Partida Rol por web

Sobrenatural - Legado - Carmilla

La rave sangrienta

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27/06/2023, 14:16
Suzie Achebe
Sólo para el director

Cuando la mano de Carmilla se engancha en mi antebrazo, un dolor punzante debería de haber atravesado mi cuerpo, peor fue Lile, en mi cabeza, la que gritó... Mi compañera celestial estaba siendo drenada por la súcubo, podía sentirlo en mis propias costuras humanas. No te pueden arrancar así a un ente divino sin que notes tu alma siendo afectada por esa separación. Puedo sentir a Liel gritando cada vez más débil, su presencia radiante marchitándose en mí.

Con una mezcla de pánico y necesidad, aprovecho la oportunidad que me presenta el momentáneo éxtasis de Carmilla, paladeando la dorada esencia de mi compañera, reuniendo cada onza de fuerza dentro de mí, balanceando mi martillo divino con todas mis fuerzas, apuntando directamente a la cabeza de la criatura. He visto que se puede regenerar sorbiéndome, peor imaginaba que su cabeza seguiría siendo un punto más vulnerable y difícil de restaurar. Mi golpe estaba impulsado no solo por mi ridícula fuerza física frente a un ente sobrenatural como aquella monstrua, sino también por el deseo desesperado de destilar los poderes restantes de Liel en un golpe definitivo. El impacto es brutal y resuena en el aire cuando el martillo se conecta con su cráneo.

Cuando el golpe cayó, pude sentir la esencia de Liel transmitiéndose a través de mí, fusionándose con la fuerza del golpe. Es un sacrificio doloroso, pero sé que es necesario. Berreé en agonía y determinación, con la esperanza de llamar la atención de los inocentes transeúntes que todavía están dentro de la discoteca.

- ¡HUID! ¡FUERA DE AQUÍ! ¡USAD ESA SALIDA!.- Grité a todo pulmón, instándolos a usar la puerta que acababa de descerrajar, su único camino lejos de esta pesadilla.

Intentaba que, el peculiar espectáculo que estaba dando, atacando a Carmilla, pudiese servir como incentivo ante aquella confusión. Pero al mismo tiempo noté cómo mi rival sigue dañándome, mirándola sin comprender cómo puede hacerlo.

En medio del caos y el dolor, trataba de reunir cada ápice de fuerza que me quedase. Con los remanentes desvanecidos del poder de Liel, intenté invocar su habilidad para llevarme a otra parte, enfocando mis pensamientos en la supuesta ubicación de Ènone, procurando tanto impedir que nuestra enemiga continuase absorbiéndome para curarse como para tratar de ayudar a mi compañero, al que había dejado solo...

 

- Tiradas (1)

Motivo: Atizar again

Tirada: 2d6

Resultado: 5(+3)=8 [3, 2]

Notas de juego

No es que salte este turno, puede que no llegue a hacerlo, peor dejo puesta la intención... Me temo que con esa mierda de tirada, aun con el bono, recibo daño del bueno...

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27/06/2023, 19:40
† Carmilla †

HEY CARMILLA, MIRA HACÍA ACA, ¡CARNE FRESCA DIRECTA DEL NILO! - La voz de Énone se alza desafiante por encima del griterío, pero lo que hace reaccionar a Carmilla es el nuevo martillazo que le hunde un hombro.

¡FURCIA! - Aúlla la vampira mientras golpea el pecho de Suzie. De nuevo esa sensación de vaciado cuando parte del alma de Liel pasa a formar parte de Carmilla. Suzie sale despedida hasta aterrizar dolorosamente junto a Énone mientras que el cuerpo de Carmilla refulge brevemente con una luz dorada. (1)

Menep-Thah me advirtió que algún día me encontraría contigo, Elegido del Ankh - La vampira se adentra en la discoteca. El agua bendecida humea y se disuelve al entrar en contacto con su piel negra. Su boca se ha ensanchado tanto que divide su rostro en dos como un cepo repleto de inhumanos colmillos. Sus manos, recubiertas de ventosas ahora teñidas de rojo por la sangre de Suzie, se abren y cierran como si se estuviera relamiendo antes de un festión - Pensé que sería alguien impresionante, poderoso ¡Deslumbrante! - risita sarcástica - Y todo lo que me encuentro es un niño que aferra su espada con tanta torpeza como un púber sujetándose el miembro en su primera masturbación.

Mientras la vampira camina hacia la tarima el gentío aprovecha para seguir las indicaciones de Suzie y salir por la puerta reventada. Sin embargo, los hay que todavía se empeñan en intentar reventar la puerta principal en su afán de mantenerse lo más lejos posible de Énone.

Así que los que han masacrado a decenas de mis hijos y asesinado a mi querido Enoch son una Élohim con la mente trastornada por su anfitriona y un cachorro humano- siseo despectivo - Aunque tenéis un punto de originalidad por el truco del agua. De lo contrario ahora estaríais de rodillas suplicando mi cariño. Eso me resulta entretenido, pero también me pone furiosa - de su espalda brotan varios tentáculos negros que se agitan nerviosamente buscando sangre que engullir. En el centro de cada ventosa que los cubre hay un pequeño colmillo tan afilado como los de la boca del monstruo - ¿Y bien? - aunque está en la base de las escaleras, su presencia y su voz parecen elevarla por encima de Énone y Suzie, que ya se ha levantado de nuevo con el martillo en las manos - ¿Qué va a ser? ¿Seré yo un nuevo trofeo en la colección de la Orden del Ankh o será vuestra sangre la que alimente a mis nuevos hijos? La Élohim está en las últimas - hace un gesto hacia la jadeante Suzie. El golpe le ha roto varias costillas y ella no se regenera tan rápido como el monstruo - Y tú tampoco estás en tu mejor forma - ahora señala a Énone refiriéndose a las involuntarias sacudidas de su cuerpo (2)- Pero elegisteis vuestra condenación al poner el pie en mis dominios y ahora estoy ansiosa por vuestra sangre. Venid a por mí ¡Vamos! - abre los brazos en un gesto provocador - ¡Rápido! ¡MÁS RÁPIDO!...

Notas de juego

  1. Suzie recibe 1 daños y vuelve a estar Inestable
  2. Énone tiene un -1 a su próximo Movimiento

¿Qué hacéis?

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28/06/2023, 23:46
Énone Sohceht

—Y yo pensé que eras más bonita, supongo que no se puede tener todo en la vida. 

Enone terminó de ponerse entre Carmilla y Suzie, quizás en otra circunstancias podira haberse visto heróico, épico, plantado en frente de esa criatura de aquella monstruosidad con apenas su espada en una mano. Pero su ropa mojada, su pelo empapado contra su cara y esos estertores que me venían de cuando en cuando por la descarga que había recibido hace apenas unos minutos, le quitaban mucha gloria al asunto. No se preguntó por qué Carmilla se alejaba de la puerta y se dirigía hacía la tarima, la débil luz del sol comenzaba a asomarse por el boquete que su compañera había abierto en la puerta anunciando la inminente salida de Ra.

Cruzó mirada con Suzie y miró fugazmente hacía la puerta, para indicarle que el plan seguía en marcha. El debía entretener a Carmilla y, apenas Suzie viese una oportunidad debía cogerla y llevarla a algún lugar iluminado. Énone comenzó a avanzar hacía la bruja vampira haciendo vaivenes con la khopesh, su delicado brillo dibujando surcos en el aire.

—¿Y entonces eso es todo? ¿Huyes de este par de niños, Carmilla? ¿Nos tienes miedo? ¿No te preguntas cómo murieron tus hijos bajo nuestros pies? ¿No te preguntas cómo ese gordo obeso pidió clemencia cuando le arrancamos la cabeza?

Siguió avanzando hacía ella y alejándose de la puerta, esperando que con ese gesto la gente a su alrededor huyes hacía aquella salida que estaba dejando atrás. Eso y poner a Carmilla a tiro para lanzarle una nueva descarga del Taser. 

Mira cosa, quiero que sepas que no tengo la menor idea de quién es Meneta, Enoch, no serás trofeo de la orden, solo serás una mancha en la historia del elegido, ni siquiera una nota al pie en mi historia. Así que por favor, hazme el favor de dejarte matar rápido y terminemos luego con esto, prometo que acabaré contigo rápidamente, como la cosa insignificante que eres. Ah y otro cosa... Cuddy te manda saludos. 

Alzó el taser con rapidez y disparó. Con mucha suerte podría dañarla, con un poco de suerte serviría para que se concentrarse en el... Con nada de suerte... Más valía que Suzie se moviese rápido.

- Tiradas (1)

Motivo: Patear culos DUR+2 PEN-1

Tirada: 2d6

Resultado: 9(+1)=10 [5, 4]

Notas de juego

  • Con 10+, escoge una opción:
    • Obtienes la ventaja. Dale un +1 a tu próxima tirada o a la de otro PJ.
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29/06/2023, 23:01
Suzie Achebe

Cuando Énone se colocó entre Carmilla y yo, no pude evitar sentir una mezcla de alivio, al verlo todavía vivo y expectación, al saber que tocaba trabajar rápido. Miré hacia la puerta rota, a parte de la gente salir, mientras otros se machacaban contra la puerta principal, había que sacar al monstruo de allí. Necesitábamos ganar suficiente tiempo para que Énone distrajera al vampiro mientras yo aprovechaba la oportunidad para actuar.

Observé a Énone, empapado y exhausto, balanceándose con su khopesh, sus movimientos y bravatas en entredicho. Se burló de Carmilla, provocándola con palabras de desprecio, desafiándola a enfrentarnos de frente. Fue un buen movimiento estratégico para mantenerla alejada de la puerta, con la esperanza de que las personas que nos rodeaban aprovecharan la oportunidad para huir.

Con el caos que se desarrollaba a nuestro alrededor, respiré hondo y tomé una decisión rápida. Dejé que mi bate de béisbol colgando de su brazalete. Era hora de tomar el asunto en mis propias manos, literalmente. Enfoqué mis pensamientos en el recuerdo del edificio más alto de la ciudad, uno que ocupaba un lugar especial en mi corazón.

En un instante, salté hacia adelante, lanzándome hacia Carmilla y Énone. Mi intención era clara: teletransportarnos a los tres a ese mismo edificio, un lugar que una vez visité con Tasia durante una excursión escolar, un recuerdo lleno de felicidad y risas. Posiblemente su azotea todavía no estaría abierta al público. Me aferré a ese recuerdo, la ligereza que trajo a mi corazón me alimentaba como a ella parecía alimentarla la puta sangre inocente y los sorbetes de testículos.

Cuando me acerqué a ellos, pude sentir el poder surgiendo dentro de mí, la esencia residual de Liel amplificando mis habilidades. Con una oleada de energía, esperaba envolver tanto a Énone como a Carmilla, alejándonos de aquel caos, deseando que no cayera nadie más.

Observé a Ènone usando el taser que Cuddy le diera, y sin casi mirar si le daba tiempo a hacerle un daño real, traté de desplegar, puede que por última vez, las alas de Liel.

- Tiradas (1)

Motivo: salto

Tirada: 2d6

Resultado: 8(+1)=9 [2, 6]

Notas de juego

Si se puede, gasto un punto de suerte para transportarnos, si estoy demasiado débil, lo medio hago...

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01/07/2023, 13:37
Scarlett Van Helsing

Peter y yo estábamos en lo más alto de la catedral convertida en todo lo contrario a lo que la Iglesia hubiese querido. En su interior un aquelarre cargado de sexo y lo que sería una brutal matanza esperaban ante nuestros ojos inquietos. - Llegarán. - Le dije a Peterson que estaba a mi lado.

- No sé. Hablaban mucho, les gustaba meterse donde no les llaman y jugarse el tipo... quizás hayan visto esto y piensen que les queda grande. No sé porqué tienes tanta fe en ellos, Scarlett.

Me encogí de hombros, pero algo me dijo al verles que lograrían su cometido y era este. - Un presentimiento. - Le respondí y le sonreí. Le quería mucho, pero un hombre-lobo iba  a ser que no.

- Presentimiento... ya estás con eso de nuevo... - Suspiró Peterson y me miró. - Nunca te lo he preguntado, ¿por qué me dejaste? ¿Por dejar la casa llena de pelos como dice Henry?

Le miré y reí. La música estaba tan alta que nadie nos oiría y menos aún con Carmilla usándoles de aquella manera. - Sí, será de los muchos que te quedan en la cabeza. - Dije divertida pasando mi mano sobre ella y frotando su vistosa calva. Peterson me sujetó la mano y ambos reímos con aquello. Nos miramos a los ojos en un estúpido silencio el cual no era interrumpido ni por aquella música tan horrible que escuchaban los jóvenes de hoy en día.

Mi corazón se agitó levemente con su mirada y lo lamenté porque sabía que él lo habría escuchado, pero ambos nos sentimos atraídos de nuevo y, como dos imanes, íbamos lentamente a buscar aquel beso perdido en el tiempo. Sentí sus labios rozar los míos y entonces todo se fue a la mierda. La luz falló, la música se paró, pero logré ver a Énone gracias a que se dio una descarga eléctrica él solo y a Suzie rompiendo una puerta de emergencia. - Ya están aquí. - Le dije a Peterson. - Saca las palomitas.

Y abrimos el paquete y empezamos a comerlas con calma y con un refresco cada uno, dejando de lado lo que pudo pasar entre ambos, algo que si podía evitar no se volvería a repetir. Pero cuando vi a Énone frente a Carmilla, dispuesto a usar el táser como arma en lugar de su espada, cuando vi que se llevaría una nueva descarga al estar empapado, el suelo mojado y Suzie tan tocada que no se podía mover a penas, le tiré un puñado de palomitas que cayeron como copos de nieve por encima del chico. - ¡BUUUUUUUHHHHHH! - Le abucheé al joven. - ¡QUEREMOS SANGRE! ¡QUE LA DESTRIPES! ¡NO ME HAGAS BAJAR AÚN, QUE TENGO EL REFRESCO RECIEN ABIERTO AL IGUAL QUE LAS PALOMITAS!

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02/07/2023, 09:50
- Adriel -

Carmilla abre los brazos recibiendo de lleno la descarga de Énone para después atrapar al Cazador en un férreo abrazo de sus brazos y tentáculos, cubriéndolo de forma que sólo quedan sus piernas a la vista. La vampira muerde con voracidad el cuello del joven mientras las ventosas de todas las partes expuestas de su cuerpo atraviesan la ropa de su víctima, drenando su sangre a una velocidad pavorosa. Sin embargo Carmilla también ha caído en su propia trampa: el impulso de Énone la hace girar de forma que queda de espaldas a Suzie, quien salta sobre ellos y los envuelve con la poderosa aura de Liel. Las palomitas lanzadas por Scarlet rebotan sobre los hombros de Carmilla y Énone y se enredan en el pelo de Suzie décimas de segundo antes de que los tres desaparezcan en un estallido de luz.

Tras un instantáneo viaje por el mundo entre mundos que sólo los ángeles tienen permitido transitar los dos Cazadores y su presa aparecen en uno de los miradores del edificio Empire State, ya bañado por la luz del amanecer. Carmilla grita de dolor, sorpresa y rabia cuando el Sol empieza a quemar su piel haciendo que se desprenda en grandes capas que se disuelven en cenizas antes de tocar el suelo.

Enloquecida de dolor y liberando a Énone de su mortal abrazo, Carmilla se quita a Suzie de encima de un empujón y se dirige hacia la entrada más próxima al interior del edificio. El primer tirón hace aparecer una telaraña de grietas alrededor de la puerta metálica y arranca de cuajo la barra de apertura. El cuerpo de Carmilla empieza a arder cuando retrocede un par de pasos y se dispone a derribar la puerta de una patada. Su piel negra y aceitosa ya se ha desprendido por completo y ahora son sus potentes músculos no-muertos los que empiezan a humear bajo la implacable luz del sol...

Notas de juego

  • Énone sufre 5-daños. Se encuentra en estado Inestable y bajo un Dolor Intenso, lo que significa que para hacer cualquier Movimiento tiene que superar un Movimiento de Actuar Bajo Presión. También significa que si sufre 1-daño más estará Muerto.

¿Qué hacéis?

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02/07/2023, 22:14
Énone Sohceht

Herido de muerte y con apenas fuerzas para arrastrarse, Énone hizo todo el acopio de fuerzas que tenía para coger a Carmilla de algún punto para evitar que se escapase. Pero sus débiles dedos apenas podían retener el cuerpo de la vampira, sobretodo porque el cuerpo de está se iba desarmando a trozos.

​​​​​​—SUZIE... Ahora.... Hazle lo que le hiciste al seboso de las alcantarillas...

Quizas ella dudaría porque él estaba ahí, pero no podían perder más tiempo. Así que la miró fijamente, dándole a entender que ya no había marcha atrás. Era ahora o nunca, estuviera él ahí o no.

—Por Tasia... —artículo esperando que fuese suficiente motivación y dándose vuelta hacia Carmilla la llamo apenas. 

—Sí me dejas aquí, bruja, me recuperaré y volveré a joderte... Yo...

No pudo hablar más, sentía que la boca se le llenaba de sangre, aún así su mano se extendió hacía el mosntruo un poco más...

- Tiradas (1)

Motivo: Actuar bajo presión

Tirada: 2d6

Resultado: 6(-1)=5 [1, 5]

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02/07/2023, 23:06
Suzie Achebe

Mientras estaba de pie en la plataforma de observación del Empire State Building, los primeros rayos del amanecer arrojando un cálido resplandor a nuestro alrededor, pude sentir la muerte inminente de Carmilla. La luz del sol quemó su carne no muerta, haciendo que se desprendiera en capas, dejando un rastro de ceniza. Pero sabía que no debíamos bajar la guardia, que debíamos terminar con ella por completo, y todavía parecía alimentada por la esencia celestial que había absorbido de mi querida Liel.

Con Énone a mi lado, su cuerpo debilitado y al borde de la muerte, supe que el tiempo de la misericordia había pasado. Era ahora o nunca. Tenía que terminar esto de una vez por todas, por Tasia, por Énone y por todas las vidas inocentes que se habían perdido.

Levantando mi bate hacia los cielos, liberando su apariencia divina, canalicé toda la fuerza restante dentro de mí. Podía sentir la esencia de Liel corriendo por mis venas, alimentando mi ataque con poder divino, las últimas gotas del mismo, ni su voz podía oír. Sabía que Énone estaba entre nosotros, pero no había otra opción. 

- È... Ènone... No... No vas a morir aquí, no así, te lo prometo. Te... Te he visto en cientos de profecías más, en muchos otros lugares, llegando a viejo y simpre riendo contigo. No vas a morir... No...- Mi voz se quebró, mis ojos se volvieron líquidos, derramando cataratas sobre mis mejillas, puede que no fuese así, puede que lo matase allí mismo, pero debíamos terminar con Carmilla. - Perdóname, por favor...

Con un grito primitivo, descargué el martillo sobre la cabeza moribunda de Carmilla. El impacto fue brutal, haciendo eco a través de la plataforma de observación. Mi objetivo era romperla, inmovilizarla por completo, incluso si eso significaba golpear a Énone en el proceso. No podía darme el lujo de contenerme.

Cuando el martillo conectó con su cráneo, pude sentir la esencia de Liel fluyendo a través de mí, fusionándose con la fuerza del golpe. El dolor y la angustia dentro de mí se transformaron en pura furia. Con cada golpe, gritaba el nombre de Énone, asegurándole que no moriría aquí, que tenía un futuro por cumplir.

- ¡TASIAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!- Grité finalmente, mi voz cargada como un cañón vociferante. Los recuerdos de mi hermana inundaron mi mente, las risas que compartimos, el vínculo que teníamos. Canalicé ese amor, ese deseo de hacerle justicia, y lo desaté sobre Carmilla.

Golpe a golpe a golpe a golpe a golpe a...

En ese momento, fue como si el tiempo se detuviese. Los sonidos de gritos y destrucción se desvanecieron en el fondo, dejando solo el impacto de mi martillo contra el cuerpo roto de Carmilla. No me importaban los riesgos o las consecuencias. Por mi podía morir allí, tratando de abrazar a Ènone en nuestros últimos momentos.

Ya no notaba el cuerpo de Carmilla ofreciendo ninguna resistencia, la había incrustado en el suelo, asegurándome de que no pudiera escapar, que no pudiera causar más daño. Las lágrimas corrían por mi rostro, mezclándose con el sudor y la sangre.

Notaba el sol, convirtiendo mi rostro en un espejo dorado, mientras miraba el cuerpo de Ènone, rezando como nunca lo había hecho.

- Tiradas (1)

Motivo: ZASKA!!!

Tirada: 2d6

Resultado: 9(+2)=11 [5, 4]

Notas de juego

Opto por colocar a mi enemigo donde quería, bien expuesto al sol mientras permanece inmovilizado

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03/07/2023, 17:11
- Adriel -

Énone consigue arrastrarse hasta Carmilla pero la vampira no tiene tiempo para él: de una patada le arranca la khopesh de las manos y la manda volando por encima de la barandilla. Sin embargo las décimas de segundo que tarda en hacer esto son cruciales para darle a Suzie la oportunidad de golpear a la vampira en el pecho y con la cabeza del martillo retenerla contra la barandilla de espaldas al sol. De la garganta de Carmilla surge un inhumano grito de dolor y rabia hasta que su cuello es consumido por el fuego y su cuerpo de derrumba exánime, ardiendo hasta convertirse en un montón de cenizas que se lleva el viento.

 

Y así, el reino de terror de esta extraña perversión sobrenatural llega a su fin...

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04/07/2023, 08:50
Suzie Achebe

Suzie vio cómo las cenizas de Carmilla eran arrastradas por el viento, allí hecha mierda, con su amigo moribundo a sus pies, en aquel incierto decorado final para su aventura: el mirador del Empire State, al amanecer. No había sensación de satisfacción en su corazón, sólo una sombría comprensión de las vidas que se habían salvado del reinado de terror de la criatura. ¿Debía ser eso suficiente? En aquel momento le daba igual. Había hecho lo que tenía que hacer, pero el coste de la batalla aún pesaba sobre ella.

Suavemente, Suzie dirigió su atención al cuerpo de Énone, que yacía en el suelo, apenas aferrándose a la vida. Se agachó para tomarlo en brazos, notando su mortecino latido peleando por seguir en este mundo. Alas angelicales,  que solo ella podía ver, se desplegaron, envolviéndolos a ambos en un abrazo protector. En ese salto final, desaparecieron de la plataforma, buscando consuelo y una oportunidad para que Énone se recuperara.

Durante casi dos semanas, Suzie se dedicó a cuidar de Énone, tanto en el hospital como luego en un escondite improvisado del que Cuddy les había hablado. Ella atendió sus heridas, le brindó consuelo y supervisó su progreso. Mientras tanto, la noticia de su batalla, invisible y silenciada, propagó sus consecuencias reales por los titulares, pero nada de reinas vampiras del bajo Egipto o aquellos inciertos cazadores, solo referencias a una orgía de drogas, pánico colectivo y la necesidad de hacer mayores puertas de emergencia, con mejores mecanismos automáticos. Si ellos supieran. La muchacha dedicó unos segundos a recordar a la periodista muerta.

Cuando los analgésicos y los químicos comenzaron a liberar la consciencia de Énone, este abrió lentamente los ojos.

 

Suzie, o mejor dicho, Liel, no pudo ocultar la verdad por más tiempo. La pequeña de los Pierce les había abandonado. La esencia de Liel moraba en su cuerpo, extrañada y melancólica.

 

- Eres un héroe, Énone. - Dijo Liel, usando los labios de Suzie con miedo. Intentaba aligerar el peso de la situación. - Pero esto es solo el comienzo. Tienes más profecías que cumplir ¿te ves con fuerzas para ello, renacuajo?

La presencia angélica se esforzaba, pero Suzie habría llenado aquellas dis frases con más insultos y desparpajo.

- Prometo que la traeré de vuelta. No sé dónde está, ni por qué nos ha abandonado, pero Suzie, como tú, tiene mucho por vivir, para lo bueno y para lo malo.- Se disculpó Liel. - Pero antes tengo un un baile pendiente con un demonio, de apellido Tyson 

 

Tras asegurarse de que Ènone supiese todas las medicinas y cuidados tenía que continuar para seguir recuperándode y preguntarle si estaría bien, Liel, con ojos vacíos, de luz azul, le acarició la frente, antes de prometer volver cuanto antes, deshaciéndose en un murmullo de hojas caídas. 

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05/07/2023, 06:19
Énone Sohceht

—¿Dos boletos entonces? 

La mujer se acomodó las gafas de medialuna y miró a Énone fijamente a través de la ventanilla. El cardenal en el ojo, el corte en la cara —provocado por la bala en la disco— mal disimulado por el cabello y la ropa arrugada no entregaban la mejor imagen de confianza. El joven ignoró la mirada acusadora y le entregó el dinero con una sonrisa tímida. 

—Sí, por favor, gracias. 

Tickets en mano se marchó hacia el andén correspondiente atravesando el patio de comida. El olor a comida rápida, carne a la parrilla y de los cafés recién hechos que pasaban a su lado hizo que recordase todo el tiempo que llevaba sin comer una cena como correspondía.  Ojalá su madre tuviera algo rico para cuando llegase. 

Estaba repasando mentalmente los mejores platillos de su madre cuando algo que vió a través de la ventana lo hizo detenerse. Un hombre, por inercia, lo empujó al pasar, sorprendido por su repentina detención y haciendo que la correa de su bolso se deslizase de su hombro a su codo. Énone miró por la ventana hacía donde —sobre la línea de la ciudad, entre los rascacielos— apenas se distinguía la punta del Empire State. El edificio donde Carmilla, la asesina de la hermana de Suzie, había terminado convirtiéndose en polvo. 

Se acomodó el bolso sobre el hombro y siguió caminando, Suzie se había encargado de llevarlo primero a un hospital y luego —cuando comenzaron a hacer demasiadas preguntas— a un lugar seguro, recuperar sus cosas e incluso la espada que Carmilla había mandado a volar edificio abajo mientras él se recuperaba en la trastienda de La Almendra. Se preguntó si todo ese esfuerzo había provocado en parte que Suzie se perdiese dentro de su propia conciencia dejando a Liel al mando de su cuerpo y un brote de culpabilidad se asomó en el fondo de su alma. Negó con la cabeza, a sabiendas de que ya no podía haber nada al respecto, no así al menos. 

Una mecánica voz nasal anunció la salida de su autobús por los parlantes. Los murmullos a su alrededor disminuyeron un par de segundos para entender lo que decía la voz antes de volver a crecer a su volumen habitual. Énone apuró el paso esquivando a un grupo de jóvenes que iban en dirección contraria. Los miró de reojo, envidiando en parte su "normalidad". No había vuelto a hablar con Kate, Jack o Queenz , No se había atrevido. Había llegado hasta el edificio quemado, pero ellos ya no estaban ahí, obviamente. Podría haberlos buscado, claro, sabía dónde estudiaban, sabía dónde trabajaba en la de Jack, pero no, era mejor así, para él al menos. Lo que sí había hecho era buscar a Cuddy, Vainilla le había dicho que la habían dejado salir, Énone la había buscado en el campamento y en la casa del Señor Anacleto, pero no había encontrado ningún rastro de ella, nadie sabía nada de ella desde entonces, esperaba que estuviese bien. Aiden también había desaparecido, no sabía si por acción de él mismo, Liel o era que Peterson y Scarlett habían tenido algo que ver con eso. 

Miró alrededor, cada vez que pensaba en los dos cazadores barra policías sentía que alguien lo observaba. Frunció el ceño mientras agarraba el pasamanos de la escalera mecánica. Se había enterado que habían estado ahí, en la Ravé,  mirándolos combatir a la bruja vampira pero sin hacer nada. Quería pensar que era porque confiaban en ellos, porque sabían que de una manera u otra lo podrían lograr, pero algo muy en el fondo le impedía creérselo completamente. Otra razón para hacerse más fuerte, otra razón para tomárselo en serio, convencerse de que eso era verdad.

Llegó al lado del autobús cuando este ya tenía los motores encendidos. Una mano le dió una suave palmada en la nuca.

—¡Maldición! ¡Pensé que te habías marchado sin mí! —dijo una voz delicada y nerviosa a su lado, aunque levemente aliviada. Énone volteó y sonrió de lado mientras se sobaba la cabeza. 

—¿Cómo se te ocurre?, te dije que te iba a llevar a un lugar seguro. 

Más te vale —Dick Jean le quitó uno de los boletos de la mano con brusquedad haciéndose el ofendido y se cruzó de brazos—, ahora vamos que el autobús ya va a partir. 

Énone asintió, el hecho de que el joven que apenas dos semanas atrás le había apuntado al rostro y disparado estuviese ahí de pie con el poniendo su vida en sus manos lo hacía sentirse un poco orgulloso. Dió un último vistazo a la ciudad mientras recordaba cómo habían terminado ahí, pero se detuvo en la silueta que había visto sobre uno de los tejados.

¿Qué pasa? —preguntó Dick Jean preocupado, mientras miraba en la dirección que Énone observaba, dónde no había nada que ver ya. 

No es nada, es solo que… extrañaré está ciudad —dijo subiendo detrás del gótico.

—Sí, claro, y yo extrañaré a Mamá —dijo Dick Jean rodando los ojos—, vamos, pasa delante. No pienso sentarme al lado de la ventana.

Énone se sentó en su lugar y miró por la ventana, viendo cómo dejaba atrás aquel capítulo de su vida y a los que habían dado su vida porque este terminase. Suspiró, se acomodó en el asiento y cerró los ojos, preguntándose cuánto tiempo pasaría antes de que las sombras regresaran, la voz de Suzie con las palabras de Liel se repitió en su cabeza.

Tienes más profecías que cumplir ¿te ves con fuerzas para ello, renacuajo?

Énone trago saliva y un nudo se apretó en su garganta. 

[I,]"no, claro que no"[/i] pensó apretando aún mas los ojos "pero las conseguiré... Y entonces te traeré de vuelta"

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05/07/2023, 15:39
Director

La gente estaba dejando el local cuando Suzie saltó con Énone y Carmilla a saber donde. - Joder, si que me quiere lejos es cría. - Le dije a Peterson algo molesta y preocupada por lo que les pasaría si no les salían bien las cosas. Al menos si se torcían mucho, Harry y yo les caeríamos al lado, pero ahora estaban solos. De golpe sentí el brazo de Peterson pasar por encima de mis hombros y como tiró de mi cuerpo hacia él.

- Tranquila, les irá bien. - Me susurró para calmarme y me besó en la cabeza.

- ¿Te das cuenta de que es la primera vez que te pones de su lado desde que les conoces? - Le pregunté a Harry, con mirada traviesa. - Si lo haces porque estás buscando algo, mejor que no... ya tuvimos esta charla hace tiempo y yo no puedo estar contigo, Harry. Y no quiero caer en tus brazos después de que un hombre me haya roto el corazón. Nos haríamos daño de nuevo.

Miré hacia abajo, estaban casi todos fuera. Las feromonas de Carmilla ya no estaban en el ambiente y hasta sus matones, los que quedaban en pie, se habían ido del lugar. Las sirenas de la policía y las ambulancias sonaban en las calles.

- Vamos, hay que bajar y dar una explicación a esto. No podemos dejar que crean en vampiros, ángeles y críos armados con armas medievales... - Besé a Harry en la mejilla y salté desde lo alto del techo al suelo, no sin antes dejar mis katanas bien escondidas allí arriba. A mi lado cayó Harry convertido en hombre lobo, para luego volver a ser él mismo.

- Abriré las puertas principales. Me apuesto lo que quieras a que están tratando de forzarlas porque no pueden pasar. - Al llegar ante ellos, aprovechando mi rato de poder sobrehumano, abrí ambos portones de madera a la vez. Ante la cara de estupefacción de los policías y bomberos presentes, poco les dije. - Tienen truco por dentro. - Les indiqué mostrando mi placa. Peterson mostró la suya. Era el momento de que se encargase de la parte menos agradable, contar un mentira de lo ocurrido dentro. A mí me tocaba hacer la llamada.

Me retiré a un lado y llamé a aquel número que ponía Spam. Solo tuve que decir que la discoteca Súcubo estaba libre de todo mal para escuchar que en un par de horas llegaría su nuevo cuidador. Miré a Peterson, el cual estaba un poco más tranquilo ahora, sin presiones y me acerqué a él. Me contó la historia a seguir. - Perfecto. En dos horas vendrán a reclamar el lugar. Ayudemos a despejar todo esto.

- ¿Y las alcantarillas? Ya sabes lo que hay abajo. - Me indicó Peterson.

- Tenemos aspirantes a cazadores que pueden limpiarlas. Llamaré para que preparen un equipo con su niñera. Tú no sé, pero cuando esté reclamado el lugar, pienso recoger mis cosas y marcharme a casa a descansar un poco. Mas tarde me tocará hacer un informe, aguantar a mi oficial y seguramente, tener una visita de asuntos internos para indagar más sobre lo ocurrido aquí. Va a ser un día de mierda... y lo que más me molesta es que esta vez no hice nada para tener que andar justificándome. - Gruñí.

- No te quejes, que sabes que no pasarás esta noche sola. - Me recordó Harry y pensé en Henry en aquel momento, preocupado y ajeno a lo ocurrido. Debía llamarle y eso hice, después de pedir que un grupo de aspirantes entrasen a limpiar las alcantarillas en torno a la catedral con un supervisor o dos.

Justo, Henry estaba despierto, casi no había dormido. Le dije que descansase lo que pudiese que estaba bien y que esa noche no me esperase. Me iba a tocar trabajar y luego recuperar el sueño tranquila en casa. Con esas palabras miré a Harry y este no necesitó más para saber que compartiríamos cama esa noche los dos.

Dos horas después la zona estaba despejada de heridos, policías, bomberos, curiosos y prensa. Un poco más tarde, apareció el coche con las lunas traseras tintadas de negro y se detuvo a nuestro lado. Un sujeto, tan grande como una montaña salió del coche y abrió la puerta trasera, de la cual salió el hombre al que esperábamos.

- Está todo limpio. - Le dije, dejando ver mis katanas a mis pies. - Puede hacer.

El hombre me miró con aquellos ojos cargados de sabiduría y poder y entró en la Catedral. Me quedé junto a Harry para ver aquello. No siempre se podía ver como un Guardián recuperaba un lugar Sagrado para la Orden. Nada más entrar, los glifos custodios de la entrada de la Catedral se iluminaron un segundo, dejándose ver con fuerza a pesar de ser de día. Nos movimos hacia el lateral, para ver como iban iluminándose uno a uno los glifos según avanzaba el Guardián, reclamando el lugar como suyo. Algo que no tardó en hacer.

Sin despedirnos de nadie pedimos un taxi para volver cada uno a su casa. Una ducha, cambio de ropa, un café cargado y a la comisaría. Iba a ser un día complicado, pero con una cálida recompensa al final.

Aunque solo fuese una noche, no estaba de más volver a sentir y recordar.