndole un puesto de honor para visualizar la violación. O peor, para participar en ella.

Me quedé frío, incrédulo ante la petición de John, hacerlo significaba un acto completo de rebeldía que no solo me costaría el puesto sino también mi vida si las cosas no salían bien. Pero prefería morir por una buena causa que vivir sabiendo que pude hacer algo contra una injusticia y no lo hice, esta era mi oportunidad de reinvindicar mis errores. 

-Estoy con ustedes. No solo para llevarlos a la zona de guardas, estoy con ustedes en lo que sea que tengan planeado. Miré a Olya y añadí. -Yo no soy su enemigo, nunca lo he sido y nunca lo seré.  Dicho eso abrí la puerta para que se dieran cuenta que iba en serio. 

-En marcha, quédense en todo momento detrás mío.  No sabíamos con que podíamos encontrarnos, todos los guardas estaban al tanto de la situación de mi amigo, así que si lo encontraban fuera de tercera habría problemas. Eso me hizo caer en cuenta de algo, antes de poner un pie fuera del vagón me detuve y saqué una tarjeta de mi bolsillo. -Es una copia de la mía, aquí están los códigos. Tú sabes como funciona. Dije extendiéndole mi copia a John. -Si algo llegara a pasar yo me quedaría ganando tiempo para ustedes, pero necesitarán esto para moverse sin mi. 

John dio una palmada en el hombro de Henry, sabía que no le decepcionaria y le importaba un carajo lo que la pierdeniños pensara de él.-Gracias Henry, por el momento ocultaremos tu cambio de bando todo lo posible. Vamos al vagón de los guardias, buscamos armas y lo que pueda servirnos... ademas necesito recuperar un par de calzoncillos limpios.- pensó en voz alta, por si Carol iba enserio, ya que no había nada menos erotico en el mundo que calzoncillos bicolores, amarillito por delante y marron por detrás....

Garraspeo la garganta, agradeciendo que Olya no tuviera el don de leer el pensamiento. Tomo la tarjeta y la guardo bien.

-A la pierde-niños ya la conoces, es la maestrilla, Olya. El otro tio que va vestido de guardia lleva un tiempo fuera del congelador.-dijo haciendo referencia a la gente que dormia en criogenia y decidio hacer un corto resumen de la situación.-Resulta que llevamos cincuenta años pudiendo vivir fuera y seguimos jodidos aqui dentro porque a la gente de primera le gusta mantener su puto estatus.- le comento a su amigo.-Eso supone matar gente de tercera cuando les parece que somos demasiados y usar a nuestras mujeres para paliar sus putos problemas de endogamia.

John lo pensó un poco repasando por si se le olvidaba algo.-Oh, si. Esta mierda no se mueve sola como nos hacen creer, necesita un maquinista. Ahora es el padre de la pierdeniños el que lleva la locomotora pero esta...mal.-comento sin querer decir que empezaba a oler a fiambre porque en alguna parte de sus conversaciones y peleas estaba empezando a tomar afecto a la maestrilla y no queria urgar en su herida.- Así que vamos a movernos rapido para intentar que al menos Olya pueda ver un momento a su padre. Por ahora solo vamos a por armas y volvemos, todo lo rapido que podamos... si, sé que estas pensando que para hacer algo con sigilo no es buena idea mandar a mi culo peludo pero tio, es lo que hay.

ademas necesito recuperar un par de calzoncillos limpios.

-Joder, John, eres pura poesía -mascullo, echando una mirada rápida por encima de mi hombro mientras Henry comienza a guiarnos hacia la zona de los guardias.

Mentiría si dijera que no estoy nerviosa; es la primera vez que abandono la sección de cola, y por un instante siento un tirón de apresión en las tripas, una sensación de agorafobia que me hace alargar una mano para sostener la del guardia, mientras este continúa poniendo al día a Henry de todo lo sucedido. La mención de mi padre me atraviesa como una puñalada, pero no digo nada, limitándome a apretar la enorme mano de John entre mis dedos.

Por favor, quiero verle. Por favor... 

John sintió la mano de Olya apretando la suya y le dedico una mirada con una ligera sonrisa que trataba de mostrarle que todo iria bien, aunque podía parecer que tenia algo entre los dientes que no se podia quitar ya que John no era precisamente el tipo que mejor manejara la comunicación no verbal.

Apreto ligeramente la mano de la chica, sin hacerle daño, para que entendiera que estaba allí y no dejaria que nada malo le sucediera.-Preparate, pierde-niños.-dijo dandole otra cosa en la que pensar.-El vagón de los guardias es un sitio que no se ventila nunca y donde dormimos un monton de tios juntos. Ademas ultimamente se a puesto de moda la competición de cuescos nocturnos, asi que el olor es... interesante, solo trata de no desmayarte ¿de acuerdo?

-Me llamo Megan.-dijo la chica retirandose un mechon detras de la oreja.-Megan Simons. Vivo en un vagón de delante con mi mamá y mi papá.- añadio.

-Mi papá os caeria bien. Es muy bueno y cariñoso, dice que todas las personas fuimos hechas de la misma manera... por las cigueñas que traen los bebés...Mi mamá es... un poco más como la gente de primera. Le preocupa que me ponga ropa bonita y que señora se da besos con que otro señor que no es su marido... y esas cosas.- comento casi disculpandose por su madre, un algo de tristeza en la voz.

Por primera vez pensó que si ella supiera que estaba hablando con la sucia gente de la cola la meteria en la bañera y la frotaria hasta borrarle el color de la piel.. eso antes de castigarla hasta que se hiciera vieja, como poco.

El vagón de los guardias es un sitio que no se ventila nunca y donde dormimos un monton de tios juntos. Ademas ultimamente se a puesto de moda la competición de cuescos nocturnos, asi que el olor es... interesante, solo trata de no desmayarte ¿de acuerdo?

Por un momento me arrepiento de estar cogiéndole de la mano. 

-¿Quieres un consejo, John? No le cuentes eso a la doctora -murmuro, aún nerviosa- Joder, ¿es que no hay mujeres guardias que os den de hostias o qué? 

Kaidan trataba de comprender el dilema de Ha-Neul, pero no conseguía hacerse a a la idea de qué suponía el no poder recordar nada de tu vida, y que lo que te fueran contando los extraños con los que te encontrabas fuera que en realidad daba igual porque todo se había acabado hacía doscientos años, nada más del pasado importaba y el presente era una auténtica mierda. Teniendo en cuenta las pocas horas que la joven llevaba despierta, la verdad es que estaba procesando todo aquello bastante bien, o por lo menos así lo reflejaba en el exterior. Kaidan no sabía qué habría hecho él, pero sin duda no habría mantenido esa calma.

- Yo tampoco me fío de un tipo que decidió condenar a la humanidad por un motivo tan... Joder, no acabo de creérmelo. No creo que John tenga razón y que lo de que poder vivir en el exterior solo sea una excusa para matar más gente, no tendría sentido y Roger no tiene pinta de psicópata... Pero aún así, tampoco creo que nos esté diciendo toda la verdad. Espero que estén bien con él... - dijo refiriéndose a sus amigos - ¿No se te ocurre ninguna manera de poder recordar? ¿Algo que despierte esa parte del cerebro que sigue bloqueada? - no quería pensar que no sería posible, que tanto tiempo congelada habían dejado secuelas permanentes en Ha-Neul. Roger también había estado congelado y no le había pasado nada, pero, ¿Qué podía saber él de esas cosas?

John asintió y despues resoplo.-Si que hay alguna mujer guardia, ¿quien te crees que suele ganar las competiciones de pedos? Ahora, las de eductos las llevamos más igualadas.- dijo John a la pierde niños. Desde luego esa muchacha no debia entender que no te reclutaban para guardia luciendo tacones y siendo el colmo de lo femenino. De echo algunas mujeres guardia solo se diferenciaban de los varones por ponerse más violentas ciertos días al mes....

-Solo te lo comento para que estes preparada. Hace unos años un novato se trajo a escondidas a la pollita de primera y la muchacha nos dejo una muestra extensa de todo lo que había comido a lo largo del día en el suelo, a dos pasos de la puerta...