Partida Rol por web

Kazurh vuelve a sumergirse y al cabo de un rato aparece de nuevo rojo como la grana; pero no tanto por contener el aire sino por el enfado por no ser capaz de seguir a Morrowir ni a Itán. De nuevo ha fallado. Mientras Artros y Lilith le observan desde el borde. Los diminutos seres luminosos sobrevuelan su cabeza entonando una alegre tonadilla.

Observáis con cuidado en derredor sin ni siquiera atreveros a salir del agua. Vuestros ojos se acostumbran a la tenue luz del lugar. Alrededor del pozo en el que os encontráis hay un borde de unos cinco metros de ancho todo en derredor del lago central. El techo, puede tener sus tres metros de altura. A intervalos regulares en una de las paredes, se abren varios túneles oscuros de los que entra y salen aquello seres diminutos. 

De repente Morrowir le pega un codazo a Itán y le señala una zona oscura. Allí, enrollada sobre si misma hay. lo que parece una gigantesca serpiente de tal vez, diez metros. Por el tamaño de sus anillo, diríais que su cabeza debe ser descomunal. El elfo observa con atención el lugar y traga saliva antes de responder:

- Es sólo una muda de piel... la que se le ha quedado pequeña.

- Maese Kazur - intervengo ante la obstinación del enano - sería mejor esperar a que regresaran estos dos.
Al observar como éste enarca una de sus espesas cejas añado:
- No digo que no sea diestro en el arte de nadar, he visto muchos enanos y sé lo que son capaces y hasta donde llega su coraje, pero tres es multitud. Igual nuestros dos compañeros necesiten de nuestra ayuda aquí fuera.

Kazurh se resignó, y salió del charco, sentandose en la orilla, sabiendo que nada iba a poder hacer, ahora que no tenía a quien seguir en el agua, y no encontraba ninguna oquedad por la que colarse.

Escuchó con curiosidad las palabras de Lilith, y luego respondió:

-Lilith, por dios, se que soy bajito para ser humano, pero DEJA DE LLAMARME ENANO!. Sufrí mucho en sus manos, a pesar de que di muerte a bastantes de ellos en venganza, pero no es una parte de mi pasado que me agrade recordar.

Dicho esto, el enano se levantó, se alejó un poco y se puso a murmullar para si mismo, de bastante mal humor.

Aquella serpiente era un monstruo, definitivamente no teniamos que provocar nada que llamara su atencion o no habria armadura que nos protegiera. Le bastaria apretarnos entre sus anillas para destruir hasta el ultimo de nuestros huesos, incluyendo armadura.
Me quede alli inmovil, lo mio no era el trato amistoso, y aun menos con seres extraños. Confiaba que llegado el caso Lilith supiera como actuar, pero lamentablemente no podiamos contar ahora con ella. Mire a Itan en busca de alguna idea, ya que de mi cabeza solo surgia el deseo de marcharme cuanto antes de alli, rogando poder encontrar la salida en aquel estrecho tunel acuatico.

Frunzo el ceño y advierto mi error. Había olvidado que el enano no sabía que era un enano.

- Amigo Kazur, no te ofendas - replico per oa sabiendas que era tarde - perdona mi error, quería decir que mejor sería que esperáramos los tres.

Bueno ya basta, haz el favor de salir del agua que no me quiero tirar a por tí.

Esperemos a que salgan. No me fio mucho de esas luciernaguitas...

Itán observa la serpiente.

- Creo que necesitamos refuerzos... por si acaso... Iré a por el resto y usando una cuerda los guiaré hasta aquí... No te muevas más que para salir del agua... Lo que sea qu buscamos está en esos túneles...

Itán se sumerge y desaparece en el agua. Morrowir se queda sólo en el agua fría que poco a poco va calando sus huesos...

El enano sale del agua rezongando y empieza a intentar secarse justo en el momento en que el cielo se precipita sobre vosotros en una torrencial lluvia. Las luciérnagas, pronto empiezan a desaparecer en el agua y como si fuese una señal, aparece la cabeza de Itán en la superficie...

El enano sale de su disgusto rápidamente y se dirige de nuevo al agua al ver asomar la cabeza de Izan:

-Cuéntame, cuéntame, que habéis visto, está ahí abajo el musgo, lo habéis cogido?.

El enano era todo él una mezcla de intriga y euforia. Ayudó a Izan a salir del agua y siguió preguntando, hasta obtener respuesta.

HAgo un gesto de fastidio al sentir como la lluvia parece querer penetrar en el interior de mi cabeza. Entonces me acerco a ayudar a Itan que sale del agua.

- Dime que ha ocurrido ahí abajo - la impaciencia me corroe - ¿Y Morrowir? 

Tras la repentina idea, vuelvo sobre mis brazadas a buscar al resto del grupo. Al salir, me cruzo con un torrente de seres voladores que se sumerge quizá buscando la protección frente a la lluvia que ha comenzado a caer, como si fuese un presagio de la lluvia de preguntas con la que inmediatamente me reciben mis compañeros.

- Hay... hay una cueva ahí abajo. Os guiaré. Necesitaremos estar todos. Parece el lugar correcto, pero Morrowir y yo hemos visto una especie de... piel, o muda de algún tipo de serpiente inmensa. Tenemos que llevar armas, y tratar de pasar alguna antorcha seca, con aceite.

Dicho y hecho, preparo mis armas e intento envolver un par de antorchas en lona embreada, tras lo que me ato una cuerda a la cintura y propongo al grupo que me siga bajo el agua con ayuda de la cuerda.

- Vayamos... Morrowir nos espera.

El frio, pricipalmente por el hecho de tener todas las ropas mojadas, pero ademas por el ambiente de aquella caverna. Me estaba calando los huesos, no me atrevia a moverme del lugar por miedo a estropear la situacion y atraer la antecion de mala manera de aquellos seres magicos. 
Esperaba que Itan no se demorara demasiado en traer al resto, despues de todo alli no habia ningun enemigo que enfrentar o al menos no por ahora.

No me hace mucha gracia tener que hacerlo pero era obvio que las criaturas aladas nos llevaban hasta allí por algo y no me sorprende el hallazgo de Itir y Morrowir. Así que a mojarse. Me zambullo con cierto temor.A la voluntad del Hacedor me atengo, pienso arrojándome al agua de la piscina.

El enano sonrió, por fin habían llegado al sitio correcto. Mucha gente dependía de ellos, y aquella rabia no podía extenderse. Con renovadas fuerzas por la esperanza redescubierta, agarró a Itán por los hombrs:

-Vamos, métete al agua y guíanos, no hay tiempo que perder.

Y sin mas dilación Kazurh se metió al agua y siguió a Itán tan pronto este se sumergió.