Partida Rol por web

Observo desde lo alto la situación, aquel tipo iba armado y podría suponer una amenaza, pero confio en que Nakor y el jedi se hagan cargo de la situación, no deberían tener demasiados problemas. Saco mis herramientas y me acerco hasta estar a pocos cm del panel, examinando cada milímetro minuciosamente.

El capullo lo hizo bien, pues a primera vista no noto ninguna chapuza, pero creo que he visto algo..

Suspiro y pongo los ojos en blanco - Ya empezamos...- Me cuelo entre la gente dando pequeños saltos y apoyandome, sin perder de vista a Nakor que es facil de distinguir entre la muchedumbre.

Era imposible llegar a la hora de comer sin problemas. Lo que aun no entiendo es ¿porque siempre tienen que ir ellos al rescate? Como me estalle algo en las narices los mato!

Levantas el panel principal de la elevadora minuciosamente y descubres en su interior un pequeño paquete. Dentro, el extremo de un par de cables está acoplado a los mandos de los repulsores, y el otro está conectado a un detonador térmico.
A tu alrededor se suceden gritos de pánico y un revuelo agitado, el tiempo apremia e intentas descubrir cómo estaba diseñada la bomba mientras urgas con un fino destornillador autoregulable, sin mucho éxito. Tan solo sabes que podría explotar en cualquier momento, o quizá nunca.

Hay demasiada gente y resulta complicado divisar a Nakor o a alguno de los otros. De repente ves a Quaad acceder ágilmente a una de las plataformas elevadoras desde donde seguramente se daban mítines. Observas como se agacha y mienza a juguetear con el panel de la elevadora.

Los guardias te sacan ventaja pero les resulta igual de complicado avanzar entre el descontrol formado por la muchedumbre, de repente, unos disparos de blaster alarman aún más a la gente y los gritos se acentúan.

Las elevadoras están en el punto 3 del mapa, aún tardarás otro asalto en llegar hasta ahí.

El terrorista llega a la cornisa blaster en mano y observa la rapidez con la que Nakor se aproxima a él entre empujones con los más rezagados. Apunta con su arma y dispara, mientras véis como un aerotaxi se aproxima rápidamente a la cornisa.
El disparo del blaster impacta en Nakor obligándolo a detenerse, aunque por fortuna no se encuentra malherido, y Eeth llega hasta él.

La gente sigue gritando presa del pánico, pero ahora se agolpa tras vosotros. El terrorista parece pretender saltar sobre el aerotaxi, se encuentra a 12m y tenéis pista libre hacia él. Ahora podéis verle mejor, así como su arma, un blaster de bolsillo.

Eeth llegó a la altura de Nakor cuando recibió el disparo. Se detuvo un instante, pero observó que el hombretón reaccionaba velozmente, por lo que no parecía herido de importancia. Volvió entonces a moverse y se dirigió otra vez hacia el terrorista, intentando llegar a la plataforma antes de que él saltara al aerotaxi. Al menos ya no había gente interponiéndose, así que apretó el paso, con la única precaución de poder interponer el sable de luz si el terrorista decidía dispararle a él.

Sigo corriendo con un objetivo fijo al que no dejo de mirar, empujando a cualquiera que se interponga en dicha visión. Cuando al fin parece que nadie más está dispuesto a interponerse y podría apuntarle, el tipo ya está disparando con su bláster impactando en mi hombro, provocando que dé un traspiés deteniéndome parcialmente.
Eeth llega hasta mí y sigue corriendo al percatarse de que la herida realmente no es grave, por lo que yo mismo me pongo en marcha nuevamente con una sonrisa feroz en el rostro.

Ahora sabemos como es... y aunque es posible que escape en ese aerotaxi podremos reconocerle en cualquier otro lugar en el que demos con él, pero aún así no es que no vaya a intentarlo.
Mi pulgar busca el modulador de potencia de mi arma ajustándola para que sólo aturda y le disparo sin más preámbulo.

Con sumo cuidado voy retirando algunos tornillos para dejar al descubierto las tripas del panel. Ahi está la bomba, trago saliva mientras el sudor comienza a surcar mi rostro. Con suma delicadeza comienzo a manipular los cables del mecanismo intruso..

Venga Quaad, demuestra que los tienes bien puestos..

Nakor se sobrepone rápidamente y apunta con su blaster hacia el terrorista sin acertar a su objetivo. Mientras, el padawan Eeth Jun sale corriendo hacia la cornisa cuando observa al terrorista saltar sobre el aerotaxi antes de que llegue.
Por fortuna, el falso obrero trastabillea cuando toma impulso desde la cornisa y no alcanza al aerotaxi, cayendo torpemente hacia la plataforma inferior. Tras eso, el aerotaxi se aleja horizontalmente unos metros y baja verticalmente para situarse en la cornisa inferior lo más rápidamente posible.

Eeth Jun llega a la cornisa y observa que la plataforma inferior, construída en mármol, está a unos 10m. El supuesto terrorista se encuentra tirado en el suelo, retorciéndose de dolor y sujetándose la pierna con ahínco. Con todo, observa al padawan arriba con el sable láser activado y el haz de luz reflejando un azul oscuro sobre su dorado rostro, e intenta levantarse, asustado.

Desde lo alto de la elevadora, Quaad observa la escena mientras la twi'lek de piel azulada aparece de la agolpada multitud entre empujones, con ella, algunos guardias empiezan a asomar.

La parte este de la plaza se encuentra ahora vacía, a excepción del grupo de ¿héroes?. Otros guardias que han bajado al nivel de la plaza aparecen tras las puertas de la torre y comienzan a organizar a la gente mientras otro reducido grupo se dirige hacia vosotros, y no parce que vayan solos.

Estudias minuciosamente la estructura del cableado que lleva al detonador y el lugar estratégico en el que se encuentra ubicado. Perspicazmente, y tras años de manejo de explosivos, deduces que estaba diseñada para explotar en cuanto la elevadora alcanzara cierta altura.

Sin perder tiempo, te pones manos a la obra y desactivas el detonador tras cruzar y desactivas unos cables.

Suspiras y paseas el antebrazo por la frente, parece que has conseguido desactivar la bomba.

Eeth no vio el blaster de bolsillo del terrorista, quien por lo demás parecía bastante ocupado agarrado a su pierna herida, pero no se fio y mantuvo el sable encendido, brillando con un cadencioso zumbido debido a la onde de energía que lo alimentaba.

- Se acabaron las tonterías, amigo. Será mejor que te entregues pacíficamente. Deja cualquier arma que lleves y prepárate para ser arrestado.

El padawan observó a los guardias. Era más que probable que alguno de ellos, ante la duda, fuera también a detenerlos a ellos. Apagó entonces el sable, asegurándose con la mirada de que el terrorista no tenía intención de hacer nada más. Con otros atentos a los movimientos del falso obrero, él fue al encuentro de los guardias, con el sable en el cinturón y las manos separadas, conciliador.

- Somos unos enviados para hablar con el Canciller Valorum. Se ha solicitado nuestra presencia aquí y hemos sido testigos de un intento de atentado en la plataforma - señaló el lugar donde Quaad estaba trasteando -. Creemos que estuvo manipulando ese panel de datos.

Paso el antebrazo por mi frente y seco todo el sudor de mi frente, resoplando y expulsando toda la tensión acumulada del momento. Alcanzo el comunicador de mi cinto y lo activo para comunicar mi logro a Nakor y Eeth, me hacía ilusión seguir vivo, creía que de esta no salía. Lo acerco a mi rostro y hablo escuetamente, por lo que veía aún seguían liados con ese tio.

Bomba desactivada, capullo.

Ahora con más calma y tomándome mi tiempo voy desmontando el explosivo en distintas partes para sacarlo de allí sin peligro.

Llego junto a Eeth al borde del precipicio, observando la plataforma de abajo moviendo ligeramente la cabeza. Sin duda esa caída ha tenido que doler...
Mi respiración resulta agitada y pronunciada después de la pequeña carrera, pero aún así el pulso no tiembla ni duda cuando vuelvo a apuntar al hombre que se esfuerza por levantarse mientras el aerotaxi desciende.

-¡Ya has oído al charlatán! Quédate quieto y no habrá que lamentar más heridas...- frunzo el ceño y mi mirada se desvía de reojo hacia el vehículo, sintiéndome tentado de dispararle a él o al conductor, pero probablemente causaría más daño que otra cosa así que la idea queda descartada enseguida.

Oigo de fondo nuevamente al jedi, pero aún así no me giro en ningún momento, mi atención sigue centrada en mi objetivo.
Por las explicaciones que está dando puedo deducir que quizá acabemos en la misma celda que el terrorista, no sería demasiado extraño... Sólo espero que el Canciller sea capaz de demostrar su agradecimiento por haber evitado este atentado a pesar de nuestros métodos o aspecto.
La voz de Quaad llega entonces a través del comunicador y mi sonrisa se expande, con una expresión algo extraña y maliciosa. Ya no importa que nos detengan, de todos modos habrá valido la pena.

El sospechoso se queda dolorido en el suelo de mármol a 10m de la cornisa de la plaza cuando el aerotaxi se eleva y se pierde entre los altos edificios de la ciudad.
Tras vosotros se escuchan unos pasos de gente corriendo entre la multitud ya más calmada. Unos agentes bajan por las escaleras hacia la parte inferior en dirección al terrorista, que se retuerce de dolor.
Los guardias apartan a los transeúntes y llaman a unidades sanitarias por si hubiera algún herido.
Una voz que os resulta familiar grita de pronto.
- Tirad las armas ! - gita el seguridad de la puerta - Y poned las manos sobre la cabeza ! Estáis detenidos hasta que aclaremos todo esto.

- Y tú ! - exclama dirigiéndose a Quaad - Baja de ahí enseguida !

Cuando volvéis vuestras cabezas, algunos guardias os apuntan.

Suspiro con alivio cuando el aerotaxi decirse darse a la fuga por sí solo y los guardias irrumpen en la zona de abajo, por lo que bajo lentamente mi arma, sonriendo hasta que otras voces irrumpen la escasa satisfacción que había empezado a sentir.
Me giro con lentitud para poder observar a nuestro "gran amigo". Apuesto a que está realmente feliz de poder meternos en una celda aunque sea momentáneamente.

-Oh sí, ¡de nada!- espeto con ironía antes de dejar caer el petate que pende de mi hombro al suelo y el bláster sobre el mismo, dirigiendo mi mirada de forma desafiante al estúpido proyecto de hombre antes de mirar de reojo a Eeth preguntándome si accederá a ceder su espada láser.
Al menos parece ser que Quaad y Numa se librarán de la detención... aunque no me extrañaría que nos acaben metiendo en el mismo "saco".

Levanto las palmas de las manos con lentitud y las entrelazo sobre mi cabeza. A punto estoy de empezar a hablar, pero decido que de poco serviría en estos momentos así que será mejor esperar a que nos tomen declaración. Esperar, odio esa palabra.