Partida Rol por web

Por un momento le costó ubicarse al despertar pero poco a poco su mente, a medida que disipaba la bruma del sueño, iba encajando cada suceso donde debía estar.

Arven se comportó con humildad hacia sus anfitriones, no quería ofender a nadie que pusiese un techo sobre su cabeza y agradeció que la familia compartiese su comida con ella.

Salió del lugar desenredándose el pelo suelto con los dedos antes de empezar a recogerlo donde lo anudaría cuando se encontró con Liam donde habían quedado como punto de encuentro.

-Qué madrug...-se interrumpió y soltó la coleta a medio atar para acercarse al erudito, tocando su hombro al llegar a su altura-¿Liam? ¿Estás bien?-preguntó con el estómago en un puño.

No, hombre, más desgracias no.

La hospitalidad de la gente era incluso hasta abrumadora, tenía que ayudar a esta gente... pero cómo iba a hacerlo si no recordaba lo que hacía, ni lo que pasaba. Había algo que no me cuadraba, necesitaba algo para afianzar los recuerdos, iba buscando algo que pudiera echarme al bolsillo para recordar que había estado allí, algo característico cuando de repente veo a Liam... - Qué narices - me pongo al lado de Arven intentando dejar el círculo abierto para dar aire a mi compañero.

- ¿Ha pasado algo que me haya perdido? ¿puedo ayudaros en algo? - Por algún extraño motivo sentía un gran vínculo con esta gente, a pesar de conocerles de menos de una semana.

El muchacho se encontraba echo un ovillo en los escalones de la casa del Ansilier. Las manos recogidas atrapando sus rodillas y su mirada clavada en la tierra. Un halo de acontecimiento le rodeaba. 

En uno de sus puños sostenía un papel manchado y completamente arrugado. Cuando Arven le tocó en el hombro le sacó de aquel ensimismamiento en el que se había metido. Levantó la mano sin levantar la mirada y estiró el papel para que sus compañeros pudiesen verlo.

Arven estiró la mano y leyó el mensaje. Urvan estiró su cuello y trato de leerlo también. Era bastante enigmático, pero mas que las palabras y los símbolos sorprendían las manchas de sangre. Sensación que se incrementaba con la actitud de Liam. 

Sus pómulos estaban marcados por los surcos de sus lágrimas. Sus ojos completamente rojos y secos. Ya no podía llorar más. Algo le había asaltado en la noche y ahora se encontraba completamente destrozado. 

—Terent...— suspiró de forma imperceptible. 

—Ha muerto. Yo... yo le he... yo... yo le he... le he matado. 

Esa última frase parecía una sentencia que había intentado evitar todo este tiempo en la soledad y el frío de la mañana. Pero ahora que la había pronunciado le resultaba inamovible, irrefutable. Algo en su interior murió en ese momento. Liam se enfrentaba ha dejar de ser un solo muchacho. Empezaba a sentirse un miserable. 

Arven miró el papel pero nada de su contenido tenía sentido para ella. Levantó la mirada hacia Urvan y sus labios aletearon en una pregunta no formulada abiertamente. Una pregunta que, seguramente, Urvan tampoco pudiese responder.

¿Qué ha pasado?

-Liam-dijo la guerrera usando el tono más suave del que era capaz. Pestañeó un instante, dubitativa, ¿había dicho algo Liam? No estaba segura, había sido tan breve y su voz tan tenue... la expresión torturada del erudito tampoco sirvió para aclarar si le había dicho algo así que llevó la mano que descansaba en el hombro de Liam hacia la muñeca de la mano que sostenía el papel y la envolvió con los dedos empujando con cuidado su brazo hacia una posición más relajada-Liam, ¿qué ha pasado?-era menos exigente que el "vas a tener que explicarte mejor" o "te explicas como un libro en llamas" que habría usado Arven en otras situaciones y esperaba que el apoyo de Urvan a su lado sirviese para dar entereza a Liam y se le soltase la lengua (algo que nadie que hubiese escuchado las divagaciones de Liam sobre un tema que le fascinara habría pensado que pudiese ser necesario. Ironías del camino).

Ean se levantó incómodo. Cuánto tiempo habrían dormido verdaderamente. Cada vez que se levantaba sentía estar un paso más inmerso en una realidad que se rompía como un cristal en mil pedazos. Salió de la casa agradecido de no seguir compartiendo techo con aquella rústica gente, que de ningún modo le gustaba. Así que cuando vio a los suyos, a su gente, suspiró y avanzó hacia ellos. Puede que no fuesen los mejores, pero era mejor que aquello y, en definitiva, era el pase para salir de aquí, donde quiera que fuesen, incluso al maldito laboratorio que, él también creía, debían haber quemado hace tiempo. ¿Por qué demonios no lo habrían hecho?

Ean escucha de refilón a Liam y al principio no da crédito. Al fin y al cabo este hombre está chiflado. No hay que darle más vueltas. Ean se sienta junto a Liam y lo mira fijamente.

-¿Qué pasa?,... hombre. ¿Que es ese papelillo?

Trata de ser amistoso, pero el rostro de Liam refleja una sombra terrible que le quita completamente el sueño. Sea lo que sea, se tata de algo horrible. Algo más.
 

Definitivamente las palabras y gestos de Arven eran los acertados, así quizás el chico podría tranquilizarse y una vez sereno contarnos que había pasado. Justo cuando me disponita a apoyar las palabras de la guerrera llego la brusquedad de Ean... definitivamente habíamos retrocedido todo lo que Arven podía haber avanzado. Dándole un codazo en las costillas al arquero de forma disimulada le hago un gesto con los ojos. - Espero que se de cuenta de que el chico no necesita que le presionen. - Una vez hecho esto intento volver al tema importante.

- Ey, Liam, sabes que puedes confiar en nosotros, respira hondo e intenta contarnos a ver en que te podemos ayudar. - Supongo que en sus compañeros de viaje no tendrá ningún reparo en confiar, pero en mi... se que El Uno está conmigo y normalmente en mis tierras esto basta para ayudar a la gente. Pero una vez fuera las cosas no funcionan igual. Aun así tenía que intentarlo.

También aprovecho el haberme acercado un poco para echar un vistazo al papel, a ver si así podía sacar algo en claro.

Liam permanecía indolente a lo que sus amigos decían, seguía mirando con los ojos abiertos como platos a la gravilla detrás de los pies de Arven. Musitaba cosas que nadie podía entender. Aunque finalmente fuéconsiciente del contacto con su mano y reaccionó. Miró a Urvan a la cara mientras Arven colocaba sus manos en una posición mas amable. 

—Terent... he matado a Terent.—dijo de nuevo, aunque para todos esas palabras seguían siendo un enigma. 

Liam recorrió con su mirada a sus compañeros saliendo de su ensoñación, siendo consciente por primera vez de su presencia. Se detuvo sobre los preciosos ojos claros de Arven y su mirada siempre cansada. Entonces las lagrimas encontraron de nuevo su cause y emborronaron por completo su vista. Retiró bruscamente las manos de la presión de la guerrera y adoptó de nuevo una posición cerrada rodeando sus rodillas con sus manos.

—¿Confiar? ¿Como vais a confiar en mi? Después de haber matado a mi hermano, con mis propias manos.—

Meciéndose ligeramente dejó que las lágrimas siguiesen limpiando su alma, aunque de alguna forma sentía que no era suficiente. 

Tras el despliegue de desesperación y de que Liam se hubiese desecho del contacto entre ambos Arven no pudo evitar poner los ojos en blanco girando el rostro hacia Urvan. Se incorporó y dio más espacio tanto a Liam como a Urvan para dejarle intentarlo con el desconsolado erudito.

Ean por suerte se había acercado a curiosear lo del papelito y la guerrera acortó la distancia con su compañero.

-No podemos en la calle y dejar que siga berreando que ha matado a alguien-musitó con preocupación. Ella sabía (o creía) que Liam era incapaz de hacer daño a nadie pero los que pudiesen pasar por el lugar no tenían por qué compartir su opinión y aquello conllevaría algún tipo de desgracia para el grupo.

Como si no tuviésemos suficiente con nuestra mala suerte.

Yldiane lleva un rato escuchando con gesto de frustración y finalmente se decide a intervenir.

- ¡Vamos a ver! ¿De qué narices estás hablando, Liam? - pregunta elevando el tono más de lo que Mòr consideraría apropiado para dirigirse a una persona traumatizada. - Has estado todo el tiempo con nosotros salvo esta noche... ¿Cuándo has matado a Terent? Lleva años fuera de la región, ¿ha ido a la casa en la que te alojabas precisamente esta noche? - Pregunta incrédula con cierto sarcasmo. - Porque si estamos hablando de un sueño, te juro que te voy a dar con el carath en la cabeza, a ver si la usas de una vez como nos tienes acostumbrados - dice con seriedad levantando su bastón con punta de hierro.

Coge el papel y se lo vuelve a dar al joven boticario.

- Y ahora, dinos qué significan esas cosas y qué demonios es la Pasión de Savellis porque si de algo servía traer a un erudito con nosotros todo este viaje es precisamente para que resuelvas este tipo de problemas. ¡No para matar a nadie con esa espada de juguete que llevas en la cintura! - dice señalando el arma que Liam a penas sabe utilizar, tratando que entre en razón por reducción al absurdo.

Ean no sabía muy bien qué pensar. Ese hombre estaba realmente apesadumbrado, pero no cabía duda de que, si orden cronológico no se había alterado de nuevo, tal cosa no había sido posible. De modo que lo observó, tratando de discernir la naturaleza de la locura que había invadido a su compañero.

—Tal vez nos podría ayudar saber quién es ese Terent que lleva tiempo fuera de la región.

—Podría ser un sueño. Pero el papel ensangrentado... ese papel no lo tenía cuando bajamos hacía la aldea de Varn. Lo recordaría.—

Por un momento Liam salió de su espiral de emociones negativas y empezó de nuevo a utilizar su capacidad deductiva. ¿Como era posible que ese trozo de papel hubiese aparecido en su posesión de repente? ¿Que significaba aquello? 

—El papel es una prueba. Es una prueba más de que tenemos una laguna en nuestra cabeza. Creemos que venimos directamente del camino de la atalaya pero es mentira. De alguna forma hemos... hemos estado aquí antes. Hemos ido hacia esa maldita fábrica y vuelto. Eso lo explica todo. 

Miro un momento a Ean respondiendo a su pregunta. 

—Terent... Terent era mi hermano mayor. 

Miró de nuevo el papel que Yldiane le tendía y lo cogió con curiosidad. Observó con detenimiento las manchas de sangre. 

—Y de alguna forma estoy seguro de que esta era su sangre... Aunque, aunque... si estamos enfrentede unafuerzapsiquicatal quesapazdeconfundirnuestrascabezas parahacernospensarque hemos... hemosviajadoeneltiempo o suficientementepoderosaparaborrarpartedenuestrasmemorias quizá incluso capazdedarnosalgúntipodeamenisaselectiva entonces! ENTONCES!—

Miró a los demás esperando que todos estuviesen siguiendo su hilo de pensamiento de la misma forma en la que el lo estaba siguiendo, después de todo era todo bastante evidente.

—EH!?... eeeeeeexacto! Entoncesesafuerzapśiquica serálosuficientementepoderosa parainducirnos  recuerdos FALSOS! El recuerdo podría ser falso. Podría estar intentando jugar con nuestras mentes para de alguna forma desmoralizarnos. 

La mirada del erudito empezaba a mostrar algún brillo de esperanza tras el cristalino de sus ojos ahora tan vívidos habiendo sido bañados por la lagrimas. No obstante y como era habitual en él no pudo evitar mostrar una sombra de duda. 

—Pero aún así. En el fondo... siento... siento que terent ya no está. Es posible que yo no le haya matado pero esta sangre, esta sangre podría ser la suya. ¿Estará muerto? 

Levantó la mirada completamente desprotegido, como lo que era al fin y al cabo, solo un chico. buscó a Arven con la mirada esperando que ella le diese las respuestas que nadie allí podía darle. 

"La Pasión de los Savalli", tradujo Liam en voz alta, añadiendo automáticamente el plural que a muchos no se les habría ocurrido. Los Savalli fueron los creadores de la magiencia, o al menos muchas fuentes atribuyen a ese matrimonio el, en dos de los Treis Reinos de Tri-Kazel, dudoso honor de ese invento. Liam ha leído su historia en alguna ocasión, la pareja descubrió el Flujo de algunos materiales y, posteriormente, inventó alguno de sus usos más primitivos. Se dice de ellos que, además de la investigación, pasaban la mayor parte de su tiempo de ocio en largos paseos en barca.

Casi automáticamente, os giráis hacia el lago, que es ligeramente visible desde vuestra posición. No estáis muy seguros, porque el tiempo no acompaña para verlo en su totalidad, pero es posible que haya algún pequeño islote o algún lugar donde poder ir en barca desde la aldea.

Liam mira los extraños símbolos un momento. Está seguro de que se trata de símbolos alquímicos que dan algún tipo de fórmula química, pero en estos momentos aún está demasiado turbado como para identificarla y los demás no habéis estudiado esa materia tanto como él.

-Terent es su hermano-le dijo a Ean sin ahondar más en la vida del abatido Liam mientras su amiga se dedicaba a exigir al erudito que espabilase de una vez y se dejase de tanto llanto para aclarar lo ocurrido.

Quizá Yldiane le había hablado demasiado brusca para sacarle del shock y había estropeado el freno mental de Liam para mantener una velocidad de habla que fuese entendible en vez de soltar las palabras como quien empuja la ropa limpia dentro de un cajón ya repleto.

Ya está, se nos ha roto.

-A ver... si tenemos amnesia parcial sobre nuestra anterior llegada y partida es posible que tengamos recuerdos falsos,¿hm?-resumió con lo poco que había pillado del apresurado blabla de Liam- entonces no te apresures a sacar conclusiones-dijo la guerrera-lo mismo puede ser de Terent que puede ser de un pollo, así que intenta ser más optimista... y aun cuando esa sangre fuese realmente de Terent, no tiene por qué estar muerto-torció el gesto- pero sí puede necesitar ayuda y para eso tenemos que espabilar y no perder el tiempo aquí tirados lamiéndonos las heridas. No adelantes el duelo.

No había sido el mejor método para reconfortar a Liam pero era lo más agradable que Arven podía hacer sin perder el aplomo y sin sentirse incómoda.
Entonces Liam tradujo en voz alta el escrito del papel manchado y la joven sintió como una punzada parecida a la inquietud que se siente cuando alguien observa tus movimientos. No debió de ser la única porque los demás, a su ritmo, imitaron el gesto de la mujer hacia donde debía encontrarse el lago. La superficie del agua apenas sí era distinguible desde donde se encontraba pero la luz del sol ascendente arrancaba brillos que herían al mirarlos.

¿Por qué esto es tan... antinatural?, se preguntó sin encontrar para sí misma las palabras que realmente quería usar pero era algo que repelía por instinto y que, sin embargo, señalaban casi como una brújula hacia el lago.

-Aquí tiene que haber alguien que sepa de alquimia lo suficiente como para...-deja de pensar en coger una barca, es un pensamiento siniestro sin sentido-como para saber qué tipo de fórmula es esa- DEJA DE PENSAR EN BARCAS, ARVEN, NO VAS A PONERTE A SEGUIR UN MATRIMONIO FANTASMA SOLO PORQUE DIESEN PASEITOS EN BARCA.

Distraído como estaba con su pensamiento centrado en el influjo que podría haber afectado a sus recuerdos Liam soltó el papel sin darle mayor importancia tras aclarar su significado. Se llevó la mano encogida a la boca mientras paseaba ligeramente adelante y atrás en un gesto que sus compañeros ya habían podido observar en otras ocasiones. 

Con los nervios a flor de piel cualquier cosa por nimia le hacía saltar. 

Tropezó dos veces con Ean y una con Yldiane en sus andares. En ambas ocasiones les esquivó en él ultimo momento haciendo exagerados aspavientos para mantener el equilibrio. De pronto era el mismo cómico papanatas que salió de Melwan hace tan solo unos días. 

—¡Eh! tuuuffffff— dijo moviendo sus brazos en arcos alrededor de Ean —Eso a estado cerca. ¿Podríamos hablar ahora con el anciano? Aquel cascarrabias de la túnica, parecía que sabía lo que se hacía con la fabrica. Quizá tenga conocimientos de alquimia y pueda descifrar la formula del papel. Aunque yo creo que lo mejor es que partamos cuanto antes para allí.—

—Sí, definitivamente— dijo imperativamente señalando hacia donde creía que se encontraba Loch Varn —Parece que hacía allí esta nuestro destino y la respuesta a todas las preguntas que estamos buscando. Aunque quizá podríamos esperar a que los viejos ancianos decrépitos demorthen decidan acompañarnos... sin acritud Môr.—

—Por... por... ¿Por que miráis todos al lago?— se adelantó y subiendo en un bordillo miró por encima de los hombros de los demás. —No creeréis que lo que os he dicho sobre los sovelis se refiere precisamente a ese lago verdad?— apuntó un poco divertido 

—¿Verdad?— repitió su pregunta, un poco menos seguro de si mismo. 

Yldiane asiente en respuesta a Liam.

- Sí, es el único lugar por aquí cerca donde una barca podría navegar con facilidad. Hay pequeños arrollos en los alrededores, pero con poco caudal o demasiado rápidos para disfrutar de un "paseo en barca". - Se queda pensando un momento. - De hecho, ayer... o cuando fuera...  mientras nos acercábamos a la aldea, me fijé en que había una pequeña isla en el lago, no demasiado lejos de una de las orillas laterales - recuerda. - Es posible que ahí encontremos algo de infromación.

Se queda pensando un momento y mira la tercera frase del papel.

- El acertijo de Verzal - lee. - Ese nombre me resulta familiar. ¿No era el magientífico de la factoría? Lo leímos en la Capilla... Sí es así, tal vez lo que encontremos nos ayude a entender todo esto.

Al final vamos a acabar con el culo en el agua.

A veces era imposible resistirse a los hilos del destino y no era la única en la que había calado la posibilidad de cruzar las aguas.

-¿Lo leímos en la Capilla?- ¿Segura, Yldiane? Allí sólo estaban los registros esos de conversiones y... ah-dijo la guerrera con aire escéptico hasta que cayó en la cuenta. Estaba relacionado con el Flujo, la misma pregunta que había formulado en voz queda. Pues sí, lo leyó Liam en voz alta.

-Andando, entonces, antes de seguir dejando correr el tiempo- dijo animando al resto a moverse- vamos a buscar, no, a pedir-se corrigió-una barca-miró a Liam, que titubeaba y amenazaba con acabar con la escasa paciencia de Ean revoloteando demasiado cerca de él- ¿Y si lo es? ¿qué perdemos por intentarlo? Es una posibilidad y hasta que no lo comprobemos no sabremos si es ése el lago o no.