Partida Rol por web

Flogdegnurt sacó la cuerda. Nunca había sido un gran escalador, ni tenía mucha práctica para lanzar cuerdas pero había pensado que no habría de ser tan difícil. No tardó mucho en comprobar cuánto se equivocaba.

Abot se acercó a unas rocas prominentes que había cerca del enemigo y se sentó, protegido por la capa. Desde allí podría atacar bien. Estaba impaciente ver caer que cayera la flecha de Flog, aunque él no esperaba verla llegar, así que mejor esperaba a que lo demás empezaran el ataque y comenzara el jaleo. Ese sería el aviso.

El grupo se movió silenciosamente a sus posiciones, prepararon las trompetas mientras Flog se escabulle entre decenas de enemigos como si fuera invisible. El goblin lanza una cuerda, la engancha bien y da un fuerte tirón. La cuerda desciende, seguida por uno de los esclavos del castillo que la había agarrado. El esclavo grita y golpea el suelo con un sonoro plaf.

Decenas de soldados imperiales miran hacia él sin entender nada.

El goblin se sonrió cuando comprobó que la cuerda estaba bien atada y se dispuso a subir, pero poco duró su júbilo pues la firmeza de la cuerda duró poco más que el primer tirón. Bueno, de hecho, nada más, pues el otro extremo de la cuerda se vino abajo junto con uno de los habitantes de las almenas de regalo. 

La extrañeza se convirtió en puro pánico cuando el goblin escuchó los gritos del esclavo mientras caía. Intentó buscar una vía de escape, rezando a los dioses para que la atención de los soldados recayese sobre el hombre que sin explicación aparente, se acababa de estrellar contra el suelo y no sobre él que con sumo cuidado, intentó alejarse del lugar. 

Ningún plan sobrevive al contacto con el enemigo. Por eso hay que mantenerlos simples... —Pensó Norm, al ver la mala suerte que se había cebado con ellos— Venga, Yabiz, toca las trompetas ahora. 

Como de costumbre, estaban de mierda hasta el cuello, más el pobre Flog y el soldado. 

Al menos estamos juntos como dij... —Y entonces vio a Abot en un extremo, a Varag en el otro y que junto a él sólo estaban el ogro y Yabiz. Y no sabía ni siquiera donde estaban los brinchies. Se había abstraído mientras el resto rehacían el complicado plan. El que iba a causar muertos por doquier. 

—Somos imbéciles —ya dijo en voz alta. —No podíamos situarnos juntos, atacar por un lado e irlos matando según llegaban, con tan buenos guerreros como Bastia o Varag. No, teníamos que separarnos todos como retrasados, haciendo justo lo único que os pedí que no hicierais. 

Ya era cada uno por su cuenta. Norm apuntó al Soldado imperial más cercano, que también estaba cerca de Flog y lo abatió de un flechazo, para luego situarse detrás del ogro. —¿Querías pelea, no? Aquí la vas a tener. 

Varag estaba solo con un montón de enemigos delante y a su espalda. De todos era el más comprometido y Yabiz no podía dejarlo solo.

Avanzó hacia la posición del orco soplando la trompeta a pleno pulmón y levantando con su magia una polvareda alrededor suyo para que pareciese que era un pequeño grupo el que avanzaba. Además cuando mirasen hacia Yabiz, verían que detrás había un ogro y confiaba en que les resultase lo bastante amenazador como para distraerlos un poco y conseguirle algo más de tiempo extra al grandullón verde.

El plan se había ido al carajo nada más empezar. Por que era siempre era asi? El guerrero saltó desde detrás de los arbustos que le escondían y atacó ferozmente a los demonios más cercanos, matando 3 y aturdiendo al último.

Bastia suspiró cuando escuchó el grito de aquel tipo que caía desde lo alto de la fortificación y dejó escapar un suspiro cuando se dio cuenta que volvían a tener que pelear para salvar sus pellejos.

Acuerdate de cubrir a tus compañeros, esos bichos huelen. - dijo al novato mientras echaba a correr con las espadas en la mano, esperando que su congénere se diese cuenta de que Abot estaba entre las rocas.

Sin darles tiempo a reaccionar, se metió entre los dos primeros guerreros que vio y lanzó una tentativa contra el primero pero aquello era solo una finta para abrir su defensa y lanzar la corta haciendo lo propio pero lo que abría era las entrañas del pobre hombre.

Grrrr. - un rugido salió de su sonriente hacia el otro contendiente.

Vi como Bastia  comenzaba a correr ... quedandome algo sorprendido ya que estaba pendiente como escuchaba el golpe de un goblin contra el suelo, asi que, comence a correr como alma que llevaba el diablo, alcanzando por los pelos al primero de los guerreros, sin embargo, estaba claro que tanto tiempo sin luchar habia agarrotado mis musculos, intentando desgarrar su carne, pero finalmente, esquivando cada una de ellas, sin embargo, los movimientos de Bastian abrio su defensa y aproveche para degarrar su carne.

Flog desaparece, Norm en su linea elimina a un soldado, y la estratagema de Yabiz parece funcionar correctamente.

Especialmente en combinación con Varag que aprovecha la distracción para masacrar a 4 Ratzins.

Mientras tanto Bastia despacha a otro soldado

Al norte un primer grupo de Ratzin se mueven hacia Bastia y Ragnar pero aún están demasiado lejos para poder lograr nada.

Sin embargo otro grupillo de 4 logra rodear a los brinchies atacando sin cuartel a Ragnar, aunque el monje es rápido como el viento y logra evitar los dos primeros no puede evitar que otros dos le hagan sendas heridas bastante feas.

Otro grupo de cuatro se lanza contra Varag, al que atacan coordinadamente demostrando que poseen un inesperado entrenamiento militar, logran alcanzar a Varag pero su armadura como siempre parece impenetrable.

Los soldados imperiales se lanzan hacia la batalla pero son mucho más lentos que los childers, solo cuatro de ellos logran rodear a Bastia que no puede evitar ser alcanzado por todos lados por una lluvia de golpes. Lo que es peor muchos más enemigos parecen estar a punto de llegar. La situación de los brinchies es claramente desesperada.

Los oficiales imperiales se lanzan al combate.

La resistencia de los brinchies es espectacular. A pesar de lo terrible de las heridas no parecen ser más que meros rasguños y continúan luchando fieramente.