Partida Rol por web

El encanto que Aiden pudiera tener sobre Laura se rompe en cuanto la porra extensible le machaca la entrepierna. La mujer se pone en mirando al íncubo con furia.

Condenado hijo de p...

¡Aquí va a haber más de un condenado como me sigan tocando los huevos! - la interrumpe Peterson.

Los dos policías que le acompañan parecen muy confusos. Recuerdan perfectamente haber metido a Suzie en la celda contigua y no se explican cómo se la encuentran ahora junto a los presos varones, algo estrictamente prohibido.

Laura se pone en pie cuando uno de los policías le tira del brazo. El otro abre la celda y saca a Suzie.

¡No puede hacer esto! - protesta Laura - Tengo acreditación de prensa.

En ese caso le ruego que me diga qué he hecho para que crea que eso me importa una mierda y así dejo de hacerlo - responde Peterson con sorna - ¡FUERA DE AQUÍ DE UNA PUTA VEZ!

Tengo a una abogada en camino - le advierte Laura - ¡La gente tiene que saber lo que ha pasado en la Súcubo!

¡Pues se espera a la jodida rueda de prensa! - le espeta Peterson cuando ya se cierra la puerta tras Laura y el agente...

Estaba anonadada y ligeramente confundida tras la dislocación espacial, daba igual que me teleportase a dos metros o al otro extremo del mundo, el coste en materia de mareos era casi el mismo, pero ya estaba hecho, y el salto coincidió con el envalentonamiento de Ènone.

Menos mal, o saber qué habría podido pasar. Luego,llegaron los... ¿Refuerzos? Casi tuve ganas de aplaudir cuando aquel tipo zurró a Aiden en los mismísimos, Y SIN LLEGAR A TOCARLO, pero la cosa se había torcido, como era menester.

Afirmé, en silencio, cuando el tipo me comentó lo de presentar la denuncia, tal vez fuese una forma de quitármelo de encima, librando a Liel de la tentación y sus ofuscaciones y en espera de que el cielo nos recórdase que debíamos hacer algo con él.

- Gracias, Sargento Peterson.- Mantener un perfil bajo ya casi ni era una opción.

Mientras me llevaban, miré a Ènone, tratando de tranquilizarlo, prometiendo que volvería.

- No dejen a ese pervertido con el muchacho.

Vi cómo también echaban a la periodista, esperaba que su promesa de usar a su abogada siguiese vigente.

Todo pasó tan rápido que Énone apenas tuvo tiempo de reaccionar, los gritos del sargento imponían respeto y el muchacho apenas atino a retroceder hacia una de las paredes mientras el hombre —que por alguna razón le recordaba mucho a su ex profesor de gimnasia— instruía órdenes a diestra y siniestra. Trató de avanzar cuando el hombre metió la porra extensible entre los barrotes y golpeaba a Aiden justo entre las piernas, después de todo seguía siendo su compañero... Aun cuando las miradas que Suzie le daba al incubo mientras la sacaban de ahí parecía que era una sociedad que no iba a durar por mucho tiempo más. 

Miradas que no tenían nada que envidiarle a las que la periodista les echaba también mientras era arrastrada fuera. 

Énone se acercó a la reja, pero no logro apoyarse en ella ante la amenaza de la porra levantada de uno de los guardias. Levantó ambas manos y retrocedió dos pasos mientras sus ojos buscaron los de Suzie y asintió mientras mantenía la mirada. 

¡MALO! ¡TRAIDOR! ¡PENSÉ QUE ERAS MAJO!

Lloré desconsolada. Claro que sabía que iba a rastrear la llamada. Lo del micro... buéh, habría hecho lo mismo. Pero lo de rastrear la llamada... había una Cuddyita dentro mío que todavía creía en la magia y los milagros, y creyó que el detective cambiaría por dentro y... y... y... ¡buuuuuuuuuh....

Mi corazoncito no pudo más. Necesitaba a PopCorn, a Vinny a Cooki, a Suzie, a Énone, al campamento. Esto era todo lo contrario. Me sentí muy sola. Quise vender a la borracha y joderle su cita, o a Tamara, o a alguien, pero... ¿pa qué? Así que me puse a cantar enfrente de los madmaxes esos:

Así que cuando llegó el negro ya estaba un poco mejor. Además ese no era tan madero como el otro. Y necesitaba a PopCorn. Estoy triste. Tengo cicatrices porque soy valiente. ¿Cómo sabes que no te voy a pegar un puñetazo en la nuez y luego te voy a usar de rehén si me dejas sentarme? No lo voy a hacer. Me parece bien que me limen las uñas y me peinen. Lo del examen externo y el adn... bueno, si es a cambio de que me peinen y me limen las uñas, vale.

No puse ninguna resistencia a incorporarme para sentarme, y me dejé hacer sin problema. Pero es que necesitaba algo que solo me podía dar PopCorn. Además PopCorn siempre nos peinaba, hasta que ya no pudo. Y siempre hacía algo que hacía que cualquier situación mejorara. Ya no podía peinarme, pero todavía hacía eso.

Lloré muy flojito. Cuéntame un cuento, por favor. Empezaba a sollozar, de verdad la necesitaba.

Así que el negro es PopCorn.

El día pasa rápido para los Cazadores entre interrogatorios para unos y pruebas médicas para otros. En cuanto Cuddy recibe el alta es trasladada a la comisaría donde comparte calabozo con Suzie y Laura (1). Todos acabáis fichados por la policía mínimo por tenencia de drogas y portar armas. Suzie además es sospechosa del asesinato de Alex, pero es todo demasiado circunstancial y sin una prueba de peso, como el arma, no la pueden acusar formalmente porque se escaparía por las lagunas de la ley.

La abogada a la que llama la periodista consigue sacar al equipo de los calabozos. A todos menos a Aiden, por su comportamiento en el calabozo se le ha acusado de exhibicionista y acosador. Por contra, consigue que los reticentes policías devuelvan sus pertrechos a Cuddy, Énone y Suzie, pero no que retiren los cargos por los que fueron arrestados y deben permanecer todos en la ciudad mientras que la investigación esté abierta. En caso de tener que abandonarla, deben informar a donde van y el motivo. Además, a todos os falta en vuestras prendas un pedazo de tela, el cual ha sido cortado al detectar sangre en él. A otros, la abogada le ha tenido que llevar directamente ropa nueva, porque se han quedado allí las prendas como prueba².

Por el momento los policías han tenido que tragarse la historia de que la sangre de la manga de Suzie fue por taponar la herida de Alex y que la de ella y de Aiden por contacto, fue para sacarle y llevarle donde pudiesen socorrerle sin saber que ya estaba muerto.

Muchas gracias por todo, Brooke - dice Laura a la salida de la comisaría.

No sé en qué andaréis metidos, pero andaos con ojo - Advierte la abogada - Foster se comporta como un buenazo y Peterson es un cabronazo, pero son de los buenos y además persistentes en su trabajo. Ya os tienen fichados, así que no les deis más excusas porque si hay próxima vez no creo que logre evitar que os lleven a juicio.

Sí, señora - dice Laura - Bueno ¿Quién se apunta a un desayuno? Aunque quizá deberíais daros una ducha primero. Y ya que he pagado las fianzas me gustaría saber qué habéis averiguado hasta ahora. La verdad, y no la pantomima que le habéis contado a la policía...

Fue un alivio encontrarme por fin con Suzie. Al final parece que bien hice en meterme con el madero. O quizá era correlacionar cosas, o quizá todo fue bien a pesar de lo mucho que me metí con el madero... Pero bueno, ya estábamos fuera.

Bueno, pues ya hemos perdido la virginidad. ¿Quién quiere un abrazo? Iba en serio, quien quiera que se de por abrazado. Me apunto al desayuno pero no tengo dinero, así que me tienes que invitar. Gracias por la fianza, tía. Conozco el sitio perfecto para hablar.

Luego ametrallé un poco a preguntas a mis compis: ¿os han esposado a la cama? ¿os han sedado? ¿os han atado y esposado a la cama? ¿os han sondeado? ¿os han recogido todo tipo de muestras de adn y han venido los madmaxes? ¿os han dado agua, comida, y café, os han peinado y limado las uñas? ¡Ay, os va a gustar este restaurante!

Si te fijabas bien ya estaba llorando otra vez, pero de alegría y alivio, como cuando llevas mucho rato sin mear, y por fin meas. Y si ya era el desayuno, PopCorn ya estaba levantada y desayunando, así que luego podía volver con ella rápido desde el restaurante de Vainilla. El detective Robert Foster de Nueva York me ha dicho que me va a hacer un juicio rápido solo porque lo he amenazado con quemarle la casa y he intentado interrogarle yo a él, no hay libertad de expresión.

Había algo que yo necesitaba saber. Y también necesitaba contárselo al resto. Y quizá la periodista sabía algo. No sé si Bob el detective de verdad no lo sabe o va de farol, pero no me dejó inconsciente el taser. ¿Te lo han devuelto, conito? Es un regalo para ti, porque ya eres un hombre, así que te van a acosar por la calle. Bueno, lo que digo: taseréame, ya verás que no me quedo inconsciente. Fue algo que me fue directo al cerebro. Y la imbécila de Tamara me dio a oler una cosa muy rica... pero que es como burundanga-eme-setas, algo así. Eso quería que fuera de regalo para Suzie. Y me acuerdo que el Bob preguntó si yo era una mujer biológica por "circunstancias del caso". Dios, como odio al tipo. Pero si me han soltado es que no he pillado nada, ¿no?

Enone no dejaba de revisar su bolso mientras caminaba cabizbajo medio metro detrás de las mujeres. Todo estaba ahí, pero aún así lo revisaba una y otra vez. Después de todo ahí estaba todo lo que llevaba. Su casa a cuesta, como un caracol. 

Pensar en un caracol lo hizo acelerar el paso, solo para llegar a escuchar las última líneas de la diatriba de Cuddy. 

Sonrío algo ausente mientras se acercaba a la chica, Estaba cansado. No dormía desde la noche anterior a meterse a la Sucubo y lo estaba resintiendo —ni loco iba a pegar un ojo con Aiden ahí en la misma celda que él—, el demonio no había vuelto a decir nada durante el resto del tiempo que estuvieron ahí. Quizás estaba resentido porque no lo dejó acabar... sí trabajo o aún estaba afectado por el golpe del sargento. O quizás hasta era una cosa. 

Se sintió algo culpable así que trato de distraerse consolando a Cuddy.

—No, seguro que no te has pegado nada —bostezó y se cubrió la boca con la mano izquierda, pues la derecha afirmaba su bolso.de viaje—, y sí, tengo el taser en el bolso. Al lado de... 

No supo si mencionar lo de la cimitarra a la periodista por lo que buscó a Suzie con la mirada. Para él ella era la líder del grupo. Mejor que ella decidiera que se puede decir y que no.

La reunión familiar es relativamente babsa, nunca me gusta demostrar lo satisfecha que realmente me siento cuando vuelvo a ver a nuestra pequeña familia disfuncional rota. Puede que el demonio haya quedado entre rejas, peor eso ahora mismo es mejor para todos, casi como si fuese un jugador molesto al que hemos dejado en la cuneta mientras se decide su suerte final, tal vez me hagan volver a buscarlos, peor ahora estoy contenta por haberlo dejado atrás un rato. Espero no tener que volver a enfrentarlo sin antes tener una charla con Liel, que ahora está en el asiento de atrás.

Agradezco a Brooke y Laura su ayuda, de la mejor forma que puedo, en silencio y levantando el mentón, jodida porque se han quedado en comisaría una de mis sudaderas favoritas, peor soy capaz de hacerme con otra en un cajón del ejército de salvación que nos cruzamos por la calle (1), ni tan mal, podría ser mi nueva favorita.

Una vez que conseguimos sentarnos en el cuchitril de Vainilla y comenzamos a poner las cartas sobre la mesa, miro a Ènone tratando de decirle que algo si que habrá que largar, que en tal caso me siga la bola y si hay algo más de interés lo largue.

- Joder, Cuddy, espero que hayas memorizado las caras de todos los que te han puesto un dedo encima estas horas y han compartido el aire de tu cuarto, porque vamos a tener que visitarlos con mi bate favorito, niña.- No había ni un ápice de humor en mi tono.

- Sobre lo que sabemos, dulce Laura... Alguien ha matado a mi hermana en ese tugurio y se llevó sus mecanismos de sangrado, lo que no me gusta una mierda.- Nadie sería capaz de decir que en aquella frase iba incluida una lagrima incrustada. - El fiambre con el que me pillaron en el baño decía que iba a darme el mismo tratamiento, aparte de un montón más de guarradas que os ahorro. Y dijo que iba a hacer aquello para Carmilla, una novieta que se esconde en los subterráneos bajo la Súcubo, a los que supuestamente se pueden acceder usando un pasadizo que hay tras unos bidones o algo así en la defensa de la iglesia profanada. Eso es lo que saqué a grandes rasos ¿Ahora me vais a decir qué os pasó a vosotros en el cuarto de baño de tías antes de que llegase?

No había que caminar mucho desde los juzgados para llegar a La Almendra. No era casualidad. Es que Vainilla era muy lista, y siempre había demasiados jueces y abogados y maderos e incautados y presuntas y empapeladas para el macdonalds y esas cosas. Y ella tenía una oferta casera inigualable: canelones del día, arroz con verduras, y un postre especial. Todo por cinco dólares, agua incluida, pan siempre te da todo el que puede. Su secreto solo el campamento lo sabe: cocina con las sobrs de los otros restaurantes.

Las paredes tienen una pintura muy bonita, parece arena, y así los desniveles de quedan bien, como si fuera una cosa moderna a propósito. Huele como a mar, porque usa agua de mar para cocinar el arroz, y así no gasta en sal. El lugar está siempre frecuentado por gente pobre y modernos sintiéndose aventureros, pero casi nunca está muy lleno, porque cuando Vainilla se agobia te grita y te pega.

Dice que no lo cuente, pero le debo exactmente 145 dólares. El desayuno funciona diferente: el desayuno es todo a un dólar. Si te pides un café y un donut son dos, pero si te pides un gintonic y una hamburguesa también son dos. ¿Ese tipo con cara de descerebrado de ahí?

Es Warhol, se pasa el día sentado en una roca que le gusta, y cuando alguien se apiada de él y le da algo, se lo gasta en desayunar chupitos en La Almendra. Hola Warhol, no tengo.

Y él responde... ¿Y tus amigos?

Y yo... ¿Y la roca?

Bien, bien, la roca...

Y entonces se siente mal por estar bebiendo en vez de sentado en la roca sin hacer nada, y no te pide más.

También están estas pavas:

Van vestidas así y todo, pero lo del coche lo ha añadido mi imaginación. Son igual de pobres que nosotros. Les gusta mucho ghost busters, y dedican su vida a compartir el amor por su afición, a todas horas, en todos los lugares. Ya lo hacían antes de que hubiera la versión con chicas, y afirman que la versión con chicas se la copiaron de ellas, y no al revés. Las de los extremos no beben alcohol, sino zumitos de fruta, y las dos de en medio beben demasiado alcohol, y van a jagger, ya. ¡PAAAA-PA, PAAA-PA, PARARÁ! No sabe cantar, pero como lo único que canta es la melodía de ghost busters, se entiende. Casi nunca nos saludamos porque están muy a su bola.

Ese es Frú-frú. Está dominando el arte de beber despacio. Vive de ganar concursos de beber rápido. Su sabiduría es muy respetada, y por eso la usa hasta para saludar. Una gota por minuto, es una buena borrachera en una hora, hermana.

Gracias frú-frú, pero quiero café.

Tanto con el jagger como con el café, hay que beber agua para evitar la deshidratación.

Joder, cuanto sabes, hermano.

A Vainilla le gusta dar espacio a jóvenes artistas del barrio, o a jóvenes camellos que usan cualquier chorrada enmarcada como arte como tapadera. Si no sabes de arte es difícil saber cual es cual. Por la parte de afuera del restaurante caben diez mesas alrededor de un árbol muy grande, y dentro caben unas 30. Luego de esas treinta hay un espacio libre para las exposiciones y la gente que toca instrumentos y canta o baila y esas cosas. No es tan grande, los cuadros y fotos quedan como una cúpula alrededor de la cantante. La verdad es que la cantante hoy es que te cagas de buena:

Pero las fotos eran... raras... Se llamaba "241543903", y solo había fotos cutres de gente con la cabez en la nevera.

Ah, el árbol era un almendro. Por eso Vainilla podía hacer su postre especial: la sopa de Almendras. Durante el desayuno valía un dólar. Nada m´s verla me sonrió, y le dije: ¡hoy me invitan! ¡Sopa de almendras porfi!

¡Que me da igual si pagas, niña! Aunque si te invitan... Miró a la abogada juzgando si pagaba o no. Luego a Suzie y a Énone, y a Laura. ¿Qué os parece si os hago una ración grnde para todos y os lo cobro a 3? Y una cafetera grande, desayunáis todos por cinco y sin rechistar. Venga, sentaos.

Uf, Suzie echaba lo equivalente a flamas, pero de mar, y le salían de dentro.

Uou. Descubriste mucho. Yo solo me encontré con Tamara, una ex-compañera de clase. Me dijo que hay un tal Maurice Hill que mueve la droga, y ella tenía esta burundanga mágica que os digo. ¡Pero como estoy mal de la cabeza me puse a reír! Me reí. Me quedé muy seria. Y se me pasó el efecto. Luego me comí la descarga y le quité el taser para dártelo a ti, conito, y luego algo me dio muy directo al cerebro, os lo digo. Y entonces me quedé inconsciente. Por cierto, la borracha sale con un médico cojo muy guapo que me dio sedantes, pero no sé qué sabe. Nada de bate con ellos, Suzie, su castigo es que nosotras somos más felices, y tenemos el pelo más bonito, así que se mueren de envidia. Un momento.

Fui a decirle a Vainilla que la madera había rastreado una llamada a Miriam con cara de cachorrito degollado, asintió pensativa, y me dio un mendrugo. Lo partí en cachos para todos, y me comí el mío. Creo que deberíamos conseguir más información antes de entrar. No sabemos qué habrá, ni cuantos... y quizá deberíamos rebajar un poco la violencia ahora que tenemos a la madera encima... que ni sepa que la vigilamos hasta que ya sea nuestra, estilo araña.

Así que esto era La Almendra, había escuchado mucho de él de los labios de Cuddy, pero nunca había estado ahí. Tímidamente siguió al final del grupo mirando de reojo, para no incomodar a nadie, hacía todos lados, saludando a todos quiénes le devolvían la mirada. A algunos los reconocía —por las historias de Cuddy, también—, pero sus versiones reales eran aún más variopintas de lo que había imaginado. Y el lugar... De sintió mareado, es que no había donde descansar la vista. Mirase donde mirase siempre había algo novedoso, extraño o simplemente curioso que ver. Sin embargo lo único que no podía encontrar era lo único que le interesaba de momento: la puerta del lavabo. 

Cuando llegaron donde Vainilla noto en ella la misma energía que Cuddy, esa fuerza de voluntad al fondo del corazón que podía mover un mundo, más se guardó sus palabras y se limite a sentarse en la mesa que los demás habían elegido, una mesa de madera redonda y oscura de tres patas. Es que hasta las mesas del establecimiento eran todas distintas.

Dejó que Suzie y Cuddy contaran su parte de la historia con los ojos adormilados y perdidos. 

—Espera, ¿entonces ya conocías a esa loca de patio?—, arqueó una ceja mientras reprimía un bostezo, apenas hubo una oportunidad aportó lo poco que él había averiguado.

—También conocí a Maurice él y el cantinero me dijeron que... —miro a la periodista en un momento de duda pero luego continuó​​​​​​—, ellos me dijeron que la tal ¿Camila? Es una especie de criatura vampírica. Más que eso no averigüe nada más... Ah, claro y que su guarida está debajo de la Sucubo. Pero eso ya lo sabían. Claro.

Se arrimo a Cuddy y le preguntó por lo bajo.

—Sabes si Vainilla me prestaría el baño?

Se puede decir que yo solía pasar por el garito de Vainilla, pero el garito de Vainilla no pasaba por mí. El Almendro, por algún curioso motivo, formaba parte de una nube que me envolvía o a primerísima hora de la mañana o a ultimísima hora de la noche, cuando el juicio está bastante perdido y necesitas un vaso de agua caliente de mar o conseguir un poco de mandanga regateando a cambio de algún collage más bien mediocre hecho con un cacho de revista porno y un cuadro del paraíso sacado de las revistas de los Testigos de Jehová. 

Los lugareños me conocen y saludan, haciendo referencia a alguna gilipollez de la que hemos hablado en mi última visita, pero lo cierto es que, cuando estamos aquí, o mi consciencia está caput, o Liel ha venido aquí con Cuddy para volver a preguntarle qué magia tiene la jodienda de los humanos, y es por eso que tengo un chichón firmado por Vainilla en la cabeza, ella suele escogerme como víctima propiciatoria cuando está de poca madre porque sabe que poco más voy a hacer que darle la razón y mandarla a la mierda.

Así que el recorrido hasta nuestra mesa redonda es una suerte de levantamientos de cabeza y sonrisas poco halagüeñas por mi parte a Warhol, las cosplayers boyeras y Fru-frú, mi borracho favorito, mientras miro con ojos desorbitados a la blanquita que se está dejando las amígdalas en aquel cacareo dantesco al que llama canción.

- Cuddy, sigo sin entender la mitad de los que estás largando, chica ¿Crees que el camello ese y su burundanga rara tienen algo que ver con lo de la tal Carmilla y la muerte de mi hermana?- Al decir el nombre de aquella entidad miro a Ènone. - Entonces es una vampira o algo así ¿No? Y sabemos que a sus víctimas, porque seguro que ha tenido varias, les sustraen los ovarios... ¿Se alimentará de sangre proveniente de esas partes, los mascará o creéis que los utiliza para alguna otra cosa? Tal vez ahí estemos dando con un posible punto débil, peor no sé cómo podríamos aprovechar algo así... Esta claro que si damos con ella no solo vamos a cortarle el acceso a algo así de vez, lo que no sé es si... ¿Y si su debilidad, necesidad o adicción tiene que ver con... La sangre menstrual? 

Realmente no sabía si aquello llevaba a laguna parte, pero por algún lado había que empezar.

- Sabemos que hay un acceso al cubil de Carmilla desde dentro de la iglesia, pero, sabéis si hay forma de ver planos del alcantarillado de la zona? No sé si una visita a la biblioteca nos podría ser de utilidad... Si es una vampira, puede que en la hemeroteca haya noticias en el pasado sobre sus ciclos de alimentación. Ya sabéis que en las pelis a veces los chupópteros se despiertan cada x años para hincar el diente antes de volver a sobarla...

Laura sigue atentamente la conversación - ¿Un vampiro que se alimenta de sangre menstrual? Por Dios, qué asco - su cara se tuerce en un gesto de repugnancia - En cuanto al tema de los mapas del subsuelo podrían suponer un problema. La zona donde está ahora la Súcubo fue uno de los puntos más calientes de actividad ilegal durante la Ley Seca y los sucesivos ayuntamientos han hecho una reforma tras otra desde entonces: mejoras de alcantarillado, líneas de metro y demás. El ayuntamiento puede tener planos actuales, pero no os dejará verlos así como así, y la Sociedad Histórica de Nueva York tiene planos más antiguos. Sin embargo yo conozco a un tipo que lleva viviendo en esos túneles desde hace más de quince años. Si le lleváis un cubo de pollo frito gigante recién hecho del KFC os llevará a donde queráis. Ésa es su condición. La mía es que a cambio de encontrarlo yo voy con vosotros...

El baño está al fondo a la izquierda. Tienes que abrir la trampilla y bajar los escalones. Y los escalones parecían de mazmorra. Pero luego el baño está limpio, y siempre tiene papel, y va el agua. Y sí, conozco a Tamara desde el insti... nunca encontré la ocasión de decirle que no me cae bien. Hasta ayer por la noche.

Y no sé qué hará con los ovarios... Había que admirar la capacidad de hablar de cosas horribles con inmensas implicaciones emocionales muy personales de Suzie. Pero creo que sí que está relacionado con la burundanga mágica rara. Ehm... a mi me costaba más hablar así nomás... Este es el caso que se ha hecho mediático. Cuando ya lo ha hecho muchas veces, y empieza a ser descuidada. De alguna manera tiene que conseguir... acceso... a los ovarios. Y gente obediente. Y la burundang mágica esta hace que... mi cara sí que tenía sangre. Que... huhu, todo te da mucho placer, y no te puedes resistir, como del huhu que te da. Si te dan suficiente, te dejas hacer lo que sea fijo, aunque sea algo malo... Mi imaginación calenturienta se preguntó qué habríamos hecho Vinny y yo con ese frasco de burundanga mágica rara. Me puse triste. Alguien la tiene que hacer, en algún sitio seguro y protegido, con alguna materia prima. No me extrañaría que fueran hormonas de algún monstruo. Creo que si descubrimos de donde sale esta droga, también descubrimos a quién y a qué perseguimos, y cuanto de bien protegida está.

Vainilla llegó con una bandeja con una cazuela llena de sopa de almendras, galletitas en los lados, y una cafetera ridículamente grande, azucaritos de otros garitos, cucharillas, cucharas, un cucharóny platos hondos, y un litro de leche de soja que caduca mañana. Servíos vosotros. Se fue a decirlle a las gosbusters que dejaran de gritar, y dejaron de gritar. Luego Warhol se rió de ellas, y le tiró una taza como toda una liebre de marzo. Quizás necesita que estés menstruando para comérsete... Por algún motivo que desconozco, y a pesar de que siempre hace más de tres meses que no follo con nadie, sigo pensando que esta vez no me va a venir. Llené un plato y se lo pasé a la que estaba más lejos. Y así hasta que me tocó a mí. Lo mismo con el café, preguntando quien quería leche y azúcar. Y entonces ¡oh amarga espera, dulce alivio me traes!

¡Comí! ¡Bebí! Las galletitas a los lados de la sopa de almendras eran sobras de diferentes surtidos, y me comí un dinosaurio cuellilargo, una príncipe, y una con tropezones de frutita. Yo tengo ganas de conocer a ese tipo de la alcantarilla, suena interesante. A lo mejor en la alcantarilla hay otro campamento. Y no debe ser muy seguro acercarnos a la Súcubo tan pronto... también quiero "reconectar" con Tamara, a ver qué sabe, qué ha oído, esas cosas.

Dijo algo de que estaba yo buena mientras nos gritábamos, pero eso no lo comenté. La verdad es que mi inconsciente consideraba que me debía hacérmelo bien y sin drogarme, y eso afectaba en algo seguro. No me juzguéis, porfi.

...y si necesita sangre menstrual yo puedo usarme de señuelo cuando me baje la regla, es un plan infalible.

Enone asintió mientras escuchaba las instrucciones de Cuddy. Empujó su bolso bien debajo de la mesa, se levantó y partió, dejando que las palabras de su amiga se perdieran entre el bullicio alegre que impregnaba La Almendra. Al fondo a la derecha se encontró con la trampilla. Mientras jalaba con fuerza la trampilla hacia arriba agradeció no tener ningún problema estomacal. Que sino con el esfuerzo... 

Para cuando volvió se encontraba de mucho mejor ánimo, el pelo mojada y la cara bien lavada.

—Vaya vaya, eso huele super —dijo volviendo a su asiento. Vainilla debió de haber traído la comida durante su ausencia y Cuddy repartía los platos entre todos—, No me había dado cuenta del hambre que tenía. 

Cogió su plato y comenzó a devorarlo con ansias a la vez que por gestos decía que si a todo, al café, a la crema, al azúcar, a la misión. ¿Cuál misión? La que las chicas decidieran claro está. Aún asi sintió que debía aportar algo así que soltó una idea que, por sonar demasiado obvia, no había querido mencionar. 

—¿Y no habrá alguna posibilidad de que esta criatura tenga algo que ver con los demonios súcubos? Osea... Quizás la discoteca se llame así por lo mismo. Además igual los ovarios están estrechamente ligados con la reproducción y con la —tragó rápidamente otra cucharada—, fuerza vital.. aunque me parece extraño que solo sean ovarios. ¿Por que no testículos? ¿Será que busca los óvulos o algo así?

- Si a todo.- Mascullé mientras daba cuenta de la sopa de almendra, una campurriana, una chiquilín y una galleta príncipe. No me sonaban las marcas de aquellas galletas, peor ni tan mal.

- Si, Ènone, creo que definitivamente ahí está el quiz de la cuestión, puede que esa criatura lleve ahí siglos y haya inpisrado a los promotores que montaron la discoteca sobre su cabeza. ¿Quién nos dice que tal vez la criatura no lleva ahí presa desde la caza de brujas, tal vez contenida por los creyentes que en ella habitaban y oficiaban, y tras la muerte de estos, o su pérdida de fe, no está llevando a cabo una lenta venganza que pasa por profanar el lugar sagrado que fue su prisión... Peor puede que no nos interese tanto su origen y sea más importante lo que está pasando ahora, otra opción podría ser que si, que esa criatura segregue esa droga y ea cautiva de una panda de camellos que se han dado de morros con el coño de los huevos de oro, y puede que le deban pagar en ovarios para subsistir o que eso haga falta en la elaboración de la burundanga esa.- Moví las mano en círculos, como sumida en una confusión de órdago, esperando a que alguien me dijese algo que sonase a una certeza a la que pudiésemos aferrarnos.  

- Lo de experimentar a ir allí en esos días, a saber. Yo también podría ser un reclamo, llegado el caso, ¿Pero podemos permitirnos el esperar más? Lo de la visita a los túneles con un contenedor XXL de alitas de pollo puede ser más útil que elucubrar como unos simples jugadores de Dragones y Mazmorras sin más, eso estaría bien, Laura. Hasta que alguien me de otro motivo y mientras no uses mi nombre si publicas algo, sigues siendo mi reportera de National Geoographic favorita. 

No me costó encontrar al grupo de cazadores y menos aún después de visitar a mi amigo, el sargento Peterson y confirmar que Cuddy acabó allí después de mi cita con "su médico". La verdad es que hacía tiempo que no tomaba café con el sargento y le noté bastante charlatán, sobre todo con el grupo de cazadores. Gracias a él supe quien les había sacado de entre rejas... alguien con quien no debían estar.

El incubo quedó entre rejas por  otro cargo y serviría para que el sargento averiguase que ocurría con aquellos jóvenes y la discoteca Sucubo. Eso era malo para ellos, sobre todo si Aiden hablaba. Pero ya me preocuparía de atar cabos más adelante, si es que me dejaban y dejaban de cagarla y meterse en líos. Antes debían saber que estaba ocurriendo.

El sargento Peterson escuchó a donde irían cuando salía de su turno y me dirigí allí después de tomarme aquel café con él.

El lugar apestaba a refrito, el ambiente era cargante. Se notaba que la reportera estaba como loca por una exclusiva que nos sacase a todos a la luz solo por estar allí metida. Mi entrada fue como yo. Dura e imparable. - ¿Se puede saber que hacéis aquí con ella en lugar de con vuestro compañero? - La pregunta era retórica, pues sabía todas las respuestas a ello.

- La estáis cagando a cada paso. - Le hablé a los cazadores, ignorando por completo a la periodista. - En una sola noche acabáis entre rejas, con un muerto en vuestros brazos y de paso os dejáis otro atrás. - Dejé el periódico sobre la mesa, para que viesen la portada.

- Elegís mal a los aliados. No sé que pretendéis con ella. No solo es una entrometida, es una civil. - Olía a limpio, se notaba que me había duchado y cambiado de ropa antes de ir. No llevaba mis armas encima... al menos no visibles. - Una mujer que nos  expondrá a todos, a todo lo que hemos jurado proteger o al menos mi generación si lo tiene en mente y que quede claro para todos, que quien saque esto a la luz, no tendrá un destino glorioso precisamente. - Y con eso miré a la reportera antes que al resto. Todos estaban en el pack, pero ella la primera. Si debía proteger a la humanidad de la realidad que nosotros debíamos proteger y eliminar para que el pánico no se apoderase del mundo y se matasen unos a otros de manera errónea, así sería. No dejaría a ninguno vivo.

- Así que ya sabéis que hacer con ella. Es vuestra responsabilidad. Olvidar la exclusiva de nada. Pagaréis cada céntimo de vuestra libertad a ella o a quien pusiera el dinero y se acabó la relación con la prensa. - Dije cada vez más enojada. Necesitaba un trago, pero no de la mierda que servían allí.

Luego saqué algo de entre mi ropa, era un panfleto de la discoteca. - Han corrido mucho. Aún no han empezado a distribuirlo, pero lo harán esta misma tarde. En cuanto la policía deje de analizar las escenas de ambos crímenes, la discoteca lo celebrará con una gran rave... ¿vais a parar eso o estaréis entre rejas cuando se celebre? Decídmelo para tomar yo el relevo y encargarme de todo esto yo sola.

Miré a Cuddy con severidad. - Tú me pediste poder ayudar y os dejé todo en vuestras manos y no solo no veo avances, sino que estáis fichados... estáis dañados... y si no os deshacéis de ella, - miré a la reportera, - no volveréis a saber de mí ni a tener mi ayuda.

- Y podéis creerme que os estoy ayudando. No estuve en el hospital por casualidad al igual que mi encuentro con el sargento Peterson no fue nada accidental. - Les informé a los chicos. Debía enderezarlos o, estando ya dañados, no servirían como cazadores... y serían cazados.

¡Ah! ¡Me duele el ego!

¡Cállate la boca! Ah, ya entendí lo que estaba haciendo: debido a los dolorosos obstáculos de la vida pasados recientemente a cabezazos, estaba aprovechando el dolor de ego para descargarme con la ex-borracha esta. Tú me viste en el hospital y no me ayudaste, ¡MALA! No tengo claro por qué me salía hablarle como a un perro. Pero hasta le gesticulaba como a un perro, eh. Pero yo no me daba cuenta, no sé quien se daba cuenta. ¡Podemos hacer cosas por nuestra cuenta! ¡Sin ti, sin reportera plastas más lapas que la burundanguera, sin la madera, y SIN IMBÉCILAS! Grité porque así las gosbásters se enteraban de que también iba por ellas.

Y entonces me levanté para pensar, pero me di cuenta de que eso no tenía mucho sentido, y me volví a sentar, y rebañé lasopa de almendras mientras hacía hmmm de lo rica que estaba, solo por darle envidia a la borracha. ¡VAINILLA!

- ¿¡QUÉ!?

- ¿¡DÓNDE ESTÁ ANACLETO!?

- ¡NO ME JODAS, CUDDY!

- ¿¡DÓNDE ESTÁ ANACLETOOOOOOOOOOOOO!?

- ¡QUE TE DOY, MALAUTOCRIADA!

- Vale, pero dime donde está Anacleto.

Vino y me dio con la mano abierta, pero como vio que eso no me hacía mucho, me pegó una ráfaga de cachetadas, ¡au! ¡au! ¡vale ya! ¡EH!

Me miró cabreada, pero yo igualmente le dije: ¿Dónde está Anacleto?

- Eres como aquel gato cojo y medio ciego que tuvo Miriam, el que no aprendía que las burbujas de aceite hirviendo queman.

- ¿Entonces me lo dirás?

En realidad yo tenía derecho a saber, así que me lo dijo.

- Hay un parque en el que montan una fiesta alternativa. Es de los okupas y de las feministas, y dejan trabajar a Anacleto. En realidad no es lejos de la Súcubo.

Y ya está, Cuddy (YO) también tiene contactos. ¡Nos vamos a ver a Anacleto!

Así como Vainilla era una de las personalidades importantes dentro del campamento, Anacleto era una de las personalidades del campamento influyente (por así decirlo) fuera del campamento. Trafica cualquier cosa: información, drogas, muebles, dinamita, bebés, libros, tú pide, él seguro encuentra la manera de ayudarte.

Pero lo apodan "el rumplelstilstkin" por algo... Él cobra por sus servicios. Y no poco. También acepta trueques, ¡pero es peor! Y también acepta deberle un favor, ¡PERO ESO NUNCA! Una vez le pregunté qué tenía escamas, plumas, y baba celeste con purpurina, y me dijo que era difícil, y le tomaría dos meses encontrar la respuesta. Pero lo consiguió. Un tipo de serpiente cambiaforms muy rara a la que solo se podía matar con luz lunar reflejada en obsidiana.

Y cuando ya había matado al monstruo, apareció Anacleto, que había trazado un círculo mágico a mi alrededor mientras luchaba, tenía un cuchillo muy grande, y aprovechó que estaba cansada y con la guardia baja para auchillarme, envenenarme, encadenarme, y torturarme, todo con fines mágicos, porque tanto mi sufrimiento como la serpiente cambiaformas muerta le iban bien para su ritual. ¿Para qué? Pues no sé. Hay quien sospecha que Anacleto nos usa para hacer magia negra solo por joder, no para conseguir nada. Pero igualmente con eso pagué esa información.

Y a mí me tiene cariño.

Observé las caras de mis compis, a ver qué tal sentaba la propuesta Anacleto.

Énone estaba con la cuchara en la boca cuando la cazadora de la otra noche entró hecha una bronca en el local y estampó el periódico sobre la mesa, algunas galletas saltaron y rodaron bajo la mesa y luego por el piso. Se sorprendió de que Vainilla no la corriese de un ala a la calle —Estaba seguro que Vainilla era capaz— por alborotar su establecimiento.

—Bueno, eso responde mi pregunta— pensó Énone leyendo el cuerpo de la noticia que Scarlett había dejado sobre la mesa.

Bajó la cabeza avergonzado, después de todo la mujer llevaba bastante razón en muchas cosas, pero cuando dijo que se había largado, así sin más porque Cuddy se lo había pedido, volvió a levantarla con una ceja arqueada. Miró a su compañera, lo perdonaría ella pero... ¡¿Quien en su sano juicio le haría caso a Cuddy en algo así, por lo más sagrado??! 

—¿Entonces sólo te fuiste? —preguntó con la voz herida. Seguro Scarlett tenía sus razones, pero aún recordaba bien el momento en que Suzie casi cae por una de sus visiones y como la buscó por ayuda en aquel momento. A ella y a Aiden. Entonces Cuddy gritó.

Y gritó, y volvió a gritar, entonces llegó Vainilla y gritó más. Énone podría haber jurado que alguien más había gritado allá más atrás. Quizás hasta era la cantante a la que estaban quitando el protagonismo y el show. Se sintió invadido y afirmó con vehemencia ¿Quién en su sano juicio le haría caso a Cuddy en algo así? Pues él, maldita sea.

Aunque luego se arrepintiera.

La verdad era que la parición estelar de la tal Scarlett me resultaba más un escozor molesto que una alegría real, era como si tratase de erigirse como algún tipo de deus ex machina que o aparecía demasiado pronto o demasiado tarde, peor no justo cuando realmente nos podía ser de ayuda, eso dejando a un lado sus aires, puede que una serie de catastróficas desdichas me hubiesen arrastrado a ser una cazadora y que me hubiese topado con otras almas en pena que, por fatalidades varias, estuviesen en mi mismo barco, peor nadie se había molestado en darme la bienvenida al club o un manual de instrucciones, pero nuestra nueva amiga parecía tenerlo todo increiblemente clarinete. Puede que hubiese pasado por el hospital y hubiese hablado con el sargento, pero no me iba a postrar como los adoradores del diablo a comerle el ojete.

- Puede que nuestro compañero esté en el lugar más seguro del mundo, especialmente para nosotros, no creas que me fío demasiado de ese hellion, y si siguiese con nosotros iba a ser más un incordio yendo por libre que una ayuda real, a no ser que quieras ponerte ya de rodillas, de forma preventiva, para comerle el nardo. Sobre lo del muerto, era él o yo, así que no creas que lo voy a lamentar mucho, aparte de que, no sé si fue el brazo ejecutor de mi hermana o no, pero si el tío se dedicaba a cazar ovarios y testículos, no creo que el tipo estuviese limpio.

Mientras revisaba el panfleto que nos había traído en exclusiva, veía como parte de mis elucubraciones se iban al tacho, claro que recolectar los órganos empleados para reproducirnos no hacía que la cosa dejase de ser menos turbia.

- ¿Si dejamos a la periodista de lado vas a enseñarnos lo buena que eres llevando estas cosas en tus manos, dejándonos ayudar en todo lo posible?- Casi prefería tenerla al lado que que se nos volviese a plantar mañana en el calabozo o donde fuere para volver a limpiar nuestra mierda del suelo y restregárnosla por la cara.

- A ver si el tal anacleto nos puede ofrecer algo útil...- Los contactos de Cuddy eran auténticas wildcards, peor a veces la cosa funcionaba.

- Oh vamos... ¿vas a ir de ofendidita? - Le reproché a Cuddy. - Te conseguí el mejor médico del hospital, estuve allí para ver si estabas bien, pero no podía meterme con un detective de policía interrogándote y tú amenazándole con quemarle la casa. Sí, lo oí todo desde fuera. - Le dije a la chica que había salido de un vertedero por el olor de sus modales y educación. - Era ir contigo o ir con ellos... no os dejé tan solos como pensáis. Pero no iba a interferir en vuestras decisiones ni lo haré.

Y eso me hizo mirar a Énone. - Sí, os di espacio. Queríais el caso para vosotros y os lo cedí. Que no sea a quien busco no quiere decir que no esté cerca para respaldaros, siempre que pueda entrar... pero no voy a sacaros de líos en los que no hubiese hecho falta meterse. - Los gritos entre Cuddy y Vainilla, junto con los golpes se sucedieron. Arqueé una ceja mientras miraba el bochornoso espectáculo que estaban dando paara luego mirar a Suzie con sus palabras ridículas sobre el intercambio de la reportera por mí junto con sus vagas excusas.

- Es que yo no hubiese ido con alguien como él a mi lado. Eso para empezar. Los monstruos, monstruos son y su debilidad les pierde y no se controlan. Aunque hay humanos peores, prefiero estar con ellos. Yo le hubiese decapitado antes de empezar a investigar, pero no era mi grupo... es el vuestro. Así que arrodíllate tú frente a él por agradecerle su compañía. - Tras esto vino el rapapolvos con el muerto. - No me vengas con excusas. ¿Acaso no sabes dejar K.O. a una persona? No todo es matar y dejar un reguero de cadáveres tras vuestro paso. - Reñí a todos.

- ¿Ninguno tiene una pizca de sentido común? Además, si te lo cargas, lo dejas ahí y os largáis todos antes de que os coja la policía... ahí si que la terminasteis de cagar todos. - Luego miré a Laura para mirar a Suzie. - Yo no soy un objeto de intercambio y como os dije, ya estáis dañados. Si he venido es porque sé que la policía no va a asomar por aquí en un rato y necesitabais la información que os he facilitado. No voy a hacer el trabajo que tanto deseabais realizar ahora que está completamente comprometido, tanto por la policía como por la prensa, aquí presente.

Estaba claro que mi generación no era la de ellos. No sabía con certeza qué era cada uno, pero podía intuirlo, salvo con Cuddy, me desconcertaba mucho esa personalidad. Aquí tenía que estar James ahora, viendo a los niñatos, seguramente sin un maestro que les iniciase en la cacería, "convertidos" en cazadores. Si ya se creyó ser uno solo por matar a unos cuantos demonios, saltándose las normas que le puse, se nombraría líder del grupo. Menos mal que estaba lejos y que odiaba la ciudad a parte de que no le dejé tener ningún objeto mágico y los trasladé a un lugar seguro, lejos de sus manos.

- Andaros con cuidado con los cuerpos que dejáis atrás. El sargento Peterson ya os tiene echado el ojo y solo espera que Aiden confiese o que la volváis a cagar para colaros todas las muertes que pueda y las que el fiscal le admita. Es mejor tenerle como amigo que como enemigo. - Miré la hora. - Me marcho. Necesito dormir algo. El buen doctor me dejó descansar poco esta noche y tuve que madrugar demasiado para ver si Peterson os dejaba salir o no por si tenía que hablar con él.

Mis ojos se clavaron en Laura. - Y tú deberías volver a casa y olvidarte de todo esto. No sabes donde te metes. Simplemente por haber salvado a tu novia, deberías respetarme y dejarme en paz... porque tengo mi paciencia al límite y quizás acabes metiéndote hasta el fango y yo lo esté viendo y no me moleste en salvarte. Estás avisada.