Partida Rol por web

El transporte clase Sigma de los Caballeros Imperiales se aleja de Sefresna con todo el grupo además de Chidoo camino a las ruinas. Es una nave de gran tamaño que surca el cielo dejando su estela roja a medida que atraviesa sobre la jungla, con un gran ruido de sus potentes motores y toda aquella ingeniería Imperial. Es una gran máquina y es piloteada con pericia por ambos Maestros.

A medida que avanza pueden ver como una gran masa de bestias se mueven por la jungla, de diversos tamaños y formas, suficientes para diezmar lo que sea que ataquen. Rápidamente atraviesan la jungla densa y llegan sobrevolando a las ruinas de antiguas ciudades.

Pilares y muros de piedra aún se mantienen de pie a pesar de que la espesura se ha tomado el paisaje como un dueño celoso reclamando su propiedad. Son de una extensión enorme, cientos y cientos de kilómetros, de edificios destruidos y calles con restos dispersos de pavimento siendo tapados por las plantas. Hasta donde la vista da se elevan algunos edificios y construcciones mostrando una enorme grandeza y civilización que ahora no son más que los recuerdos de la cantidad de muertes que dejó la invasión de los Yuuzhan Vong a la Galaxia.

Las bestias también se agrupan por todas las ruinas en abundante número.

Después de unos minutos, el Maestro Oneero les habla, un poco incómodo:

 - "Este lugar parece más una tumba que otra cosa. Está lleno de esas bestias y no parece haber nadie con alguna instalación acá. ¿No tienen alguna coordenada más exacta?"

El hombre mira al suelo a medida que sobrevuela la zona, sin lograr ver nada parecido a una nave o una base más reciente. Si alguien quiere esconderse en esta basta extensión bajo las ruinas, jamás se le encontrará.

El viaje se hace corto, demasiado corto como para tener rato para pensar. Después de dar algunas vueltas sobre las ruinas y comprobar sus enormes dimensiones el imperial se siente perdido

Pensaba que cuatro jedis en la nave ayudarían en eso.

Digo mientras me fijo en el escáner a fin de encontrar algún patrón o concentración en las señales de las bestias.

También ajusto el auricular mientras avanzamos a fin de oír si se capta algo

Cierro los ojos y me concentro en busca de inspiración en la Fuerza para hallar un punto de entrada.

 Cierro los ojos y trato de concentrarme, aislándome de todo lo demás, para encontrar el punto exacto donde debemos de empezar a buscar...

Ambos Caballeros Imperiales cierran sus ojos y se concentran manteniendo la nave suspendida en el aire por un momento. El Maestro Oneero abre los ojos primero y niega con la cabeza pero en ese momento, su compañero abre los ojos de golpe e indica una dirección:

 - "Está hacia allá, cerca de diez kilómetros. Su presencia es abrumadora. Tenían mucha razón en preocuparse pues su poder es mayor que el nuestro."

El rostro del Maestro Oneero no muestra expresión alguna mientras comienza a avanzar el transporte hacia la zona designada.

Al cabo de unos segundos llegan a una parte de edificios antiguos destruidos que no parece albergar nada pero entonces, hay una gran zona de verde que podría ser un antiguo parque o zona plana recubierto por vegetación. El Maestro Vayami indica que la presencia proviene de bajo tierra, por lo que debe tener un acceso en algún lado.

El Maestro Oneero encuentra una zona buena para el aterrizaje cuando un voz suena en el comunicador:

 - "Veo que no he podido ocultar mi presencia de quienes les acompañan. Muy bien, pues si ustedes tienen refuerzos, yo también he llamado a los míos."

Los sensores indican que algo va entrando en la atmósfera de Orinda y al mirar hacia el cielo, ven dos transportes ingresar desde el espacio. Uno es una lanzadera de transporte Imperial, de diseño antiguo.

La otra es un transporte de cazas imperiales clase Wayfarer.

A sus lados vienen un caza TIE Interceptor, igual al que tan mal dejó vuestra nave hace días.

El trasporte de pasajeros toma tierra en el punto al cual ustedes van, en el cual no hay ninguna bestia mutante, donde comienza a descargar tropas. El Caza TIE Interceptor y el otro transporte se dirigen a ustedes en línea recta.

Una voz oscura resuena de improviso en la nave, vuelvo a sentir un escalofrio al igual que cuando escuché al que fuera el aprendiz. Sin tiempo casi a escuchar el mensaje, nuestros sensores empiezan a detectar los refuerzos anunciados.

Las fuerzas con las que cuenta el sith son más numerosas de las que pudieramos imaginar y la situación se ha complicado antes de empezar siquiera.

Vienen directos hacia nosotros, no aguantaremos en un ataque frontal digo mientras miro al imperial que maneja la nave.

Despleguemos el TIE, para igualar las cosas. Saren OS encargáis? Balael es una gran piloto y puede ayudar

Nina, Sake los cañones. Roogbor mira a ver si puedes darnos algo de potencia extra

Examino los sensores a fin de determinar el numero de tropas que se están desplegando

 - Si destruyen la nave nos quedaremos atrapados aquí, sugiero que pilotemos la nave y el caza que tenemos para rechazar al enemigo... - Sugerí a mis acompañantes. - ... Luego podremos ocuparnos de las tropas de tierra.

- Creo que pequé de ingenua al pensar que estaría solo... - murmura más para si que para el resto - ¿Puedo hacer algo para ayudar? - pregunta a los imperiales desde su asiento.

- "Hum, no podremos ser de mucha ayuda en el combate aéreo..." -

-Yo sí -dice Balael, levantándose-. O me dejan pilotar este juguete, o me meto en el TIE. Pero no voy a quedarme mirando cómo estos Jedi cierran los ojos haciendo el gungan mientras esos tipos nos mandan a tierra.

El Maestro Oneero se pone de pie y deja el lugar a Balael, quien es nombrada por los presentes como una buena piloto:

 - "Bueno, entonces tú manejarás este transporte. Yo desplegaré nuestro Predator para luchar. Dudo que con las dos naves seamos capaces de vencer, por lo que recomendaría que busques tierra para desembarcar mientras yo les distraigo, pero es vuestra decisión. Me voy, que La Fuerza les acompañe."

Le da la mano en forma de despedida al Maestro Vayami y corre a la bahía de carga, la cual cierra a presión para poder hacer un despliegue en el aire sin causar daño al transporte.

El wookie echó una mirada rápida a las naves que se acercaban, preocupado. Cuando Balael tomó los mandos de la nave, Rogboor puso una manaza peluda sobre su hombro y con la otra le alborotó la cabellera a la chica, como hacía desde que era una niña. Con un fuerte rugido, dijo:

- Wrruuuargghhh brwweeuuuu wwwrruuuoommmbbaaaa.*

- "Que la Fuerza le acompañe, Maestro." - Le hago una reverencia de despedida, sabiendo que es probable que no le volvamos a ver con vida.

La wrooniana agita la cabeza para quitarse de encima la mano de Roogbor mientras toma los mandos y pulsa varios botones.

-Quita tu manaza de ahí -dice, malhumorada-. Como vuelvas a llenarme el pelo de chinches te depilo al cero. Y mira a ver si encuentras con los sensores un lugar adecuado para posar este pájaro.

El Predator del Maestro Oneero sale de la bahía de carga del transporte y se coloca al lado de este mientras termina de estabilizarse. Luego escolta al transporte mientras prepara su armamento para comenzar a luchar.

Las dos naves enemigas avanzan en línea recta hasta estar en posición de disparo. La jungla y las ruinas pasan por debajo rápidamente mientas su vuelo es implacable hacia vuestra nave.

La situación de combate se acerca rápidamente, es momento de actuar. Me pongo en pie mientras Balael toma los mandos de la nave.

De acuerdo, ganemos algo de tiempo mientras vemos donde aterrizar y que nos espera abajo. Intentaran un ataque frontal. Balael motores al máximo, dispara si puedes y marca una trayectoria de evasión, nuestra nave debería ser más rápida que el wayfare, intentemos que el TIE se separe en nuestra persecución, mientras desplegamos el predator. Roogbor, Nina darnos toda la potencia que podáis.

Después me fijo en el plano de superficie

Balael haz un barrido de formas de vida en tierra cuando puedas tratare de encontrar el mejor lugar para aterrizar. Sake revisa la nave quizás haya algún arma que nos sirva en el armero.