Partida Rol por web

─Mierda ─dijo al ver el armamento pesado del que disponían allí─ Canadienses ─añadió enigmático.

Un lanzacohetes. ¿En qué estaban pensando? Esas cosas lanzaban un cohete. Que explotaba. En un radio. No se puede usar en entornos cerrados, porque tú también mueres. Aquello era de locos. Eso y los fusiles de asalto canadienses, cuando en EEUU había material para aburrir hacían pensar en grandes contactos y medios. No sólo había un controlador de mentes, también había alguien bien conectado con intereses oscuros. Aquello era cada vez más interesante.

─Encargaos del artefacto mientras acabo con estos... ─añadió mientras comenzaba a usar sus poderes y dotes marciales con aquella gente.

Su poder de vortex viviente hacía que pudiera atraer todo lo que quisiera hacia él, incluyendo no sólo armas, sino también portadores, de manera que sin siquiera tener que desplazarse el lanzador de cohetes fue directo hacia su mano izquierda extendida, golpeándole con gran dureza un instante después. Y repetiría eso hasta acabar con toda oposición.

Y si se escapaba algún disparo se interpondría sin dudarlo para evitar que impactasen en sus compañeros de misión. ¿Heroico? Lo sería considerablemente más si no supiera que la mayoría de armas poco podían contra él...

Vortex es el primero en actuar y lanza su ataque contra el lanzacohetes que es el arma más peligrosa de todas las presentes y la que podría causar un mayor destrozo. Posteriormente golpea con dureza a un par más de maleantes enviándolos contra unas estanterías. De momento la situación pinta bien: Vortex 3 - Villanos 0.

El resto parece que van a actuar, sobre todo Montana James que parece ser el más rápido tras Vortex. Fae y Kristjana parece que tardarán un poco más en reaccionar aunque quién sabe...

En medio de la batalla, Montana corría de arriba a abajo con tal de encontrar un lugar donde parapetarse de las balas.

-Esto es peor que cuando me escondí de aquellos contrabandistas en la pirámide de Keops. -se dijo a sí mismo.

Armado de valor tras la acción de Vortex, se secó el sudor de la frente y aguantó la respiración unos segundos.

-A la de tres, uno, dos y... ¡tres!

El profesor sacó su látigo y apuntó hacia una columna que sobresalía del segundo piso. Si conseguía balancearse correctamente podría llegar a donde estaba el artefacto e intentar desactivarlo o tirárselo a Vortex.

Vortex como cabía esperar se lanzó a lo loco. Si tuviera tiempo habría suspirado, pero no había tiempo. Enseguida me concentré en levantar un campo de fuerza a nuestro alrededor para protegernos de las balas que nos lloverían en cuanto se acabaran de percatar de nosotros… y luego estaba esa sensación… esa sensación.

Noches sin fin y más turnos de 24 horas en el hospital de los que me gustaría poder recordar me habían enseñado a mantener la sangre fría en los peores momentos y seguro que aún llegarían peores que estos…

Examiné nuestro entorno, no solo a esos pobres diablos que habían cogido para destrozarles sus vidas, fijándome más allá, buscando el origen de esa sensación…

Montana lanza su látigo y colgándolo de un saliente en el techo logra balancearse acrobáticamente y se lanza hacia el artefacto. No le cuesta nada llegar hasta donde está pero ahora se encuentra que los malos se han percatado de la presencia del grupo y van a defender el artefacto y su objetivo con sus propias vidas si es preciso.

Sin que nadie grite todos los controlados van en dirección al artefacto disparando como locos, incluso si tienen que matar a los suyos lo que podría acabar en un baño de sangre si no hacéis algo para impedirlo.

Montana tiene a dos enemigos justo enfrente suya a los que deberá enfrentarse, por suerte para él parece que quieren usar los puños y armas blancas antes que un arma de fuego. Seguramente para no dañar la bomba.

La bomba es de gran tamaño al tener adosadas bidones de componentes quimicos. Es necesaria superfuerza para levantarla, aunque de eso tenéis de sobra en el grupo.

Vortex tiene a tiro a unos cuantos, al igual que Fénix. Kristjana se mantiene pensativa como concentrada en algo, seguramente esperando a lanzar un hechizo o levantando un escudo místico para defenderos a todos y a la bomba.

Fénix se concentra pero no logra saber de dónde viene esa sensación. Si hay alguien controlándolos no está ni siquiera cerca. Eso indica que es un mentalista muy poderoso.

La bala al pasar cerca silbando me devuelve al mundo real. Un gesto y mis ropas cambian a la de trabajo, como dice mi maestro hay que ir preparado para estos momentos.

Lo siguiente es crear escudos para protegernos de las balas y prepararme para crear una bonita ilusión a futuro si no puedo ahora. Alli a lo lejos mientras supuestamente nos llevamos la bomba, eso les podra poner muy nerviosos. 

El escudo de Kristjana me evidenció que el mío ya no hacía falta… Vortex parecía ocupado recibiendo balazos y repartiendo golpes… Montana parecía buen chico, pero no parecía tener tanta fuerza como para mover aquella cosa… y yo no estaba obteniendo ningún resultado así en encontrar eso que nos observaba…

Suspiré. Sería mejor cambiar a… a ella… ella sabía reaccionar mejor que yo… Volví a suspirar y me relajé para que ella pudiera salir… e voilá, allí estaba…

Y ahora a mover aquella cosa… desde aquí… espero que Kris sea buena con el escudo…

─Bueno, bueno, bueno, el cabrón del titiritero tiene un fallo: necesita títeres para hacer funcionar su maquiavélico plan... ─dijo la entidad gravimétrica mientras seguía haciendo volar a los hombres armados hacia su duro puño. Era como si aquella gente estuviera atada por un enorme e invisible cable elástico y se vieran impelidos a volver a su origen, estrellándose de repente contra el duro puño de Vortex.

Y Vortex centraba la acción. Las cosas gravitaban en torno a él o bien se veían atraídas hacia él, pero él apenas si parecía moverse de verdad. Era como si a aquella película de acción le faltasen saltos y acrobacias.

Ante tal espectáculo, Montana aprovechó la distacción que creaba Vortex para encararse contra los dos terroristas. Con un movimiento rapidísimo, el profesor descargó una tormenta de voltios encima de uno de ellos gracias a su látigo, que se enroscó en la pierna del enemigo. No estaba muerto pero necesitaría varios días para recuperarse.

-Vete de aquí, chaval, esto no te incumbe -le dijo al otro maleante.

El artefacto explosivo parece ceder poco a poco al poder mental de Fénix. Aunque debido al estrés de la situación a su alrededor parece que le está costando concentrarse en elevarla y alejarla de la zona.

Los escudos de Kristjana aguantan los disparos y de momento ninguno de vosotros recibe daño. Vortex sigue a lo suyo repartiendo estopa a todo el que se acerca. Otros tres malhechores salen volando y despertarán magullados.

Montana usa su látigo electrificado y logra reducir a otro malhechor con una fuerte descarga que lo deja inconsciente y fuera de combate. Otro le ataca pero falla en su golpeo y Montana lo reduce fácilmente.

En medio de la pelea algo sucede, de pronto todos los controlados que aún quedaban caen al suelo inconscientes. Un pandillero de origen asiático se acerca a vosotros aplaudiendo vuestras acciones. Podéis ver claramente que es otro controlado pero parece que ahora hablará por el cerebro pensante del maquiavélico plan.

- Bien jugado...no me esperaba que la pasma usara a metas como vosotros...no estaba preparado para vuestra insistencia pero la próxima vez lo estaré...

Veis odio en su mirada, auténtico odio. Parece que haberle estropeado los planos ha provocado su enfado.

- Hoy os dejaré marchar...podría mataros aquí y ahora, bueno al bicho raro negro puede que no pero al resto sí. Incluso a todos los policías que hay fuera esperando vuestra salida. Pero no me pagan por hacerlo...así que nos volveremos a ver dentro de poco espero y ajustaremos cuentas. Ahora sólo podré cobrar el 50% de mi tarifa...que putada.

Dicho esto el pandillero se da la vuelta y parece que cambia de idea.

- Puedo detonar la bomba igual...¡CIAO! ¡Felices sueños ciudad que nunca duerme!

El pandillero pulsa un botón y veis cómo la bomba entra en acción. Sólo faltan unos segundos para que los componentes se mezclen y empiece a gasear la estancia. Tenéis que actuar rápido y alejar la bomba.

-¿Pero qué? -fue lo único que pudo articular el arqueólogo al ver cómo se activaba la bomba. Con un movimiento de muñeca rapidísimo, Montana rodea la bomba con una tercera parte de su látigo e intenta hacer fuerza hacia arriba.

-¡Yo solo no podré, Fénix, dame un empujoncito!

Había actuado sin pensar. La telépata parecía tener problemas para levantar aquello así que el profesor, recordando las palabras de Arquímedes, iba a convertirse él mismo (y su látigo) en una palanca para dar impulso a la bomba. Si ello era útil para Fénix y ésta podía acercar el artefacto a Vórtex, podrían salvarse.

- ¡Montana! ¡Aléjate! – le gritó desde la distancia mientras se concentraba en crear un campo de fuerza entorno a la bomba.

- Kristjana, intento envolver la bomba en un campo de fuerza para que si explota no se escape el gas… - le dijo dejando implícita la solicitud de ayuda - ¡Vortex! ¡¿Te puedes teletransportar con esa cosa?!

Y por fin da la cara el titiritero. La lástima era que lo hacía a través de un títere, porque de haber podido Vortex se la abría partido. Con gusto. Con saña. Aquel malnacido había puesto en peligro a un sinnúmero de personas, el pequeño grupito de héroes incluído. Aquello no se podía consentir. No lo iba a consentir.

─Mira, capullo, como nos volvamos a encontrar cobrarás, sí, pero en especias... ─contestó de mal humor al controlador de mentes─ Dejad sin sentido a Boca de Sauron, no me gustan los mirones.

Aquel controlador tenía que tener límites y uno que sonaba bastante coherente era el no poder ver a menos que fuera a través de los ojos de los controlados. Si esos ojos se cerraban, seguramente se quedaba sin poder asistir al espectáculo y cada cosa con la que le pudieran sorprender en un futuro sería más que bienvenido. Al fin y al cabo había tenido que venir otra persona de fuera para poder hablar con el grupo, ¿no?

─Encerradme en el campo de fuerza con la bomba, yo me la llevo.

Dicho y hecho, el metahumano entró en contacto con la bomba y ésta y él mismo se vieron envueltos en una implosión que no dejó más que un poco de movimiento en el aire. Al segundo siguiente estaba en la Antártida, sobre una impresionante montaña, disfrutando del sol meridional. Hacía frío, es verdad, pero el solecito era muy agradable. Allí arriba no molestaría ni a los pingüinos cuando estallara el artefacto. Y si todo iba bien no tardaría en volver al centro comercial.

Respiro hondo mirandolos y asiento mientras comienzo a modificar el escudo que nos rodeaba para que se ocupe de la bomba en su totalidad. No se si soportara una deflagración pero menos es nada. 

Podria intentar algo a la vez -Intentad coger a ese capullo que se esta largando, vere si luego puedo entrar en su cabeza para ver quien se encuentra detras. - la tension es muy fuerte pero comienzo a cerrar los laterales alrededor del hombre nebuloso y su mortal acompañamiento

Tras apretar el botón la bomba empieza a hacer ruido. Vortex actúa rápido en perfecta conjunción con Fénix y Kristjana. Vortex se teletransporta con la bomba a la Antártida donde termina alejándola de sí mismo y al cabo de unos segundo estalla. 

Luego aparece de nuevo al lado de todos vosotros. Os miráis y todos estáis sanos y salvos, en ese momento giráis la cabeza hacia el títere y podéis ver que yace en el suelo. Cuando os acercáis veis que está sangrando por ambos oídos, ojos, nariz y boca. Su cerebro se ha derretido totalmente. No ha debido ser una muerte agradable.

A vuestro alrededor muchas personas se despiertan de su "sueño". Parecen atontadas, pero viendo su alrededor comienzan a asustarse. Es hora de que la policía entre en acción y hagan la parte fácil que es el papeleo.

La bomba cuando estalló emanó un poderoso ácido que derritió varios metros de hielo en la Antártida. Suerte que no había nada ni nadie alrededor.

No era un compuesto normal, un ácido altamente volátil, más parecido a un gas nervioso de procedencia desconocida. Incluso en el frío antártico fue capaz de evaporarse, por lo tanto es un compuesto pensado para el frío intenso. Como el que se da hoy en la ciudad. 

-Ffuaaaaaaa-resopló Montana. Le había ido del canto de un duro.

Tras el largo suspiro de alivio, Fenix se dio cuenta de que ahora podía ponerse más feo con los policías. Se acercó más a Vortex poniéndole una mano en el brazo.

- Hey, grandullón, ¿nos sacas de aquí? Da igual donde, pero lejos. Paso de contestar preguntas de la poli para las que no tenemos respuesta y de darles la oportunidad de endosarnos cualquier cagada de lo que ha pasado aquí. – le propuso con cierta inquietud por querer largarse de allí lo más rápido posible.