Partida Rol por web

SOMBRAS DE LA ÚLTIMA GUERRA 2.0

TERCERA PARTE : EN LAS TIERRAS ENLUTADAS

Cargando editor
16/04/2017, 03:05
Adia Ringëril

¿Esta os gusta más? — preguntó con un suspiro tras volver a acostumbrarse a la quietud de la esfera, y mirar hacia el pasillo —. Al menos no creo que ninguna manta nos vaya a atacar... — volvió a mirar, dando un pequeño respingo en el sitio al ver como se doblaba sobre si misma y se colocaba cuidadosamente —. ¿No?

Nada más decir eso, de todas formas, descolgó su arco y se preparó. No quería estar desprevenida.

Cargando editor
16/04/2017, 07:31
Finn Dan Ailell

 

- Bien, creo que yo podría usar el pergamino de Powa para eliminar el conjuro de fuego ese que se esconde tras la puerta, en caso de que los desarmatrampas no eliminasen el peligro antes.  Se refería a Daisy y Powaqqatsi, pues ambos tenían esa habilidad.

- Y si, coincido con Adia que debamos revisar a los cuerpos de los trabajadores o exploradores que están en el otro pasillo azúl.   Seguro que hay una llave o algo útil ahí.

Pero mientras, revisemos este.  Se comenzó a adelantar por el pasillo el semielfo.  Eso que ven ahí ha de ser un "servidor mágico", aún doblando la ropa de la gente de este laboratorio secreto, sin saber que nadie queda vivo para usarla.  Una sombra recorrió el semblante del normalmente alegre Finn.  La Tierra de Luto lo estaba afectando con la tristeza de sus gestos inútiles.

  

Cargando editor
16/04/2017, 07:42
Powaqqatsi

Powaqqatsi también respingó al ver a la ropa doblarse en el aire, como si hubiera un fantasma muy escrupuloso en la limpieza de la manta blanca con la que siempre se cubrían haciendo un par de hoyos para poder ver.

Sin poder hablar por lo extraño del fenómeno, sólo le pasó en silencio el pergamino que había escrito de su puño y letra al marinero, para cuando lo necesitara ante el posible barbón pelirrojo amigo elemental de Daisy allá en el otro pasillo.

Avanzó tras el marinero fijándose en la iridiscencia de su marca de tormenta.  

¿Será pariente de los Lyrandar o por qué le salió a él también? 

 

Cargando editor
16/04/2017, 17:19
Alfrrik

Al menos este no huele a barbacoa y no se ven cadáveres a simple vista. - le respondo a la elfa.

Yo voto por explorar este primero y luego regresar al de los cuerpos calcinados, en especial, porque no me gusta la idea que me traten de nuevo como una legumbre en ensalada.

Condenados Cannith y sus máquinas infernales, no podían simplemente poner una escalera o pasillo lleno de trampas como la gente normal. 

No, los muy granujas tenían que diseñar una habitación giratoria por la Flama, que tenían estos locos en la cabeza. - rezongo mientras me preparo para adentrarme en el pasillo.

Daisy Sue, me harías el honor de revisar el pasdizo para ver si estos locos nos dejaron alguna clase de regalo de bienvenida. - le digo a la semiorca haciendome a un lado.

Cargando editor
16/04/2017, 23:40
Daisy Sue Demonfly

Un mago... lo hizo un mago...-dijo para sí, abriendo los ojos asombrada por el extraño comportamiento de la túnica voladora.

Se sacudió la cabeza para salir de su ensimismamiento. Al contrario que el pasillo crematorio, esto solo era... un armario. Ni siquiera se molestó en revisar trampas en el pasillo que les separaba de la estantería.

Como haya sío un fantasma y no un mago, Finn, me voy a cagar en tó.

Demonfly fue directa a las baldas para registrarlas. Quizás hubiese una puerta secreta, o hubiese una de esas llaves varita en el bolsillo de la túnica blanca.

¡Por última vez, Skully! ¡No voy a poneirme la túnuca blanca! ¿Pa qué voy a querer vestirme así? ¿Qué? ¡No! ¡Ni hablar! No le vas a contar eso a los demás. Es secreto. ¿Y tú cómo sabes eso de mí? Fue de antes de que nos conociéramos. Awf... está bien. Me pondré la túnuca blanca por incima de la ropa... ¡Pero solo si tú te pones otra! Ya sé que estás mu esquelética para encontrar una túnuca de tu talla. ¡Pues te pongo un pañuelo! No voy a ser yo la única que se vista de payasa.

- Tiradas (1)
Cargando editor
17/04/2017, 00:08
Adia Ringëril

Negó con la cabeza, desesperada por semejante forma de actuar. Habían visto justo antes un camino lleno de huesos, un peligro claro, un lugar que contendría una amenaza, y habían, directamente, rehuido el encuentro, para después ir a parar a una lavandería mágica que parecía totalmente ajena al paso del tiempo, y dónde habían decidido pasearse sin siquiera dudar. Habían tenido suerte, pues no parecía haber enemigo alguno, pero en el momento en que les pusieran delante otro camino fácil... lleno de trampas ocultas y enemigos fuera de la vista, entonces, bueno, seguramente morirían de una manera horrible. 

Se encogió de hombros, desde la puerta del lugar, con el arco apuntando al suelo, y suspiró.

¿Encuentras algo aparte de ropa, Dais...? — preguntó, quedándose a medias al ver que volvía a estar hablando con su maza. Maldita sea...

Cargando editor
17/04/2017, 07:33
Powaqqatsi

 

Powaqqatsi se puso a ayudar a Daisy en la búsqueda tanto de trampas como de cosas valiosas en el estante. 

Se le ocurrió también que igual y valía la pena dejar el sombrero de esta última para ver si el servitor mágico le daba una arregladita, remiendo y lavado en seco.  

Valía la pena intentarlo.

Finn también se puso a ayudar en la búsqueda.  No ayudó mucho (seguía tarareando la canción de los coconuts en su mente, eso era lo que lo distraía).   Aún así, su vista mágica podría detectar algo.  Además de las sábanas flotantes, esto es.

 

- Tiradas (2)
Cargando editor
18/04/2017, 00:43
Director

Finn  parece acertado en su pronóstico. Aquello que limpia y dobla la ropa debe ser un  sirviente invisible que no es consciente de lo que sucedió aquí en su día. Daisy no consigue encontrar trampa alguna. Al coger una de las túnicas la pila de ropa que hay justo al lado se reordena rápidamente y con cierto malestar por el desorden ocasionado por la semiorca.

Buscáis en esta sala algo que os pueda servir como botín pero no encontráis nada más valioso que las prendas que veis. Por lo tanto os preparáis para regresar al anterior pasillo, aquel misteriosamente quemado.

Tras colocar la vara en la ranura adecuada regresáis al pasillo quemado. El acre olor se os incrusta de nuevo en vuestra nariz amenazando con perdurar allí durante días. Con todo el cuidado del que sois capaces os adentráis por el pasillo con la semiorca intentando descubrir cualquier posible trampa que podáis encontraros.

Para vuestra sorpresa llegáis hasta el final del pasillo. A vuestra derecha y al frente hay sendas puertas entornadas. Son del mismo material que la mampostería, a medio camino de la piedra y el metal. La puerta de la derecha da lugar a una sala oscura. La de enfrente os permite ver una sala algo mayor que alberga una serie de mobiliario achicharrado. Camas, mesas, estanterías... y cuerpos retorcidos y calcinados se mezclan con los restos de lo que queda de los muebles. En el centro de la sala hay algo más. Se trata de una especie de esfera, un orbe rodante de fuego intenso casi de color blanco.Emite un fuerte crepitar y el aire a su alrededor reverbera por el calor que produce.  Se mueve erráticamente ignorando, de momento, vuestra presencia. 

- Tiradas (2)

Notas de juego

Acciones e iniciativas.

Cargando editor
18/04/2017, 02:33
Alfrrik

¿Qué rayos es esa cosa? Sea lo que sea no pinta bien. - pienso mientras cojo firmemente mi alabarda y me preparo para cualquier cosa.

No creo que sea buena idea entrar a aquella habitación, mejor tomemos la puerta contigua, pues creo que esa esfera es la causante de toda esta carnicería. - digo en voz baja mientras me aparto de la puerta.

Daisy Sue, Powaqqatsi, por favor revisen bien la otra puerta mientras yo monto guardia aquí. -sentencio interponiéndome entre la esfera y mis compañeros.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Basicamente me apresto a combatir, pero manteniendo mi posición actual.
 

Cargando editor
18/04/2017, 06:22
Finn Dan Ailell

 

Finn inmediatamente recordó lo que se decía en bares y cantinas frecuentadas por los Cannith sobre esas pelotas que parecían soles furiosos.  Y se los comunicó a sus compañeros, con voz disimuladamente tranquila.  

- Y no parecen tener bigotes, como conjeturaban Daisy y Skully.

Se preparó para leer el pergamino de disipar magia que le había pasado Powaqqatsi.  Si era un hechizo activo o viviente eso de allá enfrente, estaba seguro que le podría disminuir su daño con esto, quizá acabarla.  Ojalá.  Lo que más quería era evitar que le volvieran a quemar la barba que a duras penas le había vuelto a crecer. 

- No porfavor orbe brillante, mi barba noo.

 

- Tiradas (4)
Cargando editor
18/04/2017, 06:28
Powaqqatsi

 

Powaqqatsi y Ch'om se quedaron pasmados.  Era tan bonittooo eso que veían. 

Pero la distracción les podría costar las plumas, así que en el último segundo adoptaron una posición de defensa total, sabiendo que quitarse de la trayectoria de esta cosa sería lo más útil, en lo que Finn, o alguien más , averiguaba con qué podía derrotársele. 

Totalmente en defensa, aprovechó para mirar por la habitación, a ver si con su conocimiento de artífice podía descubrir alguna palanca, manivela o botón que pudiera desactivar a semejante bombón. 

 

- Tiradas (3)
Cargando editor
18/04/2017, 17:15
Adia Ringëril

Chascó la lengua tras volver de la lavandería, consciente de que habían perdido el tiempo en aquél ir y venir, pero complacida al menos de que no hubieran puesto más pegas para investigar el pasillo calcinado. Una vez en éste, todos avanzaron con cautela —para su sorpresa— y llegaron, sin incidentes, hasta el final. Allí, dos puertas entornadas les daban la bienvenida a dos salas, una que desde su posición no lograba ver, y otra frente a la que se puso el enano para no dejar pasar a nadie, debido a la esfera flamígera que vislumbró en su interior, moviéndose de un lado a otro sin distinguirles, por el momento. 

Sería mejor que no entráramos ahí — susurró, con el arco preparado —. No creo que esa bola de fuego haya dejado nada de valor, y podemos evitar el enfrentamiento. Centrémonos en la habitación de la derecha.

Ella misma se habría adelantado para investigar la puerta, en busca de trampas o mecanismos, pero parecía que preferían que fuera la semiorca —que había demostrado esquivar las trampas mejor que encontrarlas— y el forjado —inexplicablemente— quienes lo hicieran. Ella, que no tenía ganas de jugarse la vida cuando no se lo iban a agradecer, sino más bien todo lo contrario, decidió que lo mejor era estar atrás y, llegado el momento, disparar o correr. 

Cargando editor
18/04/2017, 20:30
Daisy Sue Demonfly

La semiorca se había puesto la túnica blanca por encima de su ropa, pero no por eso su genio se había vuelto más pacifista. Arremetió con la mirada no hacia el diminuto "sol" de la habitación, sino contra la elfa sabelotodo. Lo de que no tenían que venir por aquí ya lo dijo la propia Daisy Sue (y Skully McBones no lo dijo, pero lo pensó) cuando la burbuja les dió acceso a este mismo pasillo la vez anterior.

Daisy Sue no tenía intención de conocer al elemental de fuego sin bigote, o lo que fuese aquello. Su única intención era cerrar del todo la puerta velada que les separaba de la peligrosa esfera, y echar un vistazo con su infravisión a la cámara oscura de la derecha. Sería gracioso que en realidad hubiese un vampiro mago en la otra sala, responsable de la masacre a base de bolas de fuego, y el sol en miniatura solo emitiese una luz tan intensa que mientras la puerta no estuviese cerrada del todo, iluminaba el pasillo y les mantenía a salvo del vampiro.

- Tiradas (2)
Cargando editor
18/04/2017, 20:44
Ariete

Mientras, como una estatua, Ariete aguardaba en el pasillo. Su voluminoso tamaño, debido a las capas extra de chapa adamantina, dificultaban la retirada de Demonfly y McBones si las cosas se ponían feas con el orbe de fuego, condenándolas a una muerte segura.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Defensa total. CA 25.

Cargando editor
19/04/2017, 15:43
Director

Notas de juego

Pregunta, ¿por qué debe tirar Finn usar objeto mágico para usar el pergamino? Disipar magia está entre los conjuros de Bardo.

Cargando editor
19/04/2017, 22:04
Director

No creo que sea buena idea entrar a aquella habitación, mejor tomemos la puerta contigua, pues creo que esa esfera es la causante de toda esta carnicería...

En cuanto el enano pronuncia estas palabras la esfera se detiene y sale rodando contra la puerta y lo primero que encuentra tras ella. La semiorca intenta cerrar la puerta pero esta está fundida en gran parte y es imposible ejecutar la acción. La esfera se adelanta rodando y crepitando. Es una especie de masa rugiente de protoplasma al rojo vivo.   

Unas llamaradas de aspecto cenagoso salen de la esfera intentando rodear a Daisy. Pero esta consigue agacharse a tiempo en una clara demostración de que sus reflejos son tan buenos esquivando rayos electrizantes como esquivando protoplasma ardiente. Sin embargo el calor es tan intenso que la sola cercanía de la esfera amenaza con incendiar la piel y las ropas de Daisy, Finn y de varios de vosotros.

- ¡Extinto arcanum!- grita Finn al tiempo que sigue las instrucciones y protocolos marcados en el pergamino que llevaba preparado. 

El pergamino se desintegra en una nube de volutas de humo y cenizas. De las mismas manos del bardo surgen sendos focos de una neblinosa luz arcana. La luz baña la esfera completamente.  Durante una fracción de segundo la esfera parece mantenerse impertérrita. Pero de repente su forma esférica comienza a perderse y su cuerpo se deforma en zarcillos de protoplasma ardiente que trepan hasta el techo absorbiendo todo el cuerpo de la esfera. Tras unos segundos de intensa luz tan sólo quedan una mancha oscura y chisporroteante  en mitad del pasillo... 

Finn ha acertado en su predicción. Sabía que aquella cosa no es sino un conjuro viviente. Cómo ha sido creado o el porqué de su permanencia tras tantos años sigue siendo una incógnita. Como otras tantas cosas en este lugar y en esta tierra.

- Tiradas (1)
Cargando editor
19/04/2017, 22:31
Director

Tras el espanto y el susto del ataque de aquella esfera podéis asomaros a la habitación que hay a vuestra derecha. Parecen ser unos baños. Un estanque de agua cristalina y fresca ocupa el centro de la estancia. Una hilera de letrinas de mármol se asientan contra la pared sur. Entre estas hay un cadáver humano parcialmente quemado con una túnica y recostado sobre su espalda. Al igual que el resto de cadáveres que habéis encontrado en las tierras enlutadas, parece que acabe de fallecer.

Os aproximáis a él y descubrís el emblema de la casa cannith en un sello. En su mano derecha sostiene un amuleto, como el cetro que os dejó Elaydren en la bolsa, cuya extremo está bellamente decorado con una piedra de color marrón. En un saquillo en el cinto tiene 5 pp y 3po.

Cargando editor
20/04/2017, 06:04
Finn Dan Ailell

¡Yess! -dijo Finn haciendo como que daba un golpe en una mesa inexistente.  ¿Era la primera vez que salvaba así al grupo?  No se acordaba, pero no lo presumiría, no.  Y en el fondo le daba gusto haber salvado lo que quedaba del sombrero de Daisy y las hermosas barbas trenzadas de Alfrrik.  

Tomó el sello y el cetro.  ¿Se acordaba para qué eran ambas?

Se las enseñó a Powaqqatsi para que las examinaran juntos. 

Mmm, -dijo este, haciendo gala de sus conocimientos de artífice examinándolo durante un minuto.  Se le veía más serio que de costumbre.  Tanto como uno puede adivinar seriedad en un forjado.   Acababa de cerrar los ojos del pobre colega muerto, y había dicho una plegaria a la naturaleza para que lo pudiera reciclar a la tierra, en vez de dejarlo en un limbo para la materia.

Quizá era eso.  Las tierras enlutadas eran una afrenta a los druidas.

Probémoslo en la ranura color marrón. 

- Tiradas (3)
Cargando editor
20/04/2017, 13:15
Adia Ringëril

Sorprendida por el repentino ataque de la bola de fuego y más aún por la facilidad con la que Finn había eliminado el peligro, acertando en sus suposiciones, no había tenido siquiera tiempo de disparar una sola flecha. Sin duda alguna, si aquello seguía así, iba a ser un paseo tranquilo, y sólo tendrían que preocuparse cuando Daisy pisara alguna nueva trampa que les hiciera saltar a resguardo de las chispas. Por su parte, podía vivir con ello; era mucho más agradable que enfrentar a cangrejos gigantes mutantes, sin duda. 

Como fuera, mientras los demás entraban a la sala de derecha, que resultaron ser unos baños, ella misma decidió que, eliminada la amenaza, la otra sala también debía ser investigada, y eso hizo. Aunque no esperaba encontrar nada en ella, aún así, se tomó su tiempo, rebuscando entre los muebles calcinados y la chatarra abrasada cualquier cosa de valor, así como teniendo cuidado de no activar nada que devolviera a la vida, o existencia, o lo que narices fuera, a esa esfera ígnea u otro sucedáneo. 

Cuando acabó, con las cosas más claras, volvió al pasillo, dónde encontró a los demás esperando las deducciones del forjado acerca de la varilla marrón. Al verlo, y al escuchar de boca del druida algo que ella habría supuesto en el momento viendo las semejanzas, sonrió. Eso era bueno. 

Si no hay nada más por aquí, ¿volvemos a probar una nueva ranura? — preguntó, confiada en que podrían acabar aquél trabajo con facilidad.

Notas de juego

Elijo 10 en buscar en la sala en la que estaba la bola de fuego. Total 19.

Cargando editor
21/04/2017, 14:54
Daisy Sue Demonfly

Demonfly se acercó al cadáver del Cannith y estiró su mano hacia el saquillo de monedas de su cinto. Solo un poco. Sus dedos empezaron a temblar, mientras su corazón se aceleraba. Podía escuchar en su cabeza los susurros de McBones, tentándola, insistiendo para que cogiese el dinero. "Para comprarte un sombrero nuevo", argumentaba... "Los Cannith te lo deben". "Él ya no necesita esas monedas".

Se contuvo sin llegar a coger la bolsa.

Sí, lo que sea. Vámonos de este pasillo. Aún siento mal yuyu en las bragas.

En el fondo, Daisy Sue creía que el papá y la mamá del conjuro viviente terminarían apareciendo para vengar la muerte de su hijo. Y seguramente el papá era un elemental con bigote. ¡Qué demonios, hasta era probable que la mamá también fuese un elemental con bigote!

Demonfly apuró hacia la burbuja, incluso empujando al lento Ariete para no permanecer ni un segundo más allí. Debió meter el dedo en alguna ranura, pues al igual que el mecanismo, Ariete también comprendió hacia dónde ir. Era una pena que Daisy Sue no se atreviese a alargar la mano... ¿Unas monedas de acuñación anterior al Luto? Los coleccionistas pagarían una fortuna por ellas.

Miró el panel con atención...

Uuuuh... ¿Probamos en el pasillo sur?-propuso.