Partida Rol por web

Mòr comprueba que la puerta esta efectivamente cerrada con llave y, acto seguido, se agacha para comprobar la cerradura. Tras tratar de forzarla con un alambre, desiste al ver cómo su improvisada herramienta se dobla al tratar de manipular el mecanismo que mantiene bloqueada la puerta.

Se vuelve hacia sus compañeros negando con la cabeza y Arven, cansada de esperar, llama a Ean para cargar entre los tres contra la puerta. La hoja de madera no puede soportar el impacto de Mòr ayudado por los dos guerreros del clan Mac Lyr y se parte limpiamente por la mitad, haciendo bastante menos ruido del que habíais supuesto.

Cuando las luces iluminan el interior de la estancia podéis ver que se trata de otro dormitorio, pero no como los que ha visto Liam más adelante. Éste lugar está diseñado para una sola persona, como indica la única cama de la habitación, pero también tiene una parte reservada para espacio de trabajo, con un enorme escritorio y una silla de madera de aspecto bastante cómodo.

Ean e Yldian registran el resto de la habitación, rebuscando en baúl que hay a los pies de la cama y en el armario, sólo para llegar a la conclusión de que la persona que vivía aquí era un hombre bastante delgado y con un cierto estátus, como podíais haber supuesto por el hecho de tener una habitación individual.

Urvan y Liam, por su parte, se dirigen directamente al escritorio. El hombre parece ser bastante metódico y ordenado, pero sus papeles han sufrido el paso del tiempo. Pese a todo, uno de los pergaminos se ha mantenido en suficiente buen estado como para poder leerlo, aunque parece que ha sido cortado por la mitad.

Informe de Actividad

Fecha: 855
Asunto: Experimentación con el Flujo fósil
Página: 1/2

El elemento fósil muestra unas propiedades completamente nuevas en contacto con las plantas. Ya conocíamos los efectos herbicidas de esta sustancia, pero ha mostrado una reacción asombrosa. En contacto directo con el Flujo fósil las plantas se marchitan y pudren, pero no mueren. Al contrario, después de un tiempo de incubación, empiezan a desarrollarse y crecer. Esto explicaría, en gran...

Viendo que Mòr sólo no se las apañaba acabó por arrastrar a Ean y a su conspiranoia para ayudar a abrir la puerta que crujió sonoramente bajo el peso de los tres compañeros y Arven se vio dando pasos torpes para no acabar pisando el lío de pies de Mór y Ean cuando la puerta cedió y se abrió, dando paso al grupo al completo.

-Espero fuera-dijo con sequedad saliendo de nuevo al pasillo. 

El mal no descansa, dicen los libros, yo tampoco lo haré.

-¿Encontráis algo útil?-debería haber especificado algo más... se dijo pensando que dejaba la pregunta demasiado abierta y tenía la sensación de que era el tipo de preguntas que Liam aprovechaba para divagar en voz alta incluyendo a los demás como público para llenar su ignorancia con datos que, seguramente, muchos eruditos ya habían olvidado.

Mor sostiene el pomo de la puerta, el cual ya no es parte de la misma, en su mano izquierda y se encoge de hombros. La vida es como es y tienes que aceptarla como viene.

-Yo me quedo aqui vigilando por si algo se ha enterado de nuestra sutil entrada.

—¿Útil? esto... ¡ESTO ES ASOMBROSO!— alcanzó a contestar el joven erudito ante los hallazgos que él y Urvan habían encontrado sobre el escritorio.

—Desde la descripción de la Elysia chlorotica por Sir Augustus Addison Gould no teníamos conocimiento de un híbrido de esta magnitud. Las aplicaciones para este tipo de magiencia pueden ser alucinantes— Mientras divagaba iba pasando los folios entre sus manos con una velocidad que no era natural, lo cual sin duda hacía imposible que pudiese quedarse con algo mas que con palabras sueltas.

Mientras sus compañeros le chistaban para que guardase la compostura y no revelase su posición con su excesivo entusiasmo Liam logró reaccionar y empezó a guardar cuanto pudo y concluyó que era lo más interesante de los documentos que habían encontrado.

—Pero eso no puedo leerlo aquí y ahora, necesito un lugar mas tranquilo, mas sosegado. Necesito la biblioteca de Alewyd Saogh— Mirando alrededor como si de repente algo fuese tremendamente apremiante terminó de guardar lo que creyó oportuno y señaló la puerta que atravesaba el pasillo.

—¡ALLÍ! Vamos, haced eso...— dijo haciendo gestos con las manos —...eso que habéis hecho para abrir este lugar. Puede haber material...—Y pauso de nuevo como dándose cuenta de que no debía mostrar sus cartas —Puede haber información sobre este sitio, si... si... información que nos ayude a salir de aquí—

Miro entretenida a Liam mientras suelta la perorata de turno. No vale la pena insistirle en que deje esto para otro momento, o intentar hacerle entrar en razón. En su lugar, doy otro vistazo por la parca habitación. Pues no me aclara nada...  más bien me surgen un par de preguntas más.  Revuelvo entre los papeles una vez más, pero no consigo sacar nada en claro, todo está muy deteriorado. Sin decir nada salgo de la habitación y me pongo al lado de Arven.

- Más galimatías... Tendremos que seguir buscando - respondo apoyándome en la pared. - En cuanto terminen ahí dentro seguiremos con esa otra puerta - digo señalando la puerta que mencionó Liam - ¿Qué os parece?

Arven y Mór esperan en el pasillo hasta que el resto se reúne con ellos, mostrando diferentes actitudes con respecto a la escasa documentación que han conseguido encontrar. Sin embargo, todos opinan que entrar en la habitación al otro lado del pasillo es vuestra mejor opción ahora mismo.

Mór vuelve a agacharse junto a la cerradura, y esta vez tras unos segundos hurgando en ella consigue que se abra con un ligero chasquido. Con cuidado, abrís la puerta intentando que no cruja demasiado en sus goznes e ilumináis el interior.

Si el resto de las habitaciones del pasillo parecían simples dormitorios, ésta tiene poco que ver con ellas. Varias mesas con probetas y tubos de ensayo dejan muy claro que, para deleite de Liam, estáis entrando en un laboratorio. Telas de araña y la misma sustancia viscosa que visteis en el suelo de la habitación con los enormes depósitos parecen encontrarse por la mayor parte de la sala, pero incluso con gran parte del material abandonado desde hace años, volcado sobre las mesas y roto, es posible que podáis averiguar qué estaban haciendo aquí.

Mor comprueba la puerta, satisfecho de que ,esta vez, no se haya quedado con el pomo en la mano. Igual entre los restos que se encontraban en la habitacion habia un plano mas exacto del lugar del que ellos tenian y podian encontrar la salida que falsamente en su mapa apuntaba a una pared solida.

-Adelante, adelante. Yo cubro la salida.

Dice poniendose en guardia, por si aparece de nuevo la sombra, siendo esta vez algo mas fisico y amenazante
 

No siento la misma pasión que Liam por el descubrimiento de la cámara. Preferiría encontrar el modo de salir de aquí cuanto antes, pero ya no tengo una gran convicción en que logremos salir de aquí. Después de salir de la sala y contemplar el laboratorio de magiciencia abandonado, la cosa no parece mucho mejor.

-Estupendo. Liam, creo que este es tu sitio "natural".- Paso dentro con precaución y el arco tenso ante la posibilidad de que algo aparezca para reclamar la propiedad de los tubos de ensayo.

Estos descubrimientos me dejan sorprendido, tanta información a mis ojos y sin capacidad de saber si quiera que significa cada cosa. El miedo recorre mis huesos, pues se que esta clase de experimentos no son solo amistosos por mucho que le fascinen a Liam. Entro en la habitación que el grandullón de mi compañero acaba de abrir y me doy una vuelta observando fascinado todas las herramientas y sustancias desparramadas. Aun así sigo llevando mi escudo en mano y la otra preparada para desenvainar por si a la sombra le da por aparecer y pillarnos por la retaguardia.

Un lugar más tranquilo que éste difícil. Técnicamente ahí, en aquel momento, no había más prisa que la que ellos mismos se metieran pero no sería Arven la que lo mencionaría en voz alta no fuese Liam a tomarla en serio y sentarse en medio del pasillo a revisar el montón de papeles que se había agenciado con palpable entusiasmo.

Hizo una mueca más para sí que para los demás ante la insistente exigencia del erudito para abrir otra de las puertas. Quizá los demás estuviesen a pleno rendimiento pero la lucha, la caminata a ciegas y la huida del engendro de la sala anterior (por no contar el desgaste emocional que conllevaba lidiar con sus propios compañeros) habían ido dejando cada uno su huella. Inspiró hondo hasta que un pinchazo en el torso le recordó que no era buena idea hacerlo así que intentó recurrir a respirar sin llenar del todo los pulmones, ignorando en la medida de lo posible su cansancio.

Los caballeros de verdad no protestan por la fatiga. Se recordó frotándose el cuello haciendo que la cadena de la academia Reizh se clavase en la piel.

-Más Magiencia para todos-asomó la cabeza al nuevo habitáculo aunque el recuerdo más que reciente de lo sucedido en la sala de los depósitos fue suficiente como para no querer cruzar el umbral. Apoyó la espalda en la pared frente a la cámara abierta y cerró los ojos un instante para dedicarle una mirada de reproche a Ean mientras éste seguía los pasos de Urvan.

No es el mejor momento para meterse con nadie ahora.

—"Naturalmente mi querido Ean"— contestó el joven erudito divertido a las palabras del arquero, sobre las que no había detectado el tono irónico ni despectivo, demasiado entusiasmado en todo lo que descubría aquella habitación. Pasando por encima de Ean y Môr, Liam se desató sobre aquellas probetas comprobando aquí allí colores, formulas, papeles.

—¡Oh! Arven... que palabras mas dulces. ¡Ojalá la magiencia llegase a todos! Eso sería un paso gigantezco...— contestó a la chica rubia el jovenzuelo, compartiendo las palabras de Arven, sin entender exactamente su tono.

Su entusiasmo no obstante no nubló por completo su juicio. Examinó con cautela y presteza aquel lugar intentando encontrar algo que les fuese útiles para salir de allí o al menos para entender lo que en aquel lugar aciago estaba ocurriendo.

Miro a mi alrededor con indiferencia. Inspiro profundamente, llenándome del olor a cerrado y polvo que tiene la habitación. Paso los dedos por una de las mesas y miro en silencio los restos de polvo y suciedad que se me quedan pegados a los dedos. Y la cosa pegajosa esa que parece común en esta zona...

-  Pues ya que estás Liam, mira a ver si sabes qué es esa... sustancia - digo mientras me limpio disimuladamente los dedos en su hombro - Pero tampoco tardes mucho, no creo que sea buena idea quedarnos aquí mucho tiempo.

Me acerco a la puerta, de camino cojo una de las probetas vacías y empiezo a juguetear con ella, no con un fin en especial, sino para distraerme y así darle un poco de tiempo a Liam antes de perder la paciencia. Otra vez.

Mòr y Arven vigilan el pasillo mientras el resto investiga el laboratorio. El lugar lleva abandonado varias décadas y cualquier resto de los experimentos que se estuvieran realizando allí hace años que se evaporó o derramó sobre el suelo, aún cubierto por la sustancia viscosa, que Liam había identificado como secreciones de algún tipo de insecto.

El roce de la espada de Arven al salir de su vaina sobresalta a los miembros del grupo que están investigando, pero no tanto como el aviso de la guerrera instándoles a que se apresuren. Mòr, cuyo oído no es tan fino como el de su compañera, la mira sorprendido, convenciéndose a sí mismo de que hay formas mejores de afrontar cualquier obstáculo que con el filo de una espada.

A penas unos segundos después, reaparece en el fondo del pasillo la criatura que visteis antes. Se para un momento girándose y levantando su cabeza en un gesto amenazador podéis ver que se trata de algún tipo de mirápodo, pero su tamaño es muy superior a lo normal, ya que tiene aproximadamente el diámetro de un gato.

Mòr se tranquiliza ligeramente al verlo, a pesar de las tenazas de un palmo de largo que el extraño animal muestra en su boca. Sin embargo, Arven no centra su atención en la criatura, por mucho que emita un desafiante chirrido agudo. Grita de nuevo a sus compañeros que salgan de una vez justo antes de que la puerta del fondo salte por los aires.

Un gigantesco ciempiés, atraviesa el lugar donde antes estaba la puerta de lo que debe de ser un comedor. El monstruo mide casi dos metros de diámetro, el tamaño justo para poder avanzar por el pasillo y se para un momento junto a su cría, observándoos y llenando el suelo de babas que segrega por la boca. Si las pinzas de la criatura pequeña tienen el tamaño de un cuchillo, las de esta rivalizarían con el claymore del ionnthén.

El ruido y los avisos de Arven son suficientes como para que el resto del grupo abandone el laboratorio. Sin embargo, mientras se dirige a la puerta, Liam ve un pergamino cubierto de telarañas parcialmente tapado por un vaso de mezclas. Soltándose un momento de Yldiane, que intenta tirar de él para que se dé prisa, alarga el brazo y coge el papel antes de salir al pasillo.

Salgo corriendo del laboratorio antes los gritos insistentes de Arven, por su expresión voy desenfundando la espada y preparando el escudo, parece que vamos a tener problemas. Al llegar a la puerta y colocarme justo entre mis dos compañeros miro atónito el pasillo. La impresión de lo primero que veo hacen que ni me fije en su versión en miniatura que hay justo debajo. - Que Co... - Me quedo con cara de espanto durante unos segundos hasta que recupero el control de mi cuerpo. me santiguo rápidamente y alzo el escudo y doy un paso adelante para proteger a mis compañeros.

-¡¿Alguien sabe que mierda es eso y si tenemos alguna posibilidad si nos enfrentamos a lo que sea que sea eso?!

-Después del grito pienso para mi. - Creo que el último enfrentamiento me ha afectado... 

—OK, OK... ¡VOY!... ¡ESTOY EN CAMINO!... ¿sovellis? ¿savellis?... ¡VOY JUSTO DETRÁS DE VOSOTROS!— Gritaba Liam mientras clavaba sus ojos en el pergamino y empezaba a elucubrar alguna conjetura sobre su procedencia. —Esta parte debe ser "passion"

Al salir del pasillo se encontró rodeado de sus compañeros completamente parapetados y listos para enfrentarse a aquella criatura, al levantar su mirada y encontrarse directamente con sus fauces no pudo reprimir el instinto de supervivencia que le obligó a expresar el horror por medio de un pequeño quejido de sorpresa.

Enseguida se recompuso y empezó a retroceder con sus compañeros, colocándose a la retaguardia mientras no le quitaba ojo la criatura. —Parece que estas ruinas destacan por el tamaño de su flora y su fauna— comenta el joven erudito en un intento de relajar la tensión del momento.

—Cuidado con sus fauces, pueden ser venenosas. Incluso el pequeño podría inyectar una dosis considerable. El grande... bueno, supongo que si estas demasiado cerca de esas cuchillas que estén envenenadas será el menor de nuestros problemas.
 

Siento un profundo asco al pensar que estoy pisoteando las secreciones de una criatura puede que milenaria o que hace milenios pasase por allí. Ya sé que el pensamiento es absurdo, pero no puedo dejar de juguetear con esa idea, lo cual parece una señal de ánimo, un pequeño brote de humor que ese asqueroso cienpiés aborta instantáneamente. Lo veo al salir y siento una irrefrenable necesidad de dispararle, pero solo tengo una flecha, de modo que la tremenda responsabilidad de desprenderme de mi único vínculo con mi naturaleza profesional constituye un poderoso represor. Pero la aparición de la madre ya constituye una imagen aterradora que me resulta repulsiva. Los otros todavía tienen que salir, pero parece que ese engendro en cierto modo parece más preocupado por su vástago que por nosotros. No obstante eso está a punto de cambiar, según preveo.

-¡SALID, YA!- Grito a los otros.

Me quedo esperando a que el atolondrado Liam salga del dichoso laboratorio de los magilocos.

La criatura se acerca a vosotros ocupando gran parte dle pasillo. Retrocedéis y Ean aprovecha para disparar su arco, pero la flecha rebota en la piel coriacia del gigantesco mirápodo.

- ¡Hay que disparar entre las zonas queratinosas! - explica Liam. - Será la forma más fácil de atravesar esa especie de armadura... Creo... - añade. Aunque haya estudiado la naturaleza y las propiedades de gastrópodos y mirápodos varios, el joven erudito nunca se había encontrado con una criatura semejante a esta.

Os replegáis hasta la sala que haría las veces de recibidor si hubiera una salida real y, rápidamente, cerráis la puerta detrás de vosotros. Mòr la sujeta durante unos momentos hasta que las enormes tenazas de la criatura atraviesan la madera como si fuera papel y empiezan a destrozar la parte superior de la hoja. El gigantón se separa, sabiendo que si por casualidad llegan a alcanzarle, sus huesos ofrecerán poca más resistencia que la pesada puerta de madera.

Os alejáis del pasillo, girando 90 grados hacia la otra puerta cuando recordáis que una enorme planta carnívora os espera al otro lado. Sea lo que sea que estuvieran haciendo aquí, desde luego tienen una flora y una fauna bastante hiperdesarrollada... y tremendamente agresiva. Pero estáis atrapados entre dos fuegos y tenéis que decidir cuál de las dos opciones es mejor.

Liam se planta el primero delante de la puerta, esta a punto de abrirla corriendo despavorido cuando las marcas de la arremetida de la planta carnívora le detienen.

—joder, joder ¡JODER!—

Mira hacia atrás, esperando que la otra puerta aguante, pero la carrera desesperada de Môr doblando el pasillo acaba con sus ilusiones. El resto de sus compañeros se aglutina delante de la puerta que da al salón de los tanques intentando poner cuanta distancia es posible respecto del ciempiés que en cualquier momento doblará la esquina.

—El híbridoeraunacriaturaformidable, sus enredeaderas podríanser elfindetodas nuestrasesperanzas pero luegoestaestemaldito el artrópodo! ninguna denuestrasarmaduras seránrivalparasuspinzas... sin contar con su veneno!— La situación limite dispara las ideas en la cabeza del joven erudito, intentando encontrar algo que pueda ayudarles en este momento de necesidad.

—Algosemescapa algo algo... tienquehaberalgo— Sus ojos miran desesperados la puerta y el recodo esperando en cualquier momento ver aparecer las tenazas de aquel animal. —Enfrentarnosalartropodo podríasuponerlamuerte dealgunodenosotros. Peroelrestopodríanserguir... unoodos acambiodequeloconsigantodoslosdemas?—

—Atrapadosentredosfuerzasdecomunales... ¿ha llegado el fin?

Los ojos abiertos como platos, la respuesta que aparece en su mente excesivamente arriesgada, pero tiene que intentarlo.

—¡RÁPIDO! ¡LLAMAMOS LA ATENCIÓN DE AMBOS EN EL UMBRAL DEL LADO DEL SALÓN! ¡EN EL ÚLTIMO MOMENTO SALTAMOS A LOS LADOS Y DEJAMOS QUE AMBOS SE ENCUENTREN!— Todos miraron reticentes. Aquello claramente parecía un suicidio. Había mil cosas que podrían salir mal en ese plan, pero cada respiro era un tick de la cuenta atrás para tomar una decisión. —y... y... ¿cruzamos los dedos?—

Liam sostenía la puerta a punto de abrirla para llevar a cabo su descabellado plan esperando que alguien del grupo le diese el visto bueno.

En cuanto veo esa... cosa... que viene hacia nosotros mis piernas se empiezan a mover solas. Casi sin pensarlo, consigo alargar la mano para tirar de Liam y salir escopetada por la puerta. No me giro, en realidad no me hace falta, puedo escuchar perfectamente el golpe de las patas de esa cosa en el suelo, en las paredes, en todas partes, intentando alcanzarnos lo más rápido que puede.

Es demasiado tarde cuando me doy cuenta en la dirección que vamos. Mierda. Volvemos a estar en el mismo sitio que antes. Por si no fuera suficiente un monstruo ahora tenemos dos...

Miro hacia atrás, y desearía no haberlo echo. La cabeza de ese horrible ser aparece por la esquina, alarmantemente cerca de mis compañeros. Escucho a duras penas el plan de Liam y no se me ocurre nada mejor. Pues nada, plan loco será.

- ¡TODOS DENTRO! - grito mientras echo a un lado a Liam y saco la espada - Yo me encargo de este... - me pongo encarando al ciempiés.

Por una vez parece que los años de entrenamiento sirvieron para algo, a pesar de ver a mis compañeros agitarse y retroceder a trompicones por las prisas, conseguí mantener la calma y retroceder poco a poco sin dejar de encarar el escudo a la criatura. Después de cerrar la puerta el empujón de Môr me aparta de la puerta y el grandullón se encarga de sujetarla.

El crujido me sorprende y las mandíbulas del ser atravesando la puerta no hacen otra cosa que producirme un gran escalofrío que me recorre toda la espalda. Al llegar a la otra puerta, necesito un poco de guía. Me siento en el suelo con las piernas cruzadas, cierro los ojos e inspiro profundamente. Las palabras de Liam recorren el exterior llegando de fondo a mis oídos. Tardo en procesarlas y mientras lo hago formulo una oración de petición de Guía. - O Señor, único guía y creador. Guía los pasos de tu pupilo en esta encomiendo y ayúdanos a salir con vida de esta situación. Protégenos de estas aberraciones generadas por mentes perversas. -

Ante ninguna ocurrencia de un plan mejor, no me queda más que levantarme, volver a coger el escudo y asentir con la cabeza al loco de mi compañero.