Partida Rol por web

Una vez ha terminado la charla del equipo y el desayuno, ha llegado el momento de saltar al campo.
La entrenadora os mira a todos visiblemente contenta., pese a todo, sigue tan exigente como siempre:

¡Vamos chicos!
Habéis alcanzado un gran nivel en el partido anterior, ahora es el momento de mantener ese nivel mediante duro entrenamiento. ¡Y mejorarlo!

Iñigo aprovechó la sesión de entrenamiento para tratar de trabajar con el psicólogo del equipo su estado anímico. Ahora mismo tenía la moral por las nubes pero sabía que eso no sería así siempre y quería trabajar su rendimiento en función de su moral y estres psicológico.

Asimiso durante todo el entrenamiento trató de seguir a rajatabla las instrucciones de la entrenadora y del equipo técnico y físico del equipo pero estaba claro que aquel no era su día. ¿Estaría relajado por la cómoda victoria del otro día?

Como fuera Iñigo no estuvo al 100% del entrenamiento, algo que hizo evidente cuando se fue al vestuario, cabizbajo y tirando el peto de entrenamiento, con rabia, al suelo.

Rafa se pegó durante el entrenamiento a Iñigo. Habían estado hablando antes del entrenamiento de sus carencias y Rafa se dio cuenta de que ambos se parecían más de lo que parecía a simple vista.

Salvo la primera hora de entrenamiento en la que Rafa hizo trabajo de recuperación con el masajista, en el gimnasio. El resto de los entrenos se dedicó a realizar los mismos ejercicios que Iñigo.

Sin embargo cuando Rafa vio que Iñigo se iba cabreado al vestuario no pudo sino sentir la misma sensación que su compañero. No había estado al 100% y eso le molestaba, aunque sin embargo, Rafa no quiso dar muestras de su malestar y se dirigió al vestuario con la cabeza bien alta.

Durante la mañana entreno mi velocidad, aquel contrataque habia sido decisivo y como armador ofensivo tenia que estar a la altura de los piques de los delanteros para poder dar opciones, ademas de tener siempre rapida accion ante toda situacion. Mis piernas tenian que ser tan rapidas como mi mente, asi que entrene con carreras de resistencia, con cambios de marchas, etc.
Luego a la tarde me dedique a hacer foco en mi figura dentro de la cancha, como poner el peso en favorecer a mis compañeros y amedrentar a los oponentes. Era un entrenamiento psicologico pero que tambien tenia parte en la practica interviniendo en los entrenamientos de mis compañeros y utilizandolo en el corto partido de suplentes contra titulares.
Ya en el vestuario vio la actitud de Iñigo y se le acerco para amanzar las aguas.
- Venga Iñigo, algunos frutos tardan en madurar pero eso no implica que cada día no sea tan importante como en el que la fruta ya esta madura para cojerla. Eres el pilar del medio campo y demostrado quedo en que el equipo puede reposar en ti la responsabilidad de controlar cualquier balon en direccion a nuestra franja defensiva. No seas tan duro contigo hombre. Esto es un trabajo de equipo y si confiamos los unos en los otros lograremos mucho más que solo victorias.
Las palabras principalmente dirigidas a Iñigo las entonaba fuertemente para que oyeran todos, no solo para que cada uno estuviera al tanto de que un compañero necesitaba nuestro apoyo, sino para que cada uno entendiera que tenia el apoyo del resto.

Adrián acudió al despacho del psicólogo del equipo con buena moral pero con algunas dudas sobre su juego. Había cometido fallos cruciales en el partido, uno de ellos a punto estuvo de provocar que les hubiesen empatado. El psicólogo se enfocó en las cosas que había hecho bien. Había colaborada en la jugada del primer gol y fue su despeje en el corner el que propició el contraataque y el segundo tanto. Quizás me estoy exigiendo demasiado, se dijo. Puede que solo tuviera que dejarlo pasar y seguir esforzándose. Aún así, las dudas seguían flotando en su mente.

Para despejarse acudió al entrenamiento físico con envidiable energía. Corrió, chutó e impuso su físico como nunca. Los resultados fueron buenos pero no lo suficiente para despejar esas dudas. Lo único que le consoló fue pensar que si no estaba al 100% era porque todavía le quedaba margen de mejora.

¡Bien chicos, bien!
¡Se entrena como se juega! ¡Dadlo todo en el entrenamiento y no me decepcionaréis en el campo!

(La disciplina era algo que en el lugar donde nací no nos cultivaban sería dificil continuar mi carrera siendo el amonestado del equipo más aún si era el suplente por lo que debía mejorar, mi silencio en el partido contra los alemanes había sembrado algunas reacciones, tenía que mejorarlo, y tratar de conseguir evitar minimo caer con roja en quince minutos. Ademas tendría que hacer mucho incapié en otros factores, debía de tener siempre la fe del perseguidor, una mejora de moral, para muchos entrenadores era importantísimo no dar nunca un balón por perdido).

Montáis en el autobús que os lleva al estadio del FC Koln, el RheinEnergieStadion Köln.

El estadio por fuera no tiene un gran aspecto, aunque una vez dentro la vista es excepcional.

Después de unos segundos contemplando el estadio, Cornellia os mira con confianza y pronuncia unas palabras:

"¿Veís este estadio? Bonito, ¿verdad?
Será aún más bonito cuando hayamos doblegado a su propietario, cuando sea una conquista más en vuestra larga lista.
Será hoy, esta noche. 
¡Y vosotros seréis los protagonistas!"

Después, llegáis a los vestuarios. Cómodos, limpios, acogedores.

"Bueno muchachos, vamos con nuestro segundo partido de pretemporada.
Creo que tenemos posibilidad de obtener otro buen resultado, aunque nuestro rival es más duro que el anterior.
Pero vosotros también sois cada día mejores.
Esta vez nuestro rival realiza un juego más intenso, brega más y requerirá más lucha.
Nosotros seguiremos intentado imponer nuestro estilo táctico y dominar el partido.

¿Queréis comentar algo?"

Iñigo fue el primero en hablar. Después de su bochornoso entrenamiento quería aportar su granito de arena, desde el punto de vista moral, para el partido.

Creo que hablo por todos cuando digo que hoy nos esforzaremos al máximo entrenadora. Sé que todos hemos trabajado duro antes del partido pero creo que la clave de hoy estará en mantener las líneas juntas y evitar entrar al juego duro que nos plantearán.

Estoy convencido de que habrán visto el vídeo del anterior partido y sería interesante que tratásemos de realizar acciones nuevas para desestabilizarles. No obstante, el juego en equipo será parte vital hoy.

- Saldremos a la cancha a dar lo mejor nuestro entrenadora, confio en que trabajando en equipo sabremos encontrar la forma de complicar al rival. Iñigo es el pilar de nuestra defensa, tan solo su presencia en el mediocampo hace que a los rivales les tiemblen las piernas, ni que hablar de Santi y Adrian que no dejan escapar una pelota de su linea, Adrian es como un Rotweiller que persigue a su presa hasta que le deja vencido y Santi esta siempre atento en busca del momento oportuno para bloquear un pase o poner una pierna para robar un balón.
Y en la delantera pues no se podia pedir hombre más proactivos, siempre buscando el hueco y cruzando las miradas conmigo para recibir una pelota. Son como abejas rondando la flor dispuestas a hundir el aguijon en lo que fuera que se les interponga para anotar el gol.
Aprovecho que Cornellia me da el pie para lanzar aquel monologo motivador, habia visto en los vestuarios algunas caras largas y queria que todo aquello quedara en el olvido y todos pusieramos un pie en el campo de juego sabiendo que teniamos todo para derrotar el rival. La principal arma para resolver un problema era entender que estaba en uno la solucion y no la raiz del mismo.

- Bien chicos, bien. Veo buen ánimo, ¡y eso me hace estar segura que podremos sacar un buen resultado!

Salís del vestuario y os encamináis al cesped, donde veis a las animadoras entretener a los espectadores mientras comienza el espectáculo del fútbol.

Una vez salís al campo, la afición comienza a pitaros y abuchearos. Parece que la afición gusta de los partidos calientes, aunque sean amistosos.

Una vez saltáis al cesped comenzáis a calentar y tratar de habituaros al campo.
Pasados unos minutos, se realiza el sorteo y ganáis, pudiendo elegir campo o pelota.

Iñigo saltó al campo totalmente concentrado. Los últimos días había estado muy cabizbajo y temeroso por sus malos entrenos. Sin embargo cuando la entrenadora dio su nombre en el once inicial, Iñigo se armó de confianza y saltó al campo con la determinación de realizar un gran partido.

Ni siquiera el recibimiento del estadio hizo mella en él. Ocupó su posición en el medio del campo y dirigió su mirada al estadio. Las gradas llenas, ambiente hostil... todo aquello logró que la determinación de Iñigo fuese máxima.

Aquel partido había que ganarlo e Iñigo lo ganaría a toda costa....

Rafa saltó al campo sonriendo y dando ánimos a todos su compañeros. Cada día se sentía más cómodo en el equipo, no sólo con su rol sino también con sus compañeros. El ambiente era estupendo y sus compañeros de ataque eran geniales. Además de tener una gran técnica, eran solidarios en los esfuerzos y en las recompensas.

De momento, sus molestias del partido anterior habían desaparecido y hoy Rafa esperaba poder aguantar el ritmo de sus compañeros y el ritmo que impusiese el rival.

La primera sensación al saltar al campo fue de pánico. Nunca había estado en un estadio con tanta gente y, sobre todo, con tanta gente animando en contra de su equipo. Pero el pánico duró solo unos segundos. Debía acostumbrarse a este tipo de ambientes. Al fin y al cabo ya era profesional y ese tipo de recibimientos debían darle igual.

El clamor de la aficion local se dejaba escuchar a medida que avanzabamos por la manga, casi parecia que el campo de juego temblase con el bramido de sus voces, respire profundo antes de dar el primer paso en el verde cesped y hacer unas carrerillas de precalentamiento. Intentando no dar importancia a los abucheos busco alguna bandera o algun sector de las gradas con personas portando nuestros colores. Aunque solo fueran un puñado habia que agradecerles estar alli, y por sobre todo demostrarles que el juego era para ellos.
Me acerco alli donde haya más y les aplaudo señalandoles, gesticulando un gracias de manera que pudieran entenderlo pese a las distancias y las vallas.
Luego regreso al centro del campo para dar la mano a los rivales y saludar a los arbitros del juego.

Adrián saltó al campo lleno de entusiasmo. Los gritos y abucheos de la grada no eran nada comparado con lo que pasaba por su mente. Su resolución era absoluta. Ya en el vestuario saltaba para mantener el efecto del calentamiento. animando a sus compañeros, sonriendo y brindándoles palabras de ánimo. 

La salida al campo la hizo rápida y fulgurante, corriendo con energía. Llego al medio campo para formar y giró para ver una panorámica del estadio. Sonrió mientras veía las caras y las banderas agitarse. Intentaban meterles miedo pero eran ellos los que debían temer. Aunque en los entrenamientos no había estado brillante, esto era lo que quería, lo que le daba sentido a su vida. Y era solo la pretemporada...

(Tras recoger un poco de cesped para señalizar mi llegada al terreno, comienzo a escudriñar el terreno, prestando la mayor importancia a la colocación del rival, pues tendríamos una pequeña ventaja incial si ya sabemos como van a repartirse).