El hombre permanecía callado pero respondió a la pregunta de Von cassel señalando las habitaciones sugiriendo que quizás un sueño podría venir bien. O quizás que quería que os metieseis en la habitación y no armaseis escándalos por la casa. En cualquier caso eso era imposible de saber y no parecía molesto por todo aquello.
Me encanta este personaje XD
Tras un ejercicio de persuasión digno de una ameba, el profesor no sabía qué harían aquellos dos. Desde luego que si terminaban abandonando la mansión no le extrañaría lo más mínimo.
A Thomas, por supuesto, no le convenció aquel pobre intento de su anfitrión. Se encaminó a la puerta y agarró el pomo.
- ¿Me acompaña, señorita? -preguntó, dirigiéndose a Bette.
Había puesto Debbe en lugar de Bette. Cómo tengo la cabeza estos días... xD
Por supuesto— dijo con dignidad mientras se dirigía a la puerta siguiendo al reportero, en aquel momento pareció ambiar de opinión y añadió.— Bueno, espere. Voy a coger la chaqueta que traía y ahora vuelvo y nos vamos.
La joven subió las escaleras esquivando al siniestro hombre y corriendo como una exalación cuando le tenía cerca para recoger la chaqueta de su cuarto. Lo que menos la apetecía era congelarse tan rápido.
Antes de que Thomas llegase a abrir la puerta Zoltan se adelantó, en todo momento tranquilo y le puso la mano encima del hombro. Cuando el hombre le miró este le señaló las escaleras por donde acababa de subir la joven actriz.
Herr Zoltan, - le dijo a su anfitrión- se que lo hace con toda la buena voluntad del mundo, pero si Herr Hodges y Frau Hartley deséan salir a morirse de frío en lugar de quedarse a pasar la noche en su acogedora mansión están en su derecho de hacerlo.
Thomas miró con furia, primero a Zoltan y luego al doctor.
- Ya veremos si dentro de un rato esta mansión le parece tan "acogedora" como ahora... -gruñó, mientras esperaba a la actriz.
Se zafó del brazo del hombre que parecía más mudo que una piedra y empezó a abrocharse la chaqueta.
Cuando salía abotonandose la chaqueta para aguantar lo máximo posible el frío invernal, vio como el hombre impedía la salida del periodista.
¿SE CREE USTED QUE VOY A PASAR LA NOCHE EN UNA MANSIÓN MALDITA?-exclamó desde lo alto de la escalera mientras bajaba, hecha una furia, junto al periodista.Ohhh puede no hablar pero seguro que sabe escribir y decirnos porque demonios no nos deja salir de esta casa.
Zoltan negó con la cabeza, de manera sosegada como el que habla como el que habla con niños. En realidad ni siquiera podeis imaginar que está pensando pues no hay expresión alguna en su rostro.
En medio de un ataque de ira, la actriz se dirigió a la puerta, dispuesta a salir. No creía que un hombre se atreviese a ser tan indecoroso como para ponerla la mano encima. Aquello sería un despropósito, sin lugar a dudas.
Zoltan dio un paso adelante e interceptó a la mujer impidiendo su salida. De nuevo señalo hacia las habitaciones sin cambiar su gesto un ápice.
Herr Zoltan, creo que se está usted extralimitando.- La actitud del mudo no le estaba gustando nada al médico, que por momentos estaba empezando a preguntarse si no se habían metido en casa de un psicopata sin habla.
La actriz tragó saliva antes de mirar a sus compañeros. Ella iba a salir de allí, lo tenía claro pero ¿cómo? Lo único que sabía es que estaba enfadada, lo que no sabía es que el alcohol la nublaba la vista, por lo que no controlaba sus actos del todo. La joven pegó una bofetada a Zoltan, segundos antes de salir corriendo escaleras arriba. Con las prisas se metió en una de las habitaciones de sus compañeros, que resultó ser la de Friedich, y antes de darse cuenta de lo que había cerrado la puerta tras ella. Si hacía falta saldría por la ventana.
Motivo: 1frie2hans3thom
Tirada: 1d3
Resultado: 1
bueno, no podeís acusarme de no seguir tópicos peliculeros :P. Tortazo, mujer huyendo escaleras arriba....
Zolatn ni siquiera se movió. Nada, ni un musculo. Allí tan alto, tan silencioso parecía una estatua. No pareció importarle el golpe que le había propinado la mujer.
Bueno, ya solo faltaba esto.
Friedrich sintió la necesidad de subir para asegurarse que aquella mujer no cometiese más estupideces. Eso si no escuchaban un grito antes de que abrieran la puerta de la habitación.
Cuando llegó a la puerta puso la mano sobre el picaporte para abrirla.
¿Puedo abrir la puerta o está cerrada?
Yo entiendo que puedes entrar, pero a eso que responda rahel.
Cuando Friedich entró en la habitación la joven había abierto la ventana de par en par y arrancado una de las sábanas de la cama para usarla como una cuerda. En ese momento la mujer se volvió sorprendida de que hubiesen entrado en su habitación y pensó que sería aquel siniestro hombre.
Voy a bajar y no va a impedirlo, así que si quiere obedecer a ese hombre y dormir en su habitación hagalo, pero yo no
Por favor, señorita Hartley. Entre en razón. No puede salir por la ventana. Lo único que va a conseguir es matarse o, en el mejor de los casos, salir herida.
Friedrich se adentró lentamente en la habitación, no quería que aquella mujer cometiera una locura. Alargó su mano para que ella la cogiera.
Venga, deje eso y cierre la ventana.
¡Entre en razón usted! ¿Le parece normal esta casa? A mi no me venga con tonterías sobre gases que nos hacen tener visiones conjuntas.
La mujer ya estaba a horcajadas sobre la ventana y, estaba segura de poder bajar sin hacerse ningún daño, al fin y al cabo las escenas "peligrosas" siempre la tocaba hacerlas a ella por la falta de presupuesto para un doble. La lluvia golpeaba la cara de la mujer, que medio histérica parecía decidida a intentar bajar por uno de los resbaladizos canalones con aquella improvisada cuerda
No. No es normal que toque una muñeca y me vea a mi misma quemándome. Y lo que si que no es normal es que media hora después, sin que yo haya dicho nada, el señor Hodges tenga otra similar. ¡Y no me venga con que lo del espejo me lo imaginé!
La actitud de Zolta no le gustó lo más mínimo a Hans, y empezó a plantearse el hecho de querer pasar la noche en su mansión.
Lamentablemete ahora estaba despierto y plantado delante de la puerta. - Vamos Herr Hodges, volvamos a nuestras habitaciones, mañana veremos esto de otro modo.
Esperó la respuesta del periodista, pués no quería dejarlo solo con el mudo.