Partida Rol por web

Tomó el teléfono y se sentó con una expresión de curiosidad en el semblante. Esperaba otra llamada, pero no precisamente de su hermano.

-Dime Juanito. He oído que va todo bien por Ronda, que seguís resistiendo.

El general estaba en su despacho del acuartelamiento. Se quitó las gafas y giró la silla hasta encararla hacia la luz que entraba por la persiana.

-La situación se está estabilizando un poco más cada día. Gracias a Dios. Pero está costando, claro. Hay mucho loco, y de eso quería hablarte, verás.

Manoseó la pluma estilográfica que tenía encima de la mesa.

-Tenemos una misión de las de antes. El rey la aprueba y Fontenla da su permiso. ¿Como vas de harriers y misiles tomahawk?

La pregunta le extrañó todavía más.

-Pues con el recorte de combustible y el nuevo plan, los íbamos a meter en hangar. Pero tener todavía tenemos, claro. Las fragatas F-100 están hasta el culo de misiles. ¿Que necesitas?

El general sonrió y se giró a los hombres que aguardaban. Todos sus oficiales, a los que había convocado para una reunión privada.

-Nos vamos de excursión y necesitaremos apoyo del bueno. Atiende a lo que te voy a contar. Lo hemos llamado, Operación Alcalá Meco...

Y comenzó a contarle su plan.

El Cagaprisas tocó el cláxon al volver a ver el castillo. Era su estilo, como un saludo cada vez que volvían. Como un "los héroes regresan a casa". Volvían, efectivamente, al castillo, pero no todos los vehículos. El bulldozer quedó atrás, y ellos pisaban el acelerador, con más prisa que lo habitual. Dejaron los coches en el aparcamiento de la cuadra, donde les recibió el equipo de descarga y el ATS guapete que miró al chino en cuanto se bajó de la furgo. Desde hace unas semanas, las descargas de cosa menuda se hacían allí mismo, con total seguridad, usando el funicular para meter en el castillo lo que traían.

Pero solo la furgoneta estaba llena, el camión apenas lo estaba. Habían escapado con lo puesto, pues la amenaza era grave. Sacaron a los prisioneros de la furgo, donde se habían meado, y los escoltaron con siete ojos sobre ellos hasta el funicular.

Los prisioneros eran dos. Un gitano con el pelo teñido de rubio y un quinqui neonazi, ambos bastante acojonados. Se acojonaron todavía más al ver lo que tenían montado allí en Baños. Cuando el teleférico llegó a la parada, sacaron primero al chino, que se fue derechito al hospital. Luego el Zeky, Cagaprisas y Paco sacaron a los prisioneros, que iban atados con unas bridas. La jefa estaba allí para recibirles con las manos apoyadas en las caderas, las gafas de sol y masticando chicle.

Sonrió por la respuesta. Le dió un ataque de risa tonta, con lo grande que era, y le comió la boca de un modo nada casto. Metiéndole la lengua y todo. La vírgen, casi se la folla allí. Pero no podía, por que estaba cosida y por que la abuela se iba a despertar.

-Te lo digo yo, tía. Maces el hombre más feliz del mundo, joder.

La miró con una sonrisa, feliz como una perdiz.

-Joder, la creme de la creme...- Les lanzó un par de sacos de arpillera -Tapadles la cabeza, Ezequiel tú puedes irte a descansar, los demás acompañadme- a Vílchez no le dijo nada ya tenía instrucciones de antes de ir con ellos. Una vez les pusieron los sacos echó a andar hacia los subterráneos del castillo, un entramado de pasillos escavados en la roca, fríos, oscuros y aislados de todo.

El Paco se rió y ella también al verlo. Lo último que esperaba era que se pusiera asín de contenta, la última vez que se había reído asín la había preñao, cuando el puto apollardao. Ella tenía claro que había tenío que ser entonces, porque había estao usando gomitas, incluso birlándolas pa no quedarse sin... Y bueno, ahora tenía un bombo, que fiesta.

Cuando le beso, a ella se le subieron tos los calores, y ya pues la malo fue a la bragueta de él por reflejo. Cosas a la que estaba acostumbrada, si su Paco le comía asín la boca es que había tema. Pero se ve que no, además que la acababan de operar y aunque estuviera caliente como una plancha, pues se ve que no procedía. 

-Cuando me den el alta te voy a pegar un polvo que se te va a olvidar hasta el nombre- o no, porque bien que lo iba a gritar ella pa recordárselo, pero era su forma de decir que tamién estaba contenta y que le quería mucho. Quitó la mano de la entrepierna de su maromo con desgana, porque tampoco iba a tentarse con lo que no podía catar ahora mismo, pero en cuanto pudiera...

Los dos quinquis apestaban a todo lo apestable. Que después del olor a podrido que inundaba el planeta, era lo puto peor que te podías encontrar: olor a capa sobre capa de sudor rancio, ropa sucia, meos y sus salpicaduras, pelo grasiento y churretoso con su olor a sebo, calzoncillos acartonaos por estratos y más estratos que harían las delicias de un paleontólogo... Vamos, cosa fina.

Jose Luis los llevaba a empujones.

-Un movemiento y suh reviento. Que no me faltan ganah d sacaroh lah asaúrah con un gancho diretamente por el joyo del culo.

Le habían tocado a un Pollúoh, el chino-para-todo, y estaba negro. Suficiente sangre fría había tenido para portarse como un profesional en el polígono y no reventarles el melón a esos dos de una patada contra la pared.

El Tatu miró por encima para comprobar que la abuela no estaba despierta. Y luego se dispuso a hacerla "la paja del novio", también conocida como "la paja piscinera". Tenía mucha técnica. Se realizaba bajo una manta o toalla tal que pareciera que le estabas acariciando el vientre a la prójima. Pero en un descuido la mano sibilina bajaba y comenzaba a pajear como Dios manda. Metiendo el dedo, mojándolo, frotando un rato, sacándolo luego, concentrándose en el clit y repita usted la operación con insistencia, arte y buena mano hasta provocar el corrimiento (no precisamente de tierras).

Y a eso se dedicó, con el morbillo de la situación. Primera vez que le hacía algo a ella sin pedir nada a cambio, ni que se la fuera a meter después. Eso la hizo sentirse como la Reina de Saba.

No pude evitar lanzarle una mirada a la Mari Crú cuando me despacha de alli cuando supongo que iban a interrogarles y comentar la incursión. Asín como si yo no pintara una puta mierda. O será que estoy aún alterao, pero aquello no me sentó mu bien. Asín como que me toca los huevos a dos manos, pero bien tocaos. Total, se que marchan y ya está. Pues que le siente bien a la hijaputa, copón. Luego bien que me querrá pa hacer el trabajo sucio.

Voy a buscar el gatete masticando mi malestar. El gatete pa la Yaisa, a ver si me daba el fresco y me calmaba. Boh, menudo día. Asín con una tocada de huevos general.

Quizás otras parejas podían finiquitar una petición de matrimonio con un beso y unos cuantos te quiero, pero bueno, lo de la Kimberly y el Paco mu normal tampoco era. Como buena pareja atípica, lo celebraron de una forma tamién atípica, vamos, que la Kimberly se tenía que controlar allí pa no ponerse a gritar como una loca y a retorcerse para que no se le saltaran los puntos. En lugar de eso, tiro del Paco hacia ella y le comió la boca a ver si asín ahogaba los gritos de cacatúa en celo que solía pegar. 

Cuando por fin llegó, estaba más que seguro que se tenía que casar con aquel hombre. De eso y de que le tenían que dar ya el alta pa echarle un polvo en condiciones. -Cuando puedas le preguntas a la doctora Barbi que cuando me puedo ir- dijo con impaciencia, a ella le daban igual los puntos, ni mierdas, lo que quería era saltar encima de su Paco. Ahora más su Paco que nunca, pensó mirando el anillo del dedo y sonriendo.

Si viendo el "divinity" entraba en conexión con su diosa interior, el trabajo la hacía conectar con su "hijadeputa" interior, y no tenían ni idea de cuanto.
Mientras el somatén regresaba a casa, tras terminar el cruce de llamadas, se entretuvo en preparar un par de habitaciones de los subterráneos, alejadas por unos cuantos pasillos, lo suficiente para no oír conversaciones pero si percibir los gritos. Puso una silla vieja en cada una, sin asiento, preparó bridas, cubos de agua fría (allí abajo ya hacía frío per se) y unas ingeniosas porras a base de medias rellenas de "chinos" y arena. También había algún martillo, alicates y esa clase cosas con roña oxidada que dan una grima que te cagas y prometen hacer pupa, hasta un sacacorchos!

-¿Llevan sus cuchillos? Desnudenles, ataremos cada miembro a una de las patas- entre todos los atarían con las bridas y si se meneaba... pues tenían unos tasers que hacían cosquillas de las buenas -Jose Luis, usted decide si quiere quedarse- obviamente prefería que lo hiciera, era una puta mole, pero no quería apretarle las tuercas mas de lo debido. Allí iban a hacer lo que iban a hacer y... no era plato de gusto por muy bruto que fueras.

-Señora teniente, por mí no dude. Ya le salvé la vida a un gilipolla en Segovia. Pero por ehta hente no doy un séntimo. Ya no ehtamo en la mierdica de Sapatero con su aliansa de civelisacione ni vamo a cantá el cumbayá. Ta hente viene a dehtruí lo que hemo creao aquí. Vienen a rajarme de parte a parte, a follarse a mi Deibi, a la Naty, a la Yaisa y a usté mihma. Uhté sabe defenderse, pero ya mentiende. Si fuera por ehta hente aquí no quedaba ni el Tato.

Mientras hablaba tamborileaba con los dedos en el mando de su machete. Con su otra mano agarraba su fiel bate recubierto de metal, con el que había ido metiendo empellones a los prisioneros por los pasillos para hacerlos caminar.

-Yo ya solo tengo un ojetivo en mi vía teniente. Puedo morí mañana o dentro de dié año. No mimporta. Lo único que mimporta es que cuando yo me vaya dejé un mundo seguro pa mih hijoh. Si pa eso tengo qu vé cosa fea, aquí me tiene. Si pa salvá a mi prole tengo que sacarle el hígado a ehte ioputa con mih propia mano desnúa, toy dihpuesto.

La encontró en las cocinas. Ahora que no había tanto curro de aguador, y no estaba doña Fulgencia, tenía que estar allí currando con las señoras. Pelando patatas que estaba, con su camisetilla negra y la chaqueta tejana, to mona, y los tejanos que le sentaban como si fueran una segunda piel.

-Ay Seky, ¡¡¿que me has traído?!!

Se llevó las manos a la cabeza, risueña y complacida. ¿Era o no era para comérsela?

-Ay que si es un gatitoooooooo -amenazaba histeria.

Lo cogió en las manos, mirándolo como si fuera una cosita delicada y preciosa.

-Pero que bonito que eres, ¿Eh?, ¿Como te llamas?

Le miró a él, sonriendo.

-Te has acordado de mi cumple, pero es mañana, sielo. Cumplo diesisiete.

La verdad es como buen hombre, no tenía ni puta idea. Pero mal que había acertado de pura chiripa.

-Muy bien-.

Se giró frotandose las manos, en pelotas y bien atados, el tatu les quitó los sacos de la cabeza. Masticaba su chicle, hizo una pompa, la colvio a masticar, sonrió -Vílchez, uno de los cubos- eran de esos de goma que tienen una jartá de capacidad, allí abajo se habían quedado fresquitos como polos, con uno solo tuvo para ponerlos pingando a los dos. Que asco, olía a perro mojado.
En unos minutos estarían temblando de frío.

-No tienen nada que decirme señores?- que no dijeran que no era amable

Se limpió la mano con el pañuelo que tenía en el bolsillo, por que se había mojado que no era ni normal. Luego le dió otro pico. La abuela despertaba.

-Voy a preguntar ahora si eso.

Se rascó la polla por que le picaba. Evidentemente se había excitado un poco con la situación, pero no al nivel de erección, solo de que se le mojara la puntica, lo que era la hostia de molesto. Sin más, bajó a la planta de abajo.

Jose Luis esperaba de cuclillas, observándoles con cara de esfinge, con el bate de pie, vertical, sujetado por un par de dedos, haciéndolo girar como una peonza. El metal de la punta sonaba ligeramente agudo en el eco de la estancia.

-Localisación de vuehtra base, nombre de vuehtro líde, posición de vuehtra patrulla. Ahora.
 

El gitano se rió por las preguntas. De los dos, era el que tenía los cojones más cuadrados. O eso parecía.

-Yo si que tengo algo que decíte rubia -paladeó la frase- ¿Po que no viene aquí... te agasha... me saca la poya... y me la come hasta que reviente?

Los humos se me fueron un poco por el camino. Aunque en eso también influyó la cara que puso la Yaisa al verme aparecer. Ella no iba a pagar mi cara de perro en ese momento. Efectivamente, el gatete te gusta, pero no tenia ni puta idea de que mañana era su cumpleaños. Quizá ella si se acuerde del mío, pero yo ahora mismo tenía otras cosas en la cabeza. Pero oye, he quedao bien y to.

- Pero te lo traigo ya Yaisa, asín lo dihfrutah mah - asiento- Felisidadeh con adelanto. Vimoh una camada en el poligono de Jaen, y ea, pensé que un gatete pa ti. Tu ponle er nombre que quierah.

Diecisiete, madre mia. Me quedé un poco extasiao cuando me dijo la edad que tenía meses atrás, cuando to se fue a la mierda. Pero ya la diferencia de edad estaba mas que superá. Y que cojones, ella era más adulta que yo.